21 agosto, 2023

Locarno '23 - Parte 2: Realidades falsas

A lo largo de esta semana nos seguimos acercando a la programación del Festival de Locarno que se ha celebrado hasta el 12 de agosto, y cuya selección ofrece una panorámica interesante sobre un tipo de cine que arriesga aunque no siempre acierte. La temática común en las películas que comentamos en esta ocasión tiene que ver con la construcción de realidades ficticias, y en algunos casos está directamente relacionada con los periodos vacacionales que muchos han experimentado durante las últimas semanas, conformando un retrato muy certero sobre la falsa felicidad, pero también cuestionando el sentido de identidad. 

Animal

Sofia Exarchou, 2023 | Competición Internacional | ★★★

Locarno FF '23: Pardo Award Mejor Interpretación (Dimitra Vlagopoulou) 


El turismo es uno de los sectores en los que mejor se representan las flaquezas del capitalismo, porque supone la construcción de un espacio de irrealidad que se sostiene sobre los peores reflejos de la explotación laboral. En su segunda película, la directora Sofia Exarchou (1979, Grecia) se centra en un grupo de animadores en el Hotel Mirage, uno de esos complejos para turistas de "todo incluido" que necesita mantener a sus clientes entretenidos y ocupados todo el tiempo. Como si se tratara de una troup de circo que convive durante varios meses, este grupo tiene establecidos grados de veteranía dentro de sus componentes, y una de las que más tiempo ha permanecido en él es Kalia (Dimitra Vlagopoulou), que utiliza su capacidad multidisciplinar para guiar a los animadores junto al maestro de ceremonias Simos (Ahilleas Hariskos), con el que mantiene una relación llena de altibajos pero siempre abierta a otras posibilidades. La directora aborda uno de los principales ejes de la actividad económica griega para mostrarnos su reverso, el lado menos amable y lujoso, pero sin que su enfoque sea solo una crítica al turismo de masas, sino más bien una reflexión sobre la sociedad capitalista y una alegoría sobre las máscaras que adoptamos dentro de la sociedad. En el caso de la protagonista, ese disfraz es real, tiene la sonrisa de una alegría falsa y la fastuosidad colorista de un espectáculo vacío. Es un planteamiento que parece seguir el de su debut, Park (2016), también protagonizado por Dimitra Vlagopoulou, que reflejaba los restos de lo que había quedado diez años después de la fastuosidad de la Villa Olímpica de Atenas para los Juegos de 2004. Sofia Exarchou se detiene en los números musicales y las actuaciones teatrales, retratados a través de la fotografía de Monika Lenczewska, que se acerca a los cuerpos (parte de los componentes secundarios del grupo provienen de la danza), transmitiendo una fisicidad que es tan sexual como la propia Kalia en sus encuentros con algunos turistas a los que nunca volverá a ver. 

La historia se cuenta a partir de la relación entre ella y Eva (Flomaria Papadaki), una especie de traspaso de los conocimientos entre la veterana y la recién llegada, y a través de la mirada de esta última se establece la conexión con el espectador, el descubrimiento progresivo del trabajo diario y la relaciones entre los animadores. Pero también es una contraposición de cierta inocencia principiante frente al cansancio y la decepción. Cuando Eva le cuenta a Kalia que ha tenido un sueño, ella le responde que ya ni siquiera es capaz de soñar. La directora utiliza con inteligencia a estos dos personajes para representar dos puntos de vista diferentes en una comunidad que trabaja para construir paraísos artificiales. Esta mirada adquiere mayor interés cuando se enfoca también en una niña de 10 años, que ha nacido dentro de ese grupo y que no conoce otro mundo, como la infancia de los jóvenes artistas que nacían en los circos. Y  practica la ambigüedad a través de este triple encuentro generacional, como si las tres pudieran ser en realidad la representación de un mismo personaje. Dimitra Vlagopoulou, merecido premio de interpretación, construye a Kalia a partir del agotamiento, y se muestra especialmente carnal en el reflejo del colapso al que se encamina. Después de nueve años trabajando en el mismo hotel, ella simboliza la ofuscación psicológica del estancamiento. 

Animal (Sofia Exarchou, 2023) tiene una cierta tonalidad de documental, especialmente durante las representaciones musicales y teatrales del grupo, de las que la más representativa es una especie de parodia de marionetas en la que los actores están manejados por otros actores, creando una realidad falsa en la que ni siquiera ellos tienen el control sobre sus propios cuerpos. Para Kalia, el problema surge cuando trata de escapar de ese mundo, cuando intenta representar el papel de una turista más y se inventa su propia realidad, que al final es tan falsa como la que representa cada noche. En el karaoke del hotel, Kalia canta "Puedo bailar, bailar toda la noche", la letra de la canción "Yes Sir, I can boogie" (1977) que el dúo español Baccara convirtió en un éxito en toda Europa, desde una España que también comenzaba a escapar de su realidad. 

Vista Mare

Julia Gutweniger, Florian Kofler, 2023 | Semaine de la Critique | ★★★

Hay similitudes entre la película anterior y este documental que también aborda el turismo desde el backstage. Con un comienzo que recuerda a la película Rimini (Ulrich Seidl, 2022), cuyo protagonista pasaba los días como cantante venido a menos en una zona vacacional del Mar Adriático, la propuesta de los realizadores Julia Gutweniger (1988, Italia) y Florian Kofler (1986, Italia) se enfoca en los trabajadores que ponen en marcha cada año la temporada de turismo en la costa adriática, a través de imágenes rodadas entre las localidades de Lignano Sabbiadoro y sobre todo Riccione, en la provincia de Rimini, de donde se muestran las imágenes de las amplias longitudes de playa que son literalmente invadidas y privatizadas por cientos de hamacas que acogen a un ejército de turistas. El turismo está masificado en esta región donde solo en la ciudad de Riccione existen 650 hoteles, y todavía se conserva la villa que compró Benito Mussollini como su residencia de verano. La intención de los directores no tiene como objetivo demonizar a los turistas, sino principalmente mostrar la actividad de los miles de trabajadores que cada temporada desempeñan todo tipo de labores para crear este espacio lúdico y en cierta manera irreal. 

Vista Mare (Julia Gutweniger, Florian Kofler, 2023), que ha tenido su estreno mundial en Locarno, utiliza una estructura circular que comienza algunas semanas antes de la temporada turística y termina justo después de que ésta finaliza. El paisaje marítimo cambia de aspecto de forma radical, mientras las playas se limpian y preparan para la invasión de hamacas, los animadores de los hoteles ensayan los espectáculos que se interpretarán durante meses, o los socorristas llevan a cabo su preparación. Precisamente el origen de esta película fue una instalación de video que se centraba en el trabajo de socorristas italianos, lo que acabó desembocando en una propuesta más amplia en torno a la temporada turística. Los directores utilizan generalmente planos estáticos grabados con trípode que muestran una cuidada composición a través de la que se refleja el ambiente caótico de las cocinas o la equilibrada disposición de las sombrillas en la arena. No hay diálogos excepto los que se escuchan de forma espontánea, ni tampoco entrevistas, estableciendo un punto de vista de observador. En contraste, sin embargo, las imágenes tomadas desde la lejanía o en planos cenitales muestran la naturaleza masificada del turismo, el dibujo cuadriculado de los hoteles y la condición invasiva de los turistas, mientras es en estos planos generales en los que la música etérea y minimalista de Gabriella Gordillo (1986, México), compositora mexicana afincada en Viena, aporta un carácter de ensoñación casi futurista. 

Julia Gutweniger y Florian Kofler no renuncian a la representación de esa realidad falsa que se construye en los lugares vacacionales, como cuando muestran un canal de Venecia recorrido por una góndola, para seguidamente enfocar el lado opuesto, los pasillos de cartón piedra de las maquetas que reflejan el carácter ficticio del espacio. En las calles de la ciudad, lo suficientemente alejadas de las playas, la otra realidad se representa a través de las protestas de un grupo de trabajadores que denuncian los contratos basura, la inestabilidad laboral, los salarios escasos y las largas jornadas de trabajo que se esconden detrás de las ofertas turísticas. "Estamos aquí para presentarles el país real", grita uno de los manifestantes. El final de la temporada descubre la progresiva desaparición de las huellas de los turistas, "Tutti a casa", dice uno de los trabajadores de un hotel a través de los walkie-talkies. La playa recupera su belleza natural y su soledad hasta que vuelva a ser invadida el próximo verano. 

