Estamos en una época de casi sequía de estrenos importantes del panorama audiovisual español, y a la espera de un mes de septiembre que seguirá este año una tradición incomprensible en la era de las plataformas, y es que las principales producciones españolas de estreno se acumulan en uno o dos meses, lo que no tiene demasiado sentido porque se anulan unas a otras en un momento en el que el consumo audiovisual se mantiene constante durante todo el año. Pero el próximo mes se estrenan hasta seis series españolas, por el momento: Tú no eres especial (Netflix, 2022-), de Estíbaliz Burgaleta, coordinadora de la adaptación española de la serie juvenil noruega Skam España (Movistar+, 2018-2020); el thriller de época Un asunto privado (Prime Video, 2022-), protagonizado por Jean Reno y Aura Garrido y escrito por los responsables de Now and then (Apple tv+, 2022); el policíaco Santo (Netflix, 2022-), con Raúl Arévalo investigando en México; Las de la última fila (Netflix, 2022-), primera serie que escribe y dirige Daniel Sánchez Arévalo; el thriller La novia gitana (ATRESplayer, 2022-), dirigido por Paco Cabezas, en una pausa de su trabajo en Hollywood, donde este año dirigió dos episodios de la nueva temporada de The Umbrella Academy (Netflix, 2019); y Apagón (Movistar+, 2022-), la adaptación del podcast de ficción del mismo título.
Pero esta escasez de estrenos, con la excepción de los que comentamos en esta crónica, ha beneficiado a otras series españolas en su segunda o tercera ventana de exhibición. El caso más sorprendente ha sido el de Alba (Atresmedia, 2021), una serie que ha tenido un comportamiento parecido al de Mentiras (Atresmedia, 2020), con buenos resultados en la plataforma ATRESplayer Premium y posteriormente en su pase en Antena 3, pero a la que Netflix le dio una proyección internacional. Por su parte, Alba consiguió una media de 1,7 millones de espectadores en la televisión lineal, pero desde su estreno en la plataforma Netflix ha logrado situarse entre lo más visto en muchos países, según la plataforma. Algo parecido a lo que ha ocurrido con la primera entrega de Entrevías (Tele5, 2022-), que también ha conseguido buenos datos en Netflix. Esto indica claramente que existe una fragmentación de audiencias que se reparten entre los diferentes medios, de forma que una serie puede conseguir éxito a lo largo de más de un año en tres ventanas diferentes: la plataforma digital local, la televisión lineal y la plataforma digital internacional, lo que dibuja un panorama muy interesante para las pocas producciones que alcanzan este objetivo. Mientras tanto, hablamos de los escasos títulos españoles que se han estrenado en las últimas semanas.
FanáticoMiniserie | Netflix | ★★★☆☆Creada por Yago de Torres Peño, Federico Manía Sibona, Dani del ÁguilaDirigida por Roger Gual |
La trayectoria del director Roger Gual (1973, Barcelona) en el audiovisual seriéfilo, por llamarlo de alguna forma, es interesante. Tras su premiado debut con la película Smoking room (Roger Gual, Julio D. Wallovits, 2002), siguió en el mundo del cine con títulos interesantes como Remake (Roger Gual, 2006) y 7 años (Roger Gual, 2016), pero posteriormente ha trabajado como director en series como Las chicas del cable (Netflix, 2017-2020) y El desorden que dejas (Netflix, 2020), pero también en la muy floja Los espabilados (Movistar+, 2021) y en los episodios que transcurren en España de Maradona: Sueño bendito (Prime Video, 2021-). Su último proyecto nos introduce directamente en el mundo de la música trap, ese subgénero callejero que nació en los 90, pero que en España y Latinoamérica no se ha desarrollado hasta los años 2010-2012. La propuesta proviene de tres jóvenes guionistas procedentes del mundo del cortometraje, Yago de Torres Peño, Federico Manía Sibona y Dani del Águila, de los que éste último es el que tiene mayor experiencia en la escritura de guiones para series como Madres. Amor y vida (Prime Video, 2020-2022). La historia se acerca a Lázaro (Lorenzo Ferro), un joven repartidor de comida a domicilio cuyo parecido físico con el famoso cantante de trap Quimera (Lorenzo Ferro) es sorprendente. Cuando este último muere repentinamente a causa de una sobredosis, Lázaro hace honor a la procedencia bíblica de su nombre y se presenta como una nueva versión de Quimera, accediendo a un mundo de lujos y fama. La diferencia respecto a otras suplantaciones que hemos visto en las pantallas es que tanto los aficionados como los representantes del cantante conocen su muerte, lo que convierte a este cambio de identidad en una reflexión sobre lo efímera que resulta la fama y lo fácil que es sustituir a un icono musical por otro.
