Si hace una semana hablábamos del Festival de la Fiction como el comienzo oficial de la temporada en Francia, esta semana nos trasladamos hasta Oslo para comentar las jornadas profesionales que se pueden considerar como el comienzo oficial de temporada en Noruega. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, Seridagene es una cita reservada a profesionales del sector audiovisual que durante cinco días ofrece un espacio para la presentación de proyectos y el debate en torno al audiovisual en Noruega, pero con extensiones hacia el resto de países nórdicos. Series Days Oslo reúne cada año a unos 700 profesionales de diferentes países escandinavos, con invitados especiales que ofrecen conferencias, clases magistrales y talleres relacionados con el sector audiovisual. Este es un año especialmente complicado, sobre todo para las televisiones públicas de los países nórdicos. Como ya comentamos en nuestro reciente reportaje sobre Las series escandinavas que vendrán, la televisión pública sueca SVT está envuelta en un recorte presupuestario y un cambio de administración, mientras que la televisión danesa DR no tiene estrenos destacados para esta temporada, retrasando algunos de los proyectos que tenían previsto presentar en 2024. En este sentido, se podría decir que la televisión pública noruega NRK es la que en estos momentos cuenta con una mayor estabilidad y una producción de ficción original más continuada. Pero la jornada principal de este encuentro que no se puede considerar como festival de series porque no hay proyecciones, es el denominado Día de la Industria, un intenso programa en el que se suceden durante nueve horas charlas y encuentros protagonizados por destacados actores del sector audiovisual.
Organizado por el periódico Aftenposten, Seriedagene (Series Days Oslo) cuenta con el apoyo de NRK, TV2, Instituto Noruego de Cine (NFI), Filmforbundet, Dramatikerforbundet, Virke Produsentforeningen, Warner Bros Discovery y Nordisk Film og TV Fond. Como cada año, la jornada concluyó con la fiesta de clausura y la entrega de los Premios de la Crítica, que se celebra desde 2020, en la que 18 críticos de televisión que escriben en medios de comunicación noruegos seleccionan las mejores series de la temporada pasada en tres categorías. No hubo demasiadas sorpresas, con predominio de galardones para el exitoso drama político Power play (Filmin, 2023-2024), sobre el ascenso de la política Gro Harlem Brundtland hasta convertirse en Primera Ministra en los años ochenta, que obtuvo dos premios como Mejor Serie Dramática y Mejor Interpretación (no hay distinción de géneros) para su protagonista Kathrine Thorborg Johansen. Mientras que el premio de la crítica a la Mejor Comedia fue para Føkkings Fladseth (TV2 Play, 2023), una autoficción protagonizada por el comediante Henrik Fladseth en la que se interpreta a sí mismo viviendo una crisis de identidad profesional después de sufrir las consecuencias de la cancelación, tras el escándalo surgido por una broma de mal gusto. Ofrecemos una crónica de Seriedagene en dos partes en la que nos enfocaremos en los invitados internacionales de esta edición, hablaremos de próximos estrenos y de coproducciones.
BEAU WILLIMON: LA RESPONSABILIDAD DEL ESCRITOR
Uno de los invitados internacionales de esta edición de Seriadegene Oslo ha sido el guionista Beau Willimon (1977, Virginia), nominado al Oscar por Los idus de Marzo (George Clooney, 2011) y que en televisión ha sido el creador de la serie House of cards (Netflix, 2013-1018) y ha trabajado junto a Tony Gilroy en la primera temporada de Andor (Disney+, 2022-), trabajos que le han valido seis nominaciones a los premios Emmy. Su panel "El arte de contar historias", moderado por Ståle Stein Berg, Jefe de Desarrollo de la productora Maipo Film, tuvo una curiosa puesta en escena cuando decidió que prefería improvisar antes que elaborar un discurso estructurado, escribiendo diferentes ideas o frases de otros autores en trozos de papel que colocó en un sombrero y fue escogiendo aleatoriamente, aunque en realidada acabó abordando algunas de las cuestiones más esperadas, especialmente sobre sus trabajos en televisión. "House of cards comenzó con una idea muy sencilla, que era mi interés por el poder. Frank Underwood es alguien cuya relación con el poder se basa en una necesidad personal, que se representa en una necesidad de tener el control constantemente". Para este autor teatral y guionista, la necesidad de los personajes es lo que impulsa las historias, que considera la base del drama. Y llegó a Oslo con los deberes hechos, citando a uno de los autores noruegos más importantes: "El verdadero valor de las obras de Henrik Ibsen es profundizar en la complejidad de sus personajes". Pero también citó en su intervención a la escritora norteamericana Flannery O'Connor (1925-1964, Georgia) al referirse a la forma en que la escritura supone profundizar en las entrañas del autor: "Ella era muy católica y sufrió lupus, así que pasó la mayor parte de su vida recluida en una habitación escribiendo. Sin embargo, a pesar de su fe, escribía con profunda convicción sobre personajes deshonestos, sobre gente terrible, y sus novelas son incluso obscenas". Recientemente, el actor Ethan Hawke dirigió una película sobre Flannery O'Connor, Wildcat (2023), que protagonizó su hija Maya Hawke en el papel de la escritora.