Dammi

Yann Mounir Demange, 2023 | Gala de Inauguración | ★★★☆☆


Presentada en la Inauguración del Festival de Locarno, que se celebra en la Piazza Grande, una hermosa plaza en el centro de la ciudad que se convierte en un cine al aire libre con una capacidad para 8.000 espectadores, la proyección del cortometraje Dammi (Yann Mounir Demange, 2023) también sirvió para que el festival reconociera a su protagonista, Riz Ahmed, con el Premio Davide Campari a la Excelencia, dedicado a aquellos artistas cuyas trayectorias han dejado huella en el cine contemporáneo, aunque el actor no lo recogió en solidaridad con la huelga de actores de Hollywood. Este premio lo han conseguido anteriormente actrices españolas como Carmen Maura (2007) y Victoria Abril (2013). El cortometraje, que ha sido seleccionado para la sección Oficial del Festival de Toronto, propone un viaje experimental en torno a la identidad, o mejor dicho a la falta de identidad, con un marcado tono autobiográfico. El personaje principal se llama Mounir (Riz Ahmed), que es el segundo nombre del director Yann Mounir Demange, conocido sobre todo por dirigir la serie Top boy (Netflix, 2011-2023), y como él es un descendiente de franco-argelinos quien, tras residir en Londres, regresa a París para encontrarse con las raíces de sus orígenes. Cuando su familia se trasladó a Londres, de alguna manera dejó la huella de su propia identidad en Francia, incluso dejando atrás su nombre ("antes me llamaba Mounir"), un efecto de borrado de la propia persona. "No tengo miedo. Pero no puedo soportar que digas palabras complicadas. Eres tú quien tiene miedo. Te escondes detrás de tu educación, de tu cultura".

El reencuentro con su padre parece fruto de una ilusión, envuelto en una aventura nocturna en la que no se siente integrado en las calles de París, mostrada como una ciudad fantasmagórica, como una realidad alternativa en la que se mezcla el pasado con un presente que se asemeja a una ensoñación. Dammi se representa como si se tratara de un sueño del protagonista, pero que tiene profundas raíces en la pérdida de identidad impuesta por su familia. "¿Superaré la vergüenza? ¿Qué quieres decir con eso? Es fácil para ti decirlo: 'Yo soy el árabe que se quedó, tú eres el árabe que se fue'. Nunca tuve elección". En este viaje de tono surrealista, Mouni encuentra a Hafzia (Souheila Yacoub), una joven de origen argelino que le muestra otro tipo de conexión con las raíces identitarias. "Detrás de París, está Argel", le dice ella. La ciudad se convierte en el punto de encuentro entre el origen y el destino, entre el pasado y el presente, pero también en el centro del conflicto interior del protagonista. La película tiene una puesta en escena estilizada y atmosférica, tanto que desprende una cierta tonalidad a spot publicitario, y de hecho se trata de una producción de la marca de moda francesa AMI París, que al final acaba desequilibrada entre lo personal y lo publicitario. AMI Paris, siglas del director creativo Alexandre Mattiussi, suele conectar sus lanzamientos de temporada con el mundo del cine. La colección primavera-verano 2022 se promocionó con la pieza audiovisual Reunion (2022), dirigida por la realizadora danesa afincada en Nueva York Sandra Winther. Esta pieza de danza, protagonizada por dos miembros de la Ópera de París, Letizia Galloni y Simon Le Borgne, se rodó en las ruinas del pueblo viejo situado junto a la ciudad zaragozana de Belchite. 

Camping du lac

Éléonore Saintagnan, 2023 | Cineasti del presente | ★★★

Locarno FF '23: Premio Especial del Jurado CINÉ+


Hay en el primer largometraje de la artista Éléonore Saintagnan (1979, Bélgica) un carácter lúdico que acaba resultando fascinante. La directora, guionista y protagonista ofrece una propuesta divertida que mezcla leyendas con relatos literarios, que une la ficción con el documental para construir una película que se mueve cómodamente en ese terreno de la fantasía mientras reflexiona sobre algunas obsesiones de nuestra sociedad. La protagonista es Éléonore  (Éléonore Saintagnan), quien decide conducir su coche por la región de Bretaña para llegar al mar, hasta que sufre una avería y se ve obligada a permanecer durante varios días en un cámping situado junto al lago Guerlédan. Este lugar, donde la propia directora estuvo viviendo durante un año para conocer a sus habitantes, es un espacio al mismo tiempo relajado y extraño, en el que se pueden encontrar elementos que parecen no pertenecer a él, como la estatua de un indio, y en el que habitan personajes curiosos que provienen de las ciudades y han acabado permaneciendo allí casi por inercia. De alguna forma, son todos foráneos que sin embargo conforman una especie de estabilidad familiar. Algunos de ellos forman parte de la película con su propio nombre, y la propia narradora/directora nos cuenta sus historias, como Wayne (Wayne Standley), un hombre procedente de Ohio del que se dice que tiene una hija en Norteamérica a la que no ha visto en 25 años. En otros se subvierte su identidad, como la cantante transgénero Anna Turluc'h, quien interpreta a Louise, una mujer cisgénero que decidió dejarlo todo para dedicarse a cuidar gallinas. 

Camping du lac (Éléonore Saintagnan, 2023) refleja lo cotidiano pero envuelto en historias mitológicas, creando una realidad tan honesta como ficticia. La directora decidió mezclar dos relatos para construir su propia mitología. Por un lado, toma del escritor Russell Banks (1940, Massachussets) el cuento The fish, una parábola sobre la codicia ambientada en Vietnam que el escritor norteamericano incluyó en su libro Success stories (1996). Reconocido como uno de los grandes autores de las últimas décadas, algunas de las novelas de Russell Banks han sido adaptadas al cine como Aflicción (Paul Schrader, 1997) y El dulce porvenir (Atom Egoyan, 1997). Pero esta historia se mezcla con la leyenda en torno a Corentino de Quimper, un santo de Bretaña del que se cuenta que alimentó al rey Gradlon y su cortejo cuando se perdieron en el bosque con un solo trozo de un pez milagroso que se regeneraba a sí mismo, una referencia a la multiplicación de los alimentos en la religión cristiana. Estos dos relatos se unen en una historia sobre un pez gigante que los habitantes del lago Guerlédan piensan que se encuentra en sus profundidades. "Nadie lo ha visto, pero nadie ha demostrado que no exista", dice Éléonore Saintagnan en su narración. De esta forma, la película se transforma desde una descripción costumbrista de la cotidianidad para ir introduciéndose gradualmente en el terreno de la fábula con mensaje ambientalista, sobre todo cuando el municipio convierte la leyenda en torno al pez en una atracción turística, como el monstruo del Lago Ness. En Camping du lac la narración cambia a partir de la incorporación de elementos nuevos creando un sentido de irrealidad, lo que termina haciéndola mucho más atractiva. Es algo así como un cuento que va re-elaborándose conforme se introducen cada vez más elementos procedentes de la imaginación, como un animal vivo que se adapta a su entorno. 

Family portrait

Lucy Kerr, 2023 | Cineasti del presente | ★★★


No hay nada como el entorno familiar para describir las falsas realidades, especialmente cuando una reunión al final del verano es aprovechada para tomar la foto navideña que se enviará unos meses después, reflejando la "felicidad" de la familia. Esta costumbre, que parece especialmente popular en el Sur de los Estados Unidos, es usada por la directora Lucy Kerr (1990, Texas) para crear una película que en la superficie parece tratar temas sencillos sobre las relaciones que se establecen en estos encuentros, pero cuya forma y sentido estético la convierten en una historia intrigante en la que hay elementos que nos invitan a pensar que las imágenes proceden de algún tipo de sueño. Es especialmente acertada la contraposición de la imagen y el sonido, que muestra y expresa dos sensaciones diferentes. La película comienza con una secuencia trivial el jardín con los protagonistas jugando en un entorno de despreocupación que es roto por el sonido apagado y sordo, que no permite distinguir los diálogos. A través de este inicio, la directora sostiene el tono de inquietud que permanece constante, sobre todo a partir de un acontecimiento posterior que cambiará todo. Dentro de esta armonía que evidencia una tensión soterrada, los dos personajes que encajan con mayor dificultad son Katy (Deragh Campbell) y su novio Olek (Chris Galust), quienes tratan de aligerar la agrupación de la familia para tomar la foto porque él debe estar en el aeropuerto para recoger a su madre rusa. Es el elemento de estrés más evidente en la primera parte de la película, pero se encuentra con una especie de reticencia indiferente del resto de la familia a estar todos juntos. 

