31 mayo, 2020

Docsbarcelona Jornada Final


Tras dos semanas de visionados, encuentros profesionales  y mesas redondas, Docsbarcelona llega a su última jornada, y puede tener la satisfacción de haber conseguido una edición atípica, pero finalmente destacable. A pesar de las dudas que se han manifestado por parte de organizadores de otros festivales en torno a la efectividad de una muestra online, lo cierto es que experiencias como D'A Film Festival o Docsbarcelona han demostrado que es posible llegar a un buen número de espectadores con una programación adecuada. Y que se pueden establecer ventanas de visionado, límites de tiempo y otras herramientas para que las reticencias sobre la gestión de derechos no ahogue la participación de películas de interés. 

Los festivales más independientes son los que mejor han afrontado la crisis de una pandemia que nadie esperaba. Frente a posturas radicales, obsesivas y cerradas, la apuesta de festivales como D'A Film Festival o Docsbarcelona ha sido valiente y necesaria. Y ha cosechado el respaldo de los espectadores. Se podrá decir que porque estamos ante una situación coyuntural, que el número de visionados ha sido positivo por el confinamiento, etc. Lo cierto es que hace unos años pocos pensaban que era posible mantener económicamente una plataforma audiovisual con una cuota mensual. Estábamos acostumbrados a pagar para ver cine en las salas o para alquilar películas, pero no se nos ocurría la idea de que pagáramos una tasa para disponer de cine en casa. Y ahora las plataformas han sido las grandes beneficiadas del confinamiento. 

Docsbarcelona nos ha ofrecido una programación en la que hemos encontrado películas notables como Hi, A.I. (Isabella Willinger, 2019), Rising from the tsunami (Hélène Robert, Jeremy Perrin, 2019), Solo (Artemio Benki, 2019), The journey of Monalisa (Nicola Acosta, 2019), Personaje personaje (Renata Rezende, Begoña Izquierdo, 2020), Raíces (María José Zambrano, Daniela Trejo, 2018) o Advocate (Rachel Leah Jones, Philippe Bellaiche, 2019). Y algunas excepcionales como Songs of repression (Estephan Wagner, Marianne Hougen-Moraga, 2019), The winter journey (Andres Østergaard, Erzsébet Rács, 2019) o Il varco (Federico Ferrone, Michele Manzolini, 2019). Es una buena lista de títulos destacados para un festival. Repasamos ahora las últimas películas que hemos visto en Docsbarcelona.

Sección Oficial Panorama

En Italia, la secta de los Guerreros de la Luz, formada por un grupo de luchadores de artes marciales, se mantiene aislada del resto de la sociedad en un monasterio de la ciudad italiana de Bolzano. Este es el punto de partida de Faith (Valentina Pedicini, 2019), un documental rodado en blanco y negro que acompaña a los componentes de este grupo en su vida cotidiana, y que fue seleccionado a competición en la pasada edición del IDFA, Festival de Documentales de Amsterdam. La doctrina de este grupo de unas veinte personas consiste en la ejecución de ejercicio físico mezclada con las enseñanzas shaolin y la práctica del catolicismo. 



Paulo Coelho hablaba del "guerrero de la luz" que todos llevamos dentro en su colección de artículos filosóficos "Manual del Guerrero de la Luz"  (1997), y en cierto modo esta filosofía está presente en el grupo. Decía Paulo Coelho: "El guerrero de la luz confía. Porque cree en los milagros, los milagros empiezan a suceder. Porque está seguro de que su pensamiento puede cambiar su vida, su vida empieza a cambiar. Porque está seguro de que encontrará el amor, el amor aparece". Es una filosofía que perfectamente se puede trasladar a este grupo de iluminados. 

La directora se acerca a esta secta sin prejuicios, con cierta distancia, con una fotografía en blanco y negro que de alguna manera proyecta ese estancamiento vital que sufren los protagonistas. Pero este distanciamiento provoca también hastío y falta de interés. Porque finalmente no descubrimos nada especialmente notable de este grupo: ¿cuál es su filosofía de vida? ¿De dónde provienen? ¿Cuáles son sus objetivos? Es un documental que peca de falta de información y acaba haciéndose reiterativo. Y eso a pesar de que se apuntan las dudas que comienzan a aflorar en uno de los miembros del grupo. Pero, como en el resto de la película, esta idea acaba sin desarrollarse en un vacío narrativo que es constante.

Sección Oficial Latitud

Otro documental que se queda a medio camino, o que en todo caso no abunda en materias que puedan ser controvertidas, es La nova escola (Ventura Durall, 2019). En 2019 concluyó el proyecto de tres años impulsado por Escola Nova 21, una iniciativa nacida en 2016 con el objetivo de cambiar la forma de educar, menos basada en el acaparamiento de aprobados y más en la participación activa del alumno, en la igualdad de condiciones y en la innovación a la hora de abordar la problemática del profesorado. La nova escola (Ventura Durall, 2020) ha documentado durante esos tres años las metodologías que se practicaban bajo el auspicio de Escola Nova 21 y se manifiesta como una aportación defensora de este sistema, que de hecho ha tenido éxito, pero que ha concluido sin un compromiso claro de la Generalitat de Cataluña de hacerla extensible a muchos más centros educativos. 



El director de La nova escola ofrece una visión casi más cercana a un spot publicitario que a un documental en el que no se abordan las complejidades del sistema educativo, ni las dudas que ha suscitado esta propuesta. Y tampoco logramos saber realmente qué ofrece como novedoso Escola Nova 21 dentro del sistema educativo y cuáles son los cambios reales (suponemos que mucho más profundos) que la educación necesita afrontar de cara al futuro. 

Sesión de Clausura

Docsbarcelona se clausura con un documental para cinéfilos. Forman vs. Forman (Jakub Hejna, Helena Trestiková, 2019) se presentó en el Festival de Cannes del año pasado, y también se pudo ver en festivales como Karlovy Vary, pero no ha tenido una especial trascendencia cinematográfica, hasta el punto que permanece inédito todavía en muchos países. Se trata de un acercamiento correcto a la vida del director checo Miloš Forman, que falleció en 2018. Parece por tanto un homenaje póstumo a un realizador que nunca encontró una respuesta positiva en su propio país, y cuyo regreso tras 10 años de exilio para rodar Amadeus (Miloš Forman, 1984) fue casi surrealista. De hecho, por lo que se apunta en esta película, un documental sobre este rodaje resultaría sin duda fascinante. 



A través de declaraciones del propio Miloš Forman y de material de archivo inédito hasta el momento, los directores trazan un recorrido por la trayectoria vital y cinematográfica del director, marcándola siempre con acontecimientos políticos, como si realmente éstos fueran los únicos elementos detonantes de su cine. Esta es una visión particular de los autores del documental, aunque en cierto modo algo sesgada. Hay temas evidentes en su cine, como la búsqueda de la libertad (Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)) o la propia libertad de expresión (El escándalo de Larry Flynt (1996)). Miloš Forman vivió varias revoluciones a lo largo de su vida, como la de Mayo de 1968 en Francia, donde iba a presentar su película ¡Al fuego, bomberos! (1967) en el Festival de Cannes, que al final decidió quitar de la competición en solidaridad con las protestas, provocando la suspensión del festival. Y precisamente el documental se detiene en el fracaso de Valmont (1989), eclipsado por el éxito de Las amistades peligrosas (Stephen Frears, 1988), cuyo estreno coincidió con la Revolución de Terciopelo con la que Checoslovaquia se quitó de encima el yugo comunista en 1989. En cierto modo, el director también consiguió la libertad que añoraba. 