Beau Willimon en conversación con Ståle Stein Berg (Maipo Film) |
Esta necesidad de encontrarse a sí mismo por parte de los autores de historias se traslada al trabajo de Beau Willimon: "En las primeras temporadas de House of cards teníamos la subtrama de Peter Russo (Corey Stoll), que giraba en torno al alcoholismo, la sombra de su pasado relacionado con las adicciones. Yo mismo llevo veinte años sobrio, mi pasado también tiene relación con la adicción al alcohol, así que esa subtrama era muy personal". Y recuerda las series en las que se inspiró para abordar el que fue su primer trabajo para televisión: "Estudié series como Breaking bad (Netflix, 2008-2013), Deadwood (HBO, 2004-2006) y Mad men (MGM+, 2007-2015). También aprendí que aunque tengas la idea más poderosa, debes saber delegar, dejar que la creación sea colectiva". Tras el final de la serie, provocado por las denuncias de abusos contra Kevin Spacey, Beau Willimon escribió junto a John Guy el guión de la película María, reina de Escocia (Josie Rourke, 2018) y fue contratado por Tony Gilroy para escribir la primera temporada de Andor (Disney+, 2022-), lo que fue para él una sorpresa. "Cuando me habló del proyecto pensé que estaba de broma, porque nunca he sido aficionado al universo de Star Wars. Pero me atrajo la idea de ocupar una mesa de guionistas sin ser el creador de la historia". La serie, aclamada por la crítica, contó al principio con solo tres guionistas: "Solo éramos Tony, su hermano Dan Gilroy y yo. Tony tenía escrito el tratamiento y la biblia (los datos principales para desarrollar a los personajes). Pero me dijo que solo teníamos una semana para escribir los guiones". Y recuerda que algunas subtramas como la de la prisión Narkina 5 que ocupa el bloque de episodios 7-9 (Beau Willimon fue nominado al Emmy por el episodio Una salida (T1E9)) surgió de una idea principal: "La idea de la cárcel surgió de una cosa tan estúpida como querer hacer una prisión que no se pareciera en nada a ninguna otra. Así que en vez de hacer una cárcel oscura y deprimente, decidimos que Narkina 5 fuera brillante y limpia. O pensar en cómo tendría que ser una prisión en la que los guardias no llevaran armas, así que hicimos que el suelo estuviera electrificado. Tampoco queríamos que estuviera rodeada de un muro, así que decidimos que fuera una especie de isla. Simplemente nos divertimos buscando lo opuesto a lo tradicional".
La subtrama sirvió también como un elemento principal para el arco del protagonista: "Tony Gilroy nos dijo que la primera temporada era el proceso de educación de Casian Andor (Diego Luna), desde una persona que era al principio un mercenario egoísta, hasta llegar a ser alguien que es capaz de creer en algo y hacer un sacrificio. Y la prisión nos sirvió para crear un estado de opresión que aportaba el primer paso hacia su radicalización. Entonces pensamos en el personaje de Kino Loy (Ady Sarkis), alguien que podría ser un ejemplo al que Casian podría imitar". A pesar de su escasa relación con el universo de Star Wars, Beau Willimon está trabajando ahora en el guión de otra película de la saga, Star Wars: Dawn of the Jedi (James Mangold, 2025). Cuando se le preguntó sobre su opinión en torno a la Inteligencia Artificial, el guionista afirmó situarse en una posición ambigua: "Por un lado está la repercusión social, pero por otro lado hay un concepto casi filosófico sobre si la IA puede llegar a superar la conciencia humana y acabaremos siendo respecto a la tecnología lo que las hormigas son para los seres humanos. Pero no creo que la IA pueda crear algo parecido a la originalidad, porque ser original proviene de una experiencia personal y específica".