Cuenta la directora Lucy Kerr que una de sus inspiraciones ha sido El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962), especialmente en la idea de un objetivo que nunca se alcanza. Mientras en aquella los invitados a una cena no podían marcharse, en ésta la postal navideña parece imposible de realizarse. La desaparición repentina de la madre, de la que solo Kity parece sentirse realmente preocupada, aporta otra atmósfera perturbadora de irrealidad, acrecentada por la noticia de la muerte de un pariente cercano que parece estar relacionada con el Covid-19 en su etapa temprana. Family portrait (Lucy Kerr, 2023) se recrea en los fuera de campo y evita una narrativa tradicional para construir planos en los que a veces es más importante lo que no se dice y lo que no se muestra. Buena parte de las composiciones en planos estáticos están creadas a partir de una acción principal y otras acciones secundarias que se producen al fondo, de forma que a veces el espectador siente más curiosidad por lo que ocurre detrás que por lo que pasa delante. Es una forma sutil de expresar la esencia de la película, en la que el subtexto prevalece sobre el texto, lo soterrado evidencia su naturaleza anormal, aunque a veces su exposición resulte demasiado obvia, como cuando el padre, Charles (Robert Salas), habla sobre la escasa fiabilidad de la imagen mientras contempla una fotografía que nunca vemos. En otro momento, la cámara se detiene en un plano fragmentado del cuello de Olek mientras se escucha una conversación en primer término. 

Esta ruptura de la imagen es habitual en la película, pero se sustituye por una planificación más apresurada cuando Katy busca a su madre por la laberíntica casa mientras es seguida por una steadicam, en movimientos que tienen una cadencia de coreografía, la disciplina en la que Lucy Kerr ha trabajado anteriormente con proyectos como Site of passage (2022) que estrenó en el Festival de Marsella (FID). El trabajo de Deragh Campbell, co-guionista y protagonista de Anne at 13.000 feet. (Kazik Radwanski, 2019) es notablemente preciso en la ambigüedad de la representación de su obsesión por encontrar a su madre, en un tercer acto que acentúa el tono de ensoñación. Hay en la historia una sensación de tiempo detenido, una especie de paréntesis (quizás de tregua) cuya superficie está arañada por reproches y tensiones escondidas, y tiene algo de ese retrato familiar herido que suele hacer la directora Lucrecia Martel en sus películas. Family portrait funciona mejor en lo sutil que en lo evidente, como en esa descripción de una familia sureña republicana a través de los libros y las referencias que se muestran de soslayo, lo cual también puede explicar la incomodidad de Katy y su novio ruso. Pero más allá de ser un simple reflejo de las dinámicas familiares, la película funciona en múltiples planos que hablan sobre la dificultad de afrontar cambios relevantes y amenazas invisibles. 

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Películas mencionadas: 

ParkRimini y El dulce porvenir se pueden ver en Filmin.
Aflicción se puede ver en Filmin y Prime Video. 
El ángel exterminador se puede ver en FlixOlé.


18 agosto, 2023

Vientos nórdicos 2023 - Parte 4: Las series escandinavas que vendrán

Aunque la época veraniega también resulta escasa en estrenos en los canales y plataformas escandinavos, destacamos a continuación algunas series que se han ido presentando en la primera mitad del año. Agosto es generalmente un mes de regreso y de reinicio de las actividades laborales y lectivas tras las vacaciones, y también supone el comienzo de algunos rodajes, pero sigue siendo un mes de transición en el que los principales canales y streamers nórdicos se preparan para la temporada de otoño, para la que reservan algunos de sus estrenos más importantes. No obstante, hay algunas actividades destacadas, como la entrega de los premios Amanda (los Goya del cine noruego), dentro del Norwegian Film Festival en Haugesund. 

SUECIA

Precisamente se ha elegido el mes de agosto para unificar los contenidos de C More con los de la plataforma TV4 Play en este país, el único en el que todavía operaba la anterior de forma independiente. El traspaso supone también un cambio en los precios, que van desde las 59kr (5 euros) con publicidad, que permite visionar series y películas de estreno, hasta las 149 coronas (12,5 euros) sin publicidad y con acceso a Britbox, el canal internacional de ITV y BBC. El comienzo de esta fusión que se lanzó el pasado lunes 14 de agosto ha sido bastante caótico, con numerosas quejas de usuarios que han experimentado problemas con los contenidos y la calidad del sonido y la imagen, mientras los responsables solo han sabido responder pidiendo paciencia. 

Una de las producciones de C More que se han trasladado es Top dog (TV4 Play, 2020-), cuya esperada segunda temporada finalmente se estrenó el pasado mes de mayo. La serie está basada en varias novelas del popular escritor Jens Lapidus (1974, Suecia), uno de los autores de novela negra escandinava más destacados, al que se ha comparado con James Ellroy, y del que en España conocemos las adaptaciones cinematográficas de su Trilogía de Estocolmo, que fueron llevadas al cine en tres películas iniciadas con Dinero fácil (Daniel Espinosa, 2010), que supuso un lanzamiento internacional tanto para su director como para los actores suecos Joel Kinnaman y Matías Varela, de origen español. Posteriormente, se ha estrenado un reinicio en formato serie con el mismo título, Dinero fácil (Netflix, 2021-) que no ha tenido tanta repercusión. La serie que nos ocupa toma su título del tercer libro de los cuatro (el último se ha publicado este mismo año) que Jens Lapidus ha dedicado a los personajes de Emily Jansson (Josefin Asplund), una abogada poco ortodoxa con las reglas y Teddy Maksumic (Alexsej Manvelov), un ex-convicto que acaba de salir de la cárcel y pretende retomar el control de sus actividades mafiosas. La serie toma ambos personajes para desarrollar historias completamente diferentes de las que protagonizan en las novelas, de forma que en realidad funcionan casi como tramas paralelas a las literarias. Lo cual es una decisión arriesgada pero que termina funcionando bien. 

Top dog

Temporada 2 | TV 4 Play | 6x45' ★★★☆

Escrita por Veronica Zacco, Hans Jörnlind | Dirigida por Alexis Almström, Ahmed Abdullahi

En la primera temporada, Emily trataba de conseguir que la incorporaran como socia en la firma de abogados en la que trabajaba, la única salida para solventar sus propios problemas financieros, que procedían de una gran deuda heredada de su padre. Hay elementos de conexión entre Emily y Leya, la protagonista de la serie Dinero fácil, y de esa mezcla entre los bajos fondos y los sectores aparentemente más solventes, como el financiero. Pero los personajes de Top dog resultan más sólidos en sus arcos narrativos, y en esa especie de ética dudosa que les mueve a tomar determinadas decisiones. Mientras Teddy trata de encontrar una estabilidad para su familia, aunque sea a través de actividades ilegales, Emily también intenta ser reconocida en su profesión al mismo tiempo que resuelve sus problemas financieros. Tras una primera temporada en la que sus caminos se cruzaban de forma dramática, la segunda temporada mantiene el pulso reuniéndoles de nuevo en diferentes lados de una trama relacionada con la construcción ilegal de un centro comercial en unos terrenos que se disputan dos empresas. Mientras Emily comienza a trabajar para el multimillonario Paul Alhborg, interpretado por Peter Viitanen, al que hemos visto como protagonista en La huida (Sundance TV, 2022), Teddy vuelve a colaborar con su antiguo jefe Isak (Mahmut Suvakci). 

Considerado como el mejor cronista actual de los bajos fondos de Estocolmo, los temas recurrentes de Jens Lapidus están presentes en esta serie, sobre todo la delgada separación entre las clases sociales inferiores y las superiores, así como la borrosa línea de legalidad en la que las segundas se asemejan en ocasiones a las primeras. En este sentido, Top dog es un thriller construido con solidez, en el que también hay algunos puntos de conexión en las relaciones entre los protagonistas con el thriller financiero Blinded (Filmin, 2019-), otra producción reciente de C More. Pero mientras aquella se envolvía en una trama confusa y poco verosímil en su segunda temporada, ésta mantiene el interés e incluso se enfoca mejor en las historias personales de sus personajes. La primera temporada de Top dog contó con la dirección principal de Molly Hartleb, quien ha dirigido la mitad de la miniserie El manipulador (Filmin, 2022), que se estrena en España a finales de agosto, mientras que la segunda temporada corre a cargo principalmente de Alexis Almström, director del drama romántico Bahía de invierno (2021).
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Si hay un drama destacado este año entre las producciones estrenadas en Suecia es Limbo (Sundance TV, 2023), una conmovedora historia que plantea reflexiones importantes sobre la paternidad y las relaciones personales. Coproducida entre Viaplay y Warner Television ITVP, la serie ha sido creada por Rakel Wärmländer (1980, Suecia), que hasta el momento era conocida como actriz en películas como Border (Ali Abbasi, 2018), aunque se planteó hace unos años dejar la interpretación, porque le aportaba pocos papeles realmente interesantes, llegando a solicitar el ingreso en la Academia de Policía. La historia está basada en una experiencia real que vivió cuando era joven en la que, tras una fiesta con sus amigos, a la mañana siguiente las familias recibieron la noticia de que algunos de los que habían acudido a la celebración tuvieron un accidente de tráfico. La experiencia de cómo este hecho transformó las relaciones entre las diferentes familias es la base de una trama de ficción que está protagonizada por tres parejas, pero que dedica más atención a las mujeres, Ebba (Rakel Wärmländer), My (Sofia Helin) y Gloria (Louise Peterhoff), amigas desde hace tiempo que han compartido sus crisis emocionales y cambios sentimentales. Cuando los hijos de Ebba y My y el hijo adoptivo de Gloria son víctimas de un accidente, los sentimientos de culpa y la impotencia transforman sus relaciones, especialmente en el caso de Ebba, cuyo hijo Jacob (Anton Forsdik) ha sufrido graves daños en el cerebro.