Faith, La nova escola y Forman vs. Forman se pueden ver en Filmin hasta el 31 de mayo a las 23:59h. 

La clausura de la 23 edición de Docsbarcelona se puede ver en la web del festival y sus redes sociales a partir de las 20:30 h.







30 mayo, 2020

Vienna Shorts Festival (Parte 1): Cortometrajes para el confinamiento



Mientras está a punto de concluir la edición online de Docsbarcelona, cuya última crónica os ofrecemos mañana, comienza otra cita cinematográfica internacional cuyos organizadores tomaron la decisión de hacerla en versión digital. Vienna Shorts Festival es una muestra dedicada a los cortometrajes que ofrece cada año en la capital austríaca una selección de 300 cortos de ficción, documentales y de animación, y cuyos premios califican tanto para los Oscar como para los European Film Awards o los premios BAFTA. 

Este año Vienna Shorts Festival celebra, entre el 28 de mayo y el 2 de junio, una versión online por primera vez en su historia. La programación se estructura en cinco grandes Secciones: Oficial, Expedition, Expansion, Interaction y Attraction, mientras que en la zona de Industria tienen lugar diferentes coloquios online en torno a temas relacionados con los festivales de cine y con el audiovisual, como el que pudimos ver ayer: "Rules? What rules? How festivals deal with films online" (¿Reglas? ¿Qué reglas? Cómo manejan los festivales las películas online). En este panel de profesionales de diferentes festivales de cortometrajes como Glasgow Short Film Festival, Aspen Shortfest o Biennale di Venezia, se discutía sobre de qué manera los festivales online podían afectar a la trayectoria de determinadas producciones cinematográficas. 


John Canciani, del Kurzfilmateg Winterthur, festival de cortometrajes de la ciudad alemana Oberhausen, que celebró este año una edición online entre el 13 y el 18 de mayo, comentaba que: "No es necesario que los festivales castiguemos a los directores o a los agentes de ventas. Hay que estar abiertos a hacer excepciones en cuanto a estrenos mundiales cuando tienes una edición online de tu festival". Pero hay otros festivales que tienen reglamentos más cerrados. Es  el caso de la Biennale di Venezia, cuyo representante, Enrico Vannucci, es también el director del Be Short Now!, un festival de cortometrajes fundado hace dos años por el Festival de Cine de Gijón y el Torino Short Film Market que se celebra en esta ciudad italiana: "En el caso de la Biennale", comenta Enrico Vannucci, "no es posible que un cortometraje que haya tenido un estreno online pueda ser seleccionado. Ni siquiera en el caso de aquellos festivales sin visionados, pero que han anunciado su selección. Es una cuestión de etiquetas. La Biennale tiene sus propias reglas y no acepta cortometrajes que no sean estrenos mundiales". 

Por otro lado, las sesiones de networking entre profesionales proyectan unas posibilidades diferentes. En Docsbarcelona, por ejemplo, ha aumentado un 52% el número de financiadores respecto a ediciones anteriores. Enrico Vannucci afirma que "las reuniones presenciales son importantes, y el hecho de interactuar con los profesionales en diferentes momentos en un mercado presencial. Pero las posibilidades que te ofrecen los paneles online son importantes, porque no todo el mundo puede asistir a diferentes festivales de forma presencial. En este sentido, tenemos que repensar cómo va a ser la industria del audiovisual de aquí en adelante".  Por otro lado, las versiones online de los festivales también necesitan un mayor esfuerzo publicitario para atraer a los espectadores que ya no se desplazan específicamente a una sala de cine, sino que están en sus hogares con cientos de posibilidades a su alcance. Sanne Jehoul, del Glasglow Short Film Festival, que decidió posponer su celebración hasta el mes de agosto, comenta que "los departamentos de marketing tienen que hacer un esfuerzo por convencer a los espectadores de que es interesante ver uno u otro programa de cortos. Ese es un reto importante para un festival online". 

Vienna Shorts Festival se inauguró el pasado jueves con la programación de una serie de cortometrajes, destacando especialmente One (Anouk de Clercq, 2019), una reflexión sobre la solidaridad y la incomunicación a través de la imagen fija de una mujer que parece querer hablar a una gran audiencia. Por su parte, BBQ (Jeanne Meyer, 2019), es un cortometraje francés que nos habla de este estado de vigilancia continuo al que estamos sometidos, transformando nuestras vidas en una especie de videojuego estilo GTA. También en la ceremonia de apertura pudimos ver algunas obras clásicas como Powers of ten (Charles Eames, Ray Eames, 1977), narrado por el científico Philip Morrison, que comienza con una imagen de nuestro planeta desde el exterior, y va acercándose progresivamente en zoom hasta llegar a las microbacterias. Una excelente muestra de la insignificancia de nuestra existencia, que contaba con música de Elmer Bernstein. Y Tango (Zbigniew Rybczynski, 1981), cortometraje ganador del Oscar que es un curioso y divertido corto de animación que funciona perfectamente como ejemplo de contraposición del distanciamiento social. 

En el primer Programa de la Sección Oficial, "Closeness and distance" hemos visto algunos estrenos interesantes: La chamade (Emma Séméria, 2019) habla del amor adolescente con singular tacto y empatía; Eyes on the road (Stefanie Kolk, 2019), es un corto holandés que propone una conversación a tres entre chicas que viajan en un coche, en torno al abuso sexual que ha sufrido una de ellas, y que pone de manifiesto la percepción sorprendente que se puede tener sobre estos hechos. Mientras que All the fires the fire (Efthimis Kosemund Sanidis, 2019) es una singular producción griega que se centra en la temporada de caza de aves y cómo el comportamiento de éstas afecta a los cazadores. 

Mémorable (Bruno Collet, 2019)

Vienna Shorts Festival también dedica una Sección a lo que ellos llaman "Favorites", en el que se incluye un "Best of the best" que aglutina algunos de los cortos más premiados en la última temporada. Ahí podemos ver obras espléndidas como Mémorable (Bruno Collet, 2019) que debería haber sido el corto ganador del Oscar este año, porque es muy superior a cualquiera de los otros nominados. Con una técnica de animación extraordinaria, muestra la degeneración de un hombre que sufre demencia. Por su parte, Qu'importe si les bêtes meurent (Sofia Alaoui, 2019) es una coproducción franco-marroquí, ganadora del Premio Internacional en el Festival de Sundance, que introduce elementos de ciencia-ficción en un pequeño poblado de beduinos. Rodado con gran pulso por la directora, es una historia singular y original. Stay away, be ready (Pham Thien An, 2019), que ganó el Illy Prize en el Festival de Cannes  se centra en un cruce de una calle de Saigón y muestra en plano secuencia una escena cotidiana, llevando la mirada del espectador a través del sonido en diferentes sujetos de la acción, en un ejercicio estilístico excelente. 

