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06 mayo, 2024

Las series más destacadas de 2024: Abril-Mayo

La Academia de Cine y Televisión de Irlanda (IFTA) entregó el pasado 20 de abril en Dublín sus premios anuales dedicados tanto a películas como series. En el apartado cinematográfico la ganadora fue That they may face the rising sun (Pat Collins, 2023), adaptación de la novela de John McGahern, que curiosamente no se había estrenado todavía, llegando a los cines irlandeses el 26 de abril, después de haber pasado por festivales como el BFI London Festival o el Festival de Gotemburgo. En el apartado televisivo, lo que los IFTA Awards denominan Drama, la gran vencedora fue la serie Kin (AMC+, 2021-2023), una historia de guerra entre bandas mafiosas en Dublín que permanece inédita en España, y cuyo reparto tiene a algunos de los mejores actores y actrices irlandeses, ganando como Mejor Serie, Dirección, Actriz (Clare Dunne) y Actriz Secundaria (Mary Doyle Kennedy). El premio a Mejor Actor fue para Éanna Hardwicke por su siniestro personaje en El quinto mandamiento (Filmin, 2023), mientras que Richard Dormer ganó como Mejor Actor Secundario por Blue lights (Movistar+, 2023-). La actriz Siobhán Cullen recibió el premio Rising Star como estrella emergente por sus interpretaciones en Obituary (AMC+, 2023), The dry (ITV, 2022-), que acaba de estrenar su segunda temporada, y la comedia de misterio Bodkin (Netflix, 2024), que se estrena esta semana. Finalmente, el actor Stephen Rea recibió de manos de Neil Jordan el Premio Especial por su carrera. 

Antes de la ceremonia oficial de los BAFTA TV Awards, que se entregarán el domingo 12 de mayo (donde se dan a conocer los premios a programas y series, así como los de interpretación), el 22 de abril se presentaron los BAFTA TV Craft Awards, dedicados al resto de categorías artesanales y técnicas. Peter Hoar consiguió el premio al Mejor Director por Long, long time (T1E3) de The last of us (HBO Max, 2023); Mejor Guión de Comedia (Jack Rooke) para Big boys (Filmin, 2022-); Mejor Guión Dramático (Charlie Brooker y Bisha K Ali) por el episodio Demon 79 (6E5) de Black mirror (Netflix, 2011-); Mejor Música (Atli Örvarsson) y Mejor Diseño de Producción (Gavin Bocquet y Amanda Bernstein) para Silo (Apple tv+, 2023-); Mejor Sonido y Mejor Montaje (Sam Williamson) para Slow horses (Apple tv+, 2022-); Mejor Casting (Aisha Baywaters) para la miniserie Three little birds (BritBox, 2023); Mejor Diseño de Vestuario (Sharon Long) para The Great (MGM+, 2020-2023); Mejor Maquillaje y Peluquería (Lisa Parkinson) para The long shadow (SkyShowtime, 2023); Mejores Efectos Visuales para The witcher (Netflix, 2019-) y el Premio Talento Emergente fue para Kat Sadler, creadora y protagonista de Such Brave Girls (Filmin, 2023-).

Los siguientes comentarios se basan en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Bluey (Temp. 3)
 
★★
Disney+, 12 de enero-21 de abril
Australia, 2021-2024 - 49x8' / 1x28'
Creada por Joe Brumm
Dirigida por Joe Brumm, Richard Jeffery
AACTA Awards '24: Mejor Programa Infantil

Un reportaje publicado hace dos años estaba encabezado por un titular tan sensacionalista como How the Brits stole the rights of Bluey (Cómo los británicos robaron los derechos de Bluey) (Financial Review, 13/11/2022), en el que el diario económico australiano explicaba que la cadena pública ABC cometió el mayor error de su historia al permitir que la BBC obtuviera parte de los derechos de la serie que se ha convertido en la animación más exitosa de la televisión australiana en el mundo. Bluey (Disney+, 2011-) fue desarrollado como proyecto por Screen Queensland, unos estudios cinematográficos que pertenecen al gobierno australiano, y la cadena pública ABC en 2017, con una primera temporada de 52 episodios de 11 minutos. Pero la productora Ludo Studios decidió licitar los derechos de distribución, que se repartieron entre ABC para Australia y BBC para el resto del mundo, considerando que ésta última tenía una mayor fortaleza a nivel internacional. En 2020, la empresa de juguetes Moose Toys de Melbourne firmó un acuerdo con BBC Studios que le permitía ser el fabricante de juguetes exclusivo de la franquicia de televisión, lo que contribuyó a que se convirtiera en una de las empresas más rentables de Australia. En realidad, se trata de un acuerdo de futuro en el que BBC pudo ver el potencial internacional de la serie mejor que ABC, que mantiene el orgullo de ser sus creadores, pero no se beneficia económicamente del éxito que ha obtenido a nivel mundial. Un movimiento inteligente de BBC fue vender a su vez los derechos de emisión a nivel internacional a Walt Disney en 2019, lo que convirtió a la serie en un fenómeno aún mayor, siendo el año pasado el programa más visto de Disney+ en Estados Unidos, con casi 44 mil millones de minutos visionados según la empresa de medición de audiencias Nielsen. En su informe anual de 2023, BBC destacó este programa infantil como una pieza esencial del aumento de un 28% en los ingresos y un 10% en las ventas de productos de consumo. Tras 154 episodios, los especiales que se han estrenado este mes de abril suponen una despedida, parece que momentánea, a las aventuras de esta familia de perros humanizados creados por Joe Brumm, que ha manifestado la necesidad de hacer una breve pausa, posiblemente también para analizar los siguientes pasos que puede tener la serie, de la que se ha barajado la posibilidad de dar el salto al cine con un largometraje o incluso que las hermanas Bluey y Bingo se hagan mayores y experimenten ellas mismas la maternidad. Hay rumores del deseo de Walt Disney por comprar la marca para poder expandir el universo de Bluey a los parques temáticos, pero su valor comercial ha aumentado hasta 2.000 millones de dólares, según una publicación reciente (Deadline, 10/4/2024).   

La serie ha tenido la fortuna de encontrar el lugar idóneo entre la audiencia de niños entre 4 y 7 años que es su target principal, pero atrayendo también la atención de espectadores adultos, muchos de ellos padres que de alguna manera se ven reflejados en esta relación familiar. El creador de la serie Joe Brumm (1978, Australia), que sigue animándola de manera artesanal, es defensor del juego libre, proporcionando a los niños el espacio que necesiten para que desarrollen sus juegos como quieran, y la participación activa de los padres de Bluey y Bingo en las aventuras que inventan las niñas es una apuesta clara por una paternidad comprometida que se implique en las actividades lúdicas, formando parte de ellas. Cada episodio de Bluey es una especie de lección de convivencia que los padres dedican a sus hijas, de manera que jugar se convierte en una forma de educar, no en un simple entretenimiento. Pero progresivamente la serie ha ido transformándose desde una propuesta infantil que podían ver los adultos, a un acercamiento a temas adultos que pueden disfrutar los niños, algo así como el enfoque que Pixar desarrolló en sus películas de animación. El título de la serie no es solo el nombre de la protagonista, sino una abreviatura entre "blue" y "grey", que se refiere al color entre azul y gris de los pastores ganaderos australianos (Blue Heeler), la raza a la que pertenecen los personajes. Pero el hecho de que el episodio El cartel (T3E49) supere con creces los 7-9 minutos tradicionales hasta llegar a la media hora es un planteamiento que parece tener una mirada más puesta en los espectadores adultos que en los niños (y quizás también un ensayo de cara a un posible largometraje). La estructura de este episodio permite crear dos tramas paralelas que sin embargo confluyen de manera inteligente en la idea principal, que habla sobre las decisiones difíciles que se toman para conseguir un mayor bienestar familiar, aunque esto suponga dejar atrás algunas cosas importantes. Es una hermosa historia, más emotiva que divertida, con cierto tono de despedida, aunque el estreno posterior de otro episodio especial haya tranquilizado a sus seguidores. Si Bluey tiene algunos de los mejores episodios infantiles de los últimos años, éste resulta sobresaliente, con algunas secuencias especialmente emocionantes como el montaje final con una versión acústica de la canción "Lazarus drug", que la cantante Meg Washington incluyó en su álbum Batflowers (2020, Island Records). 

Bluey también ha puesto de manifiesto los problemas que surgen con las líneas editoriales de las grandes corporaciones. Hace unos días, la productora Ludo Studios publicaba en el canal oficial de Bluey en YouTube el episodio completo Dad baby (T2E13), que Disney+ decidió no incluir en la segunda temporada. Aunque no se han dado explicaciones oficialmente, parece claro por qué el episodio no ha sido aprobado por Walt Disney, a lo que en su momento Joe Brumm respondió que era uno de los que más le gustaban. En esta historia, Bingo descubre el viejo portabebés de sus padres, y Bandit decide fingir que está embarazado de él, escondido dentro del portabebés. Se trata de un episodio muy divertido que refleja cómo es el proceso del embarazo, pero posiblemente la imagen de un personaje masculino pariendo no le ha parecido muy adecuada a la compañía norteamericana, tan habituada a la censura. Afortunadamente, Dad baby se ha recuperado completo, y en solo un día consiguió más de dos millones de visualizaciones en YouTube. Anteriormente, Walt Disney también censuró el episodio Asamblea familiar (T3E27), en el que Bluey acusa a su padre de tirarse un pedo en su cara y hay un debate sobre la consistencia de las cacas. Según la compañía, no cumplía con sus estándares internos, pero la presión popular acabó provocando que se incluyera dentro de la tercera temporada. El último episodio estrenado de esta tercera temporada que se ha desarrollado desde 2021 hasta 2024, ha sido ¡Sorpresa! (T3E50), que regresa a la duración normal, con una historia característicamente anárquica, pero que esconde un final que ha despertado numerosas especulaciones. Joe Brumm ha sido especialmente protector con su creación y Bluey mantiene una resistencia a convertirse en una franquicia acomodaticia de Walt Disney, aportando un enfoque menos adocenado sobre la paternidad. Este final de temporada ha sido un regalo detrás de otro, con los episodios especiales El cesto fantasma (T3E48) y El cartel (T3E49), éste de duración no convencional, un nuevo episodio inesperado, ¡Sorpresa! (T3E50), y la posibilidad de ver un capítulo censurado por Walt Disney, Dad baby (T3E13), lo que demuestra la vitalidad y la capacidad de asombro que puede provocar esta serie. 

Shōgun
 
★★
Disney+, 27 de febrero-23 de abril
Estados Unidos, 2024 - 10x60'
Creada por Rachel Kondo, Justin Marks
Dirigida por Jonathan van Tulleken, Charlotte Brändström, Frederick E.O. Toye, Hiromi Kamata, Takeshi Fukunaga, Emmanuel Osei-Kuffour

El escritor James Clavell (Australia, 1921-Suiza, 1994) combatió contra los japoneses en Singapur y después de ser herido acabó en un campo de prisioneros, cuya experiencia fue la base de su primera novela Rey de las ratas (1962). Sin embargo, su fascinación por la cultura oriental se mantuvo presente en sus siguientes obras, especialmente la Saga Asiática que siguió con Tai-Pan (1966) y de la que Shōgun (1975) es el tercer libro. La carrera cinematográfica como guionista de James Clavell ha dado títulos como La mosca (Kurt Neumann, 1958) o La gran evasión (John Sturges, 1963), dirigiendo también películas como Rebelión en las aulas (1967) y El último valle (1971). Curiosamente, Shōgun está considerada al mismo tiempo como una obra orientalista, pero también como una de las introducciones a la cultura japonesa más recomendadas. Tratándose de una historia de ficción basada en hechos históricos, se trata de una exposición de tropos sobre Japón, descritos desde un punto de vista occidental en la que se llega a mencionar cómo las mujeres japonesas se asombran del tamaño del pene de John Blackthorne (en comparación con el de los orientales). El personaje estaba inspirado en el navegante inglés William Adams (Reino Unido, 1564-Japón, 1620), una figura histórica más que controvertida. En el podcast oficial de la serie, FX's Shōgun Official Podcast (FX, 2024), el historiador belga Frederick Cryns, asesor de la serie, afirmaba que: "Adams expandió la idea de que los españoles querían conquistar Japón, enviando primero misioneros para convertir a los japoneses al catolicismo, y posteriormente utilizando a estos conversos para invadir Japón. Ese fue el catalizador para que Tokugawa Ieyasu decidiera desterrar toda muestra de cristianismo en Japón y solo mantuviera el comercio con los portugueses". Frederick Cryns nació en Bélgica pero se ha convertido en uno de los principales conocedores del Período Sengoku, cuyo final él sitúa en 1615, ejerciendo como profesor de Historia de Japón en la Universidad de Kioto. 