Limbo

Temporada 1 | Viaplay | 6x40' ★★

Escrita por Rakel Wärmländer, Emma Broström | Dirigida por Sofia Adrian Jupither

Las preguntas comienzan a surgir, sobre todo en torno a quién conducía el coche y si en el accidente estuvo involucrado el consumo de drogas, y la negativa de los jóvenes a ofrecer respuestas sinceras provoca que el dolor se confunda con la necesidad de encontrar un culpable. A lo largo de los seis espléndidos episodios surgen los secretos, renacen los rencores y se mezcla una cierta sensación de impotencia con la rabia de Ebba por ser quien sufre las peores consecuencias del accidente. Rakel Wärmländer se reserva este personaje, el más complejo, enfrentada a la cada vez mayor falta de comunicación con su marido Fredrik (Oscar Töringe) y al vértigo que le provocan las posibles consecuencias que pudieran tener las heridas sufridas por su hijo. Pero lo que destaca en Limbo es que transmite las dudas y los sentimientos con absoluta naturalidad, se sienten realistas en el grado de confusión que provoca un hecho fortuito que puede llegar a cambiar la vida de una familia para siempre. Al margen de Ebba, destaca la relación entre My y su esposa Helena (Alexandra Zetterberg), quien se separó de su marido y ahora convive con ella y su hijo Lucas (Linton Calmroth), que nunca ha aceptado a la nueva pareja de su madre.

A pesar de la constante sensación de tristeza que invade a la historia, hay algunos momentos en los dos mejores episodios de la serie, Nox Atra (T1E4) y Solis Occasum (T1E5) en los que las tres amigas escapan de sus realidades y pasan un fin de semana en una casa de campo, tratando de encontrar un leve resquicio de la relación que mantenían hasta el día del accidente. Son episodios de una claridad notable, de una escritura de diálogos perfecta que construye la evolución de los sentimientos personales con especial eficacia, hasta que un comentario salido de tono vuelve a despertar los rencores y las acusaciones. El trabajo de la directora Sofia Adrian Jupither, quien hasta el momento se había especializado en comedia con la longeva serie noruega Helt perfekt (TV Norge, 2011-) y su posterior remake sueco, aporta el ritmo adecuado a la historia, se detiene en los rostros de las protagonistas y consigue mantener el suspense con efectividad en el primer episodio, en el que los padres se encuentran en un estado de confusión insoportable, tratando de conseguir alguna información sobre el accidente. Estrenada el pasado mes de febrero, Limbo ha tenido excelentes críticas y ha consolidado a Rakel Wärmländer como una gran escritora.

NORUEGA

Como comentamos anteriormente, este fin de semana es la cita destacada del cine noruego con la entrega de los premios Amanda, que desde 1985 forman parte de las actividades del Festival de Cine Noruego que se celebra en la localidad de Haugesund. Aunque los primeros años se entregaron galardones tanto para cine como para producciones de televisión, a partir de 1993 los premios Amanda son solo cinematográficos, y no están concedidos por una Academia de cine, sino por un jurado que reúne a nombres importantes del cine noruego de diferentes categorías profesionales. Tres películas están nominadas en la categoría de Mejor Largometraje: Let the river flow (Ole Giæver, 2022), Sick of myself (Kristoffer Borgli, 2022), que en España se puede ver en Movistar+, y Sister, What grows where land is sick? (Franciska Eliassen, 2022), siendo la primera la más nominada en ocho categorías. Entre las películas que compiten en los premios Amanda se pueden ver en Filmin Norwegian dream (Leiv Igor Devold, 2022) con tres nominaciones y Munch (Henrik Martin Dahlsbakken, 2022), que ha logrado solo dos; Netflix ha estrenado Un marinero en la guerra (Gunnar Vikene, 2022), como miniserie de tres episodios, la segunda película más nominada en siete categorías; y también Narvik (Erik Skjoldbjærg, 2022) con cuatro nominaciones; y Lobo vikingo (Stig Svendsen, 2022), nominada en la categoría de Efectos visuales. En la categoría de Música Original han sido nominados Kåre Christoffer Vestrheim por la música de la película de animación Titina (Kajsa Næss, 2022), el heterogéneo grupo de músicos formado por Elina Waage Mikalsen, Evelina Petrova, Viktor Bomstad, Franciska Seifert Eliassen y Matias Frøystad para la película Sister, What grows where land is sick? y Ola Fløttum y Pessi Levanto (músico finlandés nominado a los Nordic Film Awards por Psykosia (Marie Grahtø Sørensen, 2019)) por la banda sonora de Let the river flow

Entre las sorpresas destaca la única nominación para el montaje de la interesante Thomas vs. Thomas (Jakob Rørvik, 2022), y como curiosidad la nominación por tercer año consecutivo de los actores Kristine Kujath Thorp, protagonista de Sick of myself, y Pål Sverre Hagen por Un marinero en la guerra. La polémica también ha rodeado a los premios Amanda este año debido a unos reglamentos que solo permiten la participación de películas estrenadas en diez grandes cines de al menos dos de las principales ciudades de Noruega, sin posibilidad de nominación para aquellos títulos estrenados solamente en plataformas de streaming. Esto ha impedido que notables éxitos internacionales como Trol (Roar Uthaug, 2022), estrenado en Netflix y que podría haber competido en categorías técnicas sobre todo, y Gold run (Hallvard Bræin, 2022), que batió todos los récords de visionado en la plataforma Viaplay, hayan podido ser nominadas. La controversia ha llevado al Instituto de Cine Noruego a tomar la decisión de retirar su participación en el Comité de selección de nominados argumentando que el reglamento actual "es una burla al desarrollo tecnológico que hemos tenido en los últimos años", según declaraba Kjersti Mo, director de esta institución pública encargada de conceder las subvenciones de la industria audiovisual noruega.  

Actualización 20 de agosto.

La entrega de los premios Amanda se celebró este sábado en una ceremonia más modesta y menos glamurosa de lo que suelen ser en otros países, pero con un espíritu de celebración del cine noruego que deberíamos apuntarnos en España. En vez de quejas, hubo sobre todo referencias a los éxitos que han conseguido las películas noruegas a lo largo de la temporada, en unos cines en plena recuperación que este año esperan alcanzar los 10 millones de entradas vendidas, solo algo por debajo de los 11 millones de 2019 antes del coronavirus. De hecho, los dos grandes éxitos de la temporada han logrado el mayor número de premios: Un marinero en la guerra (Gunnar Vikene, 2022), que vendió más de 400.000 entradas, ha conseguido cuatro premios Amanda: Fotografía, Vestuario, Actriz de reparto y Actor principal. Ina Marie Willmann consigue su segundo premio Amanda y ha sido protagonista de Trol (Roar Uthaug, 2022), mientras Pål Sverre Hagen logra su tercer premio y el segundo en años consecutivos. Ambos protagonizaron la serie Furia (Filmin, 2021-). Por su parte, Narvik (Erik Skjoldbjærg, 2022), ha sido vista por 528.000 espectadores, lo que se reconoció anoche con tres premios Amanda: Sonido, Efectos Visuales y el Premio del público. 