Por su parte, Lonely rivers (Mauro Herce, 2019) es un corto documental español que ganó en el Festival de Cine de Gijón. Mauro Herce, es un director de fotografía reconocido, y lleva un año espléndido, ya que hace unos meses ganó el Goya a la Mejor Fotografía por su trabajo en la película O que arde (Oliver Laxe, 2019). A través de diferentes sesiones de karaoke, conocemos a un grupo de trabajadores cuyo esfuerzo diario parece encontrar el único lugar de descanso en una pequeña habitación donde cantan temas populares. Poco a poco, el director nos muestra en pequeños detalles cuál es el trabajo de estos hombres.  

The fall (Jonathan Glazer, 2020)

Una de las secciones más canallas del festival es Late night, una selección de cortometrajes que se programan cerca de la medianoche, y que tienen en común diferentes lecturas del terror y el fantástico. Entre ellos destacamos The fall (Jonathan Glazer, 2020), corto del director de Under the skin (Jonathan Glazer, 2013), que se presentó en exclusiva en la plataforma de cine independiente MUBI. Es una interesante reflexión sobre una sociedad dividida que bebe de la obra de Francisco de Goya para establecer una pesadilla kafkiana. Whiteout (Lance Edmans, 2019), juega bien com el suspense cuando una pareja que viaja en un coche se encuentra con un personaje extraño en mitad de la carretera. Por su parte, Karv (Oskar Lehemmaa, 2019) es una producción de Estonia que también introduce una lectura muy cercana a "La metamorfosis", y nos advierte de que no nos fiemos de los crecepelos supuestamente milagrosos. Y Killing small animals (Marcus Svanberg, 2020) nos presenta desde Suecia una historia macabra sobre una mujer cuya psicosis se va acrecentando, y tiene una textura y una puesta en escena que lleva el gótico hasta sus últimos extremos. 





29 mayo, 2020

Docsbarcelona Jornadas 8-9: Esclavitud, fantasía y traumas


Hablábamos en algunos de nuestros posts anteriores de la necesidad de establecer colaboraciones entre festivales de cine para afrontar circunstancias inusuales como lo está siendo el coronavirus, pero también para establecer estrategias de cara a un futuro que se muestra incierto pero al mismo tiempo inspirador. Durante esta última edición de Docsbarcelona, que se ha trasladado a la ventana online, el festival ha encontrado una alianza con otras muestras documentales como FIPADOC (Festival de Documentales de Biaritz), MakeDox (Creative Documentary Film Festival en Macedonia) y DOK.fest (Festival de Documentales de Munich), formando la plataforma FestDocsNetwork, que pretende establecer un camino hacia el intercambio de películas y la facilidad de participación de profesionales de estos países en mesas redondas, coloquios o masterclasses. 

Es interesante esta iniciativa porque, como apuntaba el director del Festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos, en una de las mesas redondas de Docsbarcelona, el futuro de los festivales está en los circuitos, en la colaboración y el intercambio. Esta última semana, precisamente, Docsbarcelona vive sus jornadas para la industria, que ha sufrido un aumento del 52% en la participación de financiadores y cerca de 500 reuniones individuales. Cifras que hacen pensar en datos interesantes de cara a un futuro. 

Estos días la proliferación de festivales online está siendo notable, lo cual demuestra que ese miedo original a lo no presencial ha desaparecido. HotDocs, el Festival de Documentales de Toronto, ha tenido una buena respuesta en su versión online, restringida solo a la provincia de Ontario; ayer pudimos ver ya los primeros cortometrajes del Vienna Short Film Festival, en su versión online y hoy comienza esa propuesta que bajo el nombres We Are One ofrece una programación de 100 películas (la mayor parte cortometrajes) y grabaciones de coloquios y conversaciones con directores de renombre que han cedido los festivales que participan en la iniciativa. 

Mientras, se vislumbran en el horizonte algunas esperanzas de cara a los festivales presenciales, con la posibilidad planteada por el presidente de la región del Veneto de que la Mostra de Venecia tenga carta blanca para celebrarse en las fechas previstas. Y otras muestras internacionales como Oslo Pix, en Noruega, aprovechando la reapertura de las salas de cine, y aunque decidió cancelar su última edición, organiza a mediados de junio una especie de Festival PopUp que ofrecerá durante un fin de semana en salas de cine una selección de las películas que tenían previstas programar este año. 

Sección Oficial Panorama

En Filipinas, la exportación de mano de obra está institucionalizada desde hace 35 años. Es una forma de regular la emigración, asegurando también un flujo económico hacia el país (unos 30 billones de dólares). La demanda de empleadas del hogar y de enfermeras ha provocado en los últimos años que este fenómeno migratorio esté protagonizado principalmente por mujeres. Se trata de una especie de "feminización" de la emigración. El gobierno no solo ofrece facilidades, sino también formación a estas trabajadoras que en muchos casos tienen que estar fuera del país más de dos años, sin posibilidad de tener contacto con sus hijos. El documental Overseas (Sung-a Yoon, 2019), que pasó por los festivales de Locarno y Londres, habla de esta realidad a través de un grupo de mujeres que se preparan para trabajar como empleadas de hogar en un centro de formación. 


A través de sus experiencias personales, asistimos a una realidad que resulta ambivalente. Por un lado, está la posibilidad de conseguir unos ingresos económicos más altos que en su propio país, pero por otro hay una especie de institucionalización de cierta clase de esclavitud. Se forma a estas mujeres para que afronten posibles escenarios de abusos, de humillaciones y de excesos por parte de sus empleadores; se les hacen tests de "obediencia" para saber si están preparadas para trabajar en el extranjero. La directora se acerca a estas mujeres desde una perspectiva más psicológica, y está especialmente interesada en la experiencia personal de sus protagonistas. Posiblemente, hubiera hecho falta algo más de contexto social, porque finalmente las escenas en el centro de formación resultan repetitivas. Es al final, fuera de este centro, cuando nos encontramos con la realidad clara de una política migratoria que tiene implicaciones controvertidas. 

La historia de Veera Lapinkoski se desarrolla entre la fantasía y la realidad. En The magic life of V (Tonislav Hristov, 2019), que se ha visto en Sundance, Berlín y la SEMINCI de Valladolid, el director se introduce en el mundo del LARP (Live Action Role-Playing), una práctica de juego de rol que tiene numerosos seguidores en todo el mundo. Los alter ego de los jugadores se convierten así en una especie de escapatoria de la vida real, una transformación momentánea que en algunos casos resulta incluso terapéutica. "Me gustaría jugar solo por diversión, no para escapar de la realidad", dice uno de los personajes. Esa realidad de Veera está marcada precisamente por una infancia traumática, provocada por un padre alcohólico que la maltrataba a ella y su hermano (un joven con retraso intelectual), y una madre que no parecía estar tan presente como hubieran necesitado sus hijos.  