Tratando de eliminar los rasgos más tópicos de la novela, Shōgun (Disney+, 2024) se ha construido sobre el intento de ampliar la historia, transformando una visión occidentalizada del Japón medieval en una máxima rigurosidad histórica en la representación de las costumbres y el diseño de los escenarios y el vestuario, dándole a la historia la dimensión épica que necesitaba. Se podría discutir si esto no es también una forma de orientalismo, teniendo en cuenta que los creadores son norteamericanos (Rachel Kondo tiene ascendencia japonesa) y toda la serie se rodó en Vancouver (Canadá), debido a las restricciones en Japón por la pandemia del coronavirus. Pero esta pretensión de ser rigurosos y respetuosos con la representación de la cultura japonesa, ofrece una perspectiva más completa a la historia contada por James Clavell, dando mayor contexto a personajes como Kashighi Yabushige (el siempre imprescindible Tadanobu Asano) o Usami Fuji (Moeka Hoshi), una madre marcada por la tragedia a través de la que se describe la sociedad tradicional en el Japón feudal, con aspectos como la ceremonia del té, las costumbres de la aristocracia o el papel que ejercían las cortesanas. Hay en la serie una especie de fetichismo hacia la muerte, en el sentido de honor y sacrificio, que llevaba a los samuráis a una cierta obsesión por practicar el seppuku, también conocido como hara kiri, el suicidio por honor con la asistencia del kaishakunin, quien decapitaba al suicida después de que se hubiera eviscerado. 

Pero el eje central de la historia es el triángulo principal, cuando el navegante inglés John Blackthorne (Cosmo Jarvis) llega a Japón en 1600, en medio de la disputa entre los señores Yoshii Taranaga (Hiroyuki Sanada) e Ishido Kazunari (Takehiro Hira). Quizás hasta el episodio final no conocemos realmente las intenciones de Toranaga al ejercer como protector de Blackthorne, pero la relación entre ambos, entre el respeto y la manipulación mutuas, adopta la forma de una columna vertebral poderosa para la historia. Y al mismo tiempo construye ese arco del personaje occidental,  que sirve para introducir temas como el impacto del cristianismo en el Japón feudal, que a su vez mantiene una confrontación entre los protestantes ingleses y los comerciantes católicos portugueses. Utilizando como referencia el personaje principal de la película La misión (Roland Joffé, 1986), una influencia reconocida por los creadores para mostrar este choque cultural, la serie se expande hacia temáticas mucho más profundas. Pero al mismo tiempo se construye una protagonista femenina más compleja en Toda Mariko (Anna Sawai), traductora de John Blackthorne, marcada por un pasado que la llevó al matrimonio con su marido Buntaro (Shinnosuke Abe), al que el guión también trata de dar una mayor profundidad en una relación de amor que deriva en abuso. Como traductora, ella representa ese puente entre las dos culturas, subrayada por su relación con el cristianismo. Aunque hay determinadas descripciones y contrastes entre la mirada occidental y la representación oriental que pueden caer en algunos tópicos sobre el sentido del sacrificio que resultan a veces demasiado convencionales. Establecer las películas de samuráis como una referencia para construir una imagen del Japón histórico puede ser un error si se pretende hacer una representación fidedigna, porque las primeras películas de Akira Kurosawa y Masaki Kobayashi estaban muy influidas por los western clásicos de directores como John Ford. Pero Shōgun consigue tener ese sentido épico sin llegar a incluir grandes enfrentamientos bélicos, concluyendo con una versión más reflexiva frente al final de la miniserie Shogún (1980), producida por James Clavell, que mostraba a Yoshi Toranaga (Toshirô Mifune) al frente de su ejército hacia la batalla. A pesar de la repercusión que ha logrado y las muy probables nominaciones a los Emmy, los creadores insisten en que se trata de una serie que para continuar necesitaría desligarse de los libros de James Clavell, descartando en principio la adaptación de otras novelas de la Saga Asiática porque se desarrollan en otros países y otras épocas. 

Un amore
 
★★
SkyShowtime, 15 de marzo-19 de abril
Italia, 2023 - 6x50'
Creada por Stefano Accorsi, Enrico Audenino
Dirigida por Francesco Lagi
Golden Globes Italy '24: Mejor Serie

Debutando como guionista, el actor Stefano Accorsi, que también protagoniza esta serie, cuenta la historia de una relación que se ha mantenido a lo largo de más de veinte años, pero con una mirada más melancólica y madura que otras que se han estrenado recientemente, más cerca de Alice & Jack (Channel 4, 2024) que de Siempre el mismo día (Netflix, 2024). Así, no es tanto una celebración del amor romántico perdurable como la representación de decisiones tomadas en el pasado que repercuten en el presente, y posiblemente en el futuro de la relación. En 1997, una casualidad provoca que se conozcan Ale (Luca Santoro) y Anna (Beatrice Fiorentini), que viajan en el interrail hacia Barcelona, viviendo una aventura a lo largo de diferentes pueblos de Cataluña, aunque ambos se encuentran en distintas circunstancias que impiden que lleguen a tener una relación sentimental. Entonces hicieron un pacto para seguir en contacto, que se ha mantenido a través de cartas, hasta que una nueva casualidad les reúne en su ciudad de origen, Bolonia. El reencuentro entre los adultos Alessandro (Stefano Accorsi) y Anna (Micaela Ramazzotti) despierta los recuerdos de aquel viaje en el que se conocieron y provoca una reflexión sobre las decisiones, quizás equivocadas, que tomaron en su juventud. Es un tema parecido al que muestra (con mayor acierto) la excelente película Vidas pasadas (Celine Song, 2023), sobre cómo la mirada hacia el pasado en una relación incompleta entre dos personas puede provocar cierto arrepentimiento, planteando qué podría haber sucedido si el camino hubiera sido diferente, aunque la serie también tiene ecos del tríptico que comenzó con Antes de amanecer (Richard Linklater, 1995). Anna adulta está casada y tiene un hijo de veinte años, Tommi, al que llevaba en su vientre cuando conoció a Alessandro, lo que establece unas circunstancias que nuevamente obstaculizan esta relación aunque no es spoiler decir que, como se puede apreciar en la imagen de promoción de la serie, el acercamiento entre ambos personajes será más íntimo en su madurez. 

Un amore maneja bien la doble narrativa que mezcla el pasado con el presente, con Ale y Anna jóvenes recorriendo pequeñas localidades de Cataluña, utilizando los espacios geográficos como contraste entre los espacios temporales. La juventud se muestra en una España soleada y colorista, mientras la madurez tiene como trasfondo una Bolonia grisácea y con esa belleza decadente de los edificios antiguos que tan bien supo extraer la fotografía en blanco y negro de Ripley (Netflix, 2024), en una Italia de paredes agrietadas y caminos adoquinados. En España, la serie se rodó en las localidades de Vilabella, Palafrugell, Palamós y Sitges, con los servicios de producción de Boogaloo Films, la productora detrás de documentales como Magaluf Ghost town (Miguel Ángel Blanca, Raúl Cuevas, 2021) y Toyaltti adrift (Laura Sisteró, 2022), y series como Autodefensa (Filmin, 2022). La historia necesita un salto de fe respecto a este pacto epistolar que se ha perpetuado a lo largo de más de veinte años porque, a pesar de haber regresado en ocasiones para visitar a su familia, Alessandro ha mantenido la promesa de no llamar a Anna. Pero este recurso de la correspondencia narrada en voz en off sirve, dentro de la narrativa, para contar la trayectoria que ambos han llevado a lo largo de todos esos años y establecer un relato que recupera una cierta cadencia literaria. Hay un sentido de vitalidad en las escenas que se desarrollan en España, como la última ocasión de ser jóvenes despreocupados antes de ser adultos, y un tono de añoranza en la parte actual que acaba siendo conmovedor, y que se define perfectamente cuando en el Episodio 2 un cliente de la tienda de discos en la que trabaja Guido (Alessandro Tedeschi), el marido de Anna, describe la música de Burt Bacharach para Casino Royale (Val Guest, Ken Hughes, John Huston, 1967) como "esa nostalgia que se convierte en melancolía". 

Bajo la dirección de Francesco Lagi (1977, Italia), que ha dirigido películas como Il pataffio (2022), seleccionada en el Festival de Locarno, la serie mantiene el equilibrio entre pasado y presente apoyándose en un guión, en el que también participan Teresa Gelli y Giordana Mari, que sabe dosificar la información, especialmente durante el viaje que lleva a Ale joven hasta su acariciado destino en Finisterre, siguiendo la estela de aquella creencia antigua de que era el lugar donde estaba el límite del mundo, aunque el viaje termina en las dunas del Faro del Fangar, en Deltebre (Tarragona). Pero la historia situada en los noventa es un trayecto que supone una maduración, un coming-of-age de los dos jóvenes, que se conecta con la búsqueda de un padre al que Ale no conoció, mientras la madurez establece una conexión con la maternidad, la de Anna y la relación de Alessandro con su madre, Teresa (Ottavia Piccolo), que ha decidido suspender un tratamiento de quimioterapia, lo que aumenta la complejidad de las circunstancias personales de los dos protagonistas. Un amore nunca cruza la línea del melodrama, lo cual es de agradecer, sino que tiene una mirada más sutil hacia la idea de un romanticismo clásico, un deseo del otro desde la distancia en primer lugar y desde la imposibilidad de retenerlo después. Porque si las decisiones tomadas en la juventud han afectado a las vidas futuras de sus protagonistas, las que se toman en la madurez acaban afectando a todo un entorno que se ha ido construyendo con el paso del tiempo. Y este contraste es el que mejor funciona en una historia que defiende la persistencia del amor a pesar de las dificultades. 

Mi reno de peluche
 
★★
Netflix, 11 de abril
Reino Unido, 2024 - 7x30'
Creada por Richard Gadd
Dirigida por Weronica Tofilska, Josephine Bornebusch

Este comentario contiene spoilers de la temporada completa de la serie

En 2016, el comediante Richard Gadd (1989, Escocia) ganó el premio a la Mejor Comedia en el Festival Fringe de Edimburgo, un reconocido encuentro teatral alternativo en el que se han estrenado otros autores como Phoebe Waller-Bridge, cuyo éxito la llevó a escribir la comedia Fleabag (Prime Video, 2016-2019) o Jack Rooke (1993, Inglaterra), con la obra que posteriormente inspiró la serie Big boys (Filmin, 2022-). La representación con la que ganó fue Monkey see Monkey do (2016), en la que su autor y protagonista contaba su experiencia como un aspirante a cómico que sufrió el abuso sexual de un escritor y productor de televisión. Tres años después, volvió a presentar en Edimburgo su montaje Baby reindeer (2019), que en este caso hablaba en primera persona del acoso que sufrió por parte de una mujer que había sido denunciada en anteriores ocasiones. La unión de estas dos escalofriantes experiencias personales de la vida real ha dado como resultado la serie Mi reno de peluche (Netflix, 2024), que se ha convertido en uno de los éxitos inesperados de este año, anticipado eso sí por quienes habían podido ver las obras representadas por Richard Gadd en Edimburgo y posteriormente en el West End de Londres. Lo que en principio parece una comedia negra con un título absurdo, adquiere progresivamente una tonalidad más oscura, y utiliza el planteamiento inicial para reflexionar sobre la personalidad dependiente del protagonista. De manera que se difumina la frontera entre víctima y culpable, ofreciendo una representación muy sórdida del propio carácter de Donny (Richard Gadd) frente a su acosadora Martha (Jessica Gunning), que en la adaptación de televisión es mucho más joven que en la vida real, veinte años mayor que él. Uno de los principales aciertos de esta versión es la necesidad de dar un aspecto físico al personaje de Martha (en el monólogo estaba representada por un taburete de bar y solo se escuchaban sus mensajes), y en este sentido la incorporación de Jessica Gunning, a la que hemos visto en películas como Pride (Orgullo) (Matthew Warchus, 2014) y series como The outlaws (HBO Max, 2021-), proporciona esa ambivalente personalidad que transmite peligro pero también vulnerabilidad, incluso con algunos momentos conmovedores como en el Episodio 3

Después de tres años en los que recibió 41.701 emails, 350 horas de mensajes de voz, 744 tweets, 46 mensajes de Facebook desde tres perfiles falsos y 106 páginas de texto, Richard Gadd aprendió a dejar de sentir pena por su acosadora. El autor del guión y protagonista, sin embargo, ofrece una versión de sí mismo que convierte el comienzo del acoso sufrido por Martha en un recurso de autoafirmación, casi una necesidad que le crea dependencia, lo que sitúa en paralelo a las ocasiones en que volvía a casa de su violador después de haber sufrido el abuso sexual. En el último episodio comprobamos hasta qué punto puede llegar a estar tan obsesionado por su acosadora como ella lo ha estado por él. Pero al mismo tiempo ofrece dosis de humor, especialmente en los primeros momentos, y convierte a Martha en un personaje patético que se hace pasar por una abogada y escribe al final de los mensajes que envía por el móvil "Sent from an iPhone" (Enviado desde un iPhone), solo que ella no tiene un iPhone, y comete constantes errores de ortografía. Al tratarse de una serie de siete episodios, Richard Gadd necesita ofrecer un contexto más amplio que en los montajes teatrales, y lo hace con acierto, evitando ser repetitivo e introduciendo un episodio de flashback que básicamente es la historia de Monkey see Monkey do, en el que aparece el inquietante Darrien (Tom Goodman-Hill), proporcionando una mayor complejidad a su propio personaje. Ayuda en este sentido una textura de cine de terror, una fotografía semioscura y primeros planos que transmiten una sensación de pesadilla en los primeros encuentros, cuando todavía el acoso no se ha hecho físico. Destacan los cuatro primeros episodios, realizados por la directora polaca afincada en Londres Weronica Tofilska, co-guionista de otra de las propuestas sorprendentes de este año, la película Sangre en los labios (Rose Glass, 2024). 