© Den Norske Filmfestivalen Haugesund Foto: Grethe Nygaard

Un éxito sorpresa lo obtuvo Sister, What grows where land is sick? (Franciska Eliassen, 2022), una película rodada en una semana sin apenas presupuesto que se llevó dos premios Amanda: Actriz principal (Ruby Dagnall) y Música, mientras que para una de las favoritas, Sick of myself (Kristoffer Borgli, 2022), sonaron a derrota los dos galardones conseguidos: Guión y Maquillaje. También fue algo sorprendente el éxito logrado por Let the river flow (Ole Giæver, 2022), una excelente incursión en el racismo contra los sami, que logró tres principales galardones: Película, Dirección y Actor de reparto (Gard Elvenes). Thomas vs. Thomas (Jakob Rørvik, 2022) se llevó al menos la única nominación que tenía: Mejor Montaje, mientras la película de terror Possession (Henrik Martin Dahlsbakken, 2022) consiguió el de Mejor Diseño de Producción. Curiosamente, la ceremonia de los premios Amanda no concluye con el galardón a Mejor Película, sino con el Premio a toda una vida, que este año recayó en la actriz Bente Børsum, que a sus 89 años sigue en activo. El galardón lo entregó la nueva Ministra de Cultura, Lubna Jaffery, recién nombrada este verano después de que la anterior, Anette Trettebergstuen, renunciara al cargo tras descubrirse que había utilizado su influencia para incluir a algunos amigos personales en puestos relevantes como la Junta Directiva de la Ópera. 

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Las redes sociales se han convertido en un tema recurrente en la producción de televisión noruega, quizás en una estrategia algo hipócrita sobre alertar de los peligros que éstas pueden tener en las relaciones entre jóvenes pero al mismo tiempo utilizarlo como un reclamo para atraer la atención de los espectadores no adultos, que sistemáticamente han ido abandonando los canales tradicionales. Es especialmente notable en la televisión pública, tan desesperada por recuperar audiencia joven que produce continuamente series protagonizadas por adolescentes como Lik meg (NRK, 2018-), VGS (NRK, 2022), 19 (NRK, 2018-2020) o Rykter (NRK, 2022-), generalmente en formatos de corta duración. Con un perfil más adulto, Cammo (NRK, 2023-) ha sido uno de los recientes éxitos del canal público, con una media de audiencia cercana a los 500.000 espectadores, tanto que se estrenó en abril y este mes de agosto comienza el rodaje de la segunda temporada. Se trata de nuevo de una serie protagonizada por su propia creadora, Caroline Glomnes (1987, Noruega), actriz a la que hemos visto en series como Caza de brujas (TV 2, 2020) y La chica de Oslo (Netflix, 2021), quien se ha encargado de escribir esta parodia sobre el mundo de las influencers a partir de un personaje que tiene algo de patetismo. Ella es Camilla Christiansen (Caroline Glomnes), conocida en las redes sociales como Cammo, quien descubre que está arruinada debido a una deuda con Hacienda, ya que se le ha olvidado hacer la declaración de la renta en los últimos años. De forma que, para afrontar la millonaria deuda, debe encontrar un trabajo normal, y lo único a lo que se adapta su escaso currículum es un puesto como monitora para un grupo de jóvenes con síndrome de Down. 

Cammo

Temporada 1 | NRK | 8x20' ★★☆☆

Escrita por Caroline Glomnes | Dirigida por Martin Sofiedal

Así, Camilla conoce a Kamilla (Katelyn Kristine Dlugokinski Garbin), una joven que le abrirá los ojos sobre un forma diferente de afrontar la vida, aunque ella también cuenta con el privilegio de tener una madre con alto poder adquisitivo. A través de su relación, Cammo reflexiona sobre la superficialidad que transmiten las influencers, y la propia creadora de la serie ha reconocido que la protagonista está inspirada en Kristin Gjelsvik, un conocido personaje de la prensa rosa que se hizo famosa tras participar en un popular reality. La serie funciona como una comedia no demasiado compleja pero que en algunos momentos aporta al personaje principal algo de humanidad, aunque ella tiene una especial capacidad para interpretar todo de forma equivocada y con una visión del mundo ingenua y egoísta. En realidad, la historia no se diferencia mucho de las comedias sobre personajes ricos que lo pierden todo y deben afrontar la vida desde un punto de vista más ordinario, descubriendo que el dinero no da la felicidad. Este mensaje moralista también está presente en la serie, pero cambiando la riqueza material por la influencia social. 

Hay algo de profundidad en el personaje principal a través de su relación con su madre Sofia (Hanne Lindbæk), una de esas figuras maternales que ha acabado forjando la personalidad de su hija llevándola a concursos y castings para construir ese mundo aislado y falso en el que ha acabado viviendo. Pero a pesar de tener algunos momentos que ridiculizan la superficialidad de las influencers, la propuesta crítica de la serie es menos efectiva porque se reduce a un personaje concreto, sin demasiados comentarios sobre cómo el resto de la sociedad contribuye a crear estos monstruos. En el episodio Kilimanjaro (T1E4), Cammo es invitada al programa El Debate, uno de los más populares de la televisión pública noruega (la serie aprovecha para introducir cameos de personajes famosos), donde acaba haciendo el ridículo, pero se echa en falta más mordacidad en torno a cómo los medios de comunicación acaban contribuyendo a mantener la popularidad de este tipo de personajes. Cammo es una comedia divertida que juega con lo políticamente incorrecto a través de su protagonista, pero que dentro de su aparente intrascendencia ofrece una reflexión seria sobre dónde están los límites de la banalidad a través del poder de los influencers. 
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Más seria es la aproximación que realiza la serie Delete me (Disney+, 2021-2023) que en su primera temporada ya abordaba los efectos dramáticos que la exposición sexual a través de las redes sociales pueden provocar entre los jóvenes. La segunda temporada, Delete me/Watch me (Viaplay, 2023) cambia de historia pero manteniendo algunos de los personajes de la primera, y repite la particular propuesta narrativa de contar la historia de adelante hacia atrás, de forma que el primer episodio en realidad sería el episodio final dentro de una estructura tradicional, y así sucesivamente. A veces esta original idea acaba constriñendo demasiado la fluidez de la historia, y funcionaba mucho mejor en términos de suspense en la primera temporada que en ésta, aunque al menos en este caso siempre queda la opción, si se quiere ver la serie en orden cronológico, de comenzar por el episodio seis. Hay algunos elementos que establecen un paralelismo entre esta serie y la también interesante Cruel summer (Prime Video, 2021-), no solo porque ambas caminan en paralelo, estrenando sus dos temporadas en los mismos años, sino porque sus guionistas consiguen crear historias protagonizadas por personajes jóvenes pero desde una perspectiva adulta, tratando temas complejos sobre las relaciones personales y las redes sociales, en el caso de Delete me/Watch me, más centrada en la sexualización que la juventud hace de sí misma a través de los encuentros digitales.   

Delete me/Watch me

Temporada 2 | Viaplay | 6x33' ★★★☆

Escrita por Marie Kristiansen | Dirigida por Marie Kristiansen, Emilie Norenberg

Lo interesante de esta segunda temporada es que la protagonista, Sanna (Sofia Tjelta), que también aparecía en la primera, es la que se exhibe a sí misma, convirtiendo su cuerpo en una forma fácil de ganar dinero a través de la aplicación HornyFans, en la que a cambio de acceder a las peticiones de los usuarios, recibe diferentes pagos. Para ella, en realidad es solo una forma de lograr más usuarios en sus otras redes sociales, Instagrid y YouStream (las referencias a la realidad no hace falta ni siquiera citarlas), pero el juego de sexualización se convierte también en una puerta abierta a los peligro del abuso. La primera imagen que vemos en el episodio Reverse the irreversible (T16/1) es la de un primer plano de Sanna denunciando a través de sus redes sociales que ha sido violada por un adulto, lo que propone ya la oscuridad en la que nos introduce esta nueva temporada. La serie fue la primera creación de Marie Kristiansen (1982, Noruega), hija de dos reconocidos actores noruegos, y está basada en historias reales contadas por jóvenes. Aunque reside habitualmente en Londres, ella también dirigió la cuarta y última temporada de la conocida serie Young and promising (Filmin, 2015-2019), antes de embarcarse en esta historia. 

Delete me/Watch me introduce otros elementos sobre las relaciones personales a través del personaje de Lucas (el actor sueco Erik Enge) quien se hace pasar por una artista llamada Gina en las redes sociales, y cuya historia, algo más floja y convencional en su desarrollo, implica una forma de liberación a través de su creatividad artística de la imposición de un futuro marcado por su padre y la tradición familiar, pero se siente una trama inconexa. La serie es más interesante cuanto más difumina la realidad, expuesta a la interpretación de los espectadores, creando un debate interno sobre el grado de responsabilidad de los protagonistas en las consecuencias de sus acciones. Y sobre cómo resulta difícil establecer límites a la exposición personal cuando se han cruzado determinadas líneas. Hay una estética visual en esta propuesta, dirigida por la propia Marie Kristiansen en la mayor parte de los episodios, que difumina la imagen en ocasiones y que muestra solo partes de los cuerpos para reflejar la visión parcial que ofrecen las redes sociales. Es una forma muy certera de evidenciar la ruptura con la realidad a través de la virtualidad. 