El problema de este documental es su credibilidad. Hay muchos momentos en los que no sabemos hasta qué punto juega un papel fundamental en el comportamiento de la protagonista la cámara encendida (Veera Lapinkoski, de hecho, estudia actualmente interpretación porque quiere ser actriz). Y el encuentro final parece más provocado por el director que por la propia historia personal.   

Sección Oficial Latitud

Hace 15 años, la directora del documental Zona árida (Fernanda Pessoa, 2019) llegó a una de las principales ciudades de Arizona, Mesa, como estudiante de intercambio. Cuando leyó que la ciudad en la que ella había vivido durante casi un año, y de la que tenía recuerdos contradictorios, estaba considerada como una de las ciudades más conservadoras de Estados Unidos, decidió volver para analizar cuál es la realidad de esta zona y cuál fue la realidad que ella vivió allí. Esta mezcla de recuerdo personal y de tratamiento político es uno de los elementos más interesantes de este documental. Aunque al principio la experiencia personal puede resultar poco interesante, a medida que la historia se va centrando en el aspecto político se va haciendo más atractiva. Sobre todo porque descubre, en estas conversaciones amables con quienes convivieron con esta joven brasileña, aspectos paradójicos que son notables: "Ser conservador", dice una de las entrevistadas, "significa tener una mente abierta". 


El paralelismo entre un estilo de vida americano que "proviene del desierto", y un conservadurismo cada vez mayor en su país de origen, Brasil, establece también puntos interesantes, que sin embargo no están del todo explotados. En realidad, el documental no descubre aspectos novedosos en nuestra percepción de ese sector de Estados Unidos más extremo (armas, sexismo, xenofobia...) pero lo hace desde una perspectiva diferente. Hay una conexión emocional por parte de los entrevistados (posiblemente más por educación que por sentimiento real) que nos presenta aspectos singulares de su personalidad. Y con eso consigue la directora establecer unas vías de comunicación que no vemos en otros documentales.  

Sección Oficial What the Doc

El germen de la película Sans frapper (That which does not kill) (Alexe Poukine, 2019) surge precisamente de esos encuentros entre espectadores y directores que propician los festivales. Cuando presentaba su anterior documental, Dormir, dormir dans les pierres (Alexe Poukine, 2014), una espectadora habló con la directora sobre su experiencia en torno a varias violaciones que había sufrido por parte del novio de una amiga. Esta experiencia traumática se convirtió en el inicio de una historia que la directora quiso contar desde diferentes puntos de vista. Sans frapper se estructura en torno a mujeres que, al principio, cuentan la historia escrita por la protagonista como si se tratara de un texto interpretado en primera persona. Esta intelectualización del trauma es quizás uno de los defectos principales del documental, porque lo rodea de una cierta irrealidad . 



Resulta más llamativo el proceso de apropiación emocional que hacen muchas de las entrevistadas, en parte porque ellas mismas también han sufrido experiencias traumáticas. Y esta disociación que produce la ambigüedad de relaciones sexuales no consentidas que muchas no se atreven a calificar de violación, es la parte más sugerente. Tampoco está muy justificada la presencia de dos hombres que han sido sujetos violadores, porque resulta una estrategia demasiado obvia para desmitificar la figura del violador como un monstruo desconocido. Al final, los dos personajes masculinos acaban siendo herramientas para subrayar el mensaje. La directora tiene una evidente pretensión de hablar de la dura realidad de las violaciones con una propuesta diferente, pero pasados los primeros treinta minutos, la efectividad de ésta resulta ya agotada.     



Overseas y Zona árida se pueden ver en Filmin hasta el 30 de mayo.
The magic life of V y That which does not kill se pueden ver en Filmin hasta el 31 de mayo.


27 mayo, 2020

Docsbarcelona Jornadas 6-7: Justicia, conquista y desierto


El Festival Docsbarcelona encara su recta final esta semana, reflexionando sobre algunas de las facetas que conforman el trabajo cinematográfico. La fotografía, la edición y la supervisión musical juegan un papel fundamental en la concepción de una película, con algunas particularidades en el caso de los documentales. Es lo que se trató en el coloquio "Más allá de la mirada de la dirección", moderado por Diego Mas Trelles, Jefe de Industria de Doscbarcelona y director de documentales como Sexo, maracas y chihuahuas (Diego Mas Trelles, 2016).  

"Uno de los problemas que nos encontramos en los documentales es que normalmente cuentan con poco presupuesto", dice Núria Roldós, Vicepresidenta de la Asociación Española de Directores y Directoras de Fotografía, y directora de segunda unidad de películas como El olivo (Icíar Bollaín, 2016) o series de televisión como Merlí (TV3, 2015-2018). "En el documental siempre sueles rodar más material del habitual, porque estás constantemente pensando en el montaje. Buscas más planos, porque tienes que captar todo lo que ocurre a tu alrededor". 

De hecho, en el documental el trabajo de montaje juega un papel especialmente importante, porque es en la sala de montaje donde se da estructura a la historia con el material rodado, que suele ser más amplio. Bernat Aragonès, montador y supervisor de FX, comenta que "la mirada del director se debe mostrar siempre en los planos con los que trabajamos." Como editor, ha trabajado recientemente en la película La hija de un ladrón (Belén Funes, 2019), y es un habitual colaborador de Isabel Coixet. Con ella precisamente realizó un proyecto documental curioso, el cortometraje No es tan fría Siberia (Isabel Coixet, 2016): "Isabel estaba en Siberia y comenzó a grabar con su móvil. Me dijo que me iba a enviar algunas grabaciones y que tratara de darles algún sentido. Eran planos de maletas, de aeropuertos... Mientras viajaba a otros lugares como Los Angeles o París, siguió grabando con el móvil y subiendo el material a iCloud y yo los iba ordenando. Todo se rodó de una manera muy improvisada. Esta mirada fresca te permite contar una historia de una forma diferente a como lo haces en producciones más convencionales". 

La música también puede jugar un papel fundamental en un documental, pero en algunos casos puede ser excesiva. Según Víctor Coronado, supervisor musical en películas como Madre (Rodrigo Sorogoyen, 2019), "los documentales norteamericanos suelen tener mucha música desde el principio. Es un sustento que a veces subraya demasiado. Para mí, los silencios equilibran determinados sonidos. En un documental la imagen muchas veces no necesita música. Siempre tiene que estar justificado el uso de la música".

El confinamiento no ha sido necesariamente una pérdida de trabajo. En algunos casos como Víctor Coronado, se ha enfocado más en proyectos publicitarios, mientras que para Bernat Aragonès, este tiempo ha servido para replantearse la forma de trabajar de cara al futuro, incluso con mayor efectividad. 

Sección Oficial Panorama

Entre los documentales más esperados de esta edición de Docsbarcelona se encuentra Advocate (Philippe Bellaiche, Rachel Leah Jones, 2019), que pasó por algunos de los festivales de documentales más prestigiosos, como Tesalónica, donde ganó los dos principales premios, CPH:DOX y el Festival de Sundance. La película se centra en la trayectoria de Lea Tsemel, una abogada y activista judía que solo defiende a acusados palestinos, y concretamente se enfoca en dos casos concretos: un adolescente acusado de intento de homicidio y una mujer que pretendía inmolarse en el centro de Tel Aviv. Estamos por tanto ante un retrato personal de una mujer que antepone su postura política a su propia condición como ciudadana, lo que para ella no resulta contradictorio. "Yo soy una ocupante. Con sus ventajas y con sus problemas". 


