Esta semana hemos podido asistir en Sevilla a un magnífico concierto de Bajofondo Tango Club, a orillas del Guadalquivir. Bajofondo hacen un directo potente, perfecto en su ejecución, con un Gustavo Santaolalla saltarín y enérgico.
Muchos compositores de música de cine tienen una carrera paralela no menos interesante (en algunos casos más) que sus admirados trabajos cinematográficos. Es el caso, por ejemplo, de Jonathan Elias y su magnífica obra coral The prayer cycle, de 2003, que podremos escuchar íntegra este verano en nuestra emisión radiofónica. Y es el caso también del argentino Gustavo Santaolalla, destacado productor musical antes que músico de cine pero que, por el éxito de las películas de Alejandro González Iñárritu y sus dos Oscars consecutivos (Brokeback mountain y Babel) ha acabado ocultando esta faceta musical.
No es de extrañar por tanto que Santaolalla se sienta especialmente a gusto en la gira europea de su formación Bajofondo Tango Club, una propuesta nacida de la colaboración con su amigo Juan Campodónico y el dj uruguayo Supervielle que acaba atrapando el sonido del tango fronterizo del Río de la Plata, y lo convierte en una coctelera de tonalidades diversas que se mueven con soltura en la frontera de distintos géneros musicales.
Esta semana hemos podido asistir en Sevilla a un magnífico concierto de Bajofondo Tango Club, a orillas del Guadalquivir. Puede que una formación como Bajofondo tenga más sentido en un recinto cerrado (de hecho, falta en el exterior ese ambiente “porteño”, nebuloso, que ellos suelen dar a sus conciertos), pero sin duda se trata de otra forma de ver-escuchar a este grupo de excelentes músicos, con el puente de Triana como telón de fondo y las luces del despertar de una de esas noches sevillanas de verano que tanto bien nos hacen. Sin demasiado público, con espectadores de excepción como el alcalde de Sevilla, pero en una comunión perfecta entre músicos y espectadores (cada vez más entregados, gracias a la energía que desprendían los que estaban en el escenario).
Comenzó el concierto con los sonidos porteños fusionados con ritmos percusivos y electrónicos. A Gustavo Santaolalla no le gusta que le llamen a su música “tango electrónico” y casi da la sensación de que incluso le molesta. Él, desmarcándose de ese subgénero que han puesto de moda los de Gotan Project, prefiere decir que no sabe bien cómo denominar a esta mezcla de dj y tangueros. Sea como fuere, es música electrónica que suena a tango (muy bien bailado, por cierto, por un grupo de argentinos que estaban entre el público disfrutando del trabajo de su compatriota).Bajofondo Tango Club hacen un directo potente, perfecto en su ejecución (les sobra experiencia a algunos de los mejores músicos de estudio que forman este grupo), mezclado con imágenes que lanza la Vj Verónica Loza. Gustavo Santaolalla, saltarín empedernido, disfruta mientras toca la guitarra y sobre todo cuando modula la ronca voz de un cantante de tango platense. Una auténtica delicia de ritmos que al final logró atrapar incluso a quienes pasaban por allí sin saber que tenían encima del escenario al ganador de dos Oscar.
Para septiembre se anuncia su segundo album, con colaboraciones de Morrisey, el bandoneonista japonés Ryota Komatsu y hasta de Mala Rodríguez. Habrá que estar atentos.
No es de extrañar por tanto que Santaolalla se sienta especialmente a gusto en la gira europea de su formación Bajofondo Tango Club, una propuesta nacida de la colaboración con su amigo Juan Campodónico y el dj uruguayo Supervielle que acaba atrapando el sonido del tango fronterizo del Río de la Plata, y lo convierte en una coctelera de tonalidades diversas que se mueven con soltura en la frontera de distintos géneros musicales.
Esta semana hemos podido asistir en Sevilla a un magnífico concierto de Bajofondo Tango Club, a orillas del Guadalquivir. Puede que una formación como Bajofondo tenga más sentido en un recinto cerrado (de hecho, falta en el exterior ese ambiente “porteño”, nebuloso, que ellos suelen dar a sus conciertos), pero sin duda se trata de otra forma de ver-escuchar a este grupo de excelentes músicos, con el puente de Triana como telón de fondo y las luces del despertar de una de esas noches sevillanas de verano que tanto bien nos hacen. Sin demasiado público, con espectadores de excepción como el alcalde de Sevilla, pero en una comunión perfecta entre músicos y espectadores (cada vez más entregados, gracias a la energía que desprendían los que estaban en el escenario).
Comenzó el concierto con los sonidos porteños fusionados con ritmos percusivos y electrónicos. A Gustavo Santaolalla no le gusta que le llamen a su música “tango electrónico” y casi da la sensación de que incluso le molesta. Él, desmarcándose de ese subgénero que han puesto de moda los de Gotan Project, prefiere decir que no sabe bien cómo denominar a esta mezcla de dj y tangueros. Sea como fuere, es música electrónica que suena a tango (muy bien bailado, por cierto, por un grupo de argentinos que estaban entre el público disfrutando del trabajo de su compatriota).Bajofondo Tango Club hacen un directo potente, perfecto en su ejecución (les sobra experiencia a algunos de los mejores músicos de estudio que forman este grupo), mezclado con imágenes que lanza la Vj Verónica Loza. Gustavo Santaolalla, saltarín empedernido, disfruta mientras toca la guitarra y sobre todo cuando modula la ronca voz de un cantante de tango platense. Una auténtica delicia de ritmos que al final logró atrapar incluso a quienes pasaban por allí sin saber que tenían encima del escenario al ganador de dos Oscar.
Para septiembre se anuncia su segundo album, con colaboraciones de Morrisey, el bandoneonista japonés Ryota Komatsu y hasta de Mala Rodríguez. Habrá que estar atentos.
Bajofondo Tango Club son:
Gustavo Santaolalla – Guitarra, Percusión, Voz
Juan Campodónico – Secuenciador, Dj set
Luciano Supervielle – Piano, Secuenciador, Dj set
Martín Ferrés – Bandoneón
Javier Casalla – Violín
Gabriel Casacuberta – Bajo
Verónica Loza - Vj
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