Mientras se celebra el festival Canneséries, que afronta ya sus últimas jornadas, también han tenido lugar este fin de semana dos citas importantes en cuanto a premios para los formatos de series. Por un lado, Londres acogió el domingo la celebración de los BAFTA TV Craft Awards, los premios en las categorías profesionales que anteceden a los BAFTA TV Awards que se entregarán el próximo 11 de mayo. Estos galardones en categorías técnicas ofrecen pistas sobre las posibles ganadoras en las categorías artísticas, y en este sentido Mi reno de peluche (Netflix, 2024) destaca con dos galardones importantes: Mejor Dirección y Mejor Guión de Drama, cuando se cumple un año de su estreno. Sorprendió el premio al Mejor Guión de Comedia para la última temporada de Inside No. 9 (Filmin, 2024), porque ni siquiera está nominada en las categorías principales. El resto de galardones se repartió entre Rivales (Disney+, 2024-), en Diseño de producción y Maquillaje/Peluquería; Slow horses (Apple tv+, 2022-) en Montaje y Sonido; Eric (Netflix, 2024) en Diseño de vestuario; Shōgun (Disney+, 2024-) en Fotografía; Bad sisters (Apple tv+, 2022-) en Música; El señor de los anillos. Los anillos de poder (Prime Video, 2022-) en Efectos visuales; Supacell (Netflix, 2024-) en Reparto, y Sweetpea (SkyShowtime, 2024) en Títulos y Diseño Gráfico. La irreverente e irregular comedia Things you should have done (BBC, 2024), logró el Premio Talento Emergente de Guión para su creadora y protagonista Lucia Keskin.
También el domingo se entregaron los Premios Platino en Madrid, en una gala a la que curiosamente no acudieron muchos de los españoles premiados, algunos por encontrarse trabajando en teatro. En una ceremonia sosa presentada con cierta gracia por el actor español Asier Etxeandía y la actriz mexicana Aislinn Derbez, Brasil se coronó como la principal ganadora en las categorías cinematográficas, con tres premios para Aún estoy aquí (Walter Salles, 2024): Mejor Película Iberoamericana de Ficción, Dirección e Interpretación Femenina (Fernanda Montenegro), pero en España se quedaron los premios a Mejor Comedia para Buscando a Coque (Teresa Bellón, César F. Calvillo, 2024), Mejor Actor principal (Eduard Fernández) para Marco (Aitor Arregi, Jon Garaño, 2024), Mejor Actriz secundaria (Clara Segura) para El 47 (Marcel Barrena, 2024), Mejor Guión y Montaje para La infiltrada (Arantxa Echevarría, 2024), Mejor Fotografía para La habitación de al lado (Pedro Almodóvar, 2024), Mejor Sonido para Segundo premio (Isaki Lacuesta, 2024) y Mejor Película de Animación para Mariposas negras (David Baute, 2024). El premio al Mejor Actor de reparto fue para el argentino Daniel Fanega, fallecido el pasado mes de septiembre, por El jockey (Luis Ortega). En las categorías de series, en una temporada en la que se han estrenado varias producciones iberoamericanas importantes, Cien años de soledad (Netflix, 2024-) triunfó con los premios a Mejor Serie, Interpretación Masculina (Claudio Cataño) e Interpretación Masculina de Reparto (Jairo Camargo) y Senna (Netflix, 2024) logró el de Mejor Creador, pero España consiguió los de Interpretación Femenina (Candela Peña) para El caso Asunta (Netflix, 2024) e Interpretación Femenina de Reparto (Carmen Maura) para Tierra de mujeres (Apple tv+, 2024). Uno de los momentos destacados de la ceremonia fue el Premio de Honor para Eva Longoria entregado por su amiga Sofía Vergara. La próxima edición de los Premios Platino se celebra en la Riviera Maya, así que posiblemente haya mayor representación española.