Rodada en pantalla panorámica, lo que le da una un vigor especial al documental (este es uno de esos ejemplos de película que sería mucho más disfrutable en una pantalla de cine), los directores hacen un uso inteligente de este formato. Pocas veces hemos visto en un documental una utilización más contundente del widescreen, y eso que todos los escenarios son interiores. La pantalla panorámica también le permite a los directores introducir de una forma innovadora elementos de animación para aquellos protagonistas cuyas imágenes no pueden ser mostradas. Esta división de la pantalla es también una metáfora visual del abismo que separa a israelíes y palestinos. 

Ciertamente, el documental es parcial. Su foco está puesto en la abogada Lea Tsemel y no pretende mostrar otros puntos de vista. No hay medias tintas. La protagonista es ella y su trabajo. Pero, al mismo tiempo, y especialmente en los flashbacks que muestran su trayectoria profesional desde que decidió unirse a las protestas en contra de la ocupación israelí de los territorios palestinos, cuando aún se encontraba en la Universidad, la historia particular ofrece una reflexión más general sobre cómo el sistema judicial israelí trata con desventaja a los detenidos palestinos. Su objetivo no es conseguir una absolución ("Nosotros siempre perdemos", dice Lea Tsemel), sino tratar al menos de que sus defendidos sean juzgados en igualdad de condiciones. La justicia existe siempre y cuando las dos partes, acusación y defensa, tengan los mismos derechos. De lo que se deduce que en Israel el sistema judicial no funciona.      

Sección Oficial Latitud

El documental que encuentra una personalidad poderosa que reclama ser retratada ya tiene ganada una buena parte de su razón de ser. Es lo que ocurre con Advocate y también con El viaje de Monalisa (Nicole Costa, 2019), que tiene como protagonista a Iván Ojeda/Monalisa, un artista chileno afincado en Nueva York que sobrevive en medio de la prostitución, su adicción a las drogas y el mundo del travestismo. Es una mezcla quizás tópica que ha sido descrita en numerosos documentales, pero en este caso tiene como eje principal a una personalidad singular, que convierte todos estos elementos en reflexiones escritas que hablan también de la inmigración, de la soledad y del abandono. 


La directora se implica directamente en la historia (ella misma es uno de los personajes secundarios) para mostrarnos la complicada vida de este personaje ambigüo y dual (fue Iván Ojeda en Chile, es Iván Monalisa en Nueva York). En este sentido, la utilización de recursos de collage que van ocupando parte de la historia funciona también como representación de ese caos vital en el que vive el protagonista. Porque El viaje de Monalisa habla de arte y de representación, pero sin "glamour". Las reflexiones escritas de Iván Monalisa describen un Nueva York que en la presentación de uno de sus libros, se define como más real que el de Manhattan (Woody Allen, 1979) o el de Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976), porque tiene la ambivalencia de una ciudad depredadora y acogedora al mismo tiempo. Ese "two-spirits" del que habla Monalisa cuando se describe a sí mismo, esa dualidad en la que se representa como hombre y como mujer. "Yo soy mi propia conquista". 

Sección What de Doc!

En esta Sección que acoge documentales con una narrativa no convencional Docsbarcelona estrena Salka, en la tierra de nadie (Xavi Herrero, 2020), que es un recorrido eminentemente visual a través de la frontera entre Mauritania y el Sahara Occidental, por la que circula el llamado Tren del Hierro, un gigantesco tren que alcanza los 2.5 kilómetros de longitud y que transporta los minerales obtenidos en la minas de la zona de Zuérate hasta el puerto de Nuadibú. 


El director utiliza un personaje principal, Salka, que intenta llegar a Europa a través del puerto, convertido desde hace años en una de las principales zonas de acceso a la ruta entre África y Canarias. Esta así presente la temática migratoria, pero representada más a través del viaje que de la construcción de una narración convencional. Este documental tiene su fuerza visual en las imágenes de ese recorrido largo, solitario, monótono a través del desierto del Sáhara y de algunos de los habitantes de las ciudades en las que se detiene. Son imágenes que muestran un paisaje como de otro planeta, árido, rojizo, caluroso. Son sin duda imágenes poderosas que conforman un conjunto irregular pero a veces hipnótico. 





El encuentro "Más allá de la mirada de la dirección" se puede ver en la web de Docsbarcelona.


Advocate se puede ver en Filmin hasta el 28 de mayo.
The journey of Monalisa y Salka en la tierra de nadie se pueden ver en Filmin hasta el 29 de mayo.

Estrenos Miércoles 27:


Overseas (Sung-a-Yoon, 2019)
Zona árida (Fernanda Pessoa, 2019)




25 mayo, 2020

Docsbarcelona Jornada 5: Repensando el documental


En nuestro repaso a la pasada jornada del Docsbarcelona nos centramos en las películas que componen algunas de las secciones oficiales, y concluimos el recorrido por la Sección Doc-U, dedicada a obras documentales realizadas por estudiantes de escuelas de cine, mayormente catalanas, pero también de Latinoamérica. 

Sección Oficial Panorama

El género documental ha sufrido en las últimas décadas una completa transformación en la que se han roto las barreras que lo separaban de la ficción. En realidad, esta separación entre géneros no es adecuada. Hay películas de ficción que son tremendamente realistas, mientras que en los documentales siempre hay una ficción desde el momento en que es el director el que decide establecer una narración. Decía el crítico francés Guy Guthier: "Olvidamos a menudo que el documental puede contar (...) y que la ficción no tiene forzosamente vocación narrativa". El documental, finalmente, lo que hace es testimoniar una realidad, pero a veces este testimonio camina por el filo de la realidad ficcionada. 

De esta forma, el uso de material de archivo para reconstruir una narración lo hemos visto últimamente en películas como Il varco (Federico Ferrone, Michele Manzolini, 2019), y no por ello dejamos de considerarlo un documental, aunque su construcción narrativa esté más cerca de la ficción. En el caso de The winter journey (Anders Østergaard, Erzsébet Rács, 2019) la separación entre documental y ficción se desvanece, creando una obra inclasificable que no es una cosa o la otra, sino una cosa y la otra. 


Efectivamente, la base de esta película es la narración de una realidad, la que cuenta Martin Goldsmith en su libro 'The inextinguishable Symphony: A true story of music and love in Nazi Germany', que está basado en conversaciones que tuvo con su padre, y que nos introduce en la crónica de la Jüdischer Kulturband, una orquesta formada por músicos judíos que interpretaba obras judías dentro de una especie de "apartheid" creado en Alemania al principio del nazismo. 