La serie puede provocar cierta sensación de malestar porque es una comedia incómoda, una forma de bucear en la personalidad del protagonista que podríamos comparar con la miniserie Podría destruirte (HBO Max, 2020). Conforme avanza encontramos una mayor estabilidad en el tono, especialmente a partir del (muy oscuro) Episodio 4, y en los tres últimos toma la dirección Josephine Bornebusch, realizadora sueca también afincada en Londres que ha dirigido series como Harmonica (Pr1meran, 2022) y Hermanas hasta la muerte (Apple tv+, 2022-). Esto hace que Mi reno de peluche se sienta menos inquietante aunque el acoso continúe, cuando Martha pone su objetivo en personas allegadas a Donny. Pero también plantea ideas interesantes sobre cómo él mismo acaba sintiéndose en algunos momentos más cómodo con Martha porque su ex-novia Keeley (Shalom Brune-Franklin) y su actual pareja Teri (Nava Mau) están demasiado ocupadas en sus propias vidas y realmente no han sabido detectar, como sí lo ha hecho su acosadora, la necesidad de atención y los traumas que se esconden detrás de las incertidumbres de Donny. Richard Gadd utiliza el personaje de Teri para proporcionar unas dosis de sensatez, para enfrentar la realidad de una codependencia a la que puede haber contribuido él mismo. Más que una comedia negra, Mi reno de peluche es un dramedia (alguien la ha definido como una traumedia) que tiene un final inteligente en el que sitúa a Martha en su condición de acosadora serial pero al mismo tiempo la define como una persona con profundas carencias afectivas y psicológicas. Si puede parecer que la conclusión es acomodaticia, Richard Gadd nos descubre que la desaparición del peligro no es suficiente para que Donny pueda tener una vida normal. En la actualidad, el actor y guionista está trabajando en el guión de Lions (título provisional), un encargo de la BBC que se produjo antes del éxito que ha obtenido con su primera serie como creador. Se trata de un drama de seis episodios sobre dos hermanos durante varias décadas, pero que no está basado en su vida real porque, como afirmaba en una entrevista reciente: "No tengo una historia de dolor ilimitada para contar". 

Matthew Shardlake
 
★★★☆
Disney+, 1 de mayo
Reino Unido, 2024 - 4x47'
Creada por Stephen Butchard
Dirigida por Justin Chadwick  

C.J. Sansom (1952, Escocia-2024, Inglaterra) falleció el pasado 27 de abril mientras se encontraba en el proceso de escritura de la próxima novela protagonizada por el abogado Matthew Shardlake, personaje principal de una serie de libros que convirtió al autor escocés en uno de los más aclamados escritores de novelas policíacas, con la particularidad de que éstas transcurren durante el reinado de Enrique VIII en la corte de los Tudor. Aunque algunas de sus obras más conocidas se alejan de esta saga, especialmente Invierno en Madrid (2006, Ed. B de Bolsillo), una historia de espías que se desarrolla en la España franquista, la popularidad le llegó gracias a las aventuras policíacas de Shardlake, formadas por siete libros, de los que en España solo están disponibles actualmente el quinto y el sexto: La piedra del corazón (2010, Ed. B de Books) y Herejía (2014, Ed. Ediciones B). De manera que el estreno de esta adaptación se ha convertido en un homenaje póstumo a su autor, aunque es un proyecto largamente acariciado por la BBC, que hace unos años estuvo a punto de llevarlo a la pantalla, pero finalmente decidió sustituirlo por la miniserie Wolf Hall (BBC, 2015), adaptación de la novela de Hilary Mantel En la corte del lobo (2011, Ed. Ediciones Destino). Esta historia está basada en la primera novela, que en España se tituló Gallo negro (2003), y transcurre durante la reforma anglicana que encabezó Enrique VIII, proclamándose a sí mismo cabeza de la iglesia en Inglaterra, y confiscando los bienes de las instituciones eclesiásticas católicas, en un proceso que se denominó Dissolution (Disolución), que es el título original de la novela. El brazo ejecutor de esta reforma fue Thomas Cromwell, autorizado para visitar los monasterios del país para informar de la supervisión del rey, pero con la verdadera intención de efectuar un inventario de las propiedades para su posterior expropiación. En este interesante contexto, Thomas Cromwell (una breve aparición de Sean Bean) utiliza como excusa el asesinato de un monje en el monasterio de la ciudad ficticia de Scarnsea, para enviar al abogado Matthew Shardlake (Arthur Hughes) a investigar esta brutal muerte por decapitación. Siendo obligado a colaborar con Jack Barak (Anthony Boyle), que tiene orden directa de Cromwell de que la investigación sea lo más breve posible y se utilice como justificación para confiscar los bienes y las riquezas que guarda el monasterio. 

De manera que estamos ante una historia que puede recordar a El nombre de la rosa (Jean-Jacques Annaud, 1986), notable adaptación de la novela de Umberto Eco, pero que contiene más consideraciones políticas que filosóficas. Con una ambientación oscura y sucia, Matthew Shardlake (Disney+, 2024) propone un intrigante misterio que funciona gracias al formato corto de cuatro episodios sin que necesite elaborar tramas paralelas que confundan y desvíen la atención, aunque introduce un personaje femenino, Alice Fewterer (Ruby Ashbourne Serkis, hija del actor Andy Serkis). Es interesante cómo los dos personajes principales utilizan una cierta actitud de prepotencia para contrarrestar sus inseguridades: Matthew Shardlake es menospreciado por su aspecto físico debido a la escoliosis, y por tanto necesita imponer el carácter oficial de su investigación. Que el personaje esté interpretado por el actor Arthur Hughes, con displasia radial, es un acierto no solo por la coherencia, sino por su capacidad para darle profundidad a un personaje que a veces tiene monólogos en soledad que quizás resultan narrativamente algo discordantes. Arthur Hughes fue ampliamente reconocido en 2022 por su interpretación de Ricardo III en la Royal Shakespeare Company. Mientras que Jack Barak, interpretado por Anthony Boyle, que ha demostrado ser el más ecléctico de los protagonistas de Los amos del aire (Apple tv+, 2024), con su espléndida interpretación en la miniserie Manhunt (Apple tv+, 2024), tiene una actitud arrogante que utiliza para tratar de ocultar sus orígenes humildes, salvado de la pobreza, y que convierte el éxito de la misión que le ha encargado Thomas Cromwell en una necesidad vital para no volver a la miseria. 

La investigación se desarrolla en el interior de una abadía en la que los monjes parecen guardar secretos inconfesables, que están relacionados con una antigua sirvienta, pero también con el acoso al que ha sido sometido el joven novicio Simon Whelplay (Joe Barber), quien parece tener cierta información sobre las actividades ocultas en el monasterio, encabezado por el abad Fabian (Babou Ceesay), que se resiste a entregar sus bienes. Como se podría imaginar se suceden diferentes asesinatos a lo largo de la historia, y solo algunos monjes como el hermano Guy (Irfan Shamji), un boticario que volverá a aparecer en las siguientes novelas,  y el hermano Gabriel (Miles Barrow) parecen dispuestos a compartir sus conocimientos con Shardlake. Dirigida por Justin Chadwick, nominado al Emmy por la adaptación de la novela de Charles Dickens Casa desolada (BBC/PBS, 2005), y escrita por Stephen Butchard, del que hemos visto recientemente la espléndida miniserie Las buenas madres (Disney+, 2023), esta adaptación introduce un cambio notable respecto a las novelas. El personaje de Jack Barak no aparece en las obras originales hasta el segundo libro, Fuego oscuro (2004), pero su introducción, que ha resultado polémica en los círculos de aficionados a las novelas, de alguna manera consigue ampliar el contexto político y añade presión a la investigación del protagonista. Matthew Shardlake se ve envuelto en las intrigas de la corte de Londres en el Episodio 4, donde Thomas Cromwell, en referencia a  la inocencia de Ana Bolena, condenada a la ejecución por infidelidad al rey Enrique VIII, afirma que: "La verdad deber ser lo que queramos que sea". La serie es entretenida y al mismo tiempo introduce elementos históricos que la hacen mucho más atractiva, y su origen literario le permite ese formato de miniseries británicas autoconclusivas que siempre resultan interesantes. 

Agatha Christie: Matar es fácil
 
★★☆☆
Movistar+, 8-22 de mayo
Reino Unido, 2023 - 3x48'
Creada por Siân Ejiwunmi-Le Berre
Dirigida por Meenu Gaur

Este mes hablamos de muchas adaptaciones de obras literarias al formato de series, y sin duda una de las autoras más recurrentes es Agatha Christie (1890-1976, Reino Unido), de la que ya es tradicional que la BBC estrene cada Navidad una miniserie basada en alguna de sus historias, igual que la RAI estrena cada diciembre una adaptación de una obra de Eduardo de Filippo, como Napoli Millonaria! (Luca Miniero, 2023), una tradición que debería adoptar TVE con algún autor clásico, de los que estamos sobrados en España. En diciembre del año pasado, la entrega anual de misterio adaptaba la novela Matar es fácil (1939, Ed. Espasa), pero estuvo rodeada de controversia por la decisión de cambiar al protagonista de la novela original, el policía retirado Luke Fitzwilliam, por un joven que viaja a Londres procedente de Nigeria, gracias a las posibilidades económicas que proporciona el petróleo en su lugar de origen. Otro de los cambios destacados consiste en adelantar la época en la que transcurre la acción, desde los años treinta de la versión original hasta 1954 en la adaptación para televisión. En una entrevista concedida a la revista Radio Times por el bisnieto de Agatha Christie, James Pritchard, éste afirmaba que ella podría haber estado satisfecha con la introducción de este tipo de cambios porque, de hecho, las adaptaciones que conoció en vida "no le gustaron porque no creía que fueran lo suficientemente radicales para el cambio de medio. Ella afirmaba que cuando modificas el medio de transmisión, necesitas cambiar la historia".  La adaptación ha sido realizada por la guionista Siân Ejiwunmi-Le Berre, que trabajó en la mesa de guionistas de la serie Nautilus (AMC+, 2023) una versión de la novela de Julio Verne 20.000 leguas de viaje submarino (1870, Ed. Edhasa), que Disney+ canceló después de estar terminada y de la que AMC acabó adquiriendo los derechos. La historia comienza con el encuentro entre Luke Fitzwilliam (David Jonsson) y la anciana señora Pinkerton (Penelope Wilton), que en la serie refuerza la representación de lo que podría ser un reflejo de Miss Marple. De hecho, en Miss Marple (Pluto TV, 2004-2013), el episodio Murder is easy (T4E2) la introduce como investigadora junto a Fitzwilliam. Miss Pinkerton también se dirige a Londres para denunciar que varias muertes accidentales que se han producido en Wychwood, podrían ser en realidad obra de un asesino. Luke Fitzwilliam decide cambiar su rumbo y dirigirse hacia el pueblo para averiguar la verdad, pero la transformación del protagonista y la época permiten introducir algunos elementos como la sombra del colonialismo y el racismo junto al tema principal de la diferencia de clases y los privilegios de la posición social. 

