26 octubre, 2009

¿Qué hay detrás de la calificación X?

¿Por qué la calificación "X" a Saw VI? Evidentemente, las decisiones que toman las comisiones que valoran las películas no son gratuitas. Muchos apuntan a que se trata de un castigo a la distribuidora Buenavista.  


La noticia parece tan absurda que resulta difícil de creer. Mientras Saw VI pasa todos los filtros de la censura en los países anglosajones, especialmente en Estados Unidos donde le otorgaron la calificación de "R" (restrictiva a mayores de edad y menores acompañados), en España la comisión de calificación del Ministerio de Cultura le planta una "X" en toda la jeta. Y Buenavista, su distribuidora, ante la posibilidad de que, por mucho que se empeñe, le va a resultar complicado convencer al público potencial de esta saga de churros sangrientos de que vayan a una de las pocas salas "X" a ver la película (más que nada por razones higiénicas, porque muchas salas de cine convencional son tan cutres como las salas porno), decide retirar el estreno y recurrir la decisión. 

El recurso le salió bien a Alta Films con la película Fóllame y es muy probable que también acabe siendo positivo para Buenavista, porque resulta poco sostenible esta calificación en una película que, por muchas escenas violentas que tenga, difícilmente superará a las  de las cinco bazofias anteriores, o a la truculencia insana de ejercicios de autocomplacencia gore como Hostel, que sí que se recreaba con gusto en las peores atrocidades, entre otras cosas porque era lo único en lo que se podía sostener. Y difícilmente superará en explicitud a la penetración fálica, la mutilación vaginal y la eyaculación sangrienta del Anticristo, de Lars Von Trier, calificada sólo para mayores de 18 años. 

Entonces, ¿por qué la calificación "X" a Saw VI? Evidentemente, las decisiones que toman las comisiones que valoran las películas (¿de verdad se tragan películas como Las vecinas de mi barrio echan uno a diario, Mami, mi novio es negro ¿quieres conocerlo? o Maduritas de tetas cojonudas para calificarlas?) no son casuales ni responden a criterios exclusivamente artísticos. Un ejemplo lo tenemos en la reciente propuesta de Ley del Cine. Las Asociaciones del audiovisual andaluz apoyan el proyecto de Ley, pero exigen la presencia de representantes autonómicos en las comisiones de valoración. Es decir que, asumiendo de entrada que las comisiones no son ni serán "independientes", lo que se pretende es formar parte de ellas para favorecer a sus socios. Lo cual es lícito, pero resulta preocupante por cuanto se tiene asumida ya esa falta de criterio neutral. 

¿Qué lectura tenemos que hacer entonces de la calificación "X" a Saw VI? ¿O lo que es lo mismo, de impedir a la filial de Disney que distribuya en nuestro país uno de sus títulos estrella de la temporada? Muchos apuntan a que se trata más bien de un "castigo" por parte del Ministerio de Cultura. Y ciertamente, más que la propia calificación, lo que está en el fondo del asunto es el boicot a la distribución de un título que probablemente hubiera sido el más taquillero del fin de semana (se ha beneficiado de rebote el telefilm Millenium 2). Algunos incluso apuntan a que, ante el recelo de Disney de distribuir internacionalmente el buque insignia del cine español de esta temporada, Ágora (que está funcionando bien en España, pero se desconfía de su repercusión en el extranjero y se duda que consiga rentabilizar la costosísima producción), esta calificación nace como toque de atención a la multinacional. 

¿Son ciertos estos rumores? Seguramente será difícil saberlo. Pero lo que sí parece claro es que Saw VI no ha obtenido la calificación "X" únicamente por criterios de contenido violento. 

22 octubre, 2009

Camino de la autoprogramación

En Estados Unidos comienzan a darse cuenta de que el formato tradicional de  visionado de producciones está dando un vuelco hacia otro tipo de actitud por parte de los espectadores.  La auto-programación es el futuro. 

