18 noviembre, 2007

Cine latino en Huelva

Comenzó una nueva edición del Festival de Huelva con una esforzada selección de películas latinoamericanas a las que en algunos casos les resulta difícil introducirse en el mercado español.

No obstante, también es cierto que la programación del Festival de Huelva contiene títulos ya comprados por distribuidoras españolas que esperan su oportunidad para ser estrenadas. Los festivales de cine de categoría media (por presupuesto o repercusión) muchas veces se convierten más en sesiones de preestreno de las distribuidoras españolas que en auténticas muestras de cine inédito, por lo que su función de divulgador de propuestas novedosas se queda en una mera reflexión promocional que pierde fuerza en la realidad.

El cine brasileño continúa ofreciendo ejemplos de buena forma, a pesar de que quizás sea de las cinematografías más desconocidas de Latinoamericana, y la que más problemas encuentra para tener distribución en nuestro país. En la Sección Oficial encontramos dos películas brasileñas, lo cual sin duda es buen reflejo de su capacidad para contar historias de forma diferente. Pero El año que mis padres se fueron de vacaciones, de Cao Hamburger (distribuida en España por Vértigo Films), tras su buena acogida en el Festival de Berlín, parece ser uno de esos escasos títulos que traspasarán lasa fronteras de su país. No en vano es la representante brasileña para los Oscar, y de hecho esta historia sobre un niño cuyos padres deben huir durante el régimen militar en los años setenta y que acaba viviendo en una comunidad judía de Sao Paulo, tiene todos los ingredientes para convertirse (ya lo está siendo) en la película brasileña del año. Cao Hamburger tiene la capacidad para convertir una historia de trazos dramáticos en una comedia agradable que cuenta en su haber con un magnífico trabajo del niño protagonista, con una capacidad innata para desprender y transmitir sentimientos en esta interesante propuesta, realizada con la factura técnica característica del buen cine histórico que se hace en Brasil.

Más urbana y contemporánea es Não por acaso, de Philippe Barcinski, debut en la dirección de este joven realizador que fuera productor de la popular Ciudad de Dios (de hecho Fernando Meirelles, el director de aquélla, ejerce aquí de productor), y autor de algunos cortometrajes destacables como el perfecto Palíndromo, que cuenta una historia de desamor sen sentido contrario. La película que nos ocupa tiene algún punto en común con otros títulos recientes como Amores perros o Crash, pero sobre todo sabe construir con precisión dos historias de dos personajes que no se conocen pero tienen en común una fatalidad del destino: un controlador del tráfico (perfecto trabajo de Leonardo Medeiros) y un aspirante a estrella del billar (el guapo Rodrigo Santoro, tras su incursiones en la televisión (Perdidos) y el cine (300) yanquis). Película de meticulosa construcción formal, Não por acaso tiene esa capacidad para hipnotizar al espectador.

Argentina, claro, está representada en la Sección Oficial del Festival de Huelva con algunos estrenos recientes, como la última película de Eliseo Subiela, El resultado del amor. No siendo un especial defensor del cine poético practicado por Subiela, y en cierto modo cansado de los continuos caminos de vuelta del director argentino en títulos como El lado oscuro del corazón 2 y la mediocre Lifting de corazón, tengo que reconocer que El resultado del amor me parece lo mejor que he visto de Subiela hasta el momento. Quizás sea porque cuenta una historia de amor sencilla que contiene, claro está, elementos de poesía y ensoñación, pero que están lo suficientemente dosificados como para que no resulten molestos. Esta historia de una joven que trabaja de payasa en un hospital infantil y de puta por las noches, es sobre todo una historia de amor apasionado a pesar de las dificultades, y cuenta con una mirada esperanzada que sin duda se agradece.

En la Sección Rábida encontramos la muy esperada XXY (en España distribuye Wanda Vision), de Lucía Puenzo (hija de Luis Puenzo, que aquí ejerce como productor). Difícil trama sobre una chica hermafrodita y la relación que mantiene con un joven, sobre todo sabe retratar con eficacia a los personajes principales, y trazar con valentía una línea argumental que nos transmite sin fisuras los miedos, los sueños, la vida en definitiva de unos personajes marcados por la “diferencia”. Magnífico el trabajo, como siempre, de Ricardo Darín, y de los dos jóvenes protagonistas: Inés Efrón y Martín Piroyanski.


17 noviembre, 2007

La Academia más cínica

Academia y cortometrajistas se reúnen para buscar una ¿solución? a la grieta abierta por la misma Junta Directiva. Buen trabajo. Separar en vez de unir a los cineastas españoles.


Los representantes de la Plataforma de Cortometrajistas y la Junta Directiva de la Academia de Cine se han vuelto a reunir para tratar de llegar a un acuerdo de cara a la próxima entrega de los premios Goya a los cortometrajes nominados, esos que han sido marginados por la Junta Directiva. Es decir, primero toman una decisión unilateral, sin consultar a nadie, ni siquiera a los muchos cortometrajistas que forman parte de la Academia, y ahora quieren arreglar las cosas a base de reuniones en las que, por cierto, no se plantea devolver a las categorías de cortometrajes a su sitio, en la ceremonia de los Premios Goya, sino que pretenden fomentar la gala de los nominados como una especie de ceremonia alternativa que tenga como protagonistas a los autores de cortos. O sea, seguir marginando.

La Plataforma, que ha obtenido el respaldo de más de 4.000 firmas en contra de la decisión tomada por la Junta Directiva, ha amenazado con no asistir a la entrega de los premios en la Gala de los nominados, algo que parece haber asustado lo suficiente a quienes pensaban que se iban a ir de rositas pateando el trabajo de los cortometrajistas. Mucho me temo que los representantes de los cortometrajistas al final pasarán por el aro y encontrarán alguna justificación para sucumbir a la “ceremonia alternativa”. Sinceramente, uno preferiría que al menos alguna vez en España hubiera gente con cojones como para llevar sus reivindicaciones hasta el final y que este año dejaran solos, abandonados, marginados a quienes tomaron la decisión de abandonar y marginar al cortometraje español. La solución la veremos en los próximos días.



09 noviembre, 2007

Animacor 2007

En Córdoba se consolida esta ventana abierta a la imaginación ofreciendo los trabajos más destacados del panorama de la animación internacional.


Este año nos hemos trasladado a Córdoba para participar en la tercera edición del Festival Internacional de Animación, que viene siendo apoyado desde el principio por la Diputación Provincial. Córdoba lleva tiempo desarrollando una relación especial con el mundo de la animación y va camino de convertirse
en uno de los centros neurálgicos de este género en España, por poco que las instituciones cordobesas sigan apostando por ello.

Como cada año, se han podido ver en su sede de la Filmoteca de Andalucía algunas de las más destacadas producciones internacionales, aunque quizás la selección podría buscar propuestas más actuales, ya que ver producciones de 2005 como Fullmetal alchemist. La película, de Seiji Mizushima, cuando el universo de la animación es amplio y prolífico, no deja de ser algo chocante. También hemos podido ver cortometrajes nominados al Goya 2007, como Tadeo Jones y el sótano maldito, de Enrique Gato, el hermoso y perfecto corto Életnova, del húngaro Tomeck Ducki, el último trabajo para televisión de la factoría Ardman, la serie Shaun the sheep, de Chris Sadler, o el cortometraje en 3D de la productora gallega Dygra El bufón y la reina, de Juan Galiñanes, que parece querer aspirar a seguir la estela de los cortos de Pixar, pero con menor acierto narrativo.

Pero sobre todo Animacor ’07 ha puesto de manifiesto el buen momento que vive la animación rusa (con una de las tradiciones más solventes de Europa), gracias a trabajos recientes como el cortometraje Hare el sirviente, de Elena Chernova y al homenaje que se ha dedicado a una de las figuras más fascinantes del panorama de la animación internacional: Alexandre Petrov, contador de historias contundentes como El viejo y el mar (1999), nominado al Oscar, o su última obra, My love (2006), realizados con una técnica sorprendente como es la acuarela animada. Toda una delicia para los sentidos.

El II Foro de Coproducción Internacional ha demostrado asimismo el buen momento que vive la animación española, a pesar de las dificultades, con la participación de más de treinta productoras nacionales, seis extranjeras y varias televisiones internacionales.

Todo ello en un ambiente de cierta euforia ya que, afirman los representantes de las principales asociaciones de productoras de animación y de la recién creada Federación Española, Diboos, que la nueva Ley del Audiovisual otorgará a las series de animación el 1% de las inversiones de las televisiones españolas, un logro reivindicado durante muchos años. Lo que hace falta es que las producciones hechas en nuestro país estén a la altura del nivel internacional, no solo en la técnica (que lo está), sino sobre todo en el armazón narrativo, ya que éste pasa por ser una de las deficiencias principales de los largometrajes quje se estrenan en nuestras pantallas.

PREMIOS

Largometraje (12.000 €): Cristóbal Molón (España), de Aitor Arregi / Íñigo Berasatagui

Primer Premio Corto (9.000 €): Madame Tutti-Putti (Canadá),

de Chris Lavis / Maciek Szczerbouski

Segundo Premio Corto (6.000 €): The bears stories (Rusia), de Maria Karpova

Tercer Premio Corto (3.000 €): The Pearce sisters (Reino Unido), de Luis Cook

Serie Televisión (6.000 €): Shaun the sheep: Still life (Reino Unido), de Chris Sadler

Premio infantil (3.000 €): Bali: Mateo-mon nouveau copain! (Francia),

de Virgile Trovillot / Jean-Sébastian Vernerie

Premio RTVA (3.000 €): El retrato oval (España), de José Frías Carmona

Menciones Especiales del Jurado:

Une petite histoire de l'image animée (Francia), de Joris Clerté

Passo (Brasil), de Alê Abreu

El ataque de los kriters asesinos (España), de Sam

Kroshechka-Khavroshechka (Rusia), de Inga Korzhneva



02 noviembre, 2007

La Academia no se corta

A la nueva Junta Directiva de la Academia del Cine Español se le ha ocurrido una idea genial para que la ceremonia sea más corta: mandar a tomar porculo los cortos. Es decir, la ausencia de tres categorías conseguirá que la ceremonia no sea soporífera, como de costumbre. Dios les coja confesados para la próxima entrega, porque estaremos todos con el cronómetro pendientes de si su iniciativa absurda resulta que obra milagros.


Algunos aficionados y cineastas (cortometrajistas, claro, porque a los directores que ya están asentados en el largometraje les importan una mierda los cortos), ya proponen cambiar el nombre de la Academia por el de Academia del “Largometraje Español” en vez del “Cine Español”. Porque, la verdad, el maltrato al que vienen sometiendo a los cortometrajistas desde hace años resulta desquiciante. Ahora se trata de quitarse de un plumazo a esos “niñatos” coñazos y exiliarlos a la Gala de los Nominados, ese acto estúpido copiado de los Oscar que a partir de ahora se convertirá en el mismo acto estúpido, pero con tres o cuatro chavales contentos porque se han llevado un Goya, aunque su familia y amigos no hayan tenido el gusto de verlos por televisión.

Claro que, si J.A. Bayona sube al escenario a recoger algún premio para El orfanato, la Junta Directiva le besará el culo y alabará su categoría de cineasta, aunque como cortometrajista le hubieran mandado al carajo de la fiesta de los nominados.

En la página web www.indignados.org, creada por la Plataforma de Cortometrajistas Indignados, se han recogido casi 4.000 firmas en contra de la iniciativa. Pero lo más interesante es que se han puesto en entredicho los últimos cambios (no anunciados ni divulgados por la Academia) en las Bases de Cortometrajes. Por ejemplo, que el ICAA (Instituto del Cine y las Artes Audiovisuales) considere como cortometraje una obra de menos de 50 minutos, pero la Academia de Cine haya reducido esta consideración de los 30 minutos que estipulaba hasta ahora, a 20 minutos, es una incongruencia que deberían explicarnos. ¿Qué pasa con una obra de 25 minutos? ¿Puede competir en la categoría de Mejor Película, ya que no se trata de un cortometraje?

Que una Academia formada por profesionales del cine desprecie el trabajo de los jóvenes cineastas, escudándose en excusas peregrinas como que en la fiesta de los nominados tendrán más protagonismo, resulta intolerable. Que los mismos actores y directores que se tiraron a la calle siguiendo pautas políticas ni siquiera hayan abierto la boca para defender a los futuros directores, técnicos y productores del cine español, es vergonzoso.

Estos son los nominados a los Premios Goya en las categorías despreciadas por la Academia. Los ganadores se darán a conocer en el acto de lectura de los nominados (17 de diciembre) y los Goya se entregarán en la ceremonia de los nominados (enero 2008).


Cortometrajes de ficción:

El pan nuestro, de Aitor Merino

Padam..., de José Manuel Carrasco

Paseo, de Arturo Ruiz

Proverbio chino, de Javier San Román

Salvador (Historia de un milagro cotidiano), de Abdelatif Abdeselam Hamed


Cortometrajes de animación:

Atención al cliente, de Marcos Valin y David Alonso

El bufón y la Infanta, de Juan Ramón Galiñanes

La flor más grande del mundo, de Juan Pablo Etcheverry

Perpetuum mobile, de Raquel García-Ajofrin y Enrique García Rodríguez

Tadeo Jones y el sótano maldito, de Enrique Gato


Cortometrajes documentales:

Carabanchel, un barrio de cine, de Juan Carlos Zambrana

El anónimo caronte, de Toni Bestard

El hombre feliz, de Lucina Gil Márquez

Valkirias, de Eduardo Soler