La adaptación mantiene la esencia de la historia original, pero hay secuencias nuevas en las que Fitzwilliam es cuestionado por algunos amigos de origen nigeriano, como Ngozi Ude (Gloria Obianyo), por el hecho de haber viajado a Londres para trabajar como agregado diplomático a las órdenes de un jefe colonial: "He aquí el africano imperialista, auto-colonizado, colaborando con sus opresores. No me sorprende que hables como un inglés". Esta primera parte de la serie introduce los principales cambios para incorporar a un protagonista racial que la autora de la adaptación defendía en un amplio artículo en el que contaba cómo se había planteado la serie, no como una cuestión de inclusión racial, sino como una forma de explicar al personaje: "Como nigeriano rico y educado, sus limitaciones como detective son obstáculos externos impuestos por su condición de inmigrante" (The Guardian, 26/12/2023). Aunque el transcurso de la historia se reconduce hacia la trama original, desviándose de los interesantes cambios propuestos al principio, la historia funciona de una manera clásica, con Luke Fitzwilliam interpretado por David Jonsson, al que hemos visto en la serie Industry (HBO Max, 2020-) y en la estupenda película Amor en Rye Lane (Raine Allen-Miller 2023). Éste cuenta con la ayuda de Bridget Conway (Morfydd Clark, de Los anillos de poder (Prime Video, 2023-)), una joven que está prometida con Gordon Whitfield (Tom Riley), propietario de una compañía de cemento que pretende construir una nueva ciudad, frente a la oposición del reverendo Humbleby (Mark Bonnar, de Guilt (BritBox, 2019-2023)): "Está sentado aquí, en su mansión, trazando sus elaborados planes en lugar de construir casas decentes y asequibles para la gente". Las primeras sospechas de Fitzwilliam recaen en el Dr. Thomas (Mathew Baynton, de Fantasmas (Movistar+, 2019-2023)), quien le muestra orgulloso los libros sobre eugenesia que tiene en su consulta, como Inferioridad y crimen o Higiene racial. Una campaña para crear una raza superior, y mantiene la teoría de que "asesinar es fácil. Si eres cuidadoso, inteligente y no metes la pata". En la mansión de Lord Whitfield se encuentra una habitación llena de reliquias africanas, reflejando la expoliación provocada por la colonización.  

Son estos detalles añadidos los que funcionan mejor en Matar es fácil (Movistar+, 2023), porque aporta una dimensión diferente que a los seguidores de la fidelidad a las novelas originales podrá incomodar, pero que introduce una perspectiva nueva a una historia que ha tenido varias adaptaciones. Hay que reconocer que la dirección de Meenu Gaur, que ha dirigido algunos episodios de Un mundo en llamas (Movistar+, 2019-2023), tampoco propone originales soluciones visuales, sino que se mueve con cierto acomodo en la representación clásica de una investigación que va encontrando a su paso sucesivas muertes, cada vez menos creíbles como casualidades, y tampoco acierta del todo en la representación de una época en la que algunos elementos del vestuario parecen aleatoriamente más modernos de lo que deberían. La miniserie consiguió una buena audiencia en su primer episodio, aunque perdió más de 800.000 espectadores para el segundo, manteniéndose por encima de sus competidores. Aunque la BBC la estrenó dividida en dos partes de una hora de duración cada una, en España se estrena la versión internacional que consta de tres episodios de 50 minutos, lo que supone unos 15 minutos más que la versión estrenada en Inglaterra. No cambian aspectos importantes de la trama, pero sí amplían algunas escenas entre Luke Fitzwilliam y Bridget Conway, y la relación que tiene el protagonista con el pueblo vecino de Ashe Bottom, formado por trabajadores como el chófer Rivers (Jon Pointing, de Big boys (Filmin, 2022-)). Sin ser la adaptación más brillante de las que BBC ha estrenado desde el acuerdo que firmó en 2014 con Agatha Christie Productions Limited, Matar es fácil introduce una mirada diferente que refresca la historia original.  

Materia oscura
 
★★
Apple tv+, 8 de mayo-26 de junio
Estados Unidos, 2024 - 9x58'
Creada por Blake Crouch
Dirigida por Jakob Verbruggen, Roxann Dawson, Logan George, Celine Held, Alik Sakharov 

La plataforma de Apple parece empeñada en convertirse en el referente de la ciencia-ficción científica para adultos, un género que ni siquiera Netflix o HBO Max han conseguido desarrollar, la primera con algunos intentos fallidos como El problema de los tres cuerpos (Netflix, 2024) y la segunda más centrada en las fantasías del pasado como La casa del dragón (HBO Max, 2022-). En los últimos meses, ha abordado ya en varias ocasiones las teorías de la superposición que plantea la física cuántica, y en cierta manera podemos decir que Materia oscura (Apple tv+, 2024) hace un planteamiento que desarrolla las ideas finales de Constelación (Apple tv+, 2024). Ya no se cuestiona si es posible cruzar entre diferentes versiones de la realidad, sino que lo da por hecho, construyendo un entretenido thriller de ciencia-ficción que a pesar de extenderse demasiado, consigue mantener el nivel adecuado entre la reflexión existencial y la especulación científica. Cuando conocemos a Jason (Joel Edgerton), es un profesor de física que explica a sus alumnos la teoría del Gato de Schrödinger: "La interpretación de la mecánica cuántica de la Escuela de Copenhague establece que, antes de que miremos dentro de la caja, el átomo existe en un estado de superposición, lo que es una forma elegante de decir que el gato está muerto y vivo al mismo tiempo". En esta realidad en la que vive Jason, decidió renunciar a una brillante carrera como científico en favor de su vida familiar junto a su esposa Daniela Vargas (Jennifer Connelly) y su hijo Charlie (Oakes Fegley). Su amigo Ryan Holder (Jimmi Simpson) le dice que "habría podido cambiar el mundo si hubiera elegido ser científico en vez de enseñar física a futuros médicos y abogados de patentes". Los planteamientos científicos de la historia se sostienen en el biocentrismo, que defiende que la conciencia manifiesta la realidad, proponiendo una explicación a la posibilidad de la existencia de un multiverso, como describe el científico Paul Halpern en su libro The allure of the multiverse: Extra dimensions, other worlds and parallel universes (2024). 

Jason es secuestrado y acaba despertando junto a Amanda Lucas (Alice Braga), una mujer a la que no conoce, empezando a percibir que está en un lugar donde su realidad se ha alterado. La serie explica pronto que su secuestrador ha sido Jason2, una versión suya de otra realidad paralela que tomó la decisión de sacrificar a su familia para continuar con su carrera científica, desarrollando un mecanismo en forma de caja en cuyo interior se puede acceder a una dimensión de la conciencia que permite la posibilidad de traspasar diferentes realidades superpuestas. Pero el anhelo de recuperar su vida familiar, que plantea una especie de arrepentimiento de las decisiones que tomó, ha llevado a Jason2 a sustituir su realidad por la de Jason1. Amanda es la única que cree a este último, por lo que ambos inician un viaje, con el problema añadido de que Jason1 no sabe exactamente cómo llegar a su lugar de origen. Dentro de la caja, cualquier puerta puede conducir al apocalipsis, la utopía o un Chicago con aspecto futurista; cada realidad está moldeada por la intención, el estado de ánimo y el subconsciente del viajero. Mientras tanto, el doppelgänger de Jason intenta adaptarse a su nuevo mundo, disimulando su desconocimiento de algunas de las experiencias vividas por Jason1 con su familia. Esta forma de suplantación de sí mismo, tratando de encontrar información sobre su propia existencia, construye un logrado thriller que reflexiona sobre los caminos tomados en la vida. Joel Edgerton tiene un trabajo difícil, no solo por interpretar varias versiones del mismo personaje, sino porque consigue transmitir de qué manera los recorridos por las realidades superpuestas provocan una transformación en el protagonista que en cierto modo le hacen entender a Jason2.

Blake Crouch (1978, Carolina del Norte), fue el autor de la trilogía de novelas que en España se ha editado bajo el título Wayward Pines. El paraíso (2012-2014, Ed. Ediciones Destino), adaptada como la serie Wayward Pines (Fox, 2015), protagonizada por Matt Dillon. Cuando escribió Materia oscura (2016, Ed. Nocturna Ediciones) se encontraba en proceso de divorcio, de manera que esta fantasía de ciencia-ficción se construye a partir de una reflexión personal sobre los errores cometidos y la imposibilidad de cambiar una realidad creada a partir de las decisiones que se han tomado. El mismo autor se ha encargado esta vez de adaptar su novela en formato de serie (Sony Pictures compró los derechos el mismo año de la publicación del libro), en la que Jason2 de alguna manera fuerza este cambio a través de sus conocimientos científicos. Pero solo es posible hacerlo trasformándose en un intruso dentro de la vida familiar de Jason1, y arrebatándole su propia realidad. Es por tanto una propuesta interesante que también se desarrolla en otros personajes como Amanda, quien acompaña a Jason1 en esta búsqueda casi imposible dentro de las millones de posibilidades que se manifiestan ante ellos. En In the fires of dead stars (T1E7), ella decide llevarle a su propia realidad imaginada, "centrada en conceptos que pensé que crearían un mundo que valiera la pena experimentar", de manera que el Chicago que se presenta ante ellos es una especie de idea utópica sobre "personas que están de acuerdo en lo básico, tecnología que no destruye el medio ambiente o la humanidad". Conoceremos a diferentes versiones de Jason, pero también distintas versiones de Valeria, desde la aspirante a artista algo insegura que ha estado con él, hasta la mujer independiente que ha desarrollado una carrera. "He conocido una versión de ti en la que no estabas casada conmigo. Eras artista. Acababas de inaugurar tu nueva exposición", lo que plantea que para Daniela el matrimonio ha podido ser una barrera frente a su desarrollo personal. Aunque la serie sufre el problema de contar su historia en más tiempo del que hubiera necesitado, mantiene siempre el interés y se dirige hacia un desenlace que ofrece un llamativo giro en el episodio Jupiter (T1E8), de manera que el tono de thriller destaca sobre la propuesta científica. La serie tiene un desenlace quizás no demasiado bien ejecutado, pero al mismo tiempo cierra la historia principal, dejando también una puerta abierta (nunca mejor dicho) a una segunda temporada. 

Killing it (Temp. 1-2)
 
★★
Movistar+, 11 de mayo-8 de junio / 15 de junio-6 de julio
Estados Unidos, 2022-2023 - 10x30' / 8x30'
Creada por Luke Del Tredici, Dan Goor
Dirigida por Maurice Marable, Angela Barnes, Jaffar Mahmood, Michael Trim, Michael Weaver, Shahrzad Davani, Dan Goor, Luke Del Tredici

La primera temporada de esta comedia sobre lo depredador que puede ser el capitalismo pasó tan desapercibida en Estados Unidos (también es cierto que se estrenó en la plataforma Peacock, que no ve casi nadie) que tomó por sorpresa la renovación para una segunda temporada, estrenada el año pasado. Pero esta nueva oportunidad le ha sentado especialmente bien a una propuesta creada por Dan Goor y Luke Del Tredici, creadores de Brooklyn Nine-Nine (Netflix, 2013-2021). El primero ganó dos premios Emmy como guionista de los programas The Daily Show (2001) y Late Night with Conan O'Brien (2007), participando después en Parks and recreation (Prime Video, 2009-2015), mientras que el segundo ha sido nominado dos veces al Emmy por Rockefeller Plaza (NBC, 2006-2013). Las dos temporadas de Killing it (Movistar+, 2022-) llegan a ahora a España de manera consecutiva, con dos episodios semanales desde el mes de mayo y el estreno de la segunda a partir de junio. El punto de partida de la serie define en cierta medida su planteamiento como reflejo exagerado de una realidad que sin embargo puede ser identificable. Desde 1979, se observó un aumento de la población de serpientes pitones en Florida, una especie invasora que se ha convertido en un problema en el Parque Natural de Everglades, ahuyentando a las especies autóctonas de la zona y en algunas ocasiones matando a animales domésticos como un husky siberiano. El Estado promueve un concurso anual, ofreciendo más de 30.000 dólares a los participantes que puedan atrapar el mayor número de serpientes, una competición que ha sido denunciada por numerosas asociaciones de protección de animales. Pero este concurso se convierte en la trama principal de Killing it, cuando Craig (Craig Robinson), que está convencido de que el sueño americano existe, decide participar para conseguir los 20.000 dólares de recompensa que necesita para iniciar su propio cultivo de bayas, que considera un buen negocio por las propiedades que se le adjudican, como mejorar los problemas de próstata. En uno de sus trayectos hacia reuniones con posibles inversores conoce a Jillian (Claudia Dogherty), una conductora de Uber multiempleada que quiere formar equipo con Craig.  