FINLANDIA

En muchas ocasiones se ha considerado a los países nórdicos como un buen referente para conocer las tendencias futuras de las transmisiones audiovisuales, porque algunas de sus propuestas acaban siendo norma habitual años después. Finlandia concretamente refleja desde hace años la inclinación del mercado audiovisual, estableciendo impuestos específicos para su televisión pública, o con algunas prácticas que en estos momentos serían impensables en otros países europeos. Yle, el canal público, por ejemplo, ha reforzado tanto su plataforma de streaming que en la actualidad se ha convertido en la primera ventana de exhibición para sus producciones originales que primero se estrenan en Yle Areena, y dependiendo de la acogida que tienen en la plataforma posteriormente se emiten en el canal lineal. Finlandia también se ha reforzado en el crecimiento del streaming en general, siendo el país nórdico que más ha crecido en número de suscriptores, un 8% en el último año, una proporción mayor que en Dinamarca, Suecia o Noruega. Si bien es cierto que el gasto promedio es más barato que el de sus países vecinos, 32€/mes frente a los 50€/mes del resto, también ha contribuido especialmente "la agrupación de diferentes medios y paquetes de acceso, creando una oferta de 1+1=3", según Fredrik Liljeqvist de la consultora Mediavision. 

Una de las propuestas más interesantes procedentes de Finlandia este año ha sido la serie Pohjoisen tähti (Estrella del Norte) (Yle, 2023), que se estrenó el pasado mes de marzo. Rodada en la región de Rovaniemi, la capital administrativa de Laponia que está considerada como el hogar oficial de Papá Noel. La historia ofrece una vuelta de tuerca al procedimental policial, proponiendo casos diferentes en cada episodio que deben investigar la agente de policía Maria Pudas (Saara Kotkaniemi) y su compañero Samu Pajala (Karim Rapatti) en una de las regiones más hostiles desde el punto de vista climático. Los casos están basados en hechos reales, pero adaptados desde el punto de vista de la ficción narrativa, aunque no se enfoca tanto en la dificultad que supone encontrar al culpable, al que conocemos casi desde el principio, sino en mostrar a personas normales que, empujadas por determinadas circunstancias, se convierten en criminales. El hecho de que la serie esté dirigida por Teppo Airaksinen, más habituado a la comedia, que ganó una Mención Especial en Cannes por su cortometraje The celling (2017), indica el tono que se desprende de la serie, con un sentido del humor seco muy característico del carácter finlandés.

66 North precinct

Temporada 1 | Yle | 8x52' ★★★☆

Escrita por Timo Varpio, Olli Haikka, Olli Tola Kristiansen | Dirigida por Teppo Airaksinen

Pero la aportación más singular de la serie, que ha sido coproducida por AMC Networks International, que la estrenará en noviembre en España dentro del canal Sundance TV con el título de Puños de hierro, es que mezcla la estructura procedimental con una trama horizontal que también tiene a Maria Pudas como protagonista. Ella fue campeona de boxeo pero se retiró cansada del mundo del deporte para dedicarse a su trabajo como policía y a su familia, formada por su esposa Essi (Iina Kuustonen) y sus dos hijos. Pero cuando su madre Anna-Liisa (Katiriina Kaitue) le revela que su padre Esko (Eero Saarinen) ha acumulado una deuda de 500.000 euros, la única opción que le queda a Maria es volver a entrenar para organizar un combate especial cuyas ventas de derechos le permitirán pagar la deuda de su familia. De forma que Puños de hierro (Sundance TV, 2023) se acaba convirtiendo en una mezcla peculiar entre un procedimental policial y una historia deportiva, manteniendo el equilibrio con sorprendente eficacia. Resultan igual de interesantes los casos conclusivos de cada episodio que las vicisitudes que debe afrontar Niko (Heikki Ranta), el hermano de Maria, para conseguir negociar el mejor acuerdo posible con los agentes de la rival de la boxeadora para asegurar su regreso al ring. 

La serie ha sido creada y escrita por Timo Varpio, responsable del thriller periodístico Enemiga del pueblo (Filmin, 2022) junto a Olli Haikka y Olli Tola, que trabajaron juntos en Ártico (Cosmo, 2018-), y cuenta por tanto con la veteranía de tres de los guionistas finlandeses de mayor éxito internacional. Aunque resulta algo decepcionante que alguna trama no termine de resolverse, dejando abierta la posibilidad de una nueva temporada, Puños de hierro consigue mezclar el sentido del humor en la descripción de una comisaría de policía en la que no hay demasiada prisa por resolver los casos, con una cierta ruptura narrativa de los thrillers policiales y al mismo tiempo la introducción de los elementos de superación personal en torno al mundo del deporte. De forma que se consigue construir una propuesta original utilizando elementos tradicionales. 


Limbo se estrena en Sundance TV el 26 de octubre.
Puños de hierro se estrena en Sundance TV el 23 de noviembre. 
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Películas mencionadas: 

Dinero fácil se puede ver en Acontra+, Filmin y Tivify.
Bahía de invierno, Un marinero en la guerra, Narvik, Lobo vikingo y Trol se pueden ver en Netflix. 
Border se puede ver en Mubi y Prime Video. 
Sick of myself se puede ver en Movistar+. 
Norwegian dreamMunch y Gold run se pueden ver en Filmin.


16 agosto, 2023

Locarno '23 - Parte 1: Trayectos

El Festival Internacional de Cine de Locarno se ha celebrado en la ciudad suiza entre el 2 y el 12 de agosto, convertido desde hace tiempo en la última gran cita cinematográfica del verano, antes del comienzo de los dos festivales de categoría A que abren la temporada: Venecia y San Sebastián. Pero su posición en el calendario justo antes de estos dos importantes encuentros, que suelen acaparar el deseo de las productoras y agentes de ventas, no afecta en exceso al interés de Locarno, porque ha sabido apostar por proyectos mucho más arriesgados, y una programación más diversa y menos populista que la que suele encontrarse en otros festivales. Los responsables han definido como "el más pequeño de los grandes festivales" a una muestra cinematográfica que se celebró por primera vez en 1946, con una proyección en el Grand Hôtel de Locarno, después de que fracasara el intento de iniciarla en la vecina localidad de Lugano, ya que sus habitantes se mostraron en contra de que se construyera una estructura permanente. De esta forma, la primera proyección, todavía no competitiva, tuvo lugar en los jardines del Grand Hôtel el 23 de agosto de 1946, con la película O sole mio (Giacomo Gentilomo, 1946). Hay que recordar que unas semanas más tarde, el 20 de septiembre de 1946, se celebró la primera edición del Festival de Cannes, que trasladó sus fechas a la primavera a partir de 1951. 

La 76 edición del Festival de Locarno ha logrado una cifra de 147.000 espectadores, un aumento del 14,3% respecto a 2022, pero muy alejada todavía del récord de 175.000 espectadores que se consiguió en 2001, el año en el que se inició esta última etapa con un nuevo presidente, Marco Solari, y una nueva directora artística, Irene Bignardi. El final de esta edición también supone el cierre de una época que estuvo marcada por la cancelación del festival en 2020 debido a la pandemia del coronavirus, porque Marco Solari abandona la presidencia para dejarla en manos de la empresaria Maja Hoffmann, que se convierte así en la primera mujer que preside el Festival de Locarno. En los próximos días repasamos algunas de las películas más relevantes de esta edición. 

