Michael Moore presentó en el pasado Festival de Cannes su último documental, anunciado desde hacía ya tiempo debido a las peticiones realizadas por su productora para que los afectados por el sistema de sanidad estadounidense enviaran sus historias por email (labor por cierto que ahorró a este director acusado de roñoso un importante trabajo de documentación, ya que las historias le venían dadas). Michael Moore sin duda ha seleccionado las más impactantes, las más dramáticas, las que se acercan mejor al planteamiento que pretende difundir. Es así cómo los documentales de Moore se denominan “documentales” por cierta deformación del lenguaje. Sin entrar en las disquisiciones huecas e inútiles del documental “objetivo” (el que no existe) o “subjetivo” (siempre lo son y así es asumido por los documentalistas), lo cierto es que Michael Moore lleva al extremo la condición de realidad mostrada y casi podríamos acabar definiendo sus películas como “panfletos” o “libelos” con los que se puede estar más o menos de acuerdo, pero que por supuesto incumplen cualquier regla establecida dentro del género.
Las películas de Michael Moore son discursos demagógicos en contra de ciertos modos establecidos, pero realizados con herramientas cinematográficas. Así lo fueron Roger and me, Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11; y no lo es menos su última propuesta, que acaba de estrenarse en Estados Unidos. Hay que decir en descargo del director que él mismo asume la condición de anfitrión al ser el principal protagonista de las películas, dotándolas por tanto de cierto aire ficcional.
Sicko es, básicamente, un documental hecho para el público norteamericano, y con el objetivo primordial de presionar a un estamento político y social para que el intento de universalizar la sanidad que promovió Hillary Clinton (ella tampoco sale muy bien parada de las diatribas de Moore) acabe siendo planteado con seriedad y al margen de los intereses económicos del sector. En Estados Unidos no hay Seguridad Social, y eso provoca situaciones de auténtico drama (uno de los momentos más emotivos de la película se produce cuando una enferma, exvoluntaria de los atentados del 11 de septiembre, comprueba que la medicina que le cuesta 120 $ en Estados Unidos sólo vale 5 centavos en Cuba).
Especialmente elegidas para asombrarnos, los ejemplos que se plantean en el documental son escalofriantes. Y así, desde el punto de vista de quienes asistimos a un estado del bienestar que nos permite (mal que bien) estar dotados de una seguridad sanitaria “gratuita”, el asombro es inevitable. Hasta ahí bien. Pero Michael Moore se empeña en comparar la situación estadounidense con la de países como Canadá, Inglaterra, Francia o Cuba, y entonces es cuando su maniobra tendenciosa se hace más palpable. Porque la realidad sanitaria de estos países no es tan paradisíaca como la cuenta (es fácil encontrar en algunos foros comentarios de ciudadanos canadienses que se ríen del “paraíso” que muestra Moore en su película). En Francia debe ocurrir lo mismo, porque plantear como una familia media francesa a un matrimonio que gana 8000 $ al mes nos haría pensar que Michael Moore es el típico yanqui idiota, si no fuera porque ha demostrado que no lo es. Y esa tendenciosidad acaba restando valor a las propuestas del documental.
Sicko será una película polémica y sorprenderá a muchos, cuenta con esas bravuconadas marca de la casa que tanto nos divierten (viaja hasta Guantánamo para que le den medicinas a un grupo de exvoluntarios del 11-S), pero se le va mano cuando, en su empeño por justificar sus planteamientos, acaba manipulando la realidad hasta extremos insultantes.
El documental entró en la taquilla norteamericana con mal pie, muy lejos del interés que despertaron sus anteriores propuestas. Pero el esfuerzo de Michael Moore por montar la polémica durante esta semana en la CNN (intervención en directo para arremeter contra un reportaje de la cadena que cuestionaba las informaciones del documental), y el cara a cara con el autor del reportaje, el doctor Sanjay Gupta en el show de Larry King (que acabó quedando en empate porque ni Moore logró salir de su discurso demagógico, referencias a la guerra de Irak incluidas, ni Gupta logró convencer de algo que ni él mismo se cree), han reactivado el debate en torno al sistema sanitario en Estados Unidos, que es lo que Sicko pretende, y podría darle mejores resultados en taquilla, si Harry Potter se lo permite.
Pues a mi no me parecio tan manipuladora.