Los dos se convierten en un improbable tándem que tiene que enfrentarse a cazadores supuestamente expertos como Brock (Scott McArthur) y su hijo Corby (Wyatt Walter), mientras Craig continúa introduciéndose en los círculos de emprendedores que aspiran a convertirse en los próximos profesionales de éxito. Pero en una sociedad norteamericana con tendencias conservadoras y actitudes supremacistas (la primera temporada está ambientada en 2016, durante la campaña electoral de Donald Trump), las serpientes pitón no son los depredadores más peligrosos precisamente. En el episodio Dominine (T1E3), Craig gasta más de 1.000 dólares en conseguir una acreditación para una Conferencia dedicada a nuevos emprendedores que sin embargo se revela como una estafa, mientras intenta conseguir que su hermano Isaiah (Rell Battle), con cierta tendencia a involucrarse en actividades ilegales, acabe estafando a los estafadores. En este encuentro que tiene una ideología básicamente ultraconservadora con referencias despectivas a Hillary Clinton, uno de los conferenciantes es el exitoso empresario Rodney Lamonca (Tim Heidecker), que será uno de los personajes recurrentes en las dos temporadas. En Task-rabbit (T1E5), Jillian es contratada por Sloane Faulkner (D'Arcy Carden) como asistenta, pero en realidad lo que pretende es que se haga pasar por ella durante un día como dueña de una mansión que está siendo investigada por fraude fiscal. A pesar de cierto optimismo que desprenden tanto Craig como Jillian, cada paso que dan hacia la vida empresarial se convierte en realidad en pasos atrás en su propia vida: Craig comienza la serie con un trabajo como guardia de seguridad y un pequeño apartamento, y a mitad de temporada está desempleado y vive en un gimnasio, mientras intenta conciliar su tiempo con la hija que tuvo con su ex-pareja Camille (Stephanie Nogueras).  

Dentro de su sentido del humor estrafalario y absurdo, Killing it tiene una primera temporada algo desequilibrada, con episodios muy locos como el que protagoniza Brock en The Kingmaker (T1E8), en el que aparentemente consigue alcanzar su sueño de convertirse en un influencer. Pero la serie no solo refleja de manera constante que este es un mundo de depredadores, sino que muestra cómo el éxito se sostiene en realidades falsas. El próspero negocio de construcción de Rodney Lamonca es una empresa que se dedica al lavado de dinero ilegal, el más exitoso cazador de serpientes en el episodio Carlos (T1E4) esconde un secreto que incumple el reglamento del concurso, la riqueza del matrimonio formado por Tate (Tommy Dewey) y Blythe (Ayden Mayeri) en Ayúdame a pagar mis facturas (T2E4) también se sostiene en negocios fraudulentos. La segunda temporada de la serie deja atrás el concurso de caza de serpientes para centrarse en el comentario social sobre esta falsedad del éxito y la incapacidad de Craig y Jillian de avanzar en su trayecto hacia la vida empresarial, porque casi nada sale como esperaban. Más equilibrada y con dos episodios menos, esta nueva temporada que se estrena el 15 de junio en España se centra más en el retrato de las dificultades que afrontan los protagonistas, con un divertido primer episodio, Lo que siembras (T2E1), escrito por Fran Gillespie, guionista de Saturday Night Live (Movistar+, 1975-), que aporta uno de esos personajes secundarios que brillan en esta serie, Johnny (Beck Bennett), un inspector del Departamento de Agricultura de Florida que pone en cuarentena la cosecha de bayas por la posible presencia del caracol gigante africano, otra especie invasora. La inesperada segunda temporada de Killing it permite a sus creadores ser más incisivos y seguir descomponiendo el sueño americano, pero sin llegar a perder el continuo optimismo de unos protagonistas que, a pesar de los depredadores y las dificultades que les rodean, se empeñan en seguir adelante. 

Without sin: Libre de culpa
 
★★☆☆
AXN Now, 11 de mayo
Reino Unido, 2022 - 4x46'
Creada por Frances Poletti
Dirigida por Al Mackay 
BAFTA TV '23: Nominada Mejor Actriz

Poco después de terminar la serie Line of duty (Netflix, 2012-2021) y antes de embarcarse en la adrenalínica Trigger point (Movistar+, 2022-), la actriz Vicky McClure se reencontró con el actor Johnny Harris, con el que había coincidido en la trilogía This is England (Channel 4, 2010-2015). En este debut de la guionista Frances Poletti para ITV, ella interpreta a una madre que afronta el drama de la muerte hace tres años de su hija adolescente Maisy (Justine Emma Moore), enfocándose en su nuevo trabajo como taxista. Stella (Vicky McClure) intenta resolver de alguna manera las cicatrices psicológicas que soporta formando parte de un programa de reconciliación que organiza encuentros entre los familiares de las víctimas y los culpables que cumplen condena. Pero cuando se reúne con Charles Stone (Johnny Harris), condenado por la muerte de Maisy, el resultado no solo no es tranquilizador sino que abre numerosas preguntas sobre lo que ocurrió realmente la noche que su hija fue asesinada. A lo largo de los cuatro episodios que componen la miniserie Without sin. Libre de culpa (AXN Now, 2022), que ahora llega a España, la protagonista comienza a investigar la implicación que pudo tener una familia de mafiosos y la relación que existe con otra joven desaparecida, Cloe (Elise Ackerman), que parece tener información sobre los acontecimientos reales. El desarrollo de este drama criminal no es demasiado arriesgado, y en cierta manera se pueden adivinar los pasos que seguirá la protagonista y las consecuencias que tendrá su empeño en averiguar la verdad en la relación con su ex-marido Paul (Perry Fitzpatrick) y con Roman McKeller (Con O'Neill), el líder de la familia mafiosa. Pero la serie plantea desde su mismo título la delgada línea que separa la culpabilidad de la inocencia conforme Stella profundiza en su investigación, planteando dudas sobre si la víctima estaba libre de culpa o si el supuesto culpable puede llegar a ser realmente inocente. Estableciendo dos líneas paralelas que transcurren dentro y fuera de prisión, la subtrama carcelaria resulta a veces demasiado convencional, con Charles actuando como protector de Jamal (Callum Fuller), un joven que acaba de entrar en prisión y que parece carne de abusos en un entorno violento y opresivo. 

Lo más interesante de esta producción británica cortada bajo el patrón de las series de ITV, es la manera en que plantea la transversalidad del tráfico de drogas en el entorno de la clase media y la forma en que se contagia a través de diversos vínculos que acaban estableciendo un círculo de poder y dependencia. El personaje de Stella también arrastra un sentimiento de culpa porque la noche en que murió su hija ella se encontraba en una fiesta con unos amigos y no prestó demasiada atención a Maisy, de manera que la sombra de la responsabilidad también la ha acabado afectando. Vicky McClure es una actriz especialmente dotada para estos papeles dramáticos, aunque la consecución de este tipo de personajes que están afectados por el trauma, algo parecido al papel que interpreta en Trigger point, puede revelar algunos tics que se repiten, al igual que esa cara de amargura constante que ha convertido en un sello personal. En este sentido, es más acertado el trabajo de Johnny Harris, al que también podemos ver en Un caballero en Moscú (SkyShowtime, 2024), que representa los matices de los problemas psicológicos que ha venido enfrentando en los últimos tres años, aunque no se explica demasiado bien en la serie por qué ha esperado tanto tiempo para reclamar su inocencia, porque la desaparición de Cloe resulta un catalizador poco creíble para un hombre que ha aceptado estar en la cárcel hasta entonces. El mayor peligro de este tipo de dramas que manejan en su desarrollo las medias verdades es que el desenlace no termine siendo demasiado convincente, pero en el caso de Without sin. Libre de culpa la resolución contiene algunos elementos de sorpresa que funcionan adecuadamente bien, subrayando la idea de que la culpabilidad y la inocencia son dos conceptos que a veces no están definidos con claridad. 

Perni (Temp. 3)
 
★★
Filmin, 14 de mayo
Noruega, 2022 - 6x30'
Creada por Henriette Steenstrup
Dirigida por Petter Næess

A pesar de haber sido renovada el año pasado para una cuarta y una quinta temporadas, la serie creada y protagonizada por Henriette Steenstrup (1974, Noruega) se ha visto afectada por la crisis económica de la plataforma nórdica Viaplay, que ha provocado que la empresa audiovisual sueca haya licenciado casi toda su producción propia a otras compañías, estrenándose algunas de sus últimas producciones como Viktoria (SkyShowtime, 2023) o Ronja, la hija del bandolero (Netflix, 2024) en otras plataformas. De hecho, las tres primeras temporadas de Perni (Filmin, 2021-) ya se pueden ver en Noruega tanto en la plataforma de streaming de la televisión pública NRK como en Netflix, donde finalmente se estrenarán la cuarta y la quinta, aunque en España Filmin mantiene la licencia de la serie. Desde su estreno en 2021, Perni ha supuesto una cita anual para los espectadores noruegos con las vicisitudes de esta madre separada con dos hijas adolescentes, convirtiéndola en uno de los grandes éxitos de los últimos años. Pero la repercusión de la serie también ha trascendido al mercado internacional, hasta el punto que el periódico Nattavisen se hacía eco en 2022, con motivo del estreno de la tercera temporada, del éxito de la serie en España y Latinoamérica: "De hecho, siento que me veo un poco más sexy en español", comentaba la actriz, aunque también bromeaba quejándose de que cuando estuvo de vacaciones en Mallorca nadie la reconoció por la calle. En Noruega, Henriette Steenstrup es una actriz muy popular, no solo por sus trabajos en películas y series, sino por su participación en programas de televisión y recientemente por su interpretación de Miss Hannigan en la versión noruega del musical Annie (2023) en teatro. Retrasada la producción debido a los problemas de Viaplay, a España ha llegado esta tercera temporada dos años después de que la segunda se estrenara en 2022. El personaje se ha convertido en una presencia cercana, y resultan encantadoras sus tribulaciones como madre separada que tiene que enfrentarse a dos hijas adolescentes exigentes, un ex-marido holgazán y un padre que salió del armario en la tercera edad. 

La nueva entrega está dirigida en todos los episodios por Petter Næss (1960, Noruega), que fue el director conceptual de la ambiciosa serie El tiempo de la felicidad (Filmin, 2018-2022), ofrece lugares comunes dentro de esta dramedia, pero incorpora algunos cambios que afectan a la familia. Perni (Henriette Steenstrup) está vendiendo su casa a las afueras de Oslo y se ha ido a vivir a un apartamento en la ciudad, lo que modifica las dinámicas familiares. Con un espíritu especialmente navideño, esta temporada enfrenta a la protagonista a las primeras celebraciones sin su hermana Anna, recién fallecida cuando comenzó la serie en su primera temporada. Sin embargo, las expectativas de pasar unas navidades en familia no parecen muy claras: su hija Hanna (Vivild Falk Berg) ha decidido finalmente hacer el viaje a Argentina, mientras que su otra hija Sigrid (Ebba Bellarubin Jacobsen Öberg) quiere pasar la Nochebuena con su padre Finn (Jan Gunnar Røise), el ex-marido de Perni que además reclama una parte del dinero de la venta de la casa, argumentando que ha contribuido a su reforma. Finalmente, su padre Ole Johan (Nils Ole Oftebro) quiere evitar una celebración marcada por la ausencia, y también ha decidido pasar las fiestas con la familia de su pareja Stephen (Henrik Mestad). Escrita en solitario por la actriz Henriette Steenstrup, la historia se encuentra cómoda con un personaje que nunca consigue tener esa estabilidad emocional que desearía, y que está marcada por una fragilidad dentro de un ambiente familiar ruidoso, pero que sabe sobrellevar con estoicismo. La ausencia de algunos miembros de su familia en esta tercera temporada permite a la guionista enfocar el personaje más en relación con el ambiente laboral, lo que deriva hacia tratamientos de algunos temas complejos que están incorporados sin embargo con habilidad. 