El director, Anders Østergaard, siempre quiso contar las conversaciones entre padre e hijo a través de un guión protagonizado por actores. Estas secuencias nos ofrecen la posibilidad de ver una emotiva interpretación del actor suizo Bruno Ganz (la última que hizo antes de su muerte), con la irónica situación de que uno de sus trabajos más conocidos es el de la película El hundimiento (Oliver Hirschbiegel, 2004) interpretando a Adolf Hitler. Y, de hecho, hay una pequeña referencia a esta película en una escena. Para mostrar los recuerdos, Anders Østergaard utiliza diversos recursos cinematográficos: uso de material de archivo original, creación de material de archivo "fake" (recreando la textura de una película antigua), escenas ficcionadas que a veces se introducen dentro de ese material de archivo original... que componen una narración múltiple con la que la historia consigue ritmo y fluidez. 


Pero se trata especialmente de un trabajo notable de dirección que, aunque utilice numerosos recursos, no cae en el subrayado convencional. Por poner un ejemplo, la escena en la que Bruno Ganz cuenta su llegada a América rehúye en principio el uso de archivos para mostrarnos solamente al protagonista conduciendo hasta su casa, su hogar, como finalmente América se convirtió en su hogar durante 35 años. Esta sutileza en el trabajo de dirección compone una de las películas más notables que hemos visto en Docsbarcelona. Y esa dicotomía entre ficción y documental termina careciendo de sentido.

Sesión Especial

Fuera de concurso, Docsbarcelona presenta Constel-lació Comelade (Luis Ortas, 2020), estreno del documental dedicado a la figura del artista francés de origen catalán Pascal Comelade , un referente en el universo artístico underground de la Barcelona de los años 70 y 80, que supone la conclusión de un viaje en el que el director ha acompañado al músico en su etapa artística de los últimos años. 

Pascal Comelade es un músico poco convencional (un músico que no sabe leer partituras) pero con una creatividad infinita y un proceso de trabajo artesanal que le lleva a publicar sus propios lanzamientos discográficos en una suerte de filosofía del "do it yourself". Es, como lo define el cantautor Jaume Sisa, un artista vivo, que avanza, retrocede, se equivoca y vuelve a acertar, un creador singular que ha colaborado con nombres clave del mundo artístico catalán como Pau Riba, Miquel Barceló o Pep Pascual. 


Ciertamente, no es un músico especialmente conocido fuera de la escena cultural catalana, y este retrato particular nos descubre a un artista con métodos de trabajo singulares, con una filosofía de la vida que el director define como "de finales del siglo XX", y con una ideología política que en la película está solamente apuntada, quizás para evitar susceptibilidades. Narrativamente, el documental acierta en su distanciamiento, aunque no propone narrativas que trasciendan la pura biografía filmada, del puro acercamiento algo televisivo que no termina de conjugar una película especialmente notable, más que por la propia personalidad de su protagonista. 

Sección Oficial Latitud

En esta sección competitiva de producciones latinoamericanas se ha estrenado el interesante documental Suspensión (Simón Uribe, 2019), una producción colombiana que nos acerca una realidad curiosa y sorprendente: el proyecto faraónico de salvar la conexión entre las ciudades de Pasto y Moncoa, en el Sur amazónico de Colombia, sustituyendo el llamado "trampolín de la muerte" por una gigantesca autopista en medio de la selva. Pero, a pesar de las cientos de violaciones contra la naturaleza que ha sufrido el Amazonas, a veces éste se resiste con uñas y dientes a ser invadido, y el proyecto termina suspendiéndose. 


El director nos cuenta la historia a través de un ingeniero de caminos que desde el principio ve la obra como un sinsentido, y lo hace con rigor y con una narración clara. Teniendo como escenario la profunda selva amazónica, las imágenes son absolutamente hermosas, pero al mismo tiempo destaca la capacidad de Simón Uribe para mostrarnos primeros planos que van más allá de la propia imagen. El final del documental es el colofón trágico y sorprendente a una representación de la insensatez del ser humano frente a la naturaleza.  

Doc-U

Terminamos nuestro repaso a los cortometrajes que forman parte de esta sección, dedicada a trabajos realizados por estudiantes de escuelas de cine. 

De la Universidad Pompeu Fabra llega una pequeña historia, Mareas ocultas (Mònica Cambra, 2019) que sin embargo contiene una denuncia vital y necesaria. En solo 10 minutos, a través de una jornada de pesca, la directora muestra las consecuencias de la contaminación en el mar. Es un documental que no necesita más tiempo, y que nos va introduciendo su tema principal con inteligentes fragmentos visuales que poco a poco van desgranando la historia. Documental sobrio, preciso y medido. 

En Raíces (María José Zambrano, Daniela Trejo, 2018), que proviene de la Universidad de Antioquía (Colombia), la mirada también es sobria, y también las imágenes parecen mostrar menos de lo que el subtexto contiene. El protagonista es un artesano que tiene una pequeña tienda ambulante en Medellín, y cuyos gestos, miradas y movimientos expresan la soledad y el desencanto. Son tiempos difíciles para el trabajo artesano. Cuando una posible clienta se acerca para conocer el precio de los zapatos hechos a mano, no parece apreciar el trabajo artesanal, la calidad del material, el tiempo de soledad que hace falta para crear un producto que va más allá de lo funcional. Minimalista en su acercamiento visual, estamos ante un documental que expresa muchas ideas sin necesidad de sobrepasarnos de información. 



Finalmente, This is Bosnia: L'altra cara d'Europa (Anna Armengol, 2019) se acerca a una pequeña población de Bosnia y Herzegovina para mostrar la realidad tras cumplirse 25 años de la Guerra de los Balcanes. A través de entrevistas con algunos de sus habitantes, la directora muestra las consecuencias de una división ficticia que las Naciones Unidas estableció entre los territorios de la antigua Yugoslavia, y que no parece ser una solución, sino la dilatación de un problema de etnias y religiones que permanece aún. El problema de este documental es que no termina de profundizar demasiado y ofrece, además, una visión exclusivamente ligada a una de las partes, por lo que termina siendo sesgado y superficial. La directora tiene en proyecto convertir este cortometraje en un largometraje, pero sin duda necesita una mayor dosis de análisis para ofrecer una obra más compleja de lo que es hasta el momento.



Constel-lació Comelade se puede ver en Filmin hasta el 26 de mayo.
The winter journey y Suspensión se pueden ver en Filmin hasta el 27 de mayo.
Mareas ocultas, Raíces y This is Bosnia: L'altra cara d'Europa se pueden ver en Filmin hasta el 30 de mayo.

Estreno Lunes 25:

Advocate (Rachel Leah Jones, Philippe Bellaiche, 2019)




24 mayo, 2020

Docsbarcelona Jornada 4: Solidaridad, dolor y guerra


Llevamos ya casi una semana de la edición online del Festival de Documentales Docsbarcelona, y estamos metidos en una dinámica de visionados que, al final, se está haciendo frecuente en esta sucesión de festivales de cine que, reconvertidos en encuentros en streaming, van conformando una forma diferente de participar en un evento cinematográfico. Las historias se suceden, conectadas entre sí por un trabajo concienzudo de sus directores, con mayor o menor acierto, mientras que las reflexiones en torno a la actualidad del cine documental también son objeto de atención. Muchas de estas películas pasarán al olvido, seguramente, pero estos días tenemos la oportunidad de participar en una comunidad cinéfila que comparte gustos e intereses. Esa es la esencia de un festival, sea online o presencial. El fin de semana nos trae una pausa en las mesas redondas, aunque la próxima semana el festival dedicará más tiempo a las jornadas profesionales y la presentación de proyectos a posibles compradores o colaboradores. Pero continúan los estrenos diarios, con algunas de las películas más esperadas del festival. 