Quimera ha dejado hace tiempo de ser una persona para convertirse en una marca, y en realidad no importa demasiado quién la represente, siempre que se mantengan los beneficios económicos. Pero para Lázaro este mundo se revela como una explotación parecida a la que sufría en la empresa de delivery para la que trabajaba, ahora eso sí rodeado de dinero y de lujos superficiales. Originalmente la serie se presentó como una propuesta de 10 episodios de unos 10 minutos de duración cada uno, a la manera de El tiempo que te doy (Netflix, 2021-), también de la productora Corte y Confección de películas, pero finalmente se presenta en cinco episodios de duraciones que oscilan entre los 21 minutos de Quimera (T1E1) y los 14 minutos de Lázaro (T1E5). En todo caso, su duración total es de una hora y media, por lo que queda la impresión de que está más cerca de un proyecto de largometraje reconvertido en serie, y al final permanece la sensación de que es un producto que no encuentra el formato adecuado. Pero eso no es un problema para que estemos ante una interesante mirada al mundo de la música, que en realidad se podría trasladar a otras disciplinas, como reflejo de una sociedad que se pliega ante la superficialidad del éxito rápido, impulsando por unas redes sociales que son un instrumento de difusión hambriento y devorador. Uno de los principales hallazgos de la película, perdón, de la serie, es la interpretación del actor argentino Lorenzo Ferro, excelente en la película El ángel (Luis Ortega, 2018), que además tiene una exitosa carrera paralela como músico de estilo trap bajo el nombre de Kiddo Toto, lo que resulta especialmente apropiado para encarnar al personaje de Lázaro/Quimera con especial credibilidad.
Roger Gual tiene un estilo de dirección realista que en esta serie nos recuerda a la película Girl picture (Ali Haapasalo, 2021), en la que la cámara se deja llevar por los personajes, les acompaña casi formando parte de su propio entorno. Es una forma inteligente de incorporar al espectador a la atmósfera de la historia, lo que funciona especialmente en el episodio Un privilegio (T1E3), que se desarrolla casi completamente en una fiesta donde Lázaro adopta completamente la personalidad de Quimera, pero al mismo tiempo se da cuenta de que no es él quien controlará su vida a partir de ese momento. Fanático (Netflix, 2022) se desequilibra algo al final de la historia, y en cierta manera nos deja una sensación de que no termina de cerrar todos los temas que pretendía abordar, pero se puede decir que es una de las sorpresas de una temporada que está siendo floja en cuanto a producciones españolas, una propuesta que tiene cosas interesantes que decir sobre una sociedad cegada por el éxito fácil y superfluo.