Perni ejerce como trabajadora social y se enfrenta en sus jornadas diarias a la necesidad de protección de menores de edad en situaciones de riesgo de exclusión social, y dentro de este ambiente de fiestas marcadas por los recuerdos y la ausencia, aborda cuestiones como la violencia doméstica, las infidelidades o la soledad, pero siempre con esa mirada comprensiva que evita caer en el drama demasiado marcado. Y en cierta manera, la serie también encuentra un equilibrio en las historias personales de los adultos, casi siempre buscando la comprensión de una persona de confianza, como Tuva (Agnes Kittelsen), que parece estar a punto de cruzar la línea de la infidelidad, Kenneth (Oddgeir Thune), cuya Nochebuena en solitario con su pareja no sale como esperaba, o el director del coro Rasmus (Carl Martin Eggesbø), que se enfrenta a una situación difícil con su hermana, pero también dentro de una relación tóxica. Esta tercera temporada se siente más madura en la exposición de las problemáticas que rodean a la protagonista, sin abandonar el tono mesurado de su mirada hacia el entorno familiar. En una especie de pre-Nochebuena, Perni comparte con su hija Sigrid una cena viendo la tradicional película Love actually (Richard Curtis, 2003), acompañadas de una cesta navideña muy española, con aceite de oliva, jamón serrano y queso manchego, en uno de esos momentos tan familiarmente encantadores que tiene la serie. Pero en "The kids are not alright" (T3E5) afronta la fortaleza de Perni como madre, dispuesta a defender con contundencia a su hija respecto a ciertas actitudes de bullying, en un episodio que refleja la preocupación por la salud mental de los adolescentes, pero también muestra la capacidad que tienen para resolver sus propios problemas de manera más sencilla que los adultos. La historia transcurre entre los días previos a la Navidad y el cumpleaños de Perni, el 21 de enero, siendo posiblemente la mejor temporada de las que se han estrenado hasta la fecha. Porque Perni mantiene el tono con una mirada más madura hacia las relaciones personales y amplía el espectro temático hacia historias más comprometidas sin perder la esencia de una serie que habla sobre la familia.  

Blue Lights (Temp. 2)
 
★★☆☆
Movistar+, 15 de mayo-19 de junio
Reino Unido, 2024 - 6x60'
Creada por Declan Lawn, Adam Patterson
Dirigida por Adam Patterson, Declan Lawn, Jack Casey
Premios IFTA '24: Mejor Actor Secundario (Richard Dormer)

Después del éxito de la primera temporada y una renovación sorprendente para una tercera y cuarta temporadas, la segunda se presenta como un primer paso para saber cuál es el camino que sus creadores deciden seguir. A pesar de las buenas críticas y la amplia audiencia, la serie no ha sido nominada en ninguna categoría de los BAFTA TV Awards, lo que resulta incomprensible, porque fue uno de los mejores dramas policíacos del año pasado. Consiguiendo una mezcla eficaz entre los elementos tradicionales del género y un contexto situado en algunos barrios de Belfast en los que se mantiene un rechazo a la policía y su representación de la memoria de The Troubles, Blue lights (Movistar+, 2023-) mantenía una tensión constante en cada una de las intervenciones de estos "response officers". El reciente documental ganador del Dox:Award en CPH:DOX, The flats (Alessandra Celesia, 2024) refleja de manera excelente cómo permanecen las cicatrices psicológicas de aquel conflicto en algunos habitantes de New Lodge, una comunidad católica en la periferia de Belfast. Esta nueva entrega sigue a los trágicos acontecimientos de la pasada temporada, con la permanencia del trauma pero con unos protagonistas que ya han superado el período de prueba, de manera que están plenamente asentados en sus obligaciones diarias. Con el hijo de Grace Ellis (Siân Brooke) ausente, ella comparte apartamento con Annie Colon (Katherine  Devlin) y patrullas con Stevie Neil (Martin McCann), aunque su especial acercamiento a veces provoca situaciones complicadas, mientras que Tommy Foster (Nathan Braniff) recupera el contacto con Aisling (Dearbháile McKinney), que ha sido enviada a Derry. Digamos que la historia comienza en este punto a derivarse hacia el típico drama policial en el que todos están relacionados con todos, formándose tres parejas sentimentales entre compañeros de trabajo a lo largo de esta segunda temporada, lo que hace que la serie camine a veces por la peligrosa línea de la cursilería, algo que la producción sueca La delgada línea azul (Filmin, 2021-), que tiene un planteamiento parecido a esta serie, consigue evitar de manera más inteligente. 

Sin embargo, el contexto vuelve a darle fuerza a la historia, con una tasa de delitos que está en aumento y un enfrentamiento entre grupos lealistas, aquellos que mantienen su oposición a la unificación de Irlanda, y que controlan el negocio de la venta de drogas. El propietario del bar The Loyal Pub, Lee Thompson (Seamus O'Hara) está a punto de comenzar una guerra territorial, lo que supone el peligro de enfrentamientos cada vez más violentos. Es un personaje interesante porque mantiene una ambigüedad que le hace especialmente peligroso pero al mismo tiempo está impulsado por un cierto sentido de justicia, siendo en este sentido un antagonista menos convencional que el de James McIntyre en la anterior temporada. En oposición, la llegada del agente de Inteligencia Murray Canning (Desmond Eastwood), que ya apareció en la primera temporada, sacudirá la comisaría con su técnica basada en que el fin justifica los medios, acompañado además por un agente de confianza, Shane Bradley (Frank Blake), que le sirve de espía sobre las interioridades de la comisaría. Canning cumple aquí la función del personaje tópico de la temporada, ridículamente convencional tras unos acontecimientos que suceden en Where I want to be (T2E5). Pero el contexto de una ciudad en la que todavía persiste cierta tranquilidad tensa, sustituyendo los conflictos políticos por enfrentamientos entre delincuentes pero en los que hay un trasfondo psicológico que se sostiene en el pasado, proporciona esa atmósfera inquietante, aunque menos rotunda en esta segunda temporada. La subtrama protagonizada por Jen Robinson (Hannah McClean), ahora una abogada que investiga un atentado ocurrido en el pasado para encontrar conexiones incómodas, se siente algo aislada durante casi toda la temporada, pero es la más interesante respecto a cómo el mantenimiento de la reconciliación mantiene enterradas determinadas investigaciones: "Créeme cuando te digo que hay cosas que es mejor no conocer", dice un personaje.

Blue lights pierde fuerza en esta temporada, siendo menos consistente en el desarrollo creciente de ese ambiente claustrofóbico que se describió con especial acierto en la primera. Aunque funciona bien a pie de calle, en algunas de las intervenciones policiales que abordan temas como la salud mental o la soledad de la tercera edad, a veces deriva hacia terrenos más convencionales, con personajes antagónicos poco desarrollados que tratan de impulsar una historia algo desequilibrada. Incluso el cliffhanger del penúltimo episodio se siente demasiado casual, por mucho que trate de reflexionar sobre la necesidad de romper con la herencia de la violencia que provoca la persistencia de un conflicto permanente. Los ex-periodistas norirlandeses Declan Lawn y Adam Patterson, que se encargan por primera vez de dirigir la primera mitad de la temporada, quizás necesitan profundizar más en algunos aspectos para evitar el peligro del policíaco demasiado formal, aunque Blue lights sigue siendo una serie bien escrita que a veces se eleva por encima de otros dramas policíacos británicos.   

Mademoiselle Holmes
 
★★☆☆
Cosmo, 16 de mayo-20 de junio
Francia, 2024 - 6x50'
Creada por Victoria Spennato, Laëtitia Kügler
Dirigida por Frédéric Berthe, François Ryckelynck

Muy cerca de su estreno en Francia llega a nuestro país uno de los últimos éxitos de la comedia policial francesa. La serie se estrenó el pasado 11 de abril, consiguiendo más de 5 millones de espectadores con una cuota de pantalla del 26,2% y se ha mantenido con fortaleza a lo largo del mes, logrando con sus dos últimos episodios, emitidos el 25 de abril, una nueva ventaja sobre sus competidores en la franja nocturna de los jueves, y encabezando las audiencias como el programa más visto en Francia en el primer time del mes de abril. Mademoiselle Holmes (Cosmo, 2024-) se ha consolidado así como un proyecto de éxito para la productora de origen español Paloma Martín y Prada, que ha sido asesora de programación de TF1 desde 2018, etapa en la que se responsabilizó de la miniserie Grand Hôtel (TF1, 2020), remake francés de la serie española Gran Hotel (atresplayer, 2011-2013), y desde 2021 ha fundado su productora Marysol dentro de Newen Studios, una de las sociedades audiovisuales más importantes de Francia. Se trata de la primera serie de esta nueva compañía, que imagina una trama dentro del universo de Sherlock Holmes en el que Charlie Holmes (Lola Dewaere) es la bisnieta francesa del famoso detective inglés, aunque hay algunas lagunas sobre su procedencia que no consigue que le revele su abuelo Georges Holmes (Daniel Prévost). Ella pasa desapercibida en la comisaría en la que trabaja porque toma una medicación para los nervios que impide que desarrolle la perspicacia que ha heredado de su bisabuelo. Pero un accidente la obliga a dejar el tratamiento y comienza a revelar sus auténticas capacidades deductivas, involucrándose en el equipo de investigación, acompañada por el aprendiz forense Samy Vatel (Tom Villa) que funciona como su particular Dr. Watson. Aunque la propuesta puede parecer algo descabellada, resultan divertidas estas referencias a los tropos habituales de las historias de Sherlock Holmes, como el violín que sirve de inspiración a Charlie en los momentos más complicados de cada investigación. 

La serie es un procedimental clásico en tono de comedia, que se apoya sobre todo en la personalidad desinhibida de Charlie, no del todo convincente en la interpretación de Lola Dewaere, a la que hemos visto como co-protagonista de Bright minds (Cosmo, 2019-). Mucho más centrado y en algunos momentos más divertido como contraste al carácter extrovertido de la protagonista es el trabajo de Tom Villa, muy popular en Francia por el procedimental de abogados Munch (TF1, 2016-), y funciona bien como antagonista amable el inspector Chris Hervieu (Thomas Jouannet), que no parece demasiado convencido de las técnicas de investigación de Mademoiselle Holmes. La trama horizontal de este procedimental está muy presente a lo largo de la primera temporada de seis episodios, y el episodio Baker Street (T1E4), el más interesante, transcurre en Londres, donde Charlie y Samy acuden tras el fallecimiento de Alexander Moriarty, hijo del James Moriarty con el que Sherlock Holmes se enfrentó. En esta historia imaginada, la rivalidad entre la familia Holmes y la familia Moriarty continúa, especialmente a través de April Moriarty (Roxane Mesquida), hija de Alexander. Para los creadores de esta serie, el punto de partida es el relato El problema final, incluido en Las memorias de Sherlock Holmes (1893, Ed. Penguin Clásicos), que termina con un enfrentamiento entre Moriarty y Holmes en el que ambos desaparecen en unas cataratas (la serie Sherlock (Prime Video, 2010-2017) adaptó este momento en dos episodios). La coproductora Cyrielle Mottin ha afirmado que la idea inicial era pensar que en su ausencia, Sherlock Holmes pudo haberse escondido en Francia, donde tuvo una relación, aunque esta explicación tiene un giro interesante. 

A nivel procedimental, Mademoiselle Holmes funciona adecuadamente bien, asumiendo su condición de comedia "easy watch", sin demasiadas complicaciones, ausencia de violencia y más interés en la resolución de los enigmas que ponen a prueba la perspicacia de la investigadora, que en el desarrollo de historias poco complejas, aunque hay que decir que algunas resoluciones, especialmente en los primeros episodios, son demasiado similares. En Francia se la ha comparado (algunos la han calificado como una copia) con HPI (ACI: Alta Capacidad Intelectual) (atresplayer, 2021-), uno de los grandes éxitos del policíaco francés, como pudimos comprobar en las sesiones multitudinarias del pasado Festival Séries Mania. Aunque es cierto que ambas series que se emiten en TF1 coinciden en tener a una investigadora notablemente cualificada (en HPI es una asesora de la policía con un alto coeficiente intelectual), en este caso resulta inteligente cómo desarrolla la trama horizontal, la que se refiere a la relación Holmes/Moriarty, que incluso cuando es principal, siempre encuentra un espacio para introducir una investigación autoconclusiva que funciona como subtrama. En Baker Street (T1E4), durante la visita al popular Museo de Sherlock Holmes en el 221b de Baker Street, Charlie y Samy encuentran a una joven escondida que afirma haber recibido amenazas de muerte, mientras que en el episodio final Le dernier problème T1E6), que hace referencia evidentemente al relato antes mencionado, Charlie debe dedicarse a otro caso porque la investigación principal la afecta muy directamente. El éxito de la serie y su conclusión abierta ya eran indicios, posteriormente confirmados, de que Mademoiselle Holmes ha sido renovada para una segunda temporada. 