Sección Oficial Latitud

La directora uruguaya Mariana Viñoles nos presenta una historia sobre refugiados en El gran viaje a un país pequeño (Mariana Viñoles, 2019). Los protagonistas son inmigrantes sirios que participaron en un programa de Ayuda Humanitaria promulgado en 2014 por el presidente José Mújica, y fueron trasladados a Uruguay, donde se les proporcionó vivienda y solidaridad. Pero la solidaridad a veces resulta inútil si no va acompañada de una infraestructura adecuada, y lo que parecía un sueño se acaba convirtiendo en una complicada supervivencia marcada por la nostalgia. La directora acompaña a una de estas familias, mientras vamos viendo también la experiencia de otros refugiados, y se pone de manifiesto, y eso es lo más interesante del documental, la inadaptación que sufren muchas de estas familias frente a otro tipo de cultura, otra forma de organización, otro modo de trabajar y convivir...


Aunque propone una visión diferente de la que estamos acostumbrados en la plasmación de la vida de los refugiados (donde la mayor parte de los documentales se detienen, la llegada al país de acogida, es donde empieza esta historia), tenemos la impresión de que no se profundiza demasiado en esta falta de adaptación. La directora está en muchos momentos presente en las escenas, pero aquí resulta algo molesta su presencia, bien porque distorsiona la realidad que nos está mostrando, bien porque reflexiona en off sobre cosas que ya estamos viendo y que no hace falta subrayar. 

Sección Oficial Panorama

Precisamente el artista y director chino Ai Weiwei abordaba el tema de los refugiados en el documental que lo colocó en el camino de los festivales internacionales, Marea humana (Ai Weiwei, 2017). En el pasado Festival de Sundance presentó su última película, Vivos (Ai Weiwei, 2019), un proyecto que es menos ambicioso que el anterior, y está más centrado en un relato particular: la desaparición de un grupo de estudiantes, que fue encubierta por el gobierno mexicano. El documental se detiene más en las familias de los desaparecidos que en la propia investigación de los hechos que ocurrieron. Es por tanto un acercamiento más personal, más emocional, que habla del dolor pero también de la esperanza (parece que infundada) de que los hijos van a aparecer vivos en algún momento. La cámara estática que nos muestra la difícil supervivencia de estas familias, parece simbolizar también ese tiempo detenido que viven los padres, ese paréntesis que no tiene cierre. 


Es cuando el documental se centra en la investigación, y las posibles implicaciones de la policía, el ejército y el gobierno en tratar de encubrir los hechos reales, lanzando una alocada versión que nadie se cree, cuando la música hace acto de presencia, cuando la cámara titubea, cuando el tono cambia. Pero resulta más interesante el acercamiento al dolor, algo parecido a lo que veíamos en Rising from the tsunami (Hélène Robert, Jeremy Perrin, 2019), pero sin ese trasfondo espiritual. El equipo de cineastas del que se rodea Ai Weiwei, que más que un director es una especie de coordinador en sus últimos proyectos documentales, consigue mantener, a pesar de la multiplicidad de miradas, una coherencia visual que ayuda a entender la historia. Posiblemente no hicieran falta casi dos horas de metraje si además no se va a profundizar en las implicaciones políticas del caso, pero hay una plasmación vital de la tristeza que logra capturar nuestras emociones. 

Sección Oficial What the Doc!

En esta sección dedicada a las narrativas más singulares dentro del género documental, se presentó ayer Il varco (Michel Manzoni, Federico Ferrone, 2019), que pasó por la Mostra de Venecia del año pasado. Se trata de un singular experimento narrativo que en cierta manera nos recuerda a My mexican bretzel (Nuria Giménez, 2019), que pudimos ver en el D'A Film Festival. Porque igualmente utiliza imágenes de archivo para ir elaborando una narración coherente de una historia en particular. 


En este caso, Il varco se centra en la participación de la Italia fascista en la invasión de la Unión Soviética por parte del ejército nazi, concretamente con el envío de miles de soldados al frente de Ucrania. Y nos cuenta en particular la historia de uno de estos soldados, hijo de madre rusa, cuya visión del conflicto irá cambiando paulatinamente. No se trata de una historia real personal, sino que es una ficción construida a partir de las experiencias reales de varios soldados. 

La utilización de imágenes de archivo y la creación narrativa a partir de ellas es habitual en la filmografía de los directores, pero aquí consigue un resultado especialmente llamativo. Hay un efecto casi hipnótico en el uso de estas imágenes, en la voz en off del protagonista, en la música y la ambientación sonora creada por Simonluca Leitempergher... El ritmo de la historia también consigue una narración sin demasiados momentos de pausa, excepto aquellos reflexivos en los que está presente la figura de la madre. Es una obra singular con resultados más que notables. 




El gran viaje al país pequeño se puede ver en Filmin hasta el 25 de mayo
Vivos e Il varco se pueden ver en Filmin hasta el 26 de mayo.


Estrenos Domingo 24:

Winter journey (Anders Østersgaard, 2019)
Suspensión (Simón Uribe, 2019)



23 mayo, 2020

Docsbarcelona Jornada 3: Perros, políticos y religión


La tercera jornada que hemos vivido en Docsbarcelona, edición online, nos ofrece una variedad de películas documentales que comentaremos a continuación, junto a la primera parte de los encuentros de la industria del cine, abiertos a todo el público.  Mientras en los días anteriores se habló de la situación del audiovisual y de los festivales de cine en esta etapa de crisis sanitaria, ayer asistimos a una Masterclass protagonizada por el montador danés Niels Pagh Andersen, un profesional cuyo trabajo es perfectamente reconocible a través de los documentales de directores con los que colabora en los últimos años, como Joshua Oppenheimer o Ai Weiwei. En el diálogo con Tue Steen Müller, director de programación y cofundador de Docsbarcelona, Niels Pagh Andersen ofreció una serie de consejos en torno a la forma de contar las historias a través del montaje. 

Una de las películas más conocidas del trabajo de este editor danés es The act of killing (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn, 2012), documental en el que los miembros de antiguos escuadrones de la muerte indonesios recrean sus torturas interpretándose a sí mismos. Niels Pagh Andersen conecta esta forma de mostrar la realidad con una cierta "cultura de la interpretación": "Con la llegada de los móviles y las redes sociales, todos nos hemos convertido en personajes. Estamos creando una historia visual de nuestras vidas."

El principio del trabajo en una película es siempre un caos. Pero el editor necesita encontrar una forma de comenzar a contar la historia: "Cuando era joven yo solía empezar las historias siempre por el principio. Pero en algunas películas he preferido empezar por el final. La parte más difícil es presentar la historia, qué información tengo que dar para que el conflicto se muestre más claro".