ResponderEliminarHola, querido lector. Bueno, en cuestión de opiniones, como sabes, hay todo tipo de opciones. De todas formas, hay algunas que a mí sí me parecen obviamente tergiversadas:
ResponderEliminar1. Los periodistas canadienses en Cannes enmendaron la plana a Michael Moore afirmando que la visión que se da de la sanidad en Canadá pasaba por alto sus aspectos negativos.
2. Presentar como una familia de "clase media" francesa a un matrimonio que gana 1800 euros al mes.
3. El viaje a Guantánamo es bastante manipulador. Es como hacer un documental diciendo que, mientras que muchos españoles no tienen una vivienda digna, los presos de las cárceles disponen de ella porque tienen la cárcel.
Como he comentado, creo que Moore ha conseguido reabrir un debate en Estados Unidos sobre la sanidad que parecía cerrado. Me parece perfecto. Pero hacerlo con comparaciones tergiversadas con otros países no me parece la mejor forma. Por otro lado, en su famoso debate con un periodista-doctor de la CNN, Michael Moore mostró pocos argumentos y mucha confusión. No supo responder a una pregunta fácil: ¿quién le dice a los ciudadanos norteamericanos que, para tener una sanidad pública, deben aumentarles los impuestos?
que no tuvo buena acogida en la taquilla norteamericana? si es uno de los documentales mas vistos de la historia. esto hace perder credibilidad al redactor.
ResponderEliminarPues espero no perder la poca credibilidad que ya tengo. Para hacer la afirmación sobre la acogida en Estados Unidos del documental "Sicko" me he basado en cifras de taquilla que se han hecho públicas. La acogida en taquilla se compara normalmente con trabajos anteriores del mismo director, ya que es la mejor manera de confirmar su "rentabilidad".
ResponderEliminarPor ejemplo, "Fahrenheit 9/11" recaudó en su primer fin de semana $23,920,637 en 868 pantallas. En el caso de "Sicko", recaudó unos escasos $4,501,712 en 441 pantallas. Dos semanas después, y tras las polémicas suscitadas por Michael Moore en las televisiones, se aumentó el número de pantallas a 1.117, pero sólo recaudó $1,945,723 ese fin de semana.
En total, "Fahrenheit 9/11" ha recaudado $119,194,771 solo en Estados Unidos, y "Sicko" lleva únicamente $21,493,605. Teniendo en cuenta que ya lleva más de un mes en cartel, difícilmente llegará ni la mitad de lo que hizo su anterior película.
Efectivamente, Michael Moore ha conseguido colar un documental (el único) en la lista de los más taquilleros, pero no es "Sicko" sino "Fahrenheit 9/11", que está en el puesto 261. Es el único documental, si mi memoria no me falla, que está entre las 400 películas más taquilleras de la historia en Estados Unidos.
De ahí mi comentario sobre la muy regular acogida del público a "Sicko". Desde luego, no ha sido el taquillazo que se podía esperar del documental más caro que ha realizado Michael Moore.
Es verdad que lo de Guantanamo fue una performance que podía evitar, sobretodo por la repercusion negativa que pueda tener en los presos, a ver si les van a quitar la atencion medica tambien.
ResponderEliminarYo entiendo que tanto lo de la familia francesa como lo del médico que le enseña su casa tiene un claro fin de demostrar a las clases "que importan" en votos en USA que no le va a pasar nada a su estilo de vida acomodado por plantear un sistema sanitario publico.
Y me parece muy adecuado que compare con otros países, porque se sale de la vision centrada en si mismo que tiene el 98% de las producciones gringas, y porque nos muestra que hay otros sistemas igualmente válidos ser y estar en el mundo. Personalmente, me siento menos antiamericana cuando salgo de ver una peli de Moore.
¿Subir los impuestos? ¿Porque? Hay que gestionarlos mejor, si a un neoyorkino le hacen pagar mas impuestos ya lo reducen a la esclavitud, practicamente. Pero de eso a seguir con el mismo sistema sanitario, supongo que habra un termino medio ¿no?
Evidente que todo sistema sanitario tiene sus puntos debiles, en México hay baremos para pagar segun que tratamientos, las lista de espera de cosas de poca importancia son largas, etc., mientras que en España el dentista publico solo hace extracciones, y también hay listas de espera enormes, pero a nadie se le niega el auxilio ni se le envia a otro hospital en ninguno de los dos paises.