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© Camille Fermon / Canneséries |
Mientras tanto, en la muy soleada ciudad de Cannes, el festival Canneséries ha continuado con las actividades y presentaciones de esta temporada 8, que durante el fin de semana ha acogido el estreno de Duster (Max, 2025), la esperada serie creada por J.J. Abrams, con la presencia del actor Josh Holloway y la co-creadora LaToya Morgan, los encuentros de la sección Rendez-vous y las proyecciones de las secciones competitivas. Pero entre las actividades destacamos la celebración del décimo aniversario del estreno de la serie Oficina de infiltrados (SkyShowtime, 2015-2020), cinco temporadas de la que es posiblemente una de las mejores series de espías que se han hecho en los últimos años, y que gracias a su remake norteamericano, La agencia (SkyShowtime, 2024-), muchos espectadores pueden haber descubierto. Los actores Mathieu Kassovitz, Florence Loiret-Caille, Jonathan Zaccaï y Zineb Triki, junto al creador Eric Rochant, recibieron el Canal+ Icon Award que es un premio honorífico que reconoce la relevancia de una producción o un creador. Precisamente el 27 de abril de 2015 se emitió el primer episodio de esta importante serie para la producción audiovisual francesa, que se podría considerar, junto a Baron noir (Canal+, 2016-), como la principal representante de la prestige televisión en Francia, antes de la llegada de las plataformas de streaming que supuso la desaparición de este concepto. De hecho, en Francia se siguen haciendo mejores series fuera de los canales de streaming, especialmente a través de Canal+, OCS, M6 y las emisoras más comerciales TF1 y France TV, en parte gracias al proteccionismo que las leyes francesas ejercen sobre los contenidos audiovisuales. Entre las actividades de Canneséries Industry, el foro profesional que se celebra en paralelo al festival, destacamos la presencia de la compositora norteamericana Laura Karpman, nominada al Oscar por la banda sonora de American Fiction (Cord Jefferson, 2023), que ha trabajado en series como Desde cero (Netflix, 2022), 61st Street (AMC, 2022-2024) y ¿Qué pasaría si...? (Disney+, 2021-2024), quien mantuvo un encuentro con Isobel Waller-Bridge, hermana de Phoebe Waller-Bridge, pero también una destacada compositora para series como Sweetpea (SkyShowtime, 2024) y el próximo estreno Agatha Christie: Hacia cero (Movistar Plus+, 2025).
LAS SERIES MÁS DESTACADAS DEL FESTIVAL
En el clásico español Mi querida señorita (Jaime de Armiñán, 1972), del que ahora se está rodando una versión actualizada, el personaje de Adela Castro (José Luis López Vázquez) descubría que biológicamente tenía identidad sexual masculina aunque había sido educada como una mujer. Sin tratarse exactamente de una historia sobre transexualidad (el proyecto de Los Javis se enfocará en las personas intersex), la película ofrecía una mirada hacia el sexismo y la misoginia de la sociedad española mientras la protagonista trataba de encontrar su verdadera identidad. No es la misma razón por la que Tom (Anders Baasmo) se disfraza de mujer, pero el enfoque de la historia es similar en cuanto a la reflexión sobre las grietas sociales y el descubrimiento de una realidad que, solo si se mira adoptando el otro punto de vista, puede ser entendida Y también supone un notable reto para el actor Anders Baasmo (1976, Noruega), al que hemos visto en series como Exit (Filmin, 2013-2019), Power play (Filmin, 2023) y más recientemente en el éxito La Palma (Netflix, 2024) e interpretando al rey Olav en La plebeya (Netflix, 2025). Tom es un incel que trabaja en la tienda de ropa femenina de su madre, en el centro de Oslo, pero por las noches despliega sus frustraciones escribiendo en un foro mensajes sobre la decadencia de la masculinidad en los países escandinavos: "Esta feminidad tóxica ha dejado al hombre escandinavo en la ruina. Noruega ama la debilidad y odia al hombre de verdad. El estado vaginal de Noruega avergüenza a nuestros ganadores y les dice a nuestros ciudadanos más incompetentes que son perfectos sólo por intentarlo". Su vecino Audun (Jonas Strand Gravli) representa a ese tipo de hombre sometido que Tom detecta en todas partes, ejerciendo como cuidador de su bebé mientras su esposa se desarrolla profesionalmente, el tipo de representación masculina que detesta. Pero también se esconde en nicks anónimos actuando como trol en las redes sociales y publicando mensajes insultantes, como los que dedica a la comediante Live Steensvaag (Ingrid Unner Giæver), que suele centrar sus chistes en describir a los hombres como él, a los que define como ese montón de grasa que rodea el pene. Pero Tom termina traspasando la frontera del insulto frustrado e irrelevante cuando hace referencia a un intento de violación que la propia Live ha confesado: "Eres la zorra menos graciosa de toda Noruega. Tendré que completar tu "casi" violación".