Para parte del sector audiovisual  (incluidos Ministros/as de Cultura y gestores de derechos de autor) es más fácil aferrarse a formas tradicionales de producción y programación que adaptarse a las nuevas tendencias. Lo cierto es que en Estados Unidos comienzan a darse cuenta de que el formato tradicional de  visionado de producciones está dando un vuelco hacia otro tipo de actitud por parte de los espectadores. Series como Lost, True blood o Flashforward están definiendo tendencias que van más allá del visionado semanal. tradicional Los espectadores prefieren la auto-programación y en España igual que en Estados Unidos este tipo de producciones acaban teniendo más salida en la venta directa (bien sea en video-on-demand o bien en su distribución en DVD) que en la parrilla de las televisiones. 

Algunas iniciativas como la de Cuatro de programar los capítulos pilotos de las nuevas temporadas a una semana escasa de su estreno en Estados Unidos (véase el comienzo de la sexta temporada de House, e incluso series completas como Flashforward), parece que están funcionando satisfactoriamente. Pero la posibilidad de descargar estas mismas series en versión original y la eventualidad de auto-programarse los capítulos para verlos cuándo y como al espectador le plazca parece que sigue siendo la tendencia final. Incluso muchos de los habituales consumidores de descargas renuncian a ver las series con el ritmo que las cadenas de televisión las programan, y prefieren esperar a que se completen las temporadas para así programarse un visionado a la carta. 

Entonces, ¿cuál debe ser la posición de los responsables del audiovisual? ¿Perseguir las descargas, o adaptarse a las nuevas tendencias? En Suecia las descargas de internet están prohibidas y perseguidas duramente. Pero, ¿cuál ha sido la consecuencia de esta prohibición? Pues el nacimiento del Partido Pirata, que ha conseguido el suficiente respaldo popular como para tener representantes en el Parlamento. O lo que es lo mismo: cuando los políticos y gestores de derechos se tocan los huevos y enseñan las garras, el electorado les da una hostia y les pone en su sitio. 

¿Y en España? Algunas cadenas de televisión como Antena 3 o TVE empiezan a dar tímidos pasos hacia la multi-programación de sus contenidos, teniendo a internet como referente principal. Mientras, Telecinco se dedica a perseguir a quienes utilizan sus contenidos, siendo incapaces de mantener una coherente línea de programación que les permita salir del pozo sin fondo en el que se encuentra. Ni qué decir que las mediciones de audiencia por los canales tradicionales están obsoletos, y nadie puede negar que los shares de audiencia tal como se conocen en la actualidad son una falacia. Si las audiencias incluyeran los contenidos de internet, seguramente nos sorprenderían los resultados, especialmente en los programas de las cadenas públicas. Pero, no se sabe bien por qué, ninguna cadena de televisión, ni por supuesto el gobierno parecen dispuestos a cargarse estas mediciones rudimentarias. 

Pero será cuando las cadenas de televisión norteamericanas comiencen a distribuir sus contenidos saltándose las parrillas de programación tradicionales cuando definitivamente se encuentre la salida a este enfrentamiento entre los espectadores y los trogloditas del audiovisual. ¿Para qué ir a Mercados de venta cuando se pueden permitir el lujo de distribuir sus contenidos de forma autónoma? En España mientras tanto nos seguirán dando cucharas de palo. Pero aquí todo funciona igual. Si no, no se explica por qué el Gobierno concedió dos licencias a canales analógicos (Cuatro y La Sexta) cuando se sabía que más tarde o más temprano acabarían fusionándose con plataformas ya existentes (igual ocurrió con los canales digitales. ¿Nos acordamos de que existía algo que se llamaba Vía Digital?). El día que los trogloditas dejen de manejar el sector audiovisual podremos comenzar a hablar del futuro de la industria. 