La noche más largaTemporada 1 | Netflix | ★☆☆☆☆Creada por Xosé Morais, Victoriano Sierra Ferreiro | Dirigida por Óscar Pedraza, Moisés Ramos |
Hay que reconocer la valentía, o quizás la sinrazón, de los creadores de la serie La noche más larga (Netflix, 2022) por dejar la primera temporada con un final tan abierto que parecería que está ya apalabrada una continuación, aunque la plataforma promocionó su estreno como una miniserie. O bien hay algún compromiso por parte de Netflix, o simplemente han apostado por el éxito seguro, pero lo cierto es que no corren buenos tiempos para las valentonadas, especialmente con los recortes económicos que precisamente Netflix está realizando. En todo caso, sirva de advertencia que, al final de esta primera temporada, no hay una intencionalidad de conclusión. Los creadores de la serie, los gallegos Xosé Morais y Victoriano Sierra Ferreiro, responsables del thriller Néboa (RTVE, 2020) proponen ahora otra incursión en la acción policial mezclando Celda 211 (Daniel Monzón, 2009) con Asalto a la comisaría del Distrito 13 (John Carpenter, 1976), para ofrecer una lánguida historia de perseguidores y perseguidos dentro de una prisión. La historia se desarrolla durante la Nochebuena cuando el peligroso asesino en serie Simón Lago (Luis Callejo) es trasladado a la prisión psiquiátrica Monte Baruca, que dirige Hugo Roca (Alberto Amman), circunstancia que es aprovechada por un grupo armado encabezado por Ruso (Alberto Álamo) y Lennon (José Luis García Pérez) para asaltar la cárcel exigiendo que se les entregue al asesino. A lo largo de los seis episodios, la historia mezcla las historias personales de los presos con problemas psiquiátricos como Manuela (Cecilia Freire) que sufre trastorno bipolar, con las estrategias para evitar que la prisión sea tomada por los asaltantes. En realidad, las referencias son abundantes, y se pueden encontrar similitudes a otros clásicos como Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975), pero la estructura principal parece que pretende seguir la dinámica de La casa de papel (Netflix, 2017-2021), con las interacciones entre personajes que se encuentran encerrados, el enfrentamiento entre dos grupos a un lado y otro de un edificio, y los flashbacks para completar el puzzle de las relaciones entre los protagonistas. La noche más larga parece así un intento de reconstrucción de un éxito a partir de una reformulación de lo que funcionó, pero realmente solo en los territorios de habla hispana ha logrado cierta repercusión.
La serie está producida por LaZona, una productora fundada en 2003 por los hermanos Ignacio Salazar-Simpson y Gonzalo Salazar-Simpson, que han sido responsables de algunos de los principales éxitos del cine español reciente como No habrá paz para los malvados (Enrique Urbizu, 2011) y Ocho apellidos vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2014), aunque Ignacio Salazar-Simpson fundó en 2015 su propia productora, Mogambo, que ha participado en películas internacionales como la nominada al Oscar 1917 (Sam Mendes, 2020). LaZona ha producido recientemente el largometraje La familia perfecta (Arantxa Etxebarria, 2021) y la serie Libertad (Movistar+, 2021). Y ciertamente han aglutinado a un reparto notable y a un equipo técnico de primer orden, encabezado por los directores Óscar Pedraza, que dirigió varios episodios de la excelente Patria (Movistar+, 2020) y de la irregular Sky rojo (Netflix, 2021) y Moisés Ramos, un habitual de la duradera serie Cuéntame cómo pasó (RTVE, 2001-2022). Pero la suma de talentos no siempre ofrece el mejor resultado, y La noche más larga es el ejemplo perfecto. Se trata de una serie que se desarrolla de forma monótona, que no consigue empatía con los personajes, cuyas escenas de acción son aburridas y carentes de tensión, y que además se enreda en un intento de retorcer el tratamiento de la corrupción, un poco a la manera de la reciente La lista final (Prime Video, 2022) pero sin la adrenalina que desprende esa, por otro lado, mediocre serie de acción. Sorprende además que a estas alturas el tratamiento de los problemas psiquiátricos sea tan predecible y poco respetuoso como lo es en La noche más larga, utilizado simplemente como excusa para reflejar cierta impredecibilidad de los presos, pero sin querer construir un mínimo enfoque psicológico, ocasión perdida sobre todo en la bipolaridad de Manuela. Se trata en definitiva de una serie insulsa, aburrida y carente de un desarrollo coherente, que incluso acaba introduciendo a los ya habituales personajes juveniles que encontramos en casi todas las series españolas, pero de una manera absurda e inverosímil.