THOMAS GOLUBIĆ: EL ARTE DE LA SUPERVISIÓN MUSICAL
Considerado como un referente en la supervisión musical para series de televisión, Thomas Golubić es un artista norteamericano de ascendencia croata y alemana que ha contribuido con la selección de canciones a algunas de las series más reconocidas del panorama internacional. La secuencia final de A dos metros bajo tierra (Max, 2001-2005), considerado uno de los mejores desenlaces de la historia de la televisión, no sería posible sin la canción "Breathe in" de la cantante Sia que eligieron Thomas Golubiç y su ex-socio Gary Calamar. El tema se convirtió en una referencia musical que posteriormente fue utilizado en otras series, y lanzó a la cantante australiana Sia al estrellato en Estados Unidos. Habiendo trabajado en numerosas series, entre ellas Ray Donovan (SkyShowtime, 2013-2020) o Grace and Frankie (Netflix, 2015-2022), entre sus últimas colaboraciones están Poker face (SkyShowtime, 2023-) y Silo (Apple tv+, 2023-). Pero la trayectoria de Thomas Golubiç destaca sobre todo por su relación con Vince Gilligan, con el que ha trabajado en Breaking bad (Netflix, 20008-2013) y Better call Saul (Netflix, 2015-2022), que fueron los proyectos centrales de su panel, en conversación con Joachim Alte de Ekko Agency, empresa dedicada a licenciar música para proyectos de televisión y cine en los países nórdicos. "Con Vince Gilligan siempre comienzo desde las fases iniciales del desarrollo. No vengo a resolver problemas de última hora, sino que participo en cómo se construye la historia desde el guión", afirmaba Thomas Golubiç, quien describe cuatro elementos de sonido importantes en una escena: "Tenemos el diálogo, los efectos de sonido, el silencio y la música. La labor del supervisor musical es establecer la jerarquía de cada uno de estos elementos para mejorar la historia". Uno de los ejemplos de Breaking bad que se pusieron en imágenes fue la escena del supermercado en el episodio ABQ (T2E10): "Este momento es fundamental porque es cuando Walter White se da cuenta de que ya no es un profesor, sino un traficante de drogas". Para el final de esta clásica secuencia se eligió la canción "DLZ" del grupo TV on the radio, que se refiere precisamente a un hombre que asciende en su estatus de poder y su conflicto interno: "Fue muy complicado conseguir ese tema, aunque el grupo no era muy conocido. Pero tuvimos que convencerles e incluso redujimos presupuesto de otros episodios para poder tenerla. En cada episodio de la serie teníamos 12.000 dólares de presupuesto".
El supervisor musical Thomas Golubiç junto a Joachim Alte (Ekko Agency) |
Para Thomas Golubiç la música original y lo que se denomina source, es decir, la selección de canciones no escritas para el programa, no se contradicen en una misma historia porque tienen funciones diferentes: "Las composiciones originales son una decisión editorial, y conectan con las emociones del espectador. Las canciones seleccionadas, sin embargo, construyen un mundo alrededor de los personajes". Y define la televisión como "un medio muy acelerado en el que hay que tomar decisiones muy rápidas". En el episodio Mijo (T1E2) de la serie Better call Saul, la secuencia-montaje del trabajo como defensor público de Jimmy McGill usa como soporte musical el Concerto alla rustica (1730) de Antonio Vivaldi: "En Better call Saul entramos en producción directamente, sin episodio piloto, así que no sabíamos realmente cómo estábamos construyendo la serie. Era como pintar un tren mientras está en movimiento. Usamos como referencia una secuencia de la película All that jazz (Empieza el espectáculo) (Bob Fosse, 1973), que muestra el comienzo del día de Joe Gideon, pero era demasiado corta, así que tuvimos que editar un cover e introdujimos otros instrumentos. En este momento Jimmy McGill aún no es Saul Goodman, pero lo interesante es que esta secuencia muestra cómo el personaje se ve a sí mismo, como una superestrella al estilo de Joe Gideon".