18 octubre, 2009

Dos visiones sobre fútbol

Dos recientes títulos que vuelven a reunir cine y fútbol consolidan la visión inglesa como la más diáfana en torno a los entresijos de un deporte que es algo más que un deporte.

El cine inglés es quizás el que ha sabido dar mejores títulos sobre el mundo del fútbol, en un acercamiento entre cine y deporte que en muchas ocasiones no ha encontrado el punto de equilibrio adecuado. Curiosos policíacos como The Arsenal Stadium mistery (1939), de Thorold Dickinson o inteligentes incursiones en el submundo hooligan como I.D. (1995), de Philip Davis, logran resultados que otras cinematografías (incluida la española) han conseguido sólo ocasionalmente. 

Dos recientes títulos que vuelven a unir cine y fútbol consolidan la visión inglesa como la más diáfana en torno a los entresijos de un deporte que es algo más que un deporte. Por un lado, la ya estrenada en España The Damned United (2009), dirigida por Tom Hooper. Para situarnos en el interés que a priori (más tarde confirmado) tiene este título sólo hay que nombrar al guionista y el actor principal. Porque el escritor Peter Morgan es sin duda alguna uno de los mejores guionistas del cine europeo, que ha sabido diseccionar con destreza el mundo del poder, bien en el oscarizado perfil de la reina de Inglaterra, The Queen (2006): bien en el enfrentamiento político-periodístico de Frost contra Nixon (2008); bien en el certero retrato del laborista Lord Longford en la miniserie de HBO Longford (2006), a la sazón también dirigida por Tom Hooper. Se trata de un escritor de capacidad innata para trazar lecturas casi shakesperianas de las obras que adapta. Y atención porque Peter Morgan será el encargado de escribir el guión de la próxima entrega de la serie de James Bond, que desde luego vuelve a recobrar interés con guionistas como éste. 

El otro nombre a destacar en The Damned United es el de  Michael Sheen, uno de los más eclécticos actores británicos que ha protagonizado parte de los títulos más destacados escritos por Morgan (fue Tony Blair en The queen, el periodista Martin Frost en Frost/Nixon, y aquí el entrenador carcomido por el odio y la venganza). Y, no lo olvidemos, también es el licántropo protagonista de la saga de Underworld, quizás el único personaje con cierta solvencia de la serie.   

The Damned United utiliza el fútbol como excusa para hablar nuevamente de la lucha de poderes, de la savia nueva frente a la vieja escuela, de formas diferentes de vivir la pasión por un deporte, a través de la historia del que está considerado como mejor entrenador de la historia del fútbol inglés. Lo de los logros de este entrenador es lo que menos me interesa como espectador de la sinrazón que produce el fútbol en sus seguidores todos los fines de semana, que miro con distancia y humor. Pero es de tal calibre la escritura del guión, de tal altura la interpretación de los actores, de tal destreza el trabajo de dirección, que resulta sin duda una visión diferente de un deporte tan popular. 

Por su parte, Ken Loach (y especialmente el guionista Paul Laverty) son dos de esos apasionados seguidores del fútbol, y ya han tratado el tema aunque de forma tangencial en películas como Mi nombre es Joe (1998). En Buscando a Eric (2009), que inaugura el día 23 la Semana de Cine de Valladolid, consiguen crear un cuento sencillo pero de profunda carga emotiva, y desde luego vuelven a engancharme como espectador tras sus mediocres películas anteriores. 

Porque a Ken Loach y Paul Laverty les pierde en ocasiones su tendencia al maniqueismo ideológico y su empeño en darnos discursitos sociales. A mí títulos como Tierra y libertad, El viento que agita la cebada o En un mundo libre me resultan incluso molestos por su empeño en aleccionar al espectador. Por eso, cuando veo al protagonista de Buscando a Eric, perdido en la mediocridad de su vida, conseguir un aliento de esperanza cuando se le aparece la figura de su ídolo Eric Cantona (convertido en consejero hetéreo), me dejo llevar por la historia (que puede ser obvia, pero sin duda resulta efectiva) y por ese canto a la solidaridad que destilan los amigos forofos del Manchester United. Y acabo creyendo incluso en ese sentimiento de compañerismo del que algunos aficionados me han intentado convencer como seña de identidad de la pasión futbolística.  