Nuit obscure - Au revoir ici, n'importe où

Sylvain George, 2023 | Competición Internacional | ★★★

Locarno FF '23: Mención Especial del Jurado 


A través de sus películas, el director Sylvain George (1968, Francia) aborda la inmigración alejándose de los puntos de vista victimistas para acercarse a las realidades que viven sus protagonistas tratando de entender de qué forma se han ido construyendo estas realidades a partir de las decisiones políticas que han creado el contexto en el que se mueven. En su filmografía, aborda el tema de la inmigración a partir de largos rodajes que se extienden hasta tres o cuatro años, editados en dípticos o trípticos que conforman piezas de una textura uniforme, con el blanco y negro como elemento común, pero que rastrean la vida de aquellos que esperan alcanzar su sueño desde diferentes perspectivas. Para ello ha utilizado dos zonas de transición de inmigrantes, ciudades efímeras para quienes esperan dar el siguiente paso en su trayecto. El puerto francés de Calais, donde cientos de refugiados esperan conseguir una vía de entrada hacia Reino Unido a través de los transbordadores, fue el escenario del díptico formado por Qu'ils reposent en révolte (Des figures de guerre) (2010) y Les éclats (Ma gueule, ma révolte, mon nom) (2011). El director francés hizo un paréntesis para abordar otra realidad distinta, la transformación de la sociedad española a partir de las protestas del 15 M, en su película Vers Madrid - The Burning Bright! (2012), crónica apresurada desde la Puerta del Sol de Madrid del comienzo de una revolución que finalmente quedó debilitada. 

Su regreso a los puertos de transición se ha producido a través de la ciudad de Melilla, rodando entre 2017 y 2020 una nueva representación de la inmigración a través de una propuesta que en total tiene una duración de 10 horas, separadas en tres películas, dos de las cuales se han estrenado en el Festival de Locarno. Nuit obscure - Feuillets sauvages (Les brûlants, les obstinés) (2022) se presentó fuera de concurso en la edición del año pasado, mientras que la segunda parte del tríptico melillense, Nuit obscure - Au revoir ici, n'importe où (2023) se ha estrenado en la Competición Internacional, consiguiendo una Mención Especial del Jurado. En esta segunda película, de tres horas de duración, el director vuelve a utilizar una cuidada fotografía en blanco y negro para centrarse en un grupo de jóvenes menores de edad que habitan las calles de Melilla mientras esperan la oportunidad de embarcar como polizones en alguno de los barcos que cruzan el Estrecho. Melilla no es solo una puerta de entrada hacia España, sino sobre todo una puerta de entrada hacia Europa, y hay momentos especialmente significativos, como las miradas de los jóvenes a través de los escaparates de las tiendas en el centro de la ciudad, que representan esa visión idealizada que Europa vende hacia el exterior. A través de la elección de las escenas nocturnas (la mayor parte del rodaje tuvo lugar entre las 22:00 y las 6:00 horas), que rompen las reglas establecidas para que las calles sean conquistadas por los grupos de jóvenes, Sylvain George establece una mirada política ("la noche es política", comenta el director), tomando decisiones trascendentales para construir su propio punto de vista, como evitar mostrar cualquier interacción con los habitantes de la ciudad, una representación del aislamiento de estos jóvenes inmigrantes, muchas veces etiquetados como delincuentes. 

La intención de la película es mostrarles en su entorno, de forma que se eliminen las categorías (víctimas, transgresores...), representándoles a través de sus esperanzas y sus ilusiones de un futuro mejor, pero también de su pasado y sus cicatrices. En las conversaciones entre ellos, hablan de algunas palizas recibidas por parte de la Guardia Civil, cuentan anécdotas sobre los intentos frustrados de alcanzar los botes de los barcos, y recuerdan su situación familiar (casi nunca les vemos hablando con sus familias), o hacen referencia a los destinos que quieren alcanzar (algunos mencionan que Francia es demasiado hostil). La película está estructurada en diferentes episodios que se cierran con fundido a negro, y generalmente con una imagen de algunos de los vestigios del pasado colonial que permanecen en Melilla, como una placa en una casa en la que vivió Franco (no parece casual que la fachada se muestre mientras un joven limpia las ventanas), la polémica estatua dedicada al caudillo "por sus años de estancia en África" que se retiró en 2021 o la antigua Fortaleza militar que muestra el pasado colonial español como origen de las actuales oleadas de inmigración. La llegada de los barcos supone el comienzo de la conquista del puerto por los jóvenes esperando alcanzar alguno de ellos, mostrada desde la distancia, a veces con un tono de juego en sus escarceos con los vigilantes y la policía. La imagen de los Campos Elíseos de París con el Arco del Triunfo al fondo es una reflejo de una victoria que se siente amarga. Nuit obscure se revela así como una nueva incursión en la problemática de la inmigración que se refleja a través de las voces de sus protagonistas, nunca tratados como víctimas, y por tanto desprendiéndose de los juicios de valor y las etiquetas. 

El auge del humano 3

Eduardo Williams, 2023 | Competición Internacional | ★★★

Locarno FF '23: Boccalino d'Oro Mejor Película 


Hay elementos de conexión entre la película de Sylvain George y la nueva propuesta de Eduardo Williams (1987, Argentina), que ganó el Leopardo de Oro en la sección Cineasti del presente del Festival de Locarno con su largometraje El auge del humano (2016). Ahora en la Competición Internacional, presenta El auge del humano 3 (Eduardo Williams, 2023), un título irónico que responde a la idea de la numeración de las secuelas en el cine comercial, pero saltándose el orden cronológico, porque no existe la segunda parte. Por tanto, no es exactamente una secuela pero sí es una continuación de su anterior propuesta, partiendo de una idea parecida sobre mostrar a grupos de jóvenes en diferentes países, principalmente no occidentales. Si en la anterior abordaba la convivencia de jóvenes en Argentina, Mozambique y Filipinas, en esta ocasión la película se ha rodado en Sri Lanka, Taiwán y Perú, partiendo de una financiación compleja que ha terminado involucrando a ocho países. El director argentino parece especialmente fascinado por la relación entre la tecnología y el ser humano, pero si esta convivencia formaba parte de las vidas de sus protagonistas en su debut, el planteamiento de esta segunda película hace que sea el propio concepto visual el que traslade esta singular transformación de lo natural en lo artificial. Como en el reciente documental Lonely Oaks (Fabiana Fragale, Jens Mühlhoff, Kilian Kuhlendahl, 2023), en el que los directores rescataban las imágenes grabadas por Steffen Meyn con una cámara 360º durante su estancia en una colonia de activistas medioambientales, las imágenes de El auge del humano 3 también están tomadas a partir de la grabación con una cámara 360º que contiene ocho lentes en forma circular, y que se coloca sobre la cabeza, de forma que puede utilizarse sin las manos, en este caso manejada por Victoria Pereda. 

Lo interesante sin embargo está en el proceso de postproducción, en el que, tras una edición previa que marcó la estructura, el ritmo y la longitud de los planos, Eduardo Williams visualizó las dos horas de su película con tecnología de Realidad Virtual, explorando él mismo dentro de las imágenes, de forma que son sus movimientos, sus focos de atención y su propia experiencia inmersiva la que se ha trasladado a la pantalla. De esta manera, a veces la atención no está en la escena principal, sino que se detiene en algún elemento tangencial que la coloca en un plano secundario. A diferencia de su anterior película, en El auge del humano 3 los protagonistas se desplazan hacia los países en los que se desarrolla, de forma que todos acaban formando parte de las mismas secuencias, aunque dialoguen en diferentes idiomas sin entender lo que se están diciendo. Y en ese desplazamiento que también supuso algunos retos, especialmente por las restricciones fronterizas, se refuerza la idea de las relaciones humanas. Uno de los productores, Jerónimo Quevedo, quiso resaltar en la rueda de prensa en Locarno la ausencia de uno de los actores de Sri Lanka, al que Suiza denegó el visado de entrada debido a su procedencia: "No respondía a la categoría de personas a las que este país permite la entrada", comentó. Y Eduardo Williams también destacó que, aunque tuvieron problemas para conseguir el visado en algunos países durante el rodaje, Suiza ha sido el único país que finalmente no ha permitido la entrada del actor. Esta participación oficial de una película que rompe las fronteras en el festival de un país especialmente férreo en el bloqueo de las suyas, lanza un mensaje muy significativo sobre las hipocresías de los países ricos. 

También hay una ruptura en la concepción visual, mostrando los saltos en la imagen o los rostros deformados por la adaptación del formato original a una pantalla plana. De alguna forma, hay una autoconsciencia de la artificialidad de la imagen. En uno de los planos secuencia que forman parte de la película, la cámara permanece estática durante seis o siete minutos en medio de la selva amazónica peruana, observando el ritmo interno de la propia naturaleza, dejando que fluya la aparición de elementos externos como un mono que aparece y desaparece, hasta que la cámara comienza a realizar un paneo recorriendo los 360º en un movimiento cada vez más rápido que acaba en una bifurcación de las ocho lentes, como si se tratara de una experiencia sensorial (una de las actrices la comparaba con la experiencia que provoca la ayahuasca). De forma que lo que al principio parecía una representación de lo natural acaba siendo cada vez más artificial. Esta transformación también la experimenta la propia película, que comienza como un documental sobre tres grupos de jóvenes en países desfavorecidos para acabar en un plano secuencia final en el que el paisaje toma el protagonismo, dejando a los humanos al fondo, y acaba pareciéndose a uno de esos espacios abiertos de esos mundos virtuales en los que lo humanos se convierten en avatares, una especie de fantasía representada en ese concepto de flotación que es común en las películas de Eduardo Williams. El auge del humano 3 describe la humanidad a partir de lo tecnológico y utiliza un planteamiento lúdico para trasladar las relaciones entre ambos. Que su propuesta sea tan abierta que responda a impulsos personales del director es solo una de sus grandes virtudes. 

