No obstante, también es cierto que la programación del Festival de Huelva contiene títulos ya comprados por distribuidoras españolas que esperan su oportunidad para ser estrenadas. Los festivales de cine de categoría media (por presupuesto o repercusión) muchas veces se convierten más en sesiones de preestreno de las distribuidoras españolas que en auténticas muestras de cine inédito, por lo que su función de divulgador de propuestas novedosas se queda en una mera reflexión promocional que pierde fuerza en la realidad.
El cine brasileño continúa ofreciendo ejemplos de buena forma, a pesar de que quizás sea de las cinematografías más desconocidas de Latinoamericana, y la que más problemas encuentra para tener distribución en nuestro país. En la Sección Oficial encontramos dos películas brasileñas, lo cual sin duda es buen reflejo de su capacidad para contar historias de forma diferente. Pero El año que mis padres se fueron de vacaciones, de Cao Hamburger (distribuida en España por Vértigo Films), tras su buena acogida en el Festival de Berlín, parece ser uno de esos escasos títulos que traspasarán lasa fronteras de su país. No en vano es la representante brasileña para los Oscar, y de hecho esta historia sobre un niño cuyos padres deben huir durante el régimen militar en los años setenta y que acaba viviendo en una comunidad judía de Sao Paulo, tiene todos los ingredientes para convertirse (ya lo está siendo) en la película brasileña del año. Cao Hamburger tiene la capacidad para convertir una historia de trazos dramáticos en una comedia agradable que cuenta en su haber con un magnífico trabajo del niño protagonista, con una capacidad innata para desprender y transmitir sentimientos en esta interesante propuesta, realizada con la factura técnica característica del buen cine histórico que se hace en Brasil.
Más urbana y contemporánea es Não por acaso, de Philippe Barcinski, debut en la dirección de este joven realizador que fuera productor de la popular Ciudad de Dios (de hecho Fernando Meirelles, el director de aquélla, ejerce aquí de productor), y autor de algunos cortometrajes destacables como el perfecto Palíndromo, que cuenta una historia de desamor sen sentido contrario. La película que nos ocupa tiene algún punto en común con otros títulos recientes como Amores perros o Crash, pero sobre todo sabe construir con precisión dos historias de dos personajes que no se conocen pero tienen en común una fatalidad del destino: un controlador del tráfico (perfecto trabajo de Leonardo Medeiros) y un aspirante a estrella del billar (el guapo Rodrigo Santoro, tras su incursiones en la televisión (Perdidos) y el cine (300) yanquis). Película de meticulosa construcción formal, Não por acaso tiene esa capacidad para hipnotizar al espectador.
Argentina, claro, está representada en la Sección Oficial del Festival de Huelva con algunos estrenos recientes, como la última película de Eliseo Subiela, El resultado del amor. No siendo un especial defensor del cine poético practicado por Subiela, y en cierto modo cansado de los continuos caminos de vuelta del director argentino en títulos como El lado oscuro del corazón 2 y la mediocre Lifting de corazón, tengo que reconocer que El resultado del amor me parece lo mejor que he visto de Subiela hasta el momento. Quizás sea porque cuenta una historia de amor sencilla que contiene, claro está, elementos de poesía y ensoñación, pero que están lo suficientemente dosificados como para que no resulten molestos. Esta historia de una joven que trabaja de payasa en un hospital infantil y de puta por las noches, es sobre todo una historia de amor apasionado a pesar de las dificultades, y cuenta con una mirada esperanzada que sin duda se agradece.
En la Sección Rábida encontramos la muy esperada XXY (en España distribuye Wanda Vision), de Lucía Puenzo (hija de Luis Puenzo, que aquí ejerce como productor). Difícil trama sobre una chica hermafrodita y la relación que mantiene con un joven, sobre todo sabe retratar con eficacia a los personajes principales, y trazar con valentía una línea argumental que nos transmite sin fisuras los miedos, los sueños, la vida en definitiva de unos personajes marcados por la “diferencia”. Magnífico el trabajo, como siempre, de Ricardo Darín, y de los dos jóvenes protagonistas: Inés Efrón y Martín Piroyanski.
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