Buscando a Eric nos devuelve a ese Ken Loach que sabe contar historias sin aspavientos, con sentido del humor, trabando los sentimientos con inteligencia, trazando personajes de profunda vida interior. 

14 octubre, 2009

After

Alberto Rodríguez parece empeñado en encontrar las claves que de alguna forma definan los tiempos y las realidades de una sociedad que a su vez se nos muestra como fragmentada.

Alberto Rodríguez se apunta al carro del cine-puzzle, el retrato fragmentado de una narración que se divide en tres historias con una juerga como trama principal en torno a tres representantes de una generación desorientada. La historia de After se concentra en tres amigos que se reúnen tras un año sin verse e inician una noche de farra que les acabará dando de bruces con sus vidas descentradas. Hay que reconocerle a Alberto Rodríguez que ha alcanzado ese oficio de director que sabe manejar el tempo de la acción y sabe extraer de sus personajes momentos de verdad.

After tiene elementos en común con 7 vírgenes, por eso de convertirse en retrato de una generación (ésta más perdida si cabe que la otra), y en ese sentido Alberto Rodríguez parece empeñado en encontrar las claves que de alguna forma definan los tiempos y las realidades de una sociedad que a su vez se nos muestra como fragmentada.

Esta última película (la cuarta de su director) me desorienta. Reconozco cierta valentía a la hora de convertir una anécdota en un juego temporal de emociones y desencuentros. Pero también reconozco que, a pesar de pertenecer a la misma generación que los protagonistas, me siento a años luz de sus frustraciones y su autodestrucción. No termino de encontrar el interés de sus historias íntimas (las que se nos cuentan como contrapunto de la juerga central), y sólo en algunas ocasiones (aquellas en las que vemos su lado más patético, pero también su perfil más desolador, representado acertadamente por un sorprendente Guillermo Toledo) consigo acercarme a ellos.

No ayuda a este interés la descomposición narrativa a la que hacía referencia, y mucho menos el artificio del cruce de caminos (ese perro, elemento sobrante que me saca de la historia y me acaba resultando molesto por su obviedad. ¿Un perro perdido y herido? ¿No había otro recurso menos explícito?).

En After (juego de definiciones en el que podemos encontrar la referencia a los locales nocturnos, pero también a la propia trayectoria vital de los protagonistas) hay momentos de lograda representación de personalidades complejas (ahí juega un papel fundamental la excelente, descriptiva y casi psicológica fotografía de Álex Catalán), pero acaba resultando reiterativa y anodina. Al segundo saltito de los protagonistas en la discoteca ya estoy deseando que la noche se acabe, aunque lo hagan al son de los acordes del absorbente Micah P. Hinson y su Beneath the rose. Sobre todo porque el personaje femenino me resulta el más elemental de todos, y el último fragmento, cuando ya prácticamente está compuesto (descompuesto) el puzzle, me parece el más insustancial.

After no es una película fácil, y por ahí reconozco su mayor mérito. Pero se trata de una propuesta arriesgada que no alcanza el equilibrio necesario para construir una obra compleja y completa. 


Estreno en España: 23 de octubre


07 octubre, 2009

Extras

La edición en DVD/Blu-ray de la película "Déjame entrar" ha cubierto las expectativas de ventas con creces. Pero, si en España nos han vendido que la nuestra es una de las ediciones más completas de la película... ¿por qué el material extra es tan mediocre?