2 años y un díaTemporada 1 | ATRESplayer Premium | ★★★☆☆Creada por Miguel Esteban, Raúl Navarro, Luismi Pérez, Sergio SarriaDirigida por Raúl Navarro, Ernesto Sevilla |
El sentido del humor que desarrollan Miguel Esteban, Luismi Pérez y Sergio Sarria, en series como Nasdrovia (Movistar+, 2020-2022) camina peligrosamente entre el absurdo y la tontería, pero a veces consigue trascender lo simplemente superficial para elaborar una cierta mirada irónica sobre nuestra sociedad. Esto funciona especialmente bien en su última serie, que han creado en colaboración con Raúl Navarro, responsable de La reina del pueblo (Atresmedia, 2021) y co-creador junto a Miguel Esteban de El vecino (Netflix, 2019-2021). Esta elaboración de la comedia 2 años y un día (ATRESplayer Premium, 2022) consigue el trabajo más completo de los que han hecho hasta la fecha, con una carga de sarcasmo que funciona especialmente bien. La razón de que el exitoso presentador y humorista Carlos Ferrer (Arturo Valls) sea condenado a la pena que se indica en el título no es más que el hecho de haber ofendido la tradición cristiana disfrazándose de Virgen en el pregón de las fiestas de un pueblo y haciendo un chiste malo y poco respetuoso, lo que conecta directamente con esta cultura de la cancelación y los límites del humor. No sabemos si se ha tomado como referente, pero el caso recuerda a esa acusación que llevó al banquillo al humorista David Suárez en 2019 por un chiste sobre el Síndrome de Down que una asociación consideró ofensivo. La Fiscalía pedía un año y diez meses de prisión y cinco años de inhabilitación, aunque finalmente fue absuelto. Pero éste u otros casos regresan a la memoria cuando asistimos a la caída en desgracia de Carlos Ferrer al ser ingresado en una cárcel a la que la directora Laura (Adriana Torrebejano) ha renombrado como C.A.R.C.E.L. (Centro Articulado para la Reinserción Ciudadana Excelente Limón) para que los presos se sientan en un entorno más positivo, con talleres de teatro y actividades extra carcelarias.
En este sentido, la serie adopta una posición directamente paródica de ciertas realidades absurdas, protagonizadas por el grupo de delincuentes que siempre defienden su inocencia, y que acompaña al protagonista en su convivencia diaria, reelaborando los clichés típicos de las películas carcelarias como Celda 211 (Daniel Monzón, 2011) y series como Vis a vis (Fox, 2015-2019) o La noche más larga (Netflix, 2022). Están el preso andaluz Rubio (Michael John Trenor, quien ya aparecía en Nasdrovia), la conciencia del protagonista que representa Adolfo (Javier Botet) o el preso veterano Don Jaime (Manuel Galiana). Pero estos estereotipos están bien retorcidos, mucho mejor utilizados que en series como La reina del pueblo, que se quedaba en un intento que no podía desprenderse de la simple anécdota. Por si no queda clara la intención, el episodio 2 plantea directamente un debate en torno a la cultura de la cancelación, que se desarrolla en el salón de actos de la prisión, y que sirve para dibujar el estado de una sociedad en la que las asociaciones juegan el papel de vigilantes de la ética y la moralidad. Hay también un interesante juego de metaficción en el que el propio protagonista Carlos Ferrer es una representación de Arturo Valls, y hacen su aparición personajes que se interpretan a sí mismos como Los Javis, que quieren hacer una serie dedicada a Carlos Ferrer, el presentador Juanra Bonet, que se presenta como el contrincante en la vida profesional y personal del protagonista, o el propio humorista Raúl Navarro, uno de los creadores de la serie, productor desde La Coproductora y director de tres de los episodios.
La Coproductora fue fundada por José Miguel Contreras y Jorge Pezzi en 2018, y se ha ido posicionando cada vez más en el mercado audiovisual español con series y programas de televisión hasta que recientemente firmó un acuerdo con PRISA Media para convertirse en su unidad ejecutiva de desarrollo de proyectos, de forma que el grupo de comunicación que tiene como cabeceras a los diarios El País, AS y Cinco Días, y a la Cadena SER y Podcast Premium en el terreno de medios, se incorpora plenamente a la producción audiovisual. En la serie también participa Pólvora Films, la productora que fundó Arturo Valls en 2015 y que junto a Estela PC ha producido películas protagonizadas por él como Los del túnel (Pepón Montero, 2016) y Tiempo después (José Luis Cuerda, 2018), el fallido regreso al cine del director de Amanece, que no es poco (1989) o el documental Viaje a alguna parte (Helena de Llanos, 2021), sobre la relación entre Fernando Fernán-Gómez y Emma Cohen. En su formato de comedia 6x30', 2 años y un día consigue ser al mismo tiempo divertida y crítica, irónica y reflexiva, plenamente consciente de su condición como producto de evasión que sin embargo plantea un debate interesante sobre las fronteras temáticas del humor.