Frente a los consejos de su entorno de que haga oídos sordos a los mensajes de los incels reprimidos, Live decide exponer al trol y denunciar a la policía y públicamente el mensaje que ha recibido bajo el nick anónimo de MaskuRevolt, cuya identidad real es rápidamente descubierta. A better man (NR, 2025), que es la gran apuesta de la televisión pública NRK para este otoño, adopta el tono de los thrillers psicológicos de los años setenta, con un estilo de dirección que utiliza zooms de aproximación para mirar a Tom a través de la ventana desde el exterior, encerrado en su propio mundo y en su particular burbuja de odio y desapego. Y aborda también el problema contrario de nuestra sociedad, la respuesta a los extremismos a través de la cultura de la cancelación, con los medios acosando a Tom en su propia tienda, y las miradas constantes de desaprobación en la calle. El acosador se convierte en acosado para reflejar que ya no existen términos medios, solo culpables y víctimas, hasta que Tom decide convertirse en Berit usando ropa femenina y una peluca de la tienda de su madre, refugiándose en un hospicio para personas sin hogar en Oslo, donde su vida cambia radicalmente (el título original, Ølhunden Berit, es una irónica referencia a la barriga cervecera masculina de Berit). La propuesta de Thomas Seeberg Torjussen (1974, Noruega), conocido creador que ha reflexionado sobre la sociedad en distopías como Valkyrien (AMC+, 2017) y Kuppel 16 (NRK, 2022), aborda la historia desde una perspectiva equidistante entre las representaciones de una pretendida pérdida de masculinidad y las reacciones canceladoras, que acaban formando parte también del conflicto. Live asume que la venganza aumenta el problema en vez de solucionarlo, y teme que la desaparición de Tom sea el síntoma de una decisión dramática: "¿Qué hacemos si pierde su trabajo, le dan una paliza o, en el peor de los casos, se suicida? ¿Asumimos nuestra responsabilidad?". Hay una interesante referencia a las herramientas que utiliza la policía para localizar y anular a los troles amenazadores, que son cuanto menos insuficientes e ineficaces. A better man habla de una manera sutil e inteligente sobre la incapacidad de tratar de entender al otro, la ausencia de un diálogo entre los círculos de opinión que se crean alrededor de nuestras ideologías. Y consigue crear, junto a la excelente interpretación de Anders Baasmo, a un personaje trágico y patético, un hombre perdido y solitario que solo como mujer logra una mayor integración dentro de la sociedad, pero que también sufre las consecuencias. El final del Episodio 2 es tan conmovedor que transforma definitivamente a Tom en Berit.
El director Jean-Charles Hue (1967, Francia) ha explorado el interior de las comunidades gitanas desde sus películas La BM du Seigneur (2010 ) y Clan salvaje (2014), por lo que no resulta extraño que su primera incursión en el formato de series haya sido también una historia centrada en dos familias gitanas entre las que solo la unión de las nuevas generaciones puede resolver un conflicto permanente. En la región de Camarga, al sur de Francia, la familia Torres vive en un asentamiento dentro de un parque de atracciones. Ellos pertenecen a la comunidad nómada de los yeniches, viajeros a los que en Suiza se les practicó un genocidio cultural hasta los años setenta, separando a los hijos de sus padres para educarles alejados de sus raíces y obligando a esterilizaciones forzosas. Pero el Ayuntamiento utiliza como excusa las continuas inundaciones de la zona para reducir el plazo de desalojo, proponiendo un complejo de apartamentos sociales como vivienda alternativa. Sara (Céline Salette) trata de evitar que les separen del lugar donde han vivido, pero los escasos recursos que proporciona el parque y las inundaciones que obligan a cerrarlo hacen difícil conseguir el dinero suficientemente para comprar otras tierras. Ella oculta a su propio clan que su marido Miguel Torres ha muerto, diciendo que se encuentra en España, para no perder la influencia que tiene dentro de su comunidad. Su impulsivo hijo Tony (Darren Muselet) piensa que la única salida es introducirse en el negocio de la venta de drogas, pero Sara trata de buscar otra solución: pedirle al clan de los Amaya, una familia de gitanos andaluces, compartir los beneficios del parque de atracciones trasladándolo a su territorio: "Nosotros no tenemos problemas con el ayuntamiento. Los Amaya somos limpios y discretos", dice el patriarca Juan (Damien Bonnard), quien tiene una disputa personal con Miguel y no aprueba la relación amorosa entre Tony y su hija Leti (Raïka Hazanavicius). Desde las primeras escenas, Malditos (Max, 2025) está planteada como un thriller en tono de western, en un entorno en el que conviven los caballos salvajes y la ganadería brava de toros de lidia. Contrastan los paisajes de los humedales marcados por el amanecer y la utilización de caballos que establecen una especie de poder patriarcal. El hijo menor de Sara, Jo (Pablo Cobo) es más racional y menos impulsivo que su hermano Tony, y conforme se desarrolla la serie es el verdadero protagonista de la historia, mientras se siente responsable por la muerte de su padre.