Foto: Pedro Rincón

Entre los últimos documentales en los que ha trabajado Niels Pagh Andersen, dos de ellos se presentan en Docsbarcelona: Songs of repression (Marianne Hougen-Moraga, Stephan Wagner, 2020) y Vivos (Ai Weiwei, 2020). La presencia del director en escena es una constante en algunos de los documentales que ha editado Niels Pagh Andersen. En algunos casos, como en Songs of repression, asistimos a la propia puesta en escena de la entrevista: "Hacer que los directores estuvieran en la escena nos permitía dar otra dimensión a los protagonistas. No habría sido lo mismo si la escena hubiera empezado directamente con la entrevista. Como en The act of killing, este es un documental en el que los personajes se representan a sí mismos. Viven en un grupo religioso en el que ellos han sido al mismo tiempo víctimas y verdugos". 

Esa es una de las esencias del montaje: ofrecer información más allá de las propias imágenes. En este sentido, "el trabajo del editor siempre debe tener un subtexto, como una especie de pintura abstracta que el espectador tiene que interpretar". 

Niels Pagh Andersen ha trabajado en dos de los documentales dirigidos por el artista chino Ai Weiwei: Human flow (2017) y Vivos (2020), con una estructura de trabajo piramidal en la que el montaje está realizado por varios editores, con la supervisión de Andersen. Pero la relación con el director es, en estos casos, muy diferente: "Ai Weiwei es una persona muy ocupada. En cierto sentido, es como Andy Warhol, tiene un equipo que trabaja para él y que participa directamente en la creación." 

En todo caso, Niels Pagh Andersen tiene claro que el montador debe mantener una fidelidad especial con el director, aportando sus opiniones, pero manteniéndose fiel a la visión que el director tiene de una película: "Una película es una forma de comunicación emocional. Para mí el cine es como la música. No puede existir sin emociones. Debe llegar directamente al corazón y al estómago. Esa es la regla principal para todas las películas". 

Sección Oficial Panorama

Una de las dos películas que se presentan en Docsbarcelona editadas por Niels Pagh Andersen es Songs of repression (Marianne Hougen-Moraga, Stephan Wagner, 2020), que puede servir como un ejemplo perfecto de las principales claves desgranadas por el editor en su Masterclass. Como ya comentábamos, en este documental la figura del director está siempre presente, como una especie de solidaridad con los protagonistas de esta historia sorprendente sobre una comunidad religiosa de origen alemán que se afincó en Chile, y cuyo líder fue responsable de una etapa de violencia y abusos sexuales. Conectado con el nazismo y más tarde con el régimen de Pinochet, su sociedad del caos y la violencia dejó huellas emocionales en los miembros de esa comunidad, que sin embargo han seguido viviendo en el asentamiento. 


Ganador de los premios al Mejor Documental Internacional y Mejor Documental Danés en la pasada edición del Festival CPH:DOX, que tuvo también una edición online, este documental tiene, efectivamente, cierto paralelismo con The act of killing (Joshua Oppenheimer, Christine Cynn, 2012) en su forma de trasladar esta historia a la pantalla. Hay sonrisas que esconden mucho sufrimiento. Y los directores consiguen que los protagonistas muestren sin pudor las consecuencias emocionales de un pasado tenebroso. Es notable la capacidad que tiene este documental para ir desgranando la información en pequeñas dosis, haciendo que la historia sea cada vez más sorprendente, pero también más terrible. 

De los países escandinavos proviene asímismo el documental The hypnotist (Arthur Franck, 2019), en este caso centrado en la desconocida y misteriosa existencia de Olliver Hawk, un hipnotista finlandés que se hizo famoso en la etapa de la Guerra fría. Su historia es también singular, aunque su vida está llena de lagunas que de alguna forma tratan de completarse en esta película. 


The hypnotist está jalonado de dicotomías: ¿hipnotismo o fraude? ¿política o estafa? El director Arthur Franck establece una conexión entre el protagonista y las altas esferas de la política finlandesa, especialmente durante los 25 años de mandato presidencial de Urho Kekkonen. Es una propuesta arriesgada, que le lleva incluso a establecer juegos de ficción-realidad que son más anecdóticos que realmente efectivos. Es interesante el tono que adopta el director para contarnos la historia, casi como una sesión de hipnotismo que trata de atrapar al espectador en sus redes. Pero al final del documental tenemos la sensación de que no hemos aprendido nada. ¿Es todo mentira? ¿Hay una envoltura real en lo que nos están contando? Así que la película se queda en una propuesta curiosa pero estéril. 

Sección Oficial What the Doc

En esta sección, de la que por primera vez se ha estrenado una película en lo que llevamos de edición, se incluyen propuestas más arriesgadas que no tienen una estructura narrativa convencional. 

La primera película presentada es Space dogs (Elsa Kremser, Levin Peter, 2019), que recibió una Mención Especial en el pasado Festival de Locarno. Aunque pueda parecerlo por su trailer, esta película no gira en torno a la historia de la perra Laika, el primer animal que los rusos lanzaron fuera de nuestro planeta en plena carrera espacial. Laika se convirtió en una heroína nacional, pero el desenlace de su aventura espacial fue menos heroico de lo que se publicitó en su momento. La idea de la desmitificación del sentimiento patriótico está presente en esta producción austríaco-alemana rodada en las calles de la capital rusa. 


Laika fue una perra callejera que el gobierno soviético utilizó como cobaya. Y se cuenta que el fantasma de Laika está presente de alguna forma entre los perros callejeros que deambulan por la ciudad de Moscú. Éste sí es el tema principal del documental. Porque en realidad la conexión entre la carrera espacial de Laika (con imágenes de archivo inéditas que resultan aterradoras) y la historia de estos perros callejeros no deja de ser algo endeble como elemento narrativo. Sí resulta interesante el uso de la voz en off del actor ruso Aleksey Serebryakov, que narra con tono de cuento de hadas las experiencias terribles de los perros utilizados durante la carrera espacial. 

El trabajo de los directores es notable en el acercamiento a la vida de un grupo de perros callejeros en la ciudad de Moscú. Pero este documental no es Kedi (Ceyda Torun, 2016), que acompañaba a gatos callejeros por la ciudad de Estambul con cierta simpatía. Aquí la mirada es muy austríaca, casi diríamos que Hanekiana en algunos momentos, y la vida en las calles se observa de forma aséptica, pero también con la brutalidad que la vida salvaje contiene. La premisa de "ningún animal sufrió daños durante la realización de esta película" no se puede aplicar aquí, ciertamente. Esta brutalidad puede ser discutible como elección autoral, pero encaja bien con esta desmitificación que los directores pretenden hacer. No, Laika no fue una heroína. Y mostrar la vida de unos perros callejeros obviando sus instintos más primarios tampoco es honesto.    







La Masterclass con Niels Pagh Andersen se puede visionar (en inglés) en la web de Docsbarcelona.


Songs of repression se puede ver en Filmin hasta el 24 de mayo
The hypnotist y Space dogs se pueden ver en Filmin hasta el 25 de mayo.


Estrenos Sábado 23:

Vivos (Ai Weiwei, 2020)
Il varco (Michele Manzolini, Federico Ferrone, 2019)
Constel-lació Comelade (Luis Ortas, 2020)