En contraposición, la secuencia que muestra a Jimmy McGill tratando de provocar que le despidan del bufete Davis & Main en el episodio Inflable (T2E7) utiliza el tema "Scorpio" (1971) de Dennis Coffey and the Detroit Guitar Band, una improvisación funk que sentó las bases de la música hip hop posterior, y que funciona como contrapunto al anterior: "Esta secuencia ya introduce algunos elementos de Saul Goodman. Lo primero que me dijo Vince Gillian cuando me habló de la serie es que pretendía mostrar qué tipo de problemas pueden surgir para que convertirse en Saul Goodman sea la única solución. Jimmy todavía tenía un aspecto funk, algo descuidado, y esta canción en una secuencia muy larga nos permitía contar una historia, era una canción que nos podíamos permitir para poder utilizarla completa". Uno de los problemas a los que se enfrenta en su trabajo es hacer entender que es necesario dedicar una parte del presupuesto a la supervisión musical: "El dinero siempre es un desafío en televisión. Todo el mundo quiere conseguir el mayor valor en pantalla como sea posible. Pero creo que muchas veces es más caro no tener un supervisor musical que tenerlo. Nuestro trabajo no es muy costoso teniendo en cuenta lo que cuestan las licencias de música. A veces el presupuesto de un episodio en televisión es el equivalente al coste de la licencia de varios fragmentos de canciones conocidas, que pueden llegar a alcanzar hasta un millón de dólares. Por eso es mejor tener a un supervisor musical desde el principio, establecer una tarifa determinada y que sea él quien maneje los tiempos y la selección de canciones para ajustarse a ese presupuesto". Y comenta algunos errores que se cometen desde la fase de guión: "A todo el mundo le gusta James Brown, les gusta que los personajes canten sus canciones, pero esos son 200 o 300 mil dólares gastados para nada".
Una de las ideas que defiende Thomas Golubiç es que hay muchos ejemplos que demuestran que no es necesario contar con un gran presupuesto para que una selección musical funcione: "Recuerdo cuando estaba en la escuela de cine y se estaban estrenando las películas del Movimiento Dogma. Una de las que vimos fue Celebración (Thomas Vinterberg, 1998), que estaba rodada bajo las normas que indicaban que toda la música debía sonar desde el ambiente de las escenas, sin artificios. Este es un buen ejemplo de una película que 25 años después es igualmente efectiva, realizada musicalmente con pocos recursos. En Estados Unidos la mayor parte de las grandes productoras o cadenas de televisión tienen sus propias librerías de música. Yo accedo primero a ellas porque así puedo usarlas para escenas en cafeterías o en la calle, sonando de fondo, enfocando el presupuesto a aquellas canciones que son relevantes para la historia. Hay muchos recursos donde encontrar elementos musicales y a veces la gente utiliza temas de licencias muy caras que no necesariamente ayudan a construir la historia".