Mr. Bates contra Correos
★★★★★
Movistar+, 21 de mayo-11 de junio
Reino Unido, 2024 - 4x47'
Creada por Gwyneth Hughes
Dirigida por James Strong

Todo lo que rodea a esta producción basada en hechos reales se ha convertido en un acontecimiento en Gran Bretaña, siendo el mayor éxito de ITV Studios en la última década, por encima de Downton Abbey (RTVE Play, 2010-2015) con un promedio de 13,1 millones de espectadores. La repercusión de Mr. Bates contra Correos (Movistar+, 2024) incluso puede afectar al escrutinio público en torno a una investigación que sigue ofreciendo titulares, elúltimo en torno a un documento que Correos intentó "suprimir" en 2016. La miniserie creada por Gwyneth Hughes, conocida por otras producciones como Five days (HBO Max, 2007), Honor (BritBox, 2020) o Tom Jones (ITV, 2023), ha despertado de nuevo el interés por un caso que afectó a unos 900 subdirectores y directores de establecimientos postales que fueron sancionados por la empresa pública de Correos debido a déficits contables entre 2000 y 2015. La legislación inglesa permite a esta institución pública llevar a juicio directamente a los administradores en caso de actividades fraudulentas, y más de 736 fueron procesados por contabilidad falsa y robo, llegando algunos a ser condenados a prisión. Pero tras una demanda colectiva de más de 500 de los afectados, que acabó en 2019 con un acuerdo económico, se descubrió que el Servicio de Correos tenía conocimiento de que los errores contables se debieron a un fallo en el funcionamiento de un nuevo sistema informático llamado Horizon que fabricaba la compañía Fujitsu, y que se encargaba de cuadrar las cuentas al final de cada jornada. La Comisión de Revisión de Casos Penales (CCRC) dijo que el escándalo era "el error judicial más generalizado que la CCRC haya visto jamás, y representa la mayor serie de condenas injustas en la historia legal británica". Sin embargo, todavía continúa una investigación pública que se inició en 2021 y la Policía Metropolitana investiga por su parte si el Servicio de Correos podría haber incurrido en un delito de fraude. El estreno de la miniserie en Gran Bretaña estuvo acompañado por la emisión de Mr. Bates vs The Post Office: The real story (Clare Richards, 2023), un documental narrado por Toby Jones que incluye entrevistas con los principales afectados, entre ellos Alan Bates: "Sé quienes deben rendir cuentas. Esa gente que ha tenido un estilo de vida acomodado, ganando grandes cantidades de dinero, mientras han hecho sufrir a cientos, si no miles de personas, conociendo la realidad de lo que estaba sucediendo y negando esa realidad de manera pública". Actualmente, se prepara un musical titulado Make good: The Post Office scandal (2024), escrito por Jeanie O'Hare, que trabajó en la Royal Shakespeare Company (RSC), donde realizó la dramaturgia de Matilda. The Musical (2010-). 

La repercusión que ha tenido la serie en los medios de comunicación recuerda a ese espíritu del cine británico de denuncia que se inició con el Free Cinema en los años sesenta y que ha estado representado por directores destacados como Ken Loach y Mike Leigh, y posteriormente Stephen Daldry. Es una historia de víctimas engañadas por una institución pública, trabajadores que confiaron en el Servicio Público Postal para iniciar negocios propios, estafetas de correos en pequeñas localidades cuya administración se publicitaba como una oportunidad para tener unos ingresos estables y una pensión adecuada, pero que acabó sumiendo a cientos de ellos en deudas que no podían pagar. Muchos de los juicios terminaron con un acuerdo privado que sin embargo les obligaba a hacer frente a las pérdidas económicas, provocadas por el mal funcionamiento del sistema informático Horizon de la empresa Fujitsu. El mayor escándalo no es la inadecuada gestión, sino la persistencia de los directivos de Correos en no admitir el error y tratar de ocultarlo sistemáticamente. Lo que hace bien Mr. Bates contra Correos es mostrar la historia desde el punto de vista humano de quienes sufrieron las consecuencias de esta persecución. El protagonista está interpretado por Toby Jones, que no ha pretendido hacer una imitación de la persona real, sino incorporar y construir su propio Alan Bates, quien ya había perdido su propio negocio postal después de ser sometido a una inspección interna, cuando decidió involucrarse en la búsqueda de la justicia. La publicación de un artículo en una revista hace surgir a decenas de afectados por el mismo problema, entre los que el personaje más conmovedor es el de Jo Hamilton (espléndida Monica Dolan), una mujer de la localidad de South Warnborough, Hampshire, que se siente abrumada emocionalmente por la acusación de fraude, obligada a declararse culpable en un juicio y asumir el pago de 36.000 libras. La secuencia en la que ella se siente impotente ante la modificación de las cifras cuando trata de cuadrar las cuentas a través del ordenador se muestra con un zoom in hacia el sistema Horizon como si se tratara de una película de ciencia-ficción en la que las máquinas se rebelan contra los humanos. 

De hecho, el director James Strong es un habitual de series criminales como Vigil (BBC, 2021-), Crime (BritBox, 2021-) o Sospechoso (Movistar+, 2022), y aporta un ritmo de thriller judicial a este relato sobre la injusticia. Los dos primeros episodios se centran sobre todo en la pesadilla que sufren algunos de los administradores, como el anciano Noel Thomas (Ifan Huw Dafydd), condenado a nueve meses de prisión, o Lee Castleton (Will Mellor), administrador de la estafeta de Bridlington, East Yorkshire, de cuyas cuentas han desaparecido 26.000 libras. Conforme la serie se va adentrando en los procesos judiciales, algunos actores reconocidos ponen rostro a quienes comenzaron a investigar e hicieron público el escándalo: el parlamentario James Arbuthnot (Alex Jennings) y el investigador Bob Rutherford (Ian Hart), quienes se encuentran constantemente con un muro de desinformación proporcionado por la directora del Servicio Público de Correos, Paula Vennells (Lia Williams), una sacerdote anglicana que negó siempre la existencia de un fallo informático y que a raíz del estreno de la serie, presionada por el gobierno, anunció que devolvería la concesión del nombramiento de Comendador del Imperio Británico (CBE) que recibió en 2019. Ciertamente, la serie utiliza el efecto emocional de unas vidas destrozadas por el impacto de las falsas acusaciones, que acabó en el suicidio de uno de ellos, y el retrato de los funcionarios del Servicio Postal, especialmente la ayudante Angela Van Den Bogerd (Katherine Kelly) puede resultar demasiado exagerado, casi como una villana de película de acción. Pero cuando vemos programas de investigación sobre el caso como Panorama (BBC, 2020), presentado por el periodista Nick Willis, quien lo ha investigado durante años, el retrato que se hace en la serie sobre la absoluta falta de empatía y reconocimiento de responsabilidad por parte de los responsables del Servicio Postal no parece tan exagerado. La propia guionista, Gwyneth Hughes comenta en el dossier de prensa de la serie: "Alan Bates no pidió pasar 25 años de su vida en una guerra contra imbéciles, abogados caros y el gobierno británico. Cuando se le pregunta si la Oficina de Correos es perversa o incompetente, Alan responde: 'Al final, equivale a lo mismo'". Mr. Bates contra Correos presenta una historia aterradora y convincente sobre la forma en que una institución pública intimidó y persiguió a personas inocentes durante años, sin admitir su conocimiento del fallo técnico que provocó los errores de contabilidad y convirtiendo en enemigos a los mismos ciudadanos a los que había atraído con promesas.

Prisoner
 
★★
Filmin, 21 de mayo
Dinamarca, 2023 - 6x58'
Creada por Kim Fupz Aakeson, Frederik Louis Hviid, Michael Noer
Dirigida por Frederik Louis Hviid, Michael Noer
Prix Italia '23: Mejor TV Drama
Robert Prisen '24: Mejor Serie, Actor principal (David Dencik), Actriz principal (Sofie Gråbøl), Actor secundario (Gustav Dyekjær Giese), Actriz Secundaria (Laura Christensen)

Presentada en Canneseries '23 y convertida en la gran vencedora de los premios de la televisión en Dinamarca, esta historia está basada en la novela Fangeleg (2021) de Kim Fupz Aakeson (1958, Dinamarca), quien la escribió después de que en un principio la cadena pública danesa no se mostrara interesada en un proyecto de serie por considerarla demasiado oscura. Tras la publicación del libro y un cambio en la dirección del canal de televisión, finalmente la producción se puso en marcha en 2022. La trama principal de Prisoner (Filmin, 2023) tiene como protagonista a Sammi (Youssef Wayne Hvidtfeldt), quien acaba de incorporarse como funcionario de una prisión que se encuentra sometida a la presión provocada por la posibilidad de ser cerrada debido a una reestructuración del sistema penitenciario. Cuando el veterano Henrik (David Dencik) escucha que la razón de Sammi para elegir esta profesión es ayudar a los prisioneros, intenta devolverle a la realidad: "Los presos no necesitan ser ayudados. Tus únicos amigos aquí son tus compañeros". Es una de las contundentes realidades que se muestran en los primeros episodios, como cuando un condenado por estafa acaba de ser encarcelado y la funcionaria Miriam (Sofie Gråbøl) le aconseja que se gane la confianza de alguno de los presos que controlan su sección, para sentirse protegido. "Pensaba que eran ustedes los que estaban aquí para protegernos", dice el prisionero. Pero lo que muestra Prisoner es que el entorno de la cárcel es un microcosmos en el que la violencia y las amenazas son una constante a la que tanto presos como funcionarios terminan acostumbrándose, lo que provocó críticas por parte de las instituciones penitenciarias danesas sobre la representación que se hace del entorno carcelario, especialmente tratándose de una televisión pública como DR. Kim Fupz Aakeson, que ya escribió hace unos años otro drama carcelario en forma de largometraje titulado En tus manos (Annette K. Olesen, 2004), se ha rodeado de dos directores destacados como Frederik Louis Hviid, que codirigió el thriller policial Shorta. El peso de la ley (Frederik Louis Hviid, Anders Ølholm, 2020), y Michael Noer, responsable de la nueva versión de Papillon (2017).

Aunque en un principio puede recordar a otras series sobre prisiones, especialmente la clásica Oz (HBO Max, 1997-2003), esta historia abunda en un sistema penitenciario en el que en cierta manera tanto prisioneros como funcionarios están aislados y obligados a sobrevivir. Conforme se desarrolla la historia, y sobre todo a raíz de un acontecimiento dramático en el episodio Får jeg et host? (T1E4), la idealización del trabajo en la prisión que tiene el joven Sammi va difuminándose frente a una realidad mucho más dura. Prisoner es un drama contundente, en el que cada episodio está marcado por algún momento de extrema violencia, lo que, como comentábamos, ha provocado las protestas de los funcionarios de prisiones, que consideran que su trabajo se "ha tergiversado y caricaturizado". Pero la serie está planteada como un thriller, y resulta poco acertado calificarla como una visión realista, porque incluso adopta un enfoque más cercano a los dramas carcelarios norteamericanos. De hecho, acaba resultando demasiado exagerada la descripción de las vidas personales de los cuatro protagonistas, todas ellas marcadas por un cierto sentido de fatalidad: Miriam tiene un hijo adicto a las drogas, la directora de la prisión Gert (Charlotte Fich) convive con un marido con episodios de demencia y arrebatos violentos, Henrik vive en una caravana porque su casa está infectada de moho... Aunque por otro lado esta representación del entorno fuera de prisión refuerza la idea de que los funcionarios se encuentran tan atrapados dentro como fuera de la cárcel. Porque más allá de su condición de serie de género, se desliza una reflexión sobre si realmente funciona el sistema penitenciario tal como está diseñado. La serie ha sido rodada en la prisión de Vridsløselille, a las afueras de Copenhague, tras haber sido clausurada, y cuenta con destacadas interpretaciones de Sofie Gråbøl, a la que recordamos de Forbrydelsen (The killing) (DR, 2007-2012) y vimos el año pasado en el exitoso drama médico The shift (Dag & Natt) (TV2, 2022-), así como por David Dencik, actor sueco que ha participado en películas como El topo (Tomas Alfredson, 2011) y en la primera temporada de Cara a cara (Filmin, 2019-2023). En los Robert Prisen 2024, los premios de cine y televisión daneses, que se entregaron el pasado mes de marzo, Prisoner acaparó todos los premios de televisión, consiguiendo cinco de sus seis nominaciones, pero porque competían dos actores secundarios en la misma categoría. 