Con un tratamiento visual que sobresale en los episodios dirigidos por Jean Charles Hue, la serie adopta un tono de western moderno que tiene una poderosa puesta en escena, pero que no consigue mantener con solidez el difícil equilibrio entre un thriller más o menos tradicional de bandas enfrentadas y un drama familiar de oscuras implicaciones existenciales. A pesar de introducir elementos externos como una comunidad de gadjos, gitanos mezclados con payos que controlan el negocio del narcotráfico en la Camarga: "No son como nosotros. Son como la mala hierba que crece en el hormigón", dice Tony. Malditos reflexiona sobre el obligado sedentarismo de las comunidades gitanas que antes eran nómadas, y la forma en que se adaptan a la permanencia en un lugar en el que tampoco son considerados como parte. Los Amaya y los Torres representan dos formas diferentes de desarrollar su propia identidad, unos desde la discreción de la integración para no levantar suspicacias y otros buscando la manera de mantener sus raíces. Malditos sin embargo no termina de funcionar en su formato de thriller, algo perdido en un desarrollo en el que los personajes actúan por impulso y toman decisiones equivocadas, pero que termina resultando demasiado confuso. El plan de Tony para conseguir dinero es robar un cargamento de cocaína de la familia Baroncelli, cortarla por la mitad y entregar parte de ella a los gadjos para provocar una guerra entre bandas de narcotraficantes, mientras que Jo tiene una estrategia diferente. La serie recupera cierto impulso a partir del Episodio 5, después de una mitad irregular y fatama de ritmo que se detiene demasiado en la trama shakesperiana del enfrentamiento de Leti con su padre debido a la relación que mantiene con Tony. Malditos acaba siendo una interesante incursión en las complejidades de la identidad gitana dentro de la sociedad moderna, que no termina de encontrar el ritmo en su formato de thriller intenso que parece querer situarse en la línea de otras series como Gomorra (Sky, 2014-2021).
El escritor de ficción Didrik Hallstrøm (1984, Noruega) aborda en este documental una de las principales incertidumbres que le han perseguido durante toda su vida. Es hijo de un conocido productor de televisión, Bjørn Hallstrøm (1950, Noruega), que trabajó en las décadas de los ochenta y noventa produciendo numerosos reportajes en los países más peligrosos del mundo, que fueron emitidos por canales de televisión noruegos como NRK y TV2, informando desde el terreno de algunos de los conflictos que se desarrollaron en aquella época, como Afganistán, Colombia, Cuba, Kuwait y Libia, entre otros. Su personalidad excéntrica y cierta capacidad para conseguir un acceso privilegiado le permitió ejercer como un corresponsal que ofrecía información de primera mano. Pero su hijo recuerda que cuando solo tenía 10 años Bjørn Hallstrøm le hizo una confesión a la que no volvió a referirse nunca más, pero que ha quedado como una duda permanente: en realidad los viajes y reportajes que realizaba como periodista, eran una tapadera de su actividad como agente de la CIA. The agent - The life and lies of my father (NRK, 2025) ofrece una investigación que pretende descubrir si la confesión de su padre era verdad o solo se trataba de una de sus fanfarronerías habituales, pero también se desarrolla como una exploración del acercamiento entre un padre y un hijo que nunca han tenido una conversación profunda. La posibilidad de entrevistarle ante la cámara permite a Didrik Hallstrøm acercarse a los secretos que su padre ha guardado siempre, y recuperar una relación que nunca existió, en parte debido a las continuas ausencias por sus viajes. Especialmente ahora que Bjørn Hallstrøm malvive retirado en Sofía, la capital de Bulgaria, con graves problemas de salud debido al tabaco que todavía fuma de manera compulsiva, lo que descubrimos al final de episodio Prosjekt pappa (T1E1).