HeridasMiniserie | ATRESplayer Premium | ★☆☆☆☆Escrita por Lele Portas, Marco Tulio Socorro, Virginia Yagüe, Eduardo Galdo, Antonio PrietoDirigida por Norberto López Amado, Juanma R. Pachón |
Lo mejor que se puede decir de Heridas (ATRESplayer, 2022) es que existe la posibilidad de ver la misma historia en la mitad de episodios. Por que el canal Cosmo estrenó el año pasado Sauver Lisa (Cosmo, 2021), la versión francesa de la serie japonesa Mother (Nipontv, 2010), ganadora del MIPCOM Buyer's Award y vendida como formato a televisiones de Francia, España, Corea del Sur, Ucrania, Tailandia, China e Indonesia, entre otros países. En nuestro país Antena 3 estrenó la versión turca Madre (Star TV, 2016), que convertía la historia en un culebrón de más de 100 episodios a lo largo de dos temporadas, y cuyo éxito ha propiciado la producción de nuestra propia versión, que ha llevado a cabo Buendía Producciones, productora de cabecera del Grupo Atresmedia. La historia escrita originalmente por Yûji Sakamoto, que el año pasado estrenó en Japón el interesante drama romántico I fell in love like a flower bouquet (Nobuhiro Doi, 2021), reflexionaba sobre la maternidad, a través de una protagonista que se plantea la idea de secuestrar a una niña para salvarla de los abusos que está sufriendo en su hogar. El contraste entre la madre biológica que no parece ser capaz de ejercer su responsabilidad y la madre "adoptiva" que es elegida por la niña conforma el centro de una historia en la que la secuestradora también tiene antecedentes con dos madres, una adoptiva que la acogió cuando fue abandonada y otra biológica a la que recuerda solo levemente.
Es una pena que no se haya profundizado en este interesante planteamiento en ninguna de las adaptaciones que hemos podido ver. Sauver Lisa tiene la ventaja, eso sí, de resumir en solo seis episodios una historia que en la versión original se alargaba hasta once capítulos, aunque introduciendo un viaje que alimentaba la trama principal con diferentes subtramas. Protagonizada por Caroline Anglade como la secuestradora y Victoria Abril como la madre biológica con la que se reencuentra, la versión francesa simplifica la historia, y de hecho no da demasiado protagonismo a la madre de Lisa. En contraste con Heridas, que desarrolla más al personaje de Yolanda (María León), la madre abusiva, pero de forma poco satisfactoria. Con un panel de hasta ocho guionistas que se reparten los diferentes episodios, la versión española es más deudora del culebrón turco que de la serie original, y comete el error de eliminar la condición de profesora de Manuela (Adriana Ugarte), lo que hace menos lógica su obsesión por ayudar a la niña Alba (Cosette Silguero). Pero quizás el mayor problema de la propuesta española es que se esfuerza tanto en justificar lo que claramente es un secuestro que construye dos traumas para Manuela, y en cierta manera le hace un flaco favor al personaje que, junto a la interpretación que realiza Adriana Ugarte, tiene en esta versión una personalidad desquiciada, casi psicótica, que destruye la reflexión sobre la maternidad que planteaba la serie original.
Es tal el esfuerzo de los guionistas por justificar sus acciones que hasta cuando tienen que plantear la solidaridad de otro personaje, insertan una escena en la que se nos explica que ese personaje también tuvo una infancia problemática. Estas decisiones de guión, que no respetan la inteligencia del espectador, abundan a lo largo de una historia que cambia también el final para construir una especie de conclusión idealizada. Y quiere ser tan progresista que la mayor parte de los personajes masculinos son perseguidores o abusadores, mientras que la mayor parte de los personajes femeninos son solidarios y comprensivos. Y esta simpleza devora la reflexión sobre la maternidad que es el tema principal de la historia. La dirección de Heridas se reparte entre Norberto López Amado, director artesanal de series que ha realizado películas como El cuaderno de Sara (2018), y Juanma R. Pachón. Pero ambos realizan un trabajo anodino, de televisión de los años noventa, incapaz de extraer contundencia a los personajes.
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