LA PALMA: EL SCANDISASTER SE TRASLADA A ESPAÑA
© Manolo Pavón/Netflix Nordic |
En los últimos años, la productora noruega Fantefilm se ha especializado en películas de catástrofes como La ola (Børgen) (Roar Uthaug, 2015), Terremoto (John Andreas Andersen, 2018) o El mar del Norte (John Andreas Andersen, 2021). Tanto es así, que han acuñado un nuevo nombre a este subgénero, el "scandisaster", de manera que era solo cuestión de tiempo que trasladaran la fórmula al formato de series. Por otro lado, Netflix también ha tenido éxito con grandes presupuestos para películas noruegas de monstruos como Trol (Roar Uthaugh, 2022), la película de habla no inglesa más vista en la historia de la plataforma, de la que el próximo año se estrenará su secuela. La miniserie de cuatro episodios La Palma (Netflix, 2024) reúne algunos de estos elementos que han sido populares, y traslada hasta la isla canaria a una familia noruega que viaja a España para pasar sus vacaciones y se encuentra en medio de la erupción de un volcán que causa un gran tsunami. Los creadores de la serie Harald Rosenløw Eeg y Lars Gudmestad, que han escrito todas las películas de catástrofes de Fantefilm, comentaron en la presentación de las primeras imágenes de esta serie que todavía está en postproducción, que la idea de ubicar un tsunami en la isla de La Palma surgió antes de la erupción volcánica de 2021, y que entonces incluyeron esta posibilidad también. Aunque El Instituto Canario de Vulcanología desmiente que pueda producirse este fenómeno, hay numerosos artículos que mencionan la posibilidad de que un desplazamiento tectónico alrededor de la isla provoque un gran tsunami. El territorio noruego sabe de ésto, porque fue protagonista del deslizamiento de Storegga hace 8.200 años que generó un gran tsunami en el Atlántico Norte, comprobado por restos encontrados en las islas Feroe y Noruega. Pero el tema es tratado en la serie como un elemento para construir un scandisaster que coloca a personas normales en situaciones de riesgo extremo. "Nos interesaba mostrar sobre todo cómo se comportaría una familia en un desastre como ése. Y nos enfocamos en ofrecer una descripción realista, como la dificultad de evacuar un complejo hotelero cuando acaba de estallar un volcán y no hay suficientes autobuses", comenta Harald Rosenløw Eeg.
De izquierda a derecha: Lars Gudmestad y Harald Rosenløw Eeg (guionistas), Kasper Barfoed (director), Arne Kaupang (supervisor efectos visuales) y la moderadora Marte Hedenstad. |
La serie de Netflix tenía previsto su estreno este mes de septiembre, pero según la compañía "retrasos inesperados" han provocado que no se haya elegido aún la fecha de lanzamiento. La Palma está dirigida por Kasper Barfoed (1972, Dinamarca), que obtuvo algunos reconocimientos destacados con el interesante thriller en formato miniserie La enfermera (Netflix, 2023), que logró tres nominaciones a los premios Robert '24 del cine y la televisión en Dinamarca. Una de las cuestiones interesantes para los guionistas era cómo trasladar el formato de una película de catástrofes a una miniserie, puesto que se pierde la espectacularidad que ofrece una pantalla de cine frente a una pantalla de televisión: "Lo que nos propusimos fue trasladar situaciones de pánico y estrés alrededor de los personajes. En cierto modo, es como si hubiéramos hecho cuatro películas de catástrofes en una serie. No teníamos tampoco el presupuesto para elaborar muchas escenas espectaculares, así que las redujimos a momentos concretos y dedicamos más tiempo a las relaciones entre los personajes", afirma Lars Gudmestad. Pero también proporciona un mayor suspense la estructura de las secuencias, como indica el director danés Kasper Barfoed, que ya dirigió algunos episodios de la serie Bajo la superficie (Kanal 5, 2017). En la secuencia que pudimos ver protagonizada por un tsunami de 300 metros de altura, se establecen tres puntos de tensión que están protagonizados por diferentes miembros de la familia en distintas situaciones de peligro, lo que aumenta la sensación de suspense. La película La ola provocó un notable aumento de turistas en la región noruega de Stranda, y la isla de La Palma ha impulsado el apoyo a los rodajes en esta zona como un incentivo para recuperar la industria turística que en buena parte se perdió tras la erupción volcánica de 2021. La película de catástrofes sueca El abismo de Kiruna (Richard Holm, 2023), La madre (Niki Caro, 2023) o la miniserie británica The choice (2024) son algunas de las producciones que Netflix ha rodado en la isla recientemente, con la colaboración de La Palma Film Commission.
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Películas mencionadas:
Los idus de marzo se puede ver en FlixOlé.
Los idus de marzo se puede ver en FlixOlé.
All that jazz (Empieza el espectáculo) se puede ver en Filmin.
Celebración se puede ver en Mubi.
Terremoto se puede ver en Prime Video.
Trol, El abismo de Kiruna y La madre se pueden ver en Netflix.