A pesar de que Bjørn Hallstrøm cuenta con bastante detalle algunas de las misiones que le encargaba la CIA, que consistían sobre todo en infiltrarse en grupos relevantes de países en conflicto gracias al acceso que le permitía ser periodista, y de que él mismo guarda algunas grabaciones de mensajes que supuestamente había enviado a su contacto en la agencia de inteligencia norteamericana, no existen pruebas reales de su trabajo como espía. De manera que el documental hace uso de algunos expertos como el ex agente Ola Kaldager para otorgar veracidad a los mensajes, aunque siempre deja claro que, por el contenido de éstos, en el caso de que hubiera sido agente de la CIA, parecía cumplir misiones secundarias de captación de información, pero no ejercía como un espía de primer orden. En todo caso, se exploran algunas reflexiones éticas sobre el trabajo del periodista, como cuando llevó a sus propios hijos a Colombia para realizar un reportaje sobre las plantaciones de cocaína. The agent - The life and lies of my father se revela así como una historia fascinante de la que nunca tenemos claro como espectadores si el protagonista realmente ejerció como agente encubierto para la CIA, pero que encuentra una manera interesante de abordar otros temas como las relaciones familiares y la ética periodística a partir de un productor freelance cuya financiación para los reportajes que realizaba nunca estuvo del todo clara (se dice que la propia CIA pudo financiar esos viajes). La televisión pública noruega, que fue engañada por el corresponsal, trata de curarse en salud dejando claro que emitir reportajes financiados por agencias de inteligencia no ocurriría en la actualidad debido a las medidas de control que se ejercen sobre el material externo, para lo que se entrevista a Per Arne Kalbakk, actual responsable de ética de NRK. Pero en definitiva la docuserie propone un viaje especialmente interesante que funciona en sí mismo como un thriller, en parte gracias a la destacada banda sonora de Kristoffer Lo (1985, Noruega), que propone un tratamiento musical de cine de género, con el predominio de los instrumentos de viento y un tono permanente de suspense. The agent - The life and lies of my father ha conseguido dos nominaciones para los premios noruegos de televisión Gullruten '25, como Mejor Docuserie y Mejor Fotografía de una cámara (Per Ingvar Rognes).
La sección Rendez-vous es una selección no competitiva de series ya estrenadas, nuevas temporadas o próximos estrenos que se caracterizan por su repercusión. Se trata de una mezcla heterogénea en la que junto a las segundas temporadas de producciones francesas como Escort boys (Prime Video, 2023-) o Aspergirl (OCS, 2023-), se pueden encontrar docuseries deportivas de próximo estreno como Kun por Agüero (Disney+, 2025), la enésima aproximación al ascenso de un futbolista famoso, que en este caso se centra en la temprana retirada del jugador argentino Kun Agüero debido a una afección cardíaca. Entre las series presentadas, destacamos la producción alemana A better place (WRD/Canal+, 2025) que incorpora al debate sobre la reinserción de presos un planteamiento interesante que imagina una ciudad ficticia llamada Rheinstadt, en la que el alcalde Amir Kaan (Steven Sowah) establece como una de las líneas principales de su gestión el apoyo a una iniciativa llamada TRUST, una organización liderada por la criminóloga Petra Schach (Maria Hofstätter), que coordina un programa piloto: liberar a un centenar de presos para reintegrarlos en la sociedad a través de un seguimiento personalizado. La idea es que los condenados necesitan un entorno más adecuado para no recaer en los delitos que cometieron, aunque esto plantea dos problemas: uno hace referencia a si la sociedad está preparada para aceptar a estas personas que no han cumplido las condenas en su totalidad, y el más importante tiene relación con la reacción de los familiares o víctimas de sus delitos. ¿Puede una mujer violada aceptar que el perpetrador lleve una vida normal? La serie trata de colocarse en diferentes perspectivas, desde la política hasta la humana, acompañando a los liberados que tratan de reintegrarse, pero también a las víctimas que no están de acuerdo con esta medida, aunque el programa también tiene