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08 julio, 2024

Las series más destacadas de 2024: Junio-Julio

Entre el 14 y el 18 de junio se celebró la 63ª edición del Festival Internacional de Televisión de Monte-Carlo, que acoge el Principado de Mónaco para reunir a una importante representación de grandes estudios, cadenas de televisión, plataformas digitales y talentos. El festival, que ha perdido algo de la repercusión que tenía antes con la incorporación de otros festivales como Séries Mania o Canneseries, presenta estrenos mundiales, homenajes, paneles y sesiones de firmas. Las Ninfas de Oro son los galardones que se entregan en las secciones competitivas, recayendo en esta ocasión en la producción británica The gathering (Channel 4, 2024), que recibió la Golden Nymph a Mejor Serie, Mejor Actriz (Eva Morgan) y Mejor Actor (Warren Brown). Se trata de un drama juvenil que se inicia como una interesante propuesta que construye personajes ambiguos marcados por la necesidad de protección de las personas cercanas. Pero se va haciendo cada vez menos interesante conforme el guión va marcando el checklist de temas sociales (inmigración, homosexualidad oculta, diferencias de clases, sexismo...), hasta terminar utilizando dispositivos narrativos de thriller básico para construir un decepcionante desenlace que resuelve con ligereza lo que parecía el suceso principal que impulsaba la historia. Por su parte Madam (ThreeNow, 2024), que acaba de estrenarse en Nueva Zelanda, consiguió la Golden Nymph a la Mejor Creación. Basada en la novela autobiográfica de Antonia Murphy Madame Mom (2024), se trata de una dramedia protagonizada por Rachel Griffiths, a la que recordamos de A dos metros bajo tierra (Max, 2001-2055) y más recientemente del drama político australiano Total control (Filmin, 2019-2024), quien interpreta a una mujer que descubre que su marido utiliza los servicios de trabajadoras sexuales. Impulsada por la curiosidad, investiga sobre esta profesión para darse cuenta de que, a pesar de que está despenalizada desde 2018 en Nueva Zelanda, considerada un ejercicio laboral más, el ambiente sigue siendo sórdido y explotador, lo que la lleva a afrontar las deudas de su familia iniciando el negocio de un "burdel ético".  

La producción israelí Night therapy (Yes, 2024), sobre un psicólogo árabe-israelí que afronta junto a sus dos hijos el suicidio de su esposa judío-israelí, consiguió el Premio Especial del Jurado para la actriz Shira Haas, a la que conocemos de series como Shtisel (Netflix, 2013-2021) y Unorthodox (Netflix, 2020). El premio del Público recayó en la producción alemana Helgoland 513 (SkyShowtime, 2024), sobre una comunidad de supervivientes de un apocalipsis que se refugian en la única isla costera de Alemania. Y la miniserie española La ley del mar (RTVE Play/À Punt, 2023) logró el Premio Cruz Roja. 

Los siguientes comentarios se basan exclusivamente en el visionado de las temporadas completas de las series comentadas y pueden contener información relevante sobre sus argumentos.

Tío Samsik
 
★★★☆
Disney+, 15 de mayo-19 de junio
Corea del Sur, 2024 - 16x45'
Creada por Yeon-Shick Shin
Dirigida por Yeon-Shick Shin
Blue Dragon Awards '24: Nominada Actor principal, Actriz de reparto, Actor de reparto

A lo largo de sus dieciséis episodios, esta producción coreana que se ha emitido a nivel internacional al mismo tiempo que en su país, ha elaborado una compleja trama de corrupción política y turbias relaciones personales que contiene uno de los mejores episodios del año: el intensamente dramático Kang Seong-min (T1E14), en el que se manifiesta de forma clara la conexión con hechos reales ocurridos en el país, especialmente la Revolución de abril de 1960 que fue protagonizada por grupos de trabajadores y estudiantes en contra del fraude electoral. En la realidad, este levantamiento popular provocó la dimisión del presidente Rhee Syngman y una inestabilidad política que acabó un año después, con un golpe de estado que encabezó el general Park Chung-hee en 1961 y que llevó a la nación a la Tercera República. En la ficción, se planea organizar un levantamiento militar contra el gobierno, que a su vez es traicionado por un sector del ejército, una especie de golpe de estado dentro de un golpe de estado. Lo que acaba elaborando un desenlace sólido, dramático y muy adecuado para los personajes protagonistas, pero sobre todo refleja una época enturbiada por las continuas intromisiones del ejército en la política y por una corrupción profunda que deja a los papeles de Bárcenas en una simple travesura. Desde ataques violentos entre seguidores de partidos políticos enfrentados hasta el robo de urnas electorales, pasando por muchos sobornos y varios asesinatos, el entorno que describe Tío Samsik (Disney+, 2024) es realmente aterrador. Se propone así un thriller político que muestra un panorama salvaje lleno de traiciones en el que sin embargo se mueve con especial soltura Park Doo-chill (Song Kang-ho), al que muchos conocen como Tío Samsik, una especie de arreglador que mueve los hilos en los entornos políticos para sacar partido económico. Una figura parecida era retratada en la película Kingmaker (Byun Sung-hyun, 2022), que también se desarrolla en la década de los sesenta. Cuando asiste a una conferencia del joven economista Kim San (Byun Yo-han), un idealista que sueña con implantar un plan que cambie el futuro del país, le ayuda a ascender en los círculos políticos, considerándolo un aliado a través del cual también puede lograr beneficios personales. Pero una de las primeras peticiones de Tío Samsik es que renuncie a su compromiso con la periodista Joo Yeo Jin (Jin Ki Joo), que es hija del líder de la Asamblea Nacional Joo In-tae (Oh Kwang-rok), un personaje inspirado en un político real.  

Retratando una época posterior a la Guerra de Corea en la que el país se enfrentó a una situación de hambruna que provocó numerosos enfrentamientos y una lucha encarnizada por el poder, la serie comienza con ritmo lento, pero se va afianzando a lo largo del desarrollo de la historia, y conforme tienen más protagonismo personajes como el político Kang Seong-min (Lee Kyu-hyung) y la empresaria Rachel Jeong (Tiffany Young), que en cierto modo representa las interferencias internacionales en la política coreana. En este sentido, Tío Samsik es una propuesta más madura y compleja que muchas de las producciones de plataformas globales en Corea del Sur, más centradas en comedias, dramas juveniles o survivals al estilo de El juego del calamar (Netflix, 2021-). Con una puesta en escena notable, que a veces utiliza imágenes de archivo para establecer las conexiones con la realidad, la serie ha sido creada y dirigida por Yeon-Shick Shin (1976, Corea del Sur), que ha dirigido otras propuestas de género político como Dongju: The Portrait of a Poet (2016), que se desarrollaba durante la ocupación japonesa en los años cuarenta. También supone la primera serie protagonizada por el popular Song Kang-ho, ganador del premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes por Broker (Hirokazu Koreeda, 2022) y protagonista de películas de Bong Joon Ho como Memories of murder (2003) y Parásito (2019) y de Park Chan-wook como Thirst (2009). Mientras que a su compañero de reparto, Byun Yo-han, le hemos podido ver recientemente en la película épica La batalla del dragón (Kim Han-min, 2022). 

La serie utiliza el recurso de contar la historia a través de un flashback, situando el presente durante un interrogatorio al que son sometidos tanto Kim San como Tío Samsik por parte del ejército. Esto revela desde el principio que sus planes de llegar al poder se han visto frustrados y que el camino no parece haber sido muy democrático. Quizás puede ser un recurso que complica la narración a través de diferentes líneas de tiempo, pero envuelve a los personajes de una tonalidad de antihéroes trágicos que conecta con la realidad de un país que, después de haber sido sometido de manera brutal por Japón, acabó envuelto en fraudes electorales, golpes de estado y gobiernos militares de corte dictatorial hasta que alcanzó la democracia en 1987. En la historia se introducen algunos personajes reales como el presidente Rhee Syngman, que fue el que dimitió empujado por las revueltas estudiantiles. Pero sobre todo construye una relación entre los dos protagonistas que madura de forma notable a lo largo de la historia y consigue desarrollar a los personajes en todas sus complejidades, que Tío Samsik describe utilizando símiles culinarios. Destaca también la banda sonora de la compositora Lee Eun Joo que utiliza referentes clásicos como la Sinfonía Sherezhade (1888) de Nikolái Rimski-Kórsakov, para el tema principal o la Chanson triste, Op. 40 (1898) de Pyotr Shostakovich para una secuencia especialmente emocionante en el último episodio. Tío Samsik es la producción más cara de Disney+ en Corea del Sur, pero también uno de los mejores thrillers políticos estrenados este año. En los Blue Dragon Series Awards, versión para televisión de los conocidos premios asiáticos, que alcanzan su tercera edición y se entregan el 19 de julio, el drama de superhéroes Moving (Disney+, 2023) ha logrado siete nominaciones, mientras que Tío Samsik ha conseguido tres candidaturas: Mejor Actor principal (Song Kang-ho), Mejor actor de reparto (Lee Kyu-hyung) y Mejor Actriz de reparto (Tiffany Young). 