El caso del Sambre
 ★★
Movistar+, 27 de mayo-1 de julio
Francia, 2023 - 6x60'
Creada por Alice Géraud-Arfi, Marc Herpoux, Jean-Xavier de Lestrade
Dirigida por Jean-Xavier de Lestrade

Acogida en Francia como una de las mejores series de 2023, la última producción dirigida por Jean-Xavier de Lestrade (1963, Francia), responsable de la serie que sentó las bases de los actuales documentales true crime, The staircase (Netflix, 2004-2018) y ganador del Oscar al Mejor Documental por Un culpable ideal (2001), vuelve a centrarse en una historia real para elaborar una disección sobre un sistema policial y judicial fallido que, en este caso, fue incapaz de detener a un violador sistemático durante más de 30 años. Esta miniserie se basa en el libro Sambre: Radioscopie d'un fait divers (2023), la investigación periodística de Alice Géraud en torno al caso denominado "el violador del Sambre", haciendo referencia a los márgenes del río situado en la frontera entre Francia y Bélgica, donde habitualmente actuaba un hombre que atacaba a mujeres en horas tempranas de la mañana, agarrándolas con una cuerda alrededor del cuello y violándolas en la mayor parte de los casos. En los últimos meses hemos visto cómo la perspectiva de las series de ficción true crime se acercan más a las víctimas, alejándose del habitual retrato romantizado de la violencia que convierte a los culpables en protagonistas. The long shadow (SkyShowtime, 2023) o El quinto mandamiento (Filmin, 2023) representan ejemplos de espléndidas series que trazan una mirada mucho más respetuosa. De hecho, El caso del Sambre (Movistar+, 2023) deja claro al final de cada episodio que está planteada como un homenaje a las mujeres que sufrieron durante 30 años los ataques de Dino Scala, rebautizado en la serie como Enzo Salina (Jonathan Turnbull). Más interesada en proponer una mirada hacia un sistema que durante años no supo tomar en serio a las víctimas que denunciaban los ataques sistemáticos, aunque el modus operandi del violador nunca cambió a lo largo de tres décadas, la serie recorre la investigación desde los años ochenta hasta 2018, centrándose en mujeres que se relacionaron de una u otra forma con el caso. 

El primer episodio, Christine (La víctima) (T1E1) está protagonizado por una de las primeras mujeres atacadas por el violador. En 1988, Christine Labot (Alix Poisson) se despierta junto al río Sambre tras haber estado inconsciente después de haber sido atacada. Solo recuerda la voz de su atacante cuando le dijo "No voy a violarte", una frase que repetía a sus víctimas, y una breve ráfaga de las botas negras que llevaba. Pero no tiene certeza de haber sido violada, creyendo (o más bien queriendo creer) que tuvo suerte, aunque a lo largo de los años la duda alimenta el trauma que durará tres décadas. El segundo episodio Irène (La juez) (T1E2) es uno de los más intensos, centrándose en Irène Dereux (Pauline Parigot), una juez que por primera vez relaciona dos violaciones como un posible caso de un violador en serie, ante la incredulidad del Brigadier Bernard Breton (Pasquale D'Inca). Cuando el policía novato Jean-Pierre Blanchot (Julien Frison), que sirve como nexo de unión entre los seis episodios, está tomando declaración a una joven que ha sido obligada a practicar una felación al violador, otro policía hace un gesto obsceno a espaldas de la víctima, reflejando el ambiente machista de la comisaría que propició la falta de rigor en la investigación. Episodios posteriores tienen como protagonistas a la alcaldesa Arlette Caruso (Noémie Lvovsky) y a la científica Cécile Dumont (Clémence Poésy), quien lleva a cabo un innovador sistema matemático denominado Perfil Geográfico Criminal, que permite trazar la posible localización del violador tomando como referencia los lugares donde ha cometido los ataques, y que el FBI comenzó a utilizar en los años 90. 

Todas tienen en común la perspectiva femenina que trata de encontrar una pauta criminal en el violador mientras la policía y el propio fiscal no son capaces de rendirse a la evidencia. Pero los dos últimos episodios están centrados en hombres: Winckler (El comandante) (T1E5) se desarrolla en 2012 cuando el experto en "casos fríos" que no han sido resueltos comienza desde cero una nueva investigación, pero con un punto de vista radicalmente distinto, en el que las víctimas y sus recuerdos se convierten en el elemento principal. Es la primera vez que estas mujeres son realmente escuchadas por la policía, lo que aporta un paso adelante destacado, que Étienne Winckler (Oliver Gourmet) trata de explicar a Jean-Pierre Blanchot: "El modus operandi lo conocemos desde el principio. Es la manera de actuar del violador, que puede cambiar según las circunstancias. Pero la firma criminal es otra cosa. Se trata de su ritual, sus obsesiones, sus fantasías. Eso nunca cambia". La identidad del culpable es conocida desde muy pronto, de manera que la serie no pretende utilizar el recurso del suspense. En su intervención en Séries Mania '24, Jean-Xavier de Lestrade afirmaba que "A los veinte minutos ya sabemos quién es el culpable, y queríamos mostrarlo dentro de su banalidad. A menudo los depredadores son un buen padre de familia, un buen amigo, pero pretendíamos que el espectador fuera el vínculo que identificara al monstruo con el hombre banal". En el último episodio, Enzo (El violador) (T1E6) se muestra su vida familiar convencional, su relación con los vecinos de la zona, pero también algunos apuntes sobre su carácter irascible y su misoginia. El caso del Sambre es una intensa crónica en seis actos sobre un error policial que permitió la consolidación de un monstruo, pero también es un magnífico estudio psicológico sobre el trauma impregnado en la memoria de las víctimas. 

Bardot
 
★★☆☆
SundanceTV, 30 de mayo
Francia, 2023 - 6x52'
Creada por Danièle Thompson, Christopher Thompson
Dirigida por Christopher Thompson, Daniéle Thompson
Séries Mania '23: Competición Francesa

La adaptación de los primeros años en el cine de Brigitte Bardot (1934, Francia), uno de los iconos del cine francés de las décadas de los sesenta y setenta, es una producción ambiciosa que está impulsada principalmente por France 2 y que cuenta con la participación de Netflix. Un proyecto que ha llevado a sus creadores a lo largo de diez años de desarrollo y producción para un resultado irregular que en Francia ha recibido críticas ambivalentes por parte de la prensa y muy negativas por parte de muchos espectadores. Los primeros episodios presentan los inicios de la actriz en el mundo del cine, entre 1949 y 1959, especialmente durante el rodaje de la película Y Dios creó a la mujer (Roger Vadim, 1956). Posteriormente, la actriz protagonizaría títulos destacables como La verdad (Henri-Georges Clouzot, 1960), que ella misma considera la única película relevante de su carrera, o El desprecio (Jean-Luc Godard, 1963), hasta que en los últimos años ha sido objeto de algunas controversias cuando se ha referido de forma despectiva al movimiento #MeToo o cuando se ha mostrado cercana a la ideología de Marie Le Pen. La serie ha sido escrita por el actor Christopher Thompson (1966, Nueva York), también director de películas como En su punto (2021), y su madre Danièle Thompson (1942, Mónaco), reconocida guionista que ha estado nominada al César por películas como La reina Margot (Patrick Chéreau, 1994) o La bûche, Cena de Navidad (Danièle Thompson, 1999) y al Oscar por el guión de Primo, prima (Jean Charles Tacchella, 1975). Hay una escritura sólida que trata de abordar los momentos más relevantes de la etapa inicial de Bardot como actriz, pero que se siente demasiado fría en su desarrollo, a pesar de enfocarse en sus relaciones amorosas. 

En cierto momento, Bardot (SundanceTV, 2023) deja claro desde muy pronto que quiere traspasar la idea del mito para acercarse a la mujer, pero es cierto que el episodio Une enfant sage (T1E1) resulta demasiado acelerado, como si se quisiera llegar lo antes posible al momento de mayor resonancia de Brigitte Bardot (Julia de Núñez) como sex symbol, a partir del segundo episodio titulado significativamente B.B. (T1E2). Éste se centra en el rodaje en Saint Tropez de la película Y Dios creó a la mujer, mostrando la relación abierta que mantuvo con su marido Roger Vadim, interpretado por Victor Belmondo, hijo del actor Jean-Paul Belmondo, y el comienzo de su relación sentimental con Jean Louis Trintignant, al que da vida Noham Edje, quien también es co-protagonista de la reciente serie Ourika (Prime Video, 2024). Uno de los aspectos en los que abunda esta historia, es la manera en que una joven se enfrenta a la repercusión que tiene como estrella de cine, lo que por otro lado aporta una visión algo más introspectiva del personaje, que no siempre juega a favor del retrato de un icono del cine. Alrededor de la figura de Brigitte Bardot se desarrollaron las primeras incursiones de la prensa rosa, incluso estableciendo secciones en los periódicos generalistas que proporcionaban un aumento en las ventas de ejemplares. Sus diferentes relaciones acabaron siendo el germen de la obsesión por perseguir a los personajes famosos y convertirlos en objeto de especulaciones, pero en la serie se describe a la protagonista como una mujer sumida en la soledad que intenta encontrar el amor, una visión que acaba resultando demasiado tópica. 

La Madrague (T1E3) era una mansión situada en Saint-Tropez a la que Brigitte Bardot dedicó una canción en 1968, que se convirtió en un refugio pero se convirtió en una especie de prisión de la que no podía salir a causa de los fotógrafos de prensa. "Estoy bien aquí. Puedo estar en paz. Me siento libre", confiesa Brigitte Bardot en una de las escenas del episodio. Pero la serie refuerza este carácter semi-trágico con algunas elecciones que la hacen demasiado exagerada, como cuando no puede salir de una tienda de ropa porque está rodeada de personas que quieren hacerle fotos, y tiene que ser escoltada por la policía mientras suena el melancólico "Adagio para cuerdas" (1936) de Samuel Barber. Por otro lado, hay que decir que la serie cuenta con una espléndida banda sonora del compositor Arthur Simonini, que ya destacamos en nuestro blog. Son algunas decisiones formales como ésta las que acaban lastrando el tono de la historia, reforzado en episodios totalmente dramáticos como Bébé (T1E5), en el que un embarazo se convierte en una pesadilla. Aunque hay cierto parecido físico apoyado por el maquillaje y peluquería, el esfuerzo de la actriz Julia de Núñez, hija de un periodista argentino, en su encarnación de Brigitte Bardot carece de ese poder de seducción que siempre ha transmitido como sex symbol. Posiblemente debido en parte a un trabajo de dirección que resulta demasiado académico y traslada poca pasión. Bardot consigue un mejor retrato de la época y los cambios que se produjeron en los medios de comunicación respecto a las estrellas de cine que en la propia representación de su protagonista.

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Películas mencionadas: 

El último valle y Rebelión en las aulas se pueden ver en Filmin y Prime Video.
Vidas pasadas se puede ver en Filmin y Movistar+.
Antes de amanecer y Papillon se pueden ver en HBO Max.
Magaluf Ghost Town, Casino Royale, Shorta. El peso de la ley, La verdad, El desprecio y La reina Margot se pueden ver en Filmin.
Pride (Orgullo) se puede ver en Filmin, Movistar+ y Pluto TV. 
El nombre de la rosa se puede ver en Acontra+, Filmin, Movistar+, Netflix y Prime Video. 
Amor en Rye Lane se puede ver en Disney+.
Love actually se puede ver en Movistar+ y Netflix. 
El topo se puede ver en Filmin, Movistar+ y Tivify.
Y Dios creó a la mujer se puede ver en Filmin, Plex y Pluto TV.


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