La primera semana se agotaron los blu-ray en la Fnac, lo que corrobora la buena recepción que tuvo la película en España, teniendo en cuenta que en países como Alemania o Italia pasó bastante desapercibida. Así, convertido en un título de culto para los amantes del cine fantástico, rebautizado como película de autor por los detractores del cine de vampiros, Déjame entrar se hizo un hueco en la taquilla española y ahora parece que se convertirá también en un éxito en DVD, alimentado además por el adecuado precio del blu-ray (lo cual nos hace preguntarnos: si esta edición puede venderse por 20 €, ¿por qué casi todos los blu-ray se venden por 30 €?). 

Las noticias sobre la edición española a cargo de la distribuidora Karma Films parecían presagiar además una especial atención con el producto. Y en teoría el material extra parecía interesante: escenas eliminadas (nada nuevo), Deconstruyendo la película (reportaje crítico), Videochat (entrevista con el director), Galería de carteles...

Pero lamentablemente da la sensación de que en nuestro país caemos siempre en el mismo problema: buen planteamiento inicial y mediocre resultado final. Que las entrevistas del reportaje crítico estén tan mal grabadas (¿por qué suena Carlos Boyero como si estuviera metido en un agujero?), que el videochat tenga una calidad de imagen más penosa que la que de mi webcam, que la galería de carteles sea tan sosa... acaban convirtiendo el interés primero en una decepción. Lo malo es que uno tiene la impresión de que estos problemas, unidos a la errática selección de comentarios (¿de verdad el director de El orfanato tiene algo que decir sobre esta película?) podrían haberse solucionado poniendo más esmero.

Pero suele ser habitual en las ediciones españolas, repletas de: grabaciones completas de ruedas de prensa interminables, entrevistas en festivales con ruido de fondo, comentarios críticos de comentaristas que no son críticos... Lauren Films llegó a editar una vez algún DVD en el que el principal contenido extra era ¡una entrevista con Antonio Llorens, el dueño de Lauren Films!!

Por supuesto, hay que recomendar la película y merece la pena verla en la calidad que da el blu-ray. Pero hubiéramos quedado más satisfechos si a los espectadores no nos hubieran tomado por tontos.  

P.D. Ya que ninguno de los entrevistados tuvo cojones para decirlo, lo decimos nosotros. Parte de la repercusión que logró Déjame entrar provino de las descargas de internet, que hicieron correr un reguero de comentarios positivos que llevaron a muchos espectadores al cine (y seguramente llevará a muchos a comprar el DVD). Ésta es la prueba de que las descargas por internet a veces provocan el éxito de una película. Pero, claro, admitirlo tocas los huevos. 

01 octubre, 2009

La película "Triage" inaugura el Sevilla Festival de Cine Europeo

El Sevilla Festival de Cine Europeo será inaugurado el próximo 6 de noviembre con la proyección de Triage, una producción impulsada por el fallecido Anthony Minghella y dirigida finalmente por el bosnio Danis Tanovic.

La película de inauguración tiene una estrecha relación con España, ya que parte de su rodaje tuvo lugar en el plató alicantino Ciudad de la Luz, en Xixona y en el Palmeral de Elche. Protagonizada por Colin Farrell, Triage está basada en la novela de Scott Anderson, y fue un proyecto en el que primero se interesó el director Anthony Minghella. La historia se centra en un fotógrafo de guerra que comienza a cuestionarse su trabajo. Al margen de Colin Farrell, el reparto de Triage se completa con Christopher Lee, Jamie Silves y la sevillana Paz Vega. A Danis Tanovic le conocemos por su espléndida En tierra de nadie (2001), y por la irregular L'enfer (2005), proyecto inacabado de Krzysztof Kieslowski.

Otros títulos que veremos en la Sección Oficial del Sevilla Festival de Cine Europeo, que se celebra este año entre el 6 y el 14 de noviembre, son Fish tank, de Andre Arnold, directora inglesa de la interesante Red road (2006), sobre la transformación que sufre una adolescente cuando lleva a casa a un nuevo novio; y Un profeta (Un prophète), de Jacques Audiard, que consiguió el Gran Premio del Jurado en Cannes.