Entrevista con el vampiro. Parte II
 
★★
AMC+, 16 de mayo-4 de julio
Estados Unidos, 2024 - 8x55'
Creada por Rolin Jones
Dirigida por Craig Zisk, Levan Akin, Emma Freeman

La primera temporada de las adaptaciones de las crónicas vampíricas escritas por Anne Rice (1941-2021, Estados Unidos) ofreció algunos de los mejores momentos que ha dado la televisión en los últimos años, gracias a una capacidad sorprendente para ser lo suficientemente fiel a la historia original pero al mismo tiempo introducir elementos nuevos que alimentan la versión en formato de serie. Confirmada ya para una tercera temporada, Entrevista con el vampiro (AMC+, 2022-) sabe jugar también con las referencias cinematográficas y literarias desarrollando un guión inteligente que profundiza en los personajes y en el vampirismo como una forma de asumir una identidad propia y liberar la personalidad auténtica, especialmente en una primera temporada que se trasladaba a Nueva Orleans proponiendo un acercamiento a la indefinición del origen criollo de Louis de Pointe du Lac (Jacob Anderson). La segunda parte, como la denominan en la serie, comienza con lo que puede ser un hándicap, que es la ausencia de Lestat de Lioncourt (Sam Reid), el personaje que impulsaba con fuerza la primera entrega y establecía el conflicto principal, envuelto en la apasionadamente romántica relación con Louis. Los responsables de la producción, conscientes del magnetismo del personaje, al que Anne Rice dedicó varios libros como protagonista absoluto, lo introducen como reflejo de la mente atormentada de Louis y también en algunos flashbacks de sus encuentros previos. Pero si alguien pensaba que Lestat iba a desaparecer en algún momento, nada más lejos de la realidad, protagonizando en el episodio Y éste es el fin. No hay nada más (T2E8), una de las escenas más sobrecogedoras de toda la serie, en medio de la devastación que provoca un huracán. Sin embargo, los protagonistas principales de la historia contada son Louis y Claudia, ahora interpretada por Delainey Hayles, sustituyendo a la actriz Bailey Bass, que abandonó la serie por problemas de agenda con su participación en la saga de Avatar: El sentido del agua (James Cameron, 2022). En este sentido, el personaje de Claudia parece haber sufrido una reescritura que la humaniza en una segunda parte en la que se enfrenta a su propia independencia, incorporándose al Théâtre des Vampires en el espléndido Te quiero más que a nada en el mundo (T1E4) y conociendo a Madeleine (Roxane Duran) en un París ocupado por los nazis. 

La textura de la Francia de los años cuarenta (aunque el rodaje fue en Praga) permite a los realizadores crear una atmósfera de cine negro, desarrollando al mismo tiempo una imaginativa puesta en escena en las representaciones lideradas por Santiago (un inquietante Ben Daniels), que sirven como encubrimiento de los ataques a sus víctimas. El aquelarre que forma este grupo de vampiros se convierte en uno de los elementos esenciales en el desarrollo de una historia en la que Louis sigue luchando contra las contradicciones que le provocó el sacrificio de Lestat, mientras su relación con Armand (Assad Zaman) sustituye a la que mantuvo con aquél. Aunque quizás tiene un comienzo algo desequilibrado, Entrevista con el vampiro perfecciona su historia conforme avanza y surgen las revelaciones. Especialmente en torno a la entrevista que mantiene el periodista Daniel Molloy (Eric Bogosian) con Louis y Armand en la actualidad, en Dubai, dentro de ese apartamento que en la primera temporada Louis definió como su ataúd, un lugar del que no puede salir por una razón que se descubrirá en el epílogo del último episodio. Esta relación en la que a veces los vampiros se introducen en la mente del periodista tiene un apéndice en No tengas miedo, pon en marcha la cinta (T2E5), que se desarrolla en los años setenta y en el que descubrimos el primer encuentro de Molloy con Louis. Los permanentes comentarios del periodista a lo largo de su entrevista, refuerzan la idea de la historia contada por perspectivas poco confiables, incluso manipuladoras, que muestran la versión personal del entrevistado o la versión que más le conviene. Lo que acabará desplegando el giro de guión más sorprendente de la serie en el último episodio. Hay que tener en cuenta que parte de las novelas que forman las crónicas vampíricas de Anne Rice están narradas por sus protagonistas. 

De manera que la segunda parte introduce elementos que conforman una historia más compleja, con diálogos que profundizan en los personajes, tan bien escritos y tan poderosamente interpretados que no necesitan elementos adicionales, aunque eso provoque cierta decepción en quienes puedan esperar una historia de vampiros más convencional. Aunque no falta sangre derramada de los cuellos mordidos, Entrevista con el vampiro está más enfocada en los personajes y en cómo la eternidad se convierte para ellos en un destino tenebroso. En una serie que consigue elaborar una puesta en escena fascinante, deudora del expresionismo en algunos momentos, sobre todo en relación con el Théâtre des Vampires, cuidadosamente diseñada y elaborada, muy por encima de la mediocre adaptación de Las brujas de Mayfair (AMC+, 2023-), hay algunos aspectos que destacan especialmente. Empezando por un trabajo extraordinario del compositor Daniel Hart, absolutamente romántico, que en esta ocasión incluye elementos de jazz, pero sobre todo despliega una sensibilidad notable. Mientras que el trío de directores consigue mantener el nivel de la primera temporada, especialmente en los episodios que dirige Levan Akin (1979, Suecia), director de la espléndida Solo nos queda bailar (2019) y la muy emotiva Crossing (2024), ganadora de una Mención Especial en el pasado Festival de Berlín. Su intervención en la primera temporada, dirigiendo dos episodios, provino de su propio deseo de participar en la serie, y el resultado fue tan satisfactorio que en esta segunda parte se encarga de cuatro capítulos, algunos extraordinarios como el episodio final. El anuncio de una tercera temporada mantiene la esperanza de que Entrevista con el vampiro siga desarrollando una historia de personalidades atrapadas en un laberinto de emociones, que va más allá del romanticismo "queer" con el que se definen las novelas de Anne Rice. Pocos aciertos pueden superar a una serie que profundiza en sus personajes y confía en sus actores. 

Presunto inocente
 
★★★☆
Apple tv+, 12 de junio-24 de julio
Estados Unidos, 2024 - 8x50'
Creada por David E. Kelley
Dirigida por Greg Yaitanes, Anne Sewitsky

Cuando Harrison Ford protagonizó la película Presunto inocente (Alan J. Pakula, 1990), trataba de mantener una carrera con papeles serios al margen de sus personajes más comerciales de Indiana Jones y Han Solo, logrando algunos éxitos notables en el género thriller como Único testigo (Peter Weir, 1985) y Frenético (Roman Polanski, 1988) e incluso más tarde repitiendo fórmula de falso culpable con la popular El fugitivo (Andrew Davies, 1993). Pero la elección de Jake Gyllenhaal para el papel principal de esta nueva adaptación de la novela Presunto inocente (1987, Ed. Debolsillo), el debut como escritor de Scott Turow (1949, Chicago), es adecuada porque le da mayor ambigüedad al personaje. Mientras que en la película la acusación contra el fiscal Rusty Sabich (Jake Gyllenhaal) por el asesinato de su compañera de trabajo Carolyn Polhemus (Renate Reinsve) se produce en el segundo acto, la serie introduce este elemento catalizador desde el segundo episodio, de manera que parece claro que la intención del creador David E. Kelley (1956, Maine) es la de explorar otros temas a lo largo de los ocho episodios, aunque en general Presunto inocente (Apple tv+, 2024) es claramente un drama judicial. Tanto, que Apple tv+ está promocionando en sus redes sociales Defending Jacob (Apple tv+, 2020), una sus primeras producciones, casi como si fuera una nueva serie, quizás para recoger algo de la atracción que pueda crear esta última. Y funciona muy bien como tal, en línea con la experiencia del veterano guionista en este subgénero, aunque algunas incursiones recientes como Todo un hombre (Netflix, 2024) sean mucho menos logradas. Cuando Rusty Sabich se enfrenta él mismo a todos los procesos de acusación a los que ha sometido a muchos de sus acusados, se establece una narrativa de suspense que se mantiene en pie gracias a los constantes cliffhangers con los que termina cada episodio, aunque algunos sean algo forzados. Pero un actor que ha interpretado a personajes antagonistas ofrece una perspectiva diferente que le hace menos confiable. Hay algunos cambios importantes respecto a la película, que era mucho más fiel a la novela, pero se entienden también porque existía un cierto tono machista en ambas, con personajes femeninos poco desarrollados. La adaptación firmada por Alan J. Pakula, que estaba producida por Sidney Pollack y contaba con una curiosa banda sonora de John Williams, introducía esos elementos característicos del cine de los años noventa como en Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987), Instinto básico (Paul Verhoeven, 1992) o La mano que mece la cuna (Curtis Hanson, 1992), en las que se retrataba a mujeres empoderadas, pero cuya fortaleza tenía como principal consecuencia la maldad y la violencia, como ejecutoras o como víctimas, como en el retrato de Carolyn Polhemus, retratada como un personaje manipulador que utilizaba les relaciones sexuales para progresar en su carrera. Por el contrario, la serie trata de entender mejor a Carolyn Polhemus, con una acertada decisión de casting al incorporar a la actriz noruega Renate Rainsve, protagonista de La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021), y sobre todo a Barbara Sabich (Ruth Negga), la esposa que se enfrenta a la infidelidad de su marido y las acusacioens contra él, a la que se le aporta una mayor profundidad y más tiempo en pantalla.

Otro de los cambios interesantes respecto a la novela es el de convertir al hijo pequeño de los Sabich en dos hijos adolescentes para la serie, Kyle (Kingston Rumi Southwick) y Jaden (Chase Infiniti), de manera que amplía la mirada hacia las consecuencias de la crisis matrimonial, estableciendo diferentes niveles de confiabilidad, aunque a veces se utilizan como dispositivos narrativos para desviar la atención del espectador. Pero quizás la aportación más interesante es la del retrato del fiscal Tommy Molto (Peter Sarsgaard), que adquiere mayor importancia y desarrolla una persecución casi obsesiva hacia Rusty Sabich, quien acaba dándose cuenta de que ha subestimado demasiado al fiscal como un rival con suficientes recursos como para construir la acusación contra él. Al margen de la curiosa circunstancia de que Peter Sarsgaard es cuñado de Jake Gyllenhaal porque está casado con su hermana Maggie Gyllenhaal, lo cierto es que el personaje adquiere más relevancia en esta versión, y su enfrentamiento personal es lo más disfrutable de la serie, gracias a un excelente trabajo del actor, que también juega con la ambigüedad. Hay otras significativas relaciones familiares en la serie, como el hecho de que Bill Camp y Elizabeth Marvel interpretan a un matrimonio cuando ellos mismos están casados en la vida real. La construcción del drama familiar funciona y las numerosas escenas durante el juicio aportan tensión y dinamismo, bien dirigidas por Greg Yaitanes, un veterano realizador que ha estado presente en buena parte de las series más populares de las últimas décadas, desde Perdidos (Disney+, 2004-2010) hasta La casa del dragón (Max, 2023-), quien se encarga de la mayor parte de los episodios. Uno de los aspectos sorprendentemente negativos es la manera en que la ciudad de Chicago está poco presente en la historia, quizás porque la serie no se rodó en Chicago, sino en California, lo que requiere de una tonalidad fría y grisácea que parece demasiado artificial.

El antiguo jefe de Rusty, Raymond Horgan (Bill Camp) se convierte en su abogado en la serie, aglutinando a dos personajes separados en la historia original, que en la película estaban interpretados por los grandes actores Raúl Julia y Brian Dennehy, pero esto permite algunas conversaciones con su esposa Lorraine (Elizabeth Marvel) que matizan su posicionamiento y su fidelidad ciega a Rusty. Aunque también es cierto que algunos recursos suenan tramposos, como el cliffhanger del final del episodio Los elementos (T1E6), que parece un resorte forzado para lo que sucederá en Testigo (T1E7). Presunto inocente es una singular colaboración entre David E. Kelley y J.J. Abrams, cuya productora Bad Robots ha visto cancelados tres grandes proyectos en los últimos años tras alcanzar un acuerdo exclusivo con Warner Bros. para desarrollar películas y series, que no acabó dando ningún resultado destacable. En el terreno literario, aunque solo se puede considerar como una secuela directa la novela Inocente (2010, Ed. Mondadori), que también está protagonizada por Rusty Sabich, lo cierto es que buena parte de los libros escritos por Scott Turow, posteriores a Presunto inocente, se desarrollan dentro del sistema judicial de Chicago e incorporan personajes de la primera historia. De manera que la segunda temporada ya confirmada se centrará en un nuevo caso. 

Churails
 
★★★☆
AGalega / 3Cat, 21 de junio
Paquistán, 2020 - 10x55'
Creada por Asim Abbasi
Dirigida por Asim Abbasi
Solo versión doblada al catalán y con subtítulos en catalán
Solo en versión doblada al gallego

Como hemos comentado en anteriores ocasiones, las plataformas autonómicas recuperan series inéditas que solemos recomendar por el interés que tienen. Estrenada el pasado mes de mayo en episodios semanales en AGalega, la plataforma de Televisión de Galicia, y en junio completa en 3Cat, la plataforma de streaming de TV3, esta producción de Pakistán conoció una notable repercusión internacional en 2020, sobre todo después de que el órgano regulador de los medios audiovisuales prohibiera la emisión de la serie en el país, a raíz de una escena que se viralizó en las redes sociales en la que el personaje de Sherry (Hina Khawaja Hayat) habla de los favores sexuales que tuvo que ofrecer a hombres para poder ascender en la escala social de Pakistán. La serie fue creada por el guionista británico-paquistaní Asim Abbasi, quien ya ha había conseguido un importante éxito con su largometraje Cake (2018), que le permitió acceder a la plataforma de streaming de la India Zee5, quienes le dieron vía libre para producir cualquier proyecto en el que estuviera trabajando. Aunque la idea original de Churails (AGalega/3Cat, 2020) nació para ser un largometraje, el creador afirma que tenía tantos temas que abordar que terminó siendo una serie de diez episodios de una hora de duración cada uno. El estreno de esta serie en España se produce poco antes de que se estrene finalmente en Pakistán el 19 de julio su nueva serie, Barzakh (Zee5, 2023), un drama familiar espléndido con una textura poética sobresaliente que fue una de las series que más nos gustó de la edición de Séries Mania '23.  Barzakh es un cuento romántico y poético que conecta con la tradición de los relatos mitológicos sobre la vida y la muerte, rodado en los hermosos paisajes del valle de Hunza, y comparte algunos temas con esta historia, desarrollando con habilidad los personajes femeninos y abordando cuestiones como la homosexualidad. Desgraciadamente, ni AGalega ni 3Cat ofrecen la oportunidad de ver Churails en su versión original, hablada en urdu con muchas referencias al inglés. Una de las peculiaridades de la serie es que introduce un personaje transexual, algo muy inusual en la producción audiovisual de Pakistán, aunque su función es meramente secundaria y no se desarrolla demasiado su historia personal. Posteriormente, el año pasado la película Joyland (Saim Sadiq, 2022), que se centraba en la relación romántica entre un hombre casado y una bailarina transexual, fue seleccionada por Pakistán como su representación para los Oscar, mostrando una mayor apertura.

Lo más interesante de la serie es el protagonismo femenino a través de cuatro mujeres de diferentes estratos sociales, que deciden crear una especie de agencia de detectives para ayudar a otras mujeres a descubrir las continuas infidelidades de sus maridos. Se podría decir que para Sara Khan (Sarwat Gillani) y Jugnu Chaudhary (Yasra Rizvi), que disfrutan de los privilegios de la alta sociedad, es más fácil ser feministas que para muchas otras mujeres en Pakistán. Pero Churails no tiene una mirada únicamente elitista sino que introduce a otros dos personajes principales, Batool (Nimra Bucha), que acaba de salir de la cárcel tras cumplir una condena por matar a su marido directamente a planchazos y Zubaida (Mehar Bano), de clase media baja, que en el episodio Unidad (T1E2) es obligada por sus padres a contraer un matrimonio de conveniencia. En cierta manera, son Batool y Zubaida las que muestran a Sara y Jugnu que las problemáticas femeninas en Pakistán van más allá de si sus maridos se acuestan con otras, abriendo un abanico de temas relacionados con los abusos, los casamientos forzados, la prostitución, la transfobia o las diferencias sociales. Por eso la serie comienza siendo una comedia sobre la venganza de un grupo de mujeres contra la infidelidad, como afirma Jugnu: "Las mujeres oprimidas son como los diamantes, para siempre". Pero conforme se desarrolla va derivando hacia un drama en tono de thriller que introduce a algunas protagonistas en un círculo de trata de mujeres y extrema violencia, en muchos casos con cierta complicidad por parte de las propias mujeres. En el episodio Servidumbre (T1E3), Zubaida dice que: "Toda mi vida he sufrido la violencia de mi padre y el silencio de mi madre". 

Aunque Churails generalmente ofrece una representación masculina envuelta en abusos y machismo, es interesante cómo tampoco adopta una posición maniqueísta, incorporando a hombres como Shams (Kashif Hussain) o Jameel (Omair Rana) que muestran solidaridad y ayudan en la agencia, mostrando de qué manera la sociedad paquistaní debe afrontar las problemáticas sociales desfavorables hacia las mujeres, necesariamente con la participación de los hombres. El título de la serie es la palabra que significa "brujas" en urdu, el idioma mayoritario en Pakistán-India, asumiendo las propias protagonistas el calificativo que reciben las mujeres que tienen la valentía de rebelarse contra la sociedad patriarcal. Poco a poco, las tramas principales se centran en la búsqueda de Batool de su hija, que fue testigo del momento en el que ella mató a su marido, y aparentemente fue adoptada por otra familia, y en la desaparición de Sheila (Mareeha Safdar), una antigua componente de la agencia que fue expulsada, y que ahora parece haber sido introducida a la fuerza en una organización secreta. Casi podríamos decir que la serie se oscurece a partir de la mitad de la temporada, especialmente cuando la reacción de una mujer que ha descubierto que su marido la engaña con otro hombres es extremadamente violenta. En este sentido, Churails puede llegar a proponer desenlaces muy radicales y desplegar un sentido del humor muy negro, pero es también lo que la hace arriesgada y provocativa. Escrita en solitario y dirigida por Assim Abbasi, la serie tiene un estilo dinámico e imaginativo que la hace muy atractiva visualmente y está acompañada por una sorprendente banda sonora de canciones de artistas de música electrónica y hip-hop de Pakistán y la India.   

Cris Miró (Ella)
 
★★★☆
Max, 24 de junio-19 de agosto
Argentina, 2024 - 8x28'
Creada por Martín Vatenberg
Dirigida por Javier van de Couter, Martín Vatenberg

El hecho de que Cris Miró (1965-1999, Argentina) sea considerada un icono en su país como la primera vedette transexual que desafió a la sociedad argentina en los años noventa, pero se trate de un personaje más desconocido en España puede provocar cierto desinterés por esta serie que sin embargo representa con gran eficacia los obstáculos de la identidad de género en una época en la que no se hablaba de ello. La transgresión que protagonizó la artista se convirtió en un avance importante para la  visibilidad pública de la transexualidad, pero siempre rodeada de una hipocresía que estereotipaba a las personas. En algunos episodios de la serie vemos a Cris Miró (Mina Serrano) protagonizando obras de teatro en las que exageraba su sensualidad y mostraba su cuerpo como si fuera un objeto de curiosidad para los espectadores, mientras en los medios de comunicación se la presionaba para someterse a una operación de pechos para adoptar una imagen más "femenina". En este sentido, Cris Miró (Ella) (Max, 2024) es una visión muy dura de la representación de la transexualidad en Argentina, pero está rodeada del glamour de la revista musical y de la personalidad arrolladora, pero también absolutamente frágil, de la protagonista. Creada por Martín Vatenberg, quien ha contado su admiración por la vedette desde que era niño, la serie está basada en el libro Hembra. Vivir y morir en un país de machos (2016), escrito por Carlos Sanzol después de haber realizado una investigación periodística para un reportaje publicado en La Nación. Y ha sido producida por TNT y Flow, una plataforma argentina que está realizando series de presupuesto medio pero muy interesantes como Familia de diván (Flow, 2023). A pesar de ser un biopic, la historia no hace un recorrido por la vida de Cris Miró, sino que se sitúa en la primera actuación de la artista en el Teatro Maipo de Buenos Aires en 1995, que la convirtió en una estrella de los escenarios, aunque su fama duró solo cuatro años, hasta su muerte en 1999 por complicaciones derivadas del VIH. 

Aunque Cris Miró no fue la primera artista transexual que actuó como vedette en los escenarios argentinos, sí fue la que consiguió una repercusión mediática mayor, en parte gracias a las gestiones de su representante Marito del Monte (Marcos Montes), quien por otro lado la sometió a un control absoluto de su vida privada, como la necesidad de ocultar su relación con Federico (Vico D'Alessandro). Sin abandonar el camino convencional de los biopics, lo más interesante de la serie es la perspectiva que adopta desde la mirada personal de Cris Miró y cómo quiere ser percibida por su entorno, incluso aunque tenga que sacrificar determinados aspectos personales. La relación con su familia está representada desde dos reflejos contrapuestos: el apoyo de su padre Sergio Vargas (César Bordón) y la incomprensión de su madre Nilda (Katja Alemann), que protagoniza uno de los episodios más emocionantes, Mechuda (T1E4). Hay en general un buen nivel de interpretación, pero destaca especialmente el trabajo de la actriz española Mina Serrano (Granada, 1998), quien reside desde hace años en París y consigue adoptar un acento argentino nada forzado tras un proceso de ensayos de varios meses. Ella no solamente tiene un increíble parecido físico con Cris Miró, destacando la relevancia que la artista dedicaba a su largo cabello, sino que profundiza en el personaje para mostrar sus vulnerabilidades, especialmente a través de la mirada, en los numerosos primeros planos que le dedica el también director Martín Vatenberg. El parecido es tan claro que la serie no desaprovecha la ocasión para introducir imágenes de archivo en algunos episodios dentro de la propia narrativa de ficción, mostrando entrevistas reales como la que tuvo con la popular actriz y presentadora de televisión Mirtha Legrand, cuyas preguntas definen claramente la percepción prejuiciada sobre la identidad sexual en la época. Es una decisión inteligente porque muestra la realidad tal como era, sin artificios. 

Pero quizás hay demasiada obsesión en este tipo de biopics por tratar de reproducir con la mayor fidelidad posible las apariciones públicas de los personajes, una especie de efecto contagiado por otras series de mayor presupuesto que pueden permitirse el lujo de imitar hasta el mínimo detalle el vestuario o los escenarios, pero que en producciones más modestas acaba encorsetando demasiado el relato. En este sentido, Cris Miró (Ella) adquiere más relevancia cuando no está tan pendiente de la reproducción de la realidad y construye intimidades que profundizan en los personajes. En un "país de machos" como señala el título del libro, Cris Miró fue una transgresora que marcó su propio camino, aunque no tuviera el control absoluto sobre su narrativa, cuestionada siempre sobre su forma de vivir ("cuantas chicas quisieran ser como este chico", le dicen) y su rápida incorporación al establishment, como se refleja en uno de sus conflictos profesionales con la vedette Griselda Damas (Adabel Guerrero), quien lanza una amenaza en el episodio Vedette (T1E2): "No pienso competir con un travesti". Hay aciertos de guión cuando Cris mira una fotografía que muestra su lado femenino (su sueño, su esperanza de futuro, su auténtica personalidad), pero al doblarla también su lado masculino (su realidad, el futuro que hubiera querido su madre, la identidad impuesta). El relato escrito por Martín Vatenberg y Lucas Bianchini también se esfuerza en reproducir de qué manera eran tratadas las personas transexuales por parte de la policía, cuando ayuda a una joven acosada por dos agentes en ¿Quién es Cris Miró? (T1E3). De hecho, existían edictos policiales que permitían detener arbitrariamente en la calle a personas que estuvieran vestidas con ropas del otro sexo, aunque finalmente fueron derogados en el año 1998, como se muestra en el episodio Noche de chicas (T1E7). La serie tiene el formato adecuado para reflejar esa etapa concreta de la vida de la protagonista, con episodios de 30 minutos incomprensiblemente estrenados en Max a episodio semanal. Aunque se echa en falta más tiempo dedicado a la relación entre madre e hija, sobre todo porque Katja Alemann, a quien podemos ver en la película El placer es mío (Sacha Amaral, 2024), ofrece una interpretación llena de matices. Entre biopics poco inspirados, Cris Miró (Ella) consigue ser un biopic absolutamente inspirador. 

Oxen
 
★★☆☆
AMC, 1 de julio
Dinamarca, 2024 - 6x43'
Creada por Peter Thorsboe, Mai Bostrøm
Dirigida por Jannik Johansen
Robert Awards '24: Nominada Actor (Jacob Lohmann), Actriz de reparto (Josephine Park)
Berlinale Series '24: Market Selects 

La nueva adaptación de una colección literaria de éxito internacional tiene todos los defectos y virtudes de este tipo de proyectos que se construyen desde un planteamiento de producción. El escritor Jens Henrik Jensen (1963, Dinamarca) se ha hecho popular principalmente por sus libros protagonizados por el soldado de élite Niels Oxen, un total de seis novelas (la última se publicó en 2023) de las que en España se ha traducido la mitad: La primera víctima (2012, Ed. Duodomo Ediciones), El hombre oscuro (2014, Ed. Duodomo Ediciones) y La llama congelada (2016, Ed. Duodomo Ediciones). Las dos iniciales son precisamente las que sirven como base para la primera temporada de Oxen (AMC, 2023-), cuyo desarrollo fue encargado a los guionistas Peter Thorsboe (1946, Dinamarca) y Mai Bostrøm (1958, Dinamarca), una veterana pareja de escritores que han sido responsables de algunas de las series policíacas más populares de su país, tales como Unit One (DR, 2000-2004), uno de los primeros trabajos destacados del actor Mads Mikkelsen, o The eagle (DR, 2004-2006), ambas ganadoras del Emmy Internacional. En su currículum se suman en total más de doscientas horas de drama televisivo en horario de máxima audiencia, lo que les convierte en dos de los más influyentes creadores de televisión en Dinamarca. 

La historia comienza cuando Niels Oxen (Jacob Lohmann) regresa de Afganistán como un héroe de guerra que también ha participado en los Balcanes e Irak, lo que le ha provocado algunas consecuencias psicológicas debido al estrés postraumático. En una de las incursiones durante el combate, su mejor amigo Bosse (Mads Hjulmand) ha muerto, sobre todo debido a la falta de ayuda de un comandante que huyó de la zona de guerra. Oxen presiona a sus superiores para iniciar una comisión de investigación, pero los contactos del padre del oficial huído provocan que no solo no se abra ninguna investigación, sino que el propio Niels Oxen sea acusado de posesión de drogas y expulsado del ejército. Todo esto ocurre tan solo en la primera media hora del primer episodio. Divorciado y desempleado, el protagonista decide aislarse en el bosque de Rold Skov y vivir fuera de la sociedad. En paralelo, una reunión secreta en el castillo cercano de Nørlund, que incluye abusos sexuales y un posible asesinato, no solo acaba salpicando al propio protagonista, sino que también incorpora a la investigadora Margrethe Franck (Josephine Park) y a la directora de los servicios secretos daneses Frigg Mossman (Ellen Hillingsø). Este personaje es el que experimenta el mayor cambio respecto a las novelas, porque en aquellas se trataba de un oficial veterano que en la serie ha sido sustituido por una mujer con un cierto carácter ambiguo, de la que nunca está claro si quiere colaborar o está empeñada en perjudicar una investigación que acaba uniendo a Niels Oxen y Margrethe Franck. Ambos personajes están vinculados por las consecuencias del trauma, porque ella sufrió un accidente durante una misión en la que perdió una de sus piernas, y la investigación que le ha encargado de manera personal Frigg Mossman le permite reincorporarse laboralmente. 

Los seis episodios de Oxen se sienten demasiado comprimidos para poder incorporar adecuadamente todos los elementos de los dos libros, desde la presentación del personaje principal hasta el desarrollo de una investigación que acaba relacionándose con la corrupción en las altas esferas de la sociedad, llegando incluso hasta la política. La incorporación de otros personajes como Kajsa Corfitzen (Birgitte Hjort Sørensen, que fue una de las protagonistas de Borgen (Netflix, 2010-2022)), la hija del empresario dueño del castillo, agrega cierta confusión a una trama que ya de por sí es complicada. Precisamente el director de la serie, Jannik Johansen (1965, Dinamarca) también dirigió algunos episodios de la segunda temporada  de Borgen, así como otras producciones recientes como Ragnarok (Netflix, 2020-2023) y The new nurses (SundanceTV, 2018-). Aunque Oxen no utiliza muchos atajos para ir directamente al caso, utilizando solo el primer episodio para presentar a los personajes y desarrollarlos a partir de ahí, a veces da la impresión de que quiere avanzar demasiado rápido, y en realidad nunca logra ser tan interesante como pretende, aunque trate complejas relaciones a niveles de corrupción, que implican a miembros del gobierno. Sin embargo, algunos personajes son interesantes, como la Jefa de Inteligencia Frigg Mossman, y la interacción entre estos dos protagonistas heridos (física y psicológicamente) encuentra un punto de equilibrio lo suficientemente sólido como para resultar convincente. La serie obtuvo dos nominaciones para los Robert Prisen de Dinamarca y recientemente ha estado presente en Berlinale Series Market.

Boiling point
 ★★★★
Movistar+, 3-24 de julio
Reino Unido, 2023 - 4x57'
Creada por Philip Barantini, James Cummings, Stephen Graham
Dirigida por Philip Barantini, Mounia Akl

Para los que disfrutamos de la película Hierve (Philip Barantini, 2021) es una buena noticia que los responsables de aquella pensaran que tenían más cosas que contar. Su ejercicio técnico de presentar la efervescencia de un restaurante durante un solo plano secuencia de hora y media fue un anticipo de lo que más tarde haría Christopher Storer en el conocido episodio Review (T1E7) de la serie The Bear (Disney+, 2022-). Por lo que calificar Boiling point (BBC, 2023) como una especie de imitación inglesa de la serie norteamericana podría ser injusto, aunque el interés de BBC por encargar una versión en formato de serie a Philip Barantini y James Cummings pueda haber estado influido por la repercusión de la producción de FX, al igual que el reciente estreno de la serie danesa Bag enhver mand (DR, 2023). Hierve no solo se circunscribía a la cocina sino que se ampliaba hasta el salón del restaurante, mostrando también las interacciones del equipo de camareros y su relación con los clientes, a veces algo tensas y sometidas a presión. La serie de cuatro episodios permite a los creadores centrarse más en las historias personales, aunque su comienzo parezca amenazar con un formato parecido al de la película, con un plano secuencia de unos 12 minutos. Pero tras la frenética cabecera nos damos cuenta de que en realidad se trata solo de un ejercicio de transición entre el largometraje y la serie, que se desarrolla ocho meses después de los acontecimientos que sucedieron en el restaurante Jones & Sons, y que se perfila como una especie de secuela spin off en la que Andy Jones (Stephen Graham) ya no es el protagonista, sino un personaje secundario. La historia se centra sobre todo en Carly (Vinette Robinson), sous-chef en la película, quien ahora es la Jefa de Cocina de su propio restaurante, North Point, que no termina de despegar. 

Algunos personajes repiten en North Point, como Emily (Hannah Walters, esposa de Stephen Graham) y Freeman (Ray Panthaki) en la cocina, pero también Dean (Gary Lamont), ahora ascendido como maître, y la camarera Robyn (Áine Rose Daly) en el comedor. Y ciertamente los cuatro episodios permiten desarrollar el entorno de los personajes principales, enfocándose en algunos de ellos de una forma más específica. El frágil Jamie (Stephen McMillan) es el protagonista del episodio más emocional, no solo por sus debilidades sino por la relación maternal que tiene Emily con él, y a través de éste la serie aborda temas como la salud mental en un mundo tan exigente y tan sometido a presión como la restauración. El cambio de formato en la narración permite a los guionistas salir del entorno del restaurante para introducirnos en las vidas personales de sus trabajadores, como la necesidad de Jake (Daniel Larkai) por mantener a su familia y conseguir para su hermana pequeña las oportunidades que él nunca tendrá, o el sueño de la camarera Robyn (Áine Rose Daly) de convertirse en actriz. Hay sin embargo un cierto pesimismo en el relato, como si se destacaran las dificultades para salir de una atmósfera de tensión constante, incluso a través de las continuas discusiones entre Carly y el administrador Liam (Joel MacCormack) por los problemas financieros que comienza a tener el negocio. 

Stephen Graham se mantiene esta vez en un segundo plano, aunque mostrando las consecuencias del final de la película en su personaje, en ese estado de incertidumbre en torno a la capacidad para tener un futuro en esa profesión o la necesidad de renunciar a ella. De nuevo bajo la dirección de Philip Barantini (1980, Reino Unido), los dos primeros episodios son los que mejor reflejan la dinámica dentro de la cocina, mostrando algunas actitudes de abusos y de acoso, principalmente a través de nuevos personajes como Bolton (Shaun Fagan) o el recién llegado sous-chef Nick (Steven Ogg) pero, como en la película, también se acerca a ciertas interacciones poco respetuosas por parte de los clientes, especialmente en una escena con la camarera no binaria Kit (Missy Haysom). En la forma en que los creadores de la serie introducen problemáticas que se distancian de las representaciones vagas y estereotipadas que ofrecen los talent shows de cocina, Boiling Point es mucho más relevante en la descripción del mundo que pretende reflejar. Se detiene en sus personajes para componer un retrato variado de los profesionales, experimentados o no, que conforman un microcosmos mucho menos despreocupado del que se suele ver en la televisión. Mounia Akl (1989, Líbano) se encarga de dirigir los dos últimos episodios, tras su incursión en el largometraje con Costa Brava, Líbano (2021), y mantiene el nivel de tensión mientras sigue profundizando en los personajes. Porque Boiling Point no es solo una sobresaliente continuación de una película notable sino que construye su propio camino con eficacia.


Gangs of London (Temp. 2)
 ★★★★
SkyShowtime, 7 de julio
Reino Unido, 2022 - 8x60'
Creada por Gareth Evans, Matt Flannery
Dirigida por Corin Hardy, Marcela Said, Nima Nourizadeh

Siguiendo su extraña estrategia de estrenos, la plataforma SkyShowtime ha incorporado por sorpresa la esperada segunda temporada de esta serie que fue una de las damnificadas por la desaparición de Lionsgate+ y que permanecía inédita en España hasta ahora. En algunos territorios SkyShowtime había incluido la primera temporada en su catálogo de lanzamiento, y precisamente en éstos se había anunciado el estreno de esta secuela para el 10 de julio. Sin embargo, en España se ha estrenado sin anunciar y sin incorporar por el momento la primera temporada, una estrategia algo caótica que no es tanto un problema de comunicación del equipo español, sino una absoluta falta de coordinación del equipo central que dirige en Londres Monty Sarhan. El estreno llega además cuando se encuentra en producción una tercera temporada que de nuevo ha cambiado el equipo de producción, con Kim Hong Sun como director principal y Peter McKenna como escritor principal, una buena noticia porque es el creador de Kin (AMC+ 2021-2023), una de las mejores series sobre gángsters que se han hecho en los últimos años. La segunda temporada de Gangs of London (SkyShowtime, 2020-) comienza donde terminó la primera, mostrando las consecuencias de una muerte inesperada que dejaba abiertas numerosas posibilidades en la guerra entre bandas que tratan de hacerse con el control del negocio de la venta de drogas y armas en la ciudad de Londres. La metrópolis inglesa funcionaba como una especie de reino enfrentado a la conquista de violentos grupos de guerreros modernos, una cruzada para subyugar el orden establecido a través de la corrupción y, sobre todo, la extrema violencia. No se trataba solo de la ley del más fuerte, sino de la ley del que pudiera dejar la huella más sangrienta.

Gangs of London trasladaba al formato serial lo que mejor ha venido haciendo Gareth Evans (1980, Reino Unido) a lo largo de su carrera como guionista y director, desde que convirtiera Redada asesina (Gareth Evans, 2011) en una película de culto en la que las artes marciales adoptaban una elaborada y creativa coreografía de sangre y vísceras. Con la constante crítica a cuestas sobre la idealización de la violencia, el director diseñó para su primera serie una trama "shakesperiana" sobre bandas mafiosas y traumas familiares que consiguió ir más allá de la simple representación acrobática de los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Pero los guiones de Gangs of London tampoco es que fueran especialmente elaborados, jugando más a la estrategia del giro inesperado, pero con un desarrollo de personajes que no brilla a la altura de otras series británicas sobre bandas mafiosas como Peaky blinders (Netflix, 2013-2022), Top boy (Netflix, 2011-) o la mencionada Kin. Aunque posiblemente ahí radica una de sus principales virtudes, la de construir una historia al servicio de secuencias rodadas con una técnica perfecta y coreografías absolutamente espectaculares. La segunda temporada ofrece todo eso y más, aunque desciende el nivel de calidad narrativa en favor de una intención de redoblar las piruetas visuales. Para ello cuenta de nuevo con la dirección de Corin Hardy (1975, Reino Unido), quien se encarga de la mitad de la temporada, aunque esta vez sin la participación directa de Gareth Evans, lo que se acaba notando en el cuidado de las coreografías, menos elaboradas que en la primera temporada. El resto de los episodios recae en Marcela Said (1975, Chile), directora de películas como Los perros (2017), y Nima Nourizadeh (1977, Reino Unido), que ha dirigido algunos episodios de The gentlemen: La serie (Netflix, 2024). 

Con alguna sorpresa que se revela en el primer episodio, Gangs of London introduce en esta segunda temporada a un nuevo villano, Koba (Waleed Zuaiter) lo suficientemente sádico como para convertirlo en el principal objetivo de Elliot Carter (Ṣọpẹ Dìrísù), mientras continúa la guerra interna entre el narcotraficante Luan Dushaj (Orli Shuka) y Ed Dumani (Lucian Msamati) y su hijo Alexander Dumani, al que interpreta el excelente actor Paapa Essiedu, poco aprovechado en sus últimas apariciones televisivas como la decepcionante segunda temporada de The capture (Movistar+, 2019-), pero especialmente brillante en la serie de ciencia-ficción The Lazarus project (AMC+, 2021-2023). La dinámica familiar entre Marian (Michelle Fairley) y Billy (Brian Vernel), madre y hermano respectivamente de Sean Wallace (Joe Cole), protagonista de la primera temporada, tiene demasiados elementos en común con la familia Shelby de Peaky blinders, y casi parece una mala copia en el dibujo de los personajes. Pero los aficionados a la serie por sus dosis de violencia extrema y sus elaboradas coreografías de acción se verán recompensados con escenas sangrientas de todo tipo: si un personaje estrangula a otro, ¿para qué mostrarlo en plano medio cuando puedes ofrecer un primer plano de los ojos saliéndose de las órbitas? Hay buenos momentos de acción en esta segunda temporada, especialmente en episodios que compensan cierta falta de gancho de la primera mitad, que tienen una cierta similitud en su estructura de crescendo violento con algunos de los más impactantes de la primera temporada, como el Episodio 4 en el que el actor que interpreta a Luan es sometido a una auténtica prueba de resistencia. Pero, por otro lado, acaba siendo menos impactante y se sostiene en un guión menos sólido, y quiere hacerse más seria precisamente por donde tiene sus mayores flaquezas, con una trama laberíntica que a veces resulta demasiado enrevesada, aunque mantiene los temas principales establecidos por Gareth Evans en torno a las relaciones familiares y los sacrificios que requiere mantener el poder. Lo que se agradece de Gangs of London es su puesta en escena casi operística, el drama llevado hasta sus últimas consecuencias y su condición de saga criminal implacable. 

La fiebre ★★★★★
Movistar+, 8 de julio-12 de agosto
Francia, 2024 - 6x55'
Escrita por Éric Benzekri
Dirigida por Ziad Doueri

En medio de las elecciones legislativas en las que se ha frenado el avance de la extrema derecha en Francia, es relevante una serie que aborda precisamente profundas reflexiones sobre la creación de los populismos y el ascenso de los extremismos en Europa. Baron Noir (Canal+, 2016-) ha sido una de las mejores producciones en torno al mundo de la política que se han hecho en los últimos años, y su co-creador, Éric Benzekri (1973, Francia) es el responsable de esta fascinante exploración sobre la sociedad que estamos construyendo, tomando referencias del libro El mundo de ayer (1942, Editorial Alma), un relato autobiográfico escrito en el exilio por Stefan Zweig (1881, Viena-1942, Brasil) poco antes de suicidarse, en el que describía la caída del Imperio Austro-húngaro y el nacimiento del antisemitismo. El propio título está extraído de una cita del libro, que se incluye en la serie: "Poco a poco se hizo imposible intercambiar una palabra razonable. Los amigos se habían convertido en patriotas fanáticos. Solo quedaba replegarse sobre si mismo. Y permanecer callado hasta que pase la fiebre". En La fiebre (Movistar+, 2024), se establece un paralelismo con la actualidad respecto a esa descripción de la desaparición de un mundo civilizado debido a la constante confrontación, impulsada por los movimientos extremistas, tanto de izquierdas como de derechas. La historia comienza cuando estalla un escándalo alrededor de un conflicto durante una ceremonia de entrega de premios. La estrella del ficticio equipo de fútbol Racing Paris, Fodé Thiam (Alassane Diong), da un puñetazo a su entrenador Pascal Terret (Pascal Vannson) llamándole "sole toubab" (blanco de mierda). Las connotaciones de la expresión "toubab", que utilizaban los africanos para referirse a los europeos blancos, tiene en la actualidad un carácter peyorativo. Más que el propio acto de violencia, la utilización de esta expresión es la excusa para que la extrema derecha considere a Fodé como racista, y la extrema izquierda denuncie el racismo sistemático hacia las personas de raza negra que existe en el fútbol, creando un conflicto social a escala nacional. 

A la derecha se encuentra Marie Kinsky (Ana Girardot), una influencer con miles de seguidores que a través de sus redes sociales impulsa el conflicto, y ve en esta polémica el caldo de cultivo para provocar la confrontación que tan buenos resultados da al populismo de la extrema derecha. A la izquierda, Kenza Chelbi (Lou-Adriana Bouzouane) es una profesora universitaria que organiza manifestaciones en las que se denuncian los racismos constantes en la policía francesa, y que quiere atraer a Fodé para que se convierta en una imagen de su lucha. Ella favorece un artículo en la prensa en la que se considera que la posición de centrocampista "box-to-box" (designados para cubrir todo el terreno de juego), que se suele asignar a los jugadores negros en el fútbol, supone "una animalización de los cuerpos negros". En medio, Sam Berger (Nina Meurisse) es una analista que trabaja para una empresa de gestión de crisis para el Racing Paris, que tiene la misión de apagar los fuegos que van surgiendo a raíz del escándalo, y que se extienden a través de las redes sociales. Ella se toma como un reto personal tranquilizar los ánimos de una sociedad cada vez más dividida cuyas consecuencias llegan hasta el Primer Ministro de Francia. En el episodio Box to Box (T1E1), comenta que "hay una epidemia en nuestra sociedad. Todos tienen miedo de todos". Y se da cuenta, antes que otros, que las ramificaciones de esta crisis mediática son mucho más profundas que un simple conflicto futbolístico, parecido a "lo que ocurre en el pánico colectivo en un estadio. Un sálvese quien pueda incontrolable". Es inevitable interpretar La fiebre como una extensión de Baron Noir, porque hay elementos en común y una sorprendente relación directa, con una escritura perfecta que aporta tensión, y una dirección de Ziad Doueiri, también habitual en aquella, que mantiene un ritmo frenético que nunca se detiene. 

Esta historia político-apocalíptica propone reflexiones sobre la sociedad radicalizada, y aborda conceptos como "la ventana de Overton", una teoría del analista estadounidense Joseph Overton que define la viabilidad de una idea política dependiendo del grado de aceptación que ésta tenga dentro de la sociedad, de manera que lo que resultaba insólito se puede convertir en una forma de política generalizada. En la serie, Marie Kinsky utiliza esta estrategia lanzando una idea inadmisible: defender la posesión de armas para todos. Es una propuesta radical que abre un debate que a su vez amplía el marco de la ventana de aceptación a otras ideas más moderadas pero que antes eran igualmente inadmisibles. Hay temas interesantes sobre si es posible que un club de fútbol funcione como una cooperativa, o cómo se pueden controlar las burbujas de las redes sociales de un personaje influyente. En el episodio Kill Bill (T1E7) se consigue un 20% de cuentas falsas infiltradas en la burbuja de una líder feminista. El escritor Éric Benzekri siempre ha tenido como referencias series norteamericanas como El ala Oeste de la Casa Blanca (HBO Max, 1999-2006), con la técnica de "hablar caminando" propuesta por Aaron Sorkin, y Los Soprano (HBO Max, 1999-2007), en cuanto a la estructura de los episodios. La fiebre establece un duelo personal a partir del episodio El mundo de ayer (T1E3) entre Marie Kinsky y Sam Berger, que se mantiene a distancia durante el resto de la temporada. La primera representa la política espectáculo de carácter populista, que tiene ramificaciones en Donald Trump en Estados Unidos, en el Movimiento 5 Estrellas en Italia y, por supuesto, en la extrema derecha de Marie Le Pen en Francia. Cuando un grupo de manifestantes se reúne frente a su lugar de trabajo, Marie Kinsky decide caminar entre ellos porque sabe que la imagen de ella sufriendo un escrache favorece su discurso de confrontación. Aunque a veces puede ser un personaje algo maniqueo en cuanto a su representación, contribuye a establecer el soporte de una arriesgada serie que no teme explorar hasta dónde puede llegar su propuesta en torno a la manipulación de la opinión pública y los conflictos sociales permanentes en las sociedades contemporáneas. 

Hasta que te mate
 
★★★☆
Filmin, 9 de julio
Reino Unido, 2024 - 4x45'
Creada por Nick Stevens
Dirigida por Julia Ford

Si se juzga a través del cartel y la sinopsis, este es el tipo de series que pueden dar una imagen equivocada, no porque no gire en torno a una relación de abusos peligrosos como indica el título, que parece una versión corta de aquella comedia Te amaré hasta que te mate (Lawrence Kasdan, 1990), sino porque resulta una mirada mucho más profunda de lo que transmite hacia las obsesiones personales, con una protagonista que no cumple exactamente el perfil de víctima en este tipo de historias. Curiosamente, a pesar de tratarse de una producción de la cadena británica ITV, Hasta que te mate (Filmin, 2023) solo se ha estrenado por el momento en Nueva Zelanda, Canadá y ahora España, mientras que en Gran Bretaña el estreno se ha retrasado hasta una fecha más apropiada (probablemente diciembre) según anunciaba el propio creador Nick Stevens en las redes sociales. De hecho, la producción de la serie fue anunciada inmediatamente después del estreno de la última temporada de Endeavour (Filmin, 2012-2023), cuyo protagonista Shaun Evans se coloca en esta ocasión al otro lado de la actividad criminal. La serie, que cuenta con el sello de World Productions, la productora de Line of duty (Netflix, 2012-2021), Vigil (Movistar+, 2021-) o la recientemente premiada The gathering (Channel 4, 2024), está basada en el libro Living with a serial killer (2017), escrito por Delia Balmer, en el que describía su relación con John Sweeney, con el que estuvo durante tres años sufriendo diferentes formas de maltrato, hasta que se reveló en 1994 que se trataba de un asesino que había matado a sus dos parejas anteriores. Pero, en una adaptación inteligente, la historia no se centra en los años de convivencia de la pareja, sino que resume la relación entre Delia (Anna Maxwell Martin) y John Sweeney (Shaun Evans) únicamente en el episodio Amor (T1E1), y de hecho es una narración que avanza tanto en el tiempo que al comienzo puede parecer algo confusa. El interés de Hasta que te mate se centra en describir cómo la incapacidad de la policía británica para ofrecer una protección adecuada a la víctima y la falta de coordinación con la policía holandesa, país en el que John Sweeney cometió su primer asesinato, convirtió la vida de Delia Balmer en una pesadilla de seis años en los que estuvo constantemente amenazada por el posible regreso del asesino. Es por tanto otro caso en el que la ineptitud policial acaba re-victimizando a la víctima, aunque la personalidad permanentemente a la defensiva de Delia, en una extraordinaria interpretación de la actriz Anna Maxwell Martin, a la que también podemos ver en la mediocre adaptación del intrascendente drama juvenil policíaco Asesinato para principiantes (Netflix, 2024), establece una falta de confianza absoluta hacia la policía, frustrada por las promesas incumplidas sobre su capacidad para mantener al asesino lejos de su posible víctima. 

La serie no evita momentos de una violencia extrema, como en una escena especialmente brutal en el episodio Odio (T1E2), que posteriormente será muy relevante en el desarrollo de la historia. Enfocándose en la creciente desconfianza que Delia Balmer desarrolla hacia los investigadores, Hasta que te mate reflexiona sobre los sistemas de protección que se establecen en torno a las víctimas de maltratos, y ella misma responsabiliza a quienes deberían contribuir a garantizar su sefuridad, como afirma en Curación (T1E3): "Ustedes son tan responsables de lo que me está pasando como él, pero él no puede evitarlo porque es un psicópata. ¿Cuál es su puta excusa?". Bien estructurado, marcando cada uno de los episodios como etapas destacadas en el desarrollo de los acontecimientos, el guión de Nick Stevens, responsable de miniseries como Detective Muncie (2016) y Los crímenes de Pembrokeshire (2021), evita caer en la representación habitual de este tipo de historias, construyendo una protagonista que en ocasiones puede resultar demasiado incómoda, marcada por una mezcla de miedo y odio que la acompaña incluso cuando parece que su vida ha encontrado cierta estabilidad. Pero la permanencia del trauma provocado por la violencia sufrida no desaparece, sobre todo cuando la policía trata de conseguir en varias ocasiones su colaboración para ayudarles a condenar a un culpable que ellos mismos no han conseguido retener en prisión. La incorporación a mitad de la historia del personaje de David (Kevin Doyle) permite que el actor al que conocemos sobre todo de Downton Abbey (RTVE Play, 2010-2015) proporcione cierto respiro que suaviza la tensión que predomina en los dos primeros episodios. Bajo la dirección de la experimentada Julia Ford (1963, Reino Unido), que ha dirigido episodios de Happy Valley (Movistar+, 2014-2023) y Vera (Prime Video, 2011-2025), esta miniserie se expande hacia reflexiones mucho más relevantes sobre la protección que las víctimas pueden recibir respecto a sus maltratadores, y la insuficiente capacidad para permitirles regresar a una vida normal. 

Sunny
 
★★★☆
Apple tv+, 10 de julio-4 de septiembre
Estados Unidos, 2024 - 10x35'
Creada por Katie Robbins
Dirigida por Lucy Tcherniak, Dearbhla Walsh, Colin Bucksey, Makoto Nagahisa

La incorporación de la productora A24 al universo de las series ha ofrecido por el momento algunas de las propuestas más singulares de los últimos años: desde la irreverente comedia británica Such brave girls (Filmin, 2023-) hasta la multipremiada Bronca (Netflix, 2023), pasando por las inclasificables The curse (SkyShowtime, 2023) y El simpatizante (Max, 2024). La nueva propuesta tiene las características de peculiaridad que definen a las producciones de A24, desarrollándose en una especie de Japón futurista en el que los robots domésticos se han convertido en sustitutos de las amas de casa gracias al desarrollo de ingeniería que ha llevado a cabo la empresa de tecnología ImaTech, en la que trabaja Masa Sakamoto (Hidetoshi Nishijima). Éste regala un robot llamado Sunny (voz de Joanna Sotomura) a su esposa, la estadounidense Suzie (Rashida Jones), que sigue sintiéndose como una expatriada, entre otras cosas porque ha hecho pocos esfuerzos por aprender japonés para integrarse en el país. El regalo de este robot, que ha sido diseñado específicamente para ella, se produce sin embargo en circunstancias misteriosas, el mismo día que el avión en el que viajaban Masa y su hijo sufre un accidente del que no se conocen supervivientes. Para Suzie no solo es extraño recibir este presente como si Masa supiera que no iba a regresar, sino el hecho de que ella no conoce cuál es la profesión de su marido, del que piensa que fabricaba refrigeradores en Está en frigoríficos (T1E1). Lo más extraño es que, cuando llama al teléfono de él para dejar un mensaje de despedida como parte de una especie de terapia de duelo, su móvil sigue operativo. De manera que ella comienza a convencerse a sí misma de que Masa y su hijo pueden estar vivos, bien porque han sobrevivido al accidente o porque finalmente no subieron al avión siniestrado. La serie está basada en el libro The dark manual (2018), que recientemente se volvió a publicar adoptando el mismo título que su versión televisiva, Sunny. A novel (2023), escrita por Colin O'Sullivan (1974, Irlanda), quien vive en Aomori, al Norte de Japón, donde se desarrollan sus últimas novelas. Al comienzo de la historia, Sunny (Apple tv+, 2024) explora temas relacionados con el duelo frente a la ausencia, a través de la resistencia de Suzie a aceptar el homebot que ha recibido, a quien considera demasiado invasivo, y su negativa a reconocer la desaparición de su familia, frente al estoicismo con el que lo afronta su suegra, Noriko (una excelente Judy Ongg), que muestra esa aceptación de la transitoriedad de la vida que caracteriza a la sociedad japonesa. Suzie se refugia en la bebida y en un bar cercano en el que conoce a Mixxxy (Annie the Clumsy), una camarera que acabará convirtiéndose en compañera de sus investigaciones. 

Pero conforme se desarrolla la historia, adquiere un tono de thriller mucho más acentuado, sobre todo con la posible implicación de la yakuza en algunas actividades relacionadas con su marido, y la aparición en el episodio Sticky (T1E4) de su líder Hime (You), una madrina tan peligrosa como inescrutable. De manera que Sunny adopta las formas de una comedia negra con algunos toques de violencia, que se desarrolla en una ciudad de Kioto que tiene un aspecto futurista peculiar, en el que las luces de neón sustituyen a la iluminación natural y todo parece rodeado de un misterio por descifrar. Pero lo más interesante es la improbable colaboración que se produce entre Suzie, Mixxxy y Sunny en una investigación que las llevará hacia terrenos peligrosos y descubrimientos sorprendentes. Katie Robbins, en cuya filmografía encontramos guiones para las series The affair (Showtime, 2014-2019) y El último magnate (Prime Video, 2016-2017), firma la adaptación de la novela, trasladando unos personajes singulares con especial acierto, estructurando este viaje personal a través de un relato que nunca se estanca y que se va construyendo con giros de guión que descubren el pasado de Masa. Pero también la verdadera relación que ha tenido con Suzie, quien comienza a encontrar sentido a algunos recuerdos, pero al mismo sufre una memoria fragmentada que la conduce hacia un misterio difícil de resolver. La historia mezcla presente y pasado, a través de episodios tan bien elaborados como el retrospectivo Trash or not trash (T1E8), que en sí mismo ya es un aliciente para acercarse a la serie, y otros francamente extraños como Who's in the box? (T1E9). 

Podría decirse que hay una tonalidad en Sunny que puede recordar al estilo de Separación (Apple tv+, 2022-), sobre todo en esa reconstrucción de un mundo que se parece mucho al presente pero que contiene elementos del futuro. La propia novela planteaba una reflexión sobre las leyes establecidas por Isaac Asimov respecto a la convivencia de los humanos con los robots, y el personaje de Sunny adquiere una mayor relevancia conforme comienza a sentir emociones que son más características del ser humano que de las máquinas, entre ellas los celos. La actriz Rashida Jones tiene la oportunidad en esta ocasión de evitar el encasillamiento del tipo de personajes que se parecían a su intervención en Parks and recreation (Max, 2009-2015), para ofrecer una interpretación compleja que sitúa a su personaje en una búsqueda de la verdad, pero también en un proceso de duelo personal, aunque se ha cambiado el origen de la protagonista, que es irlandesa en el libro. También brillan especialmente dos de las actrices secundarias: la veterana Judy Ongg, que interpretaba una suegra algo peculiar, y la reconocida You, habitual en películas de Hirokazu Koreeda como Nadie sabe (2004) y Still walking (2008), mientras que el actor Hidetoshi Nishijima, protagonista de Drive my car (Ryûsuke Hamaguchi, 2021) saca partido a su personaje en los momentos en los que adquiere más protagonismo. Sunny es posiblemente una de las propuestas más entretenidas de este verano, tan extraña y peculiar como fascinante, y desde luego se trata de la mejor serie que Apple tv+ tiene preparadas para los próximos meses. 

Under the bridge. El asesinato de Reena Virk
 
★★★☆
Disney+, 10 de julio
Estados Unidos, 2024 - 8x45'
Creada por Quinn Shephard
Dirigida por Gaeta Vasant Patel, Kevin Phillips, Catherine Hardwicke, Nimisha Mukerji, Quinn Shephard, Dinh Thai
Emmy '24: Nominada Actriz de reparto en Serie Limitada (Lily Gladstone)

En uno de los episodios esenciales de esta serie, Manjit Virk (Ezra Faroque Kahn) y Suman Virk (una extraordinaria Archie Panjabi, que no debería ser olvidada en el reparto de premios de interpretación de esta temporada) bailan la canción "Kick in the door" que escuchaba su hija Reena Virk (Vritika Gupta), asesinada por un grupo de adolescentes. Es una situación extraña y posiblemente algo incómoda, pero a ambos les sirve para reconectar con ella, aunque ya no esté presente. La música se convierte en un puente que les une, sustituyendo a ese puente macabro bajo el que Reena perdió la vida en 1997. Significativamente, la elección de las canciones que se escuchan en la serie no solo enmarcan la época y el ambiente de las jóvenes, sino que también tiene un significado más profundo. La serie se va construyendo sobre varias canciones de The Notorious B.I.G., también conocido como Biggie, un rapero que murió asesinado ese mismo año, al que admiraban las adolescentes, y esta canción que mencionamos se incluye en su álbum póstumo Life after death (1997, Bad Boy Records). La crónica de Reena Virk fue contada en el libro Under the bridge (2005), escrito por la canadiense Rebecca Godfrey, quien colaboró en la primera fase del desarrollo de la adaptación hasta que murió de cáncer en 2022. Y para llevar a la pantalla el libro, la creadora Quinn Shephard (1995, New Jersey) decidió introducir dos personajes nuevos, con resultados dispares: uno es el de la propia escritora, Rebecca Godfrey (Riley Keough), que acaba siendo uno de los más interesantes, pero también uno de los más difíciles de descifrar a lo largo de la historia, especialmente en el posicionamiento que adopta en los episodios finales; el otro es Cam Bentland (Lily Gladstone), una agente de policía de las Primeras Naciones que parece demasiado forzado para introducir temas como el secuestro de niños indígenas por parte del gobierno canadiense. Ciertamente, hay tantas capas en esta historia que resulta innecesario introducir otra adicional, entre otras cosas porque la serie no tiene tiempo para desarrollarla, por mucho que lo incorpore una actriz tan solvente como Lily Gladstone, recientemente nominada al Oscar por Los asesinos de la luna (Martin Scorsese, 2023). 

La historia comienza en noviembre de 1997 en la localidad de Victoria, Columbia Británica, el día del asesinato de la joven de 14 años Reena Virk. A través de las investigaciones de la agente Cam Bentland y la escritora Rebecca Godfrey, que acaba de regresar después de haberse marchado hace años, y que están conectadas por una antigua relación sentimental, conocemos la historia de Reena. Meses antes, ella se ha sentido atraída por la rebeldía de un grupo de amigas adoptadas, encabezadas por Josephine Bell (Chloe Guidry), quien parece liderar la relación con Kelly Ellard (Izzy G) y Dusty Pace (Aiyana Goodfellow). Reena no es aceptada dentro de este grupo, pero su obsesión por  ser admitida la lleva a tomar algunas decisiones graves, especialmente después de invitar a estas tres amigas a su casa. La naturaleza del asesinato real fue muy impactante, pero la serie evita tratar a Reena solo como una víctima y ofrece una personalidad compleja que necesita del reconocimiento externo, y que rechaza la vida familiar tradicional que han construido sus padres. La historia se desarrolla en dos tiempos, pero también en dos perspectivas: el presente esta protagonizado por unos personajes adultos que tratan de entender las razones de un crimen monstruoso y extremadamente violento; el pasado está marcado por el punto de vista de las jóvenes, especialmente el de Reena, ofreciendo un retrato complejo sobre sus necesidades y sus carencias emocionales. Pero Under the bridge. El asesinato de Reena Virk (Disney+, 2024) es mucho más interesante en su segunda mitad, cuando se enfoca en la resolución del caso y las consecuencias del juicio. 

Manteniendo cierto misterio sobre el tipo de responsabilidad que tuvieron cada uno de los protagonistas en el asesinato de Reena, toma como referencia el tono del libro escrito por Rebecca Godfrey, en el que hay cierto enfoque a tratar de entender las razones de los culpables y de alguna manera empatizar con ellos (durante algún tiempo ella mantuvo correspondencia con uno de los condenados), la serie cuestiona en cierto sentido la definición de culpabilidad e inocencia a través de la ambigüedad de Godfrey. Ella adopta una postura más cercana a los culpables, sobre todo para entender las razones por las que cometieron el crimen y el tipo de trasfondo social que los convirtió en monstruos. Lo que además proporciona algunas de las mejores frases de Suman Virk, la madre de la víctima: "Entonces, ¿vas a escribir sobre mi hija haciéndote amiga de su asesino? Para ser una persona que quieres escribir un libro sobre Reena, parece que no sabes mucho sobre ella", le dice en el episodio Tres y siete (T1E7), en el que precisamente se explora el dilema moral de Rebecca Godfrey. Esta ambigüedad es una apuesta valiente porque proporciona al espectador elementos de reflexión, y está marcada por su negativa a creer en la crueldad del asesinato, influida por una experiencia traumática del pasado. La serie también explora temas como las motivaciones de los asesinos, que en algún momento del episodio Juramento de sangre (T1E3) parece apuntar a un crimen de odio racial, cuando se destaca una quemadura en la frente de la víctima. Under the bridge. El asesinato de Reena Virk es una serie posiblemente muy incómoda y desde luego nada complaciente, pero sin duda proporciona reflexiones interesantes sobre la naturaleza del odio y propone personajes ambiguos, lo que la sitúa en una posición destacada y reflexiva, más allá de la simple construcción de un true crime. 

In the name of love
 
★★★☆
Pr1meran, 11 de julio
Noruega, 2024 - 8x30'
Creada por Bård Breien, Erlend Loe, Eske Troelstrup
Dirigida por Bård Breien

Entre las propuestas que suele estrenar la plataforma de streaming del País Vasco gracias a su acuerdo con la productora sueca Viaplay, ésta es una interesante aproximación al pasado a través de una historia que puede recordar en algunos momentos a Minx (Starz, 2022-2023), aquella serie sobre la publicación de una revista erótica de contenido feminista en los años setenta. Porque In the name of love (Pr