On the go

Julia de Castro, María G. Royo, 2023 | Cineasti del Presente | ★★★

Locarno FF '23: Mención Especial del Jurado Joven 


Una de las presencias españolas en el Festival de Locarno este año ha sido la primera colaboración entre  Julia de Castro (1984, Ávila), artista multidisciplinar a la que hemos visto como actriz en la serie Poquita fe (Movistar+, 2023) y como autora publicó el libro Julia de Castro - La retórica de las putas (2019, Ed. La Fábrica), una respuesta a La retorica delle puttane escrito en 1647 por Ferrante Pallavicino,  y María G. Royo (1983, Venezuela), cuyo documental de tesis Rediscovering Pape (María Royo, Antón Calderón, 2009) obtuvo una nominación al Oscar para Estudiantes, para fundar posteriormente la productora sevillana Jur Jur Productions. Ambas han creado una particular road movie musical en On the go (Julia de Castro, María G. Royo, 2023), rodada en Súper 16 mm. que transmite tanta libertad creativa como deseos de romper con los esquemas habituales del género. La historia está protagonizada por Milagros (Julia de Castro), que quiere aprovechar sus últimos años fértiles para tratar de quedarse embarazada y su amigo Jonathan (Omar Ayuso) que también busca machos, pero a través de la aplicación Grindr. Ambos conducen un Chevrolet Corvair del 67 a través de la costa andaluza, en un trayecto marcado por el homenaje a la película Corridas de alegría (Gonzalo García Pelayo, 1982), que fue el punto de partida del encuentro entre las dos directoras. Las referencias narrativas a aquella película que formaba parte de una época de aperturismo del cine español son tanto formales (el uso del formato 1,37:1) como narrativas (el comienzo de la película) y sobre todo musicales. En los créditos suena la canción "Porque la vida es así", que interpretaba Ricardo Yunque al final de aquella otra road-movie.  

El viaje se convierte para la protagonista en un descubrimiento de sus propios anhelos, a través de las interacciones con los personajes que se cruzan en su camino, como La Reina (Chacha Huang), que dice ser una sirena, o Dandy (Alberto Jo Lee), quien se siente molesto cuando descubre que Milagros quiere quedarse embarazada de él sin consultarle: "Nosotras llevamos así 3.000 años. ¿A que jode?", le responde ella. El carácter feminista de Milagros la lleva a redefinir el concepto de maternidad, tomando el control de su propia fertilidad. Pero también acaba siendo un reencuentro de Jonathan con sus propios miedos, a través de una figura casi fantasmal, el de Tónica (Manuel de Blas), una relación amorosa de la infancia que acaba estando vinculado a la muerte y el abandono. A través de las localidades andaluzas que recorren con su descapotable blanco (otra referencia a la película de Gonzalo García Pelayo), se establece un contraste entre la tradición y la modernidad, una convivencia singular entre las tostadas con tomate y el éxtasis, entre el flamenco y la música electrónica, entre la vida y la muerte. Es una clara referencia a la gran eclosión de la música en Andalucía, cuando se produjo la fusión entre el rock y el flamenco, de la que también fueron protagonistas los hermanos Pelayo a través de su sello discográfico Gong, dando voz a artistas como Lole y Manuel y Triana. 

De ese espíritu de libertad en los años ochenta hay una notable influencia en esta película, la reivindicación de romper con las reglas narrativas para caminar entre lo surrealista y lo vanguardista, pero sin abandonar el espíritu cañí. También hay, no sabemos si de forma consciente, algo del carácter inconformista de películas como Vivir hasta el fin (Gregg Araki, 1992). Es un contraste que se establece también en la propia banda sonora, las sonoridades provenientes de los cuartetos de cuerda de Cristóbal Halffter, o la etérea canción "Fire" de Nina Kravitz que suena durante una orgía en un establo. La imagen granulada del formato 16 mm. aporta una cierta textura de western, pero la historia se plantea como un viaje personal que transformará a los dos protagonistas, una afrontando el futuro y otro reencontrándose con su pasado, para desembocar en la pregunta principal: "¿Cómo hemos llegado hasta aquí?". A través de su definición heterogénea sobre a la amistad, desprovista de etiquetas, On the go es una puerta abierta a la creatividad, a veces desequilibrada pero tan entretenida como rebosante de energía vital.  

5 hectares

Émilie Deleuze, 2023 | Fuera de Concurso | ★★★☆☆


Hay algunas muestras recientes de películas españolas que abordan el regreso a la vida en el campo de habitantes de las ciudades y los conflictos que se provocan entre las ideas preconcebidas de éstos en su convivencia con los lugareños. Bien sea desde una perspectiva de thriller humano, como As bestas (Rodrigo Sorogoyen, 2022) o con un punto de vista dramático como Suro (Mikel Gurrea, 2022), el desarrollo de estas historias siempre plantea una falta de comunicación que conduce al aislamiento y la confrontación entre dos maneras diferentes de afrontar la vida. Con su última película, la directora Émilie Deleuze (1964, Francia) regresa al Festival de Locarno tras haber competido con Mister V. (2003), presentando el estreno mundial de 5 hectares (Émilie Deleuze, 2023), fuera de concurso como complemento a la presidencia del Jurado Oficial por parte de Lambert Wilson, su protagonista. La película aborda, en un tono de comedia agridulce, la decisión de Franck (Lambert Wilson), un prestigioso científico con una buena estabilidad económica, de comprar cinco hectáreas en un pequeño pueblo en la región de Lemosín, en el centro de Francia, y dedicar su tiempo libre al cuidado de su terreno mientras se mantiene ocupado con su trabajo durante la semana en la ciudad junto a su esposa Léo (Marina Hands). Franck se convierte así en una especie de agricultor de fin de semana, pero pronto surgen los conflictos con su vecino Michel (Laurent Poitrenaux), un ganadero que le pide permiso para que sus vacas pasten en su terreno mientras él no se encuentre allí. Franck se niega pensando que la intención real del ganadero es la de apropiarse de sus tierras, utilizando el denominado derecho de aucción, una antigua manera de reclamar terrenos argumentando la permanencia del ganado durante un período de tiempo en una zona sin uso. 

La negativa de Franck se convierte en el primer elemento de confrontación con Michel, y la película lo plantea como una lucha de egos masculinos que se convierte en el tema principal de un guión co-escrito por Marie Desplechin, que también trabajó junto a la directora en la película Aurora (Jamais contente) (Émilie Deleuze, 2016). La mirada femenina hacia las relaciones masculinas es una propuesta interesante, y se establece no solo a partir del conflicto con Michel, sino también desde la amistad que surge entre Francq y Paul (Lionel Dray), otro hombre de ciudad que se trasladó a vivir al campo pero que nunca ha conseguido alcanzar su sueño de convertirse en agricultor, y con el que inicia la búsqueda de un tractor que le permita labrar parte de sus tierras. Pero la película 5 hectares no se centra tanto en el conflicto como en la propia evolución del protagonista, una interpretación muy simpática del actor Lambert Wilson, sobre todo cuando se transforma en una especie de road movie en la que Francq recorre 100 kilómetros a lo largo de la región francesa conduciendo un tractor de segunda mano que acaba de comprar. Es la parte de la historia que cambia al personaje, que le define como una persona tozuda que desprende cierta arrogancia en su visión de la vida en el campo, pero también es la menos lograda en la construcción narrativa, con subtramas poco sólidas, por mucho que tenga un cierto aire nostálgico aportado por Bobby Gillespie (1962, Escocia), fundador de la banda Primal Scream, que ha compuesto la banda sonora e interpreta varias canciones en la película. 5 hectares es una comedia sencilla sobre la masculinidad que pierde fuerza progresivamente, pero que se sostiene en una notable interpretación de Lambert Wilson. 


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Películas mencionadas: 

As bestas se puede ver en Movistar+.
Suro se puede ver en Filmin. 
Aurora (Jamais contente) se puede ver en Prime Video.