en cuenta una iniciativa de apoyo psicológico que permita reunir a culpables y víctimas. La iniciativa sigue las tesis del filósofo Michel Foucault (1926-1984, Francia), que estudió las cárceles desde la perspectiva de su papel reintegrador, considerando que estaban ideadas como un sistema de poder y control sobre los individuos, más que como una herramienta disciplinaria. Según el filósofo, la mayor parte de la delincuencia tiene relación con las circunstancias sociales en las que viven los criminales, y por tanto, pueden ser reinsertados modificando ese entorno social. Pero la serie también plantea la dificultad de hacerlo, como en el caso de Nader Massad (Youness Abbaz), un joven que acaba de ser liberado y comienza a trabajar en un concesionario de coches, pero cuya hermana Yara (Aysima Ergün) sigue involucrada en negocios de trapicheos de drogas, lo que acaba, inevitablemente, salpicándole a él. Otro de los liberados es Mark Blum (Johannes Kienast), condenado por atropellar a una joven y huir, quien trata de volver a una vida en familia, aunque la relación con su esposa Eva (Katharina Schüttler), una trabajadora social de TRUST, se ha enfriado debido al tiempo en prisión, y la reacción de sus dos hijos es muy diferente: mientras Niki (Dylan Blake Mendoza) está contento con su regreso, Alina (Miri Sommer) ya se había acostumbrado a vivir sin su presencia.
En el lado de las víctimas, Nesrin Gül (Alev Irmak) es la madre de un joven que fue asesinado por motivos racistas por Klaus Bäumer (Richard Sammel), uno de los liberados. En el episodio Böse Menschen gibt es nicht (No hay gente mala) (T1E2), aparte de sentir miedo físico por el hecho de cruzarse con el asesino de su hijo en la calle, ella inicia una campaña junto a otros familiares de víctimas en contra del programa TRUST, transmitiendo el dolor y el trauma que provoca en ellos la liberación de los presos. Conforme se desarrollan los episodios, A better place parece enfocarse en las complejidades de un sistema social que no permite que se establezcan este tipo de iniciativas porque la "confianza" que propugna el programa TRUST no se sostiene en una realidad. Cuando en Eure Freiheit ist unser Knast (Tu libertad es nuestra prisión) (T1E7) las acciones de protesta comienzan a hacer mella en la credibilidad política del alcalde, éste decide tranquilizar a los ciudadanos de Rheinstadt obligando a los presos liberados a llevar una pulsera telemática para controlar sus movimientos, por lo que la criminóloga Petra Schach le acusa de estar pervirtiendo el verdadero sentido del programa: en cierta manera, está volviendo a encarcelar a los presos. Quizás la serie tiene mejores planteamientos de reflexión que resultados satisfactorios en cuanto a cómo desarrolla las historias, a veces demasiado movidas por decisiones de los personajes que parecen dispositivos de guión para reproducir los conflictos. Pero abre tantas posibilidades para replantearse los beneficios y los perjuicios del actual sistema penitenciario y su verdadera función en la sociedad que resulta una de las más atractivas y estimulantes de esta temporada. En algunos momentos, cuando las protestas de los ciudadanos comienzan a hacerse más violentas, parece el retrato de una distopía que establece la difícil convivencia entre los derechos de unos y las reivindicaciones de otros. A better place ha sido creada por Alexander Lindh (1988, Alemania), guionista mitad alemán, mitad finlandés que también fue el responsable de la serie de dos temporadas MaPa (Joyn, 2020-2023), aquella mirada particular a la paternidad, y por Laurent Mercier (1967, Francia), uno de los guionistas de la miniserie La promesse (TF1, 2020). Enfocada con acierto en algunas historias individuales que tienen especial relevancia, A better place se pregunta cuál es el sentido de justicia en una sociedad que cada vez está menos alineada con la importancia de los derechos humanos.
Kun por Agüero se estrena en Disney+ el 7 de mayo.
Agatha Christie: Hacia cero se estrena en Movistar Plus+ el 19 de mayo.
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Películas mencionadas:
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Mi querida señorita se puede ver en FlixOlé.
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