18 agosto, 2011

Bollywood y la España de pandereta

El denominado Bollywood ha estrenado este verano con éxito una comedia sobre la amistad en la que tres amigos recorren la España turística más tópica. Pero las cosas son así; la industria del cine indio viene para rescatar al cine occidental de la crisis económica. Y hay que darles lo que pidan. 

La industria cinematográfica de la India es una de las más rentables del panorama internacional. Auto-suficiente en términos económicos, su volumen de producción anual supera con creces el de cualquier país. Y la mayor parte de estas producciones consiguen dar beneficios en un territorio que es, después de China, el más poblado del mundo. Sin embargo, la tendencia en los últimos años pasa por ramificarse hacia el exterior, traspasando sus fronteras no solo con el estreno en circuitos internacionales de largometrajes de alto presupuesto como Lagaan (2001) o Mi nombre es Kahn (2010), sino también con la participación en la producción de títulos occidentales (aunque algunos de temática india) como Slumdog millionaire (2008), Come, reza, ama (2010), Miral (2010) o Misión: Imposible 4 (2011).

El mismo Steven Spielberg ha echado mano de un acuerdo con la compañía india Reliance Entertainment para reflotar su productora Dreamworks a un paso del colapso económico, con la participación de esta productora con sede en Bombay en títulos tan significativos como Cowboys & aliens, Reel steel o War horse, el último film dirigido por Spielberg.

Así las cosas, este verano ha llegado a las pantallas de la India una de las películas que ha logrado mayor repercusión mediática y de público: Zindagi na milegi dobaru (2011), que se podría traducir como No viviremos otra vez, pero que algunos ya han bautizado como Solo se vive una vez, como la canción de Azúcar Moreno, por eso de continuar con el folclore. Porque esta película, que ha sido el mejor estreno del año en la India a nivel de recaudación, embarca a tres amigos en una viaje de despedida de soltero (uno de ellos está a punto de casarse) a través de algunas de las fiestas más celebradas de la España turística: la tomatina, los encierros de Pamplona...

En clave de comedia un poco ñoña, Zindagi na milegi dobaru no quiere dejarse en el saco ninguno de los tópicos sobre España: y ahí tenemos sus sesiones de flamenco, su alegría festiva, sus toros y sus morenazas sueltecitas. En fin, todo lo que intelectualizó Hemingway, pero aquí pasado por la batidora del cine comercial de Bollywood. Dirigida por Zoya Akhtar, una de las jóvenes realizadoras más prometedoras del cine indio, y protagonizada entre otros por su hermano Farhan Akhtar, también responsable del guión, Zindagi na milegi dobaru habla sobre el poder de la amistad, y ciertamente consigue algunos momentos emocionantes de camaradería masculina, como en la secuencia de paracaidismo. 

El viaje de estos amigos se convierte en una road-movie por territorio español que es también una catarsis para sus complejos y sus temores. Y en ese viaje experimentan algunas de las sensaciones más estimulantes de sus vidas: bucean en la Costa Brava, se pringan en la tomatina de Buñol (Valencia), practican paracaidismo en Sevilla, bailan en Alájar (Huelva) y corren los Sanfermines. Y hay que decir al menos que el encierro que se ve en esta película resulta bastante más creíble que el de Noche y día, y mejor rodado, aunque se abuse de la cámara lenta para maquillar la mansería de los toros.




La película ha logrado buenas críticas en su país, destacando el buen trabajo de su directora, pero a nosotros nos resulta larga (en la línea de la producción cinematográfica india), con trazos de comedia facilona y con números musicales tediosos y repetitivos (ese momento Vidal Sassoon). 

La banda sonora, en la que destacan solo algunas canciones (tampoco estamos ante un musical, sino ante una comedia con algunos videoclips insertados), corre a cargo del trío de compositores formado por Shankar Mahadevan, Ehsaan Noorani y Loy Mendonsa, bastante más inspirados en la película Kal ho na ho (2003), y que incluyeron también un tema suyo en Slumdog millionaire. La letra es del poeta, letrista y guionista de Javed Akhtar, padre de la directora y del guionista y co-protagonista. 

Entre sus composiciones para la película está esa mezcla entre el sonido "indi" y el flamenco que podría formar parte perfectamente de cualquier banda sonora de la serie Torrente. Señorita, interpretada por la gaditana María del Mar Fernández, forma parte de una escena rodada en el pueblo onubense de Alájar, con coreografía de parvulario que incluye un toro mecánico no se sabe muy bien por qué, pero resulta tan pegadiza que se ha convertido en el acontecimiento musical de año en la India.

Por lo menos Zindagi na milegi dobaru sirve como reclamo turístico para España, y en eso la productora es bastante generosa incluyendo en su web enlaces con algunas de las fiestas que se muestran, aunque teniendo en cuenta que el 25% de la población de la India vive por debajo del nivel de pobreza, no sabemos cuánto turismo indio acabaremos recibiendo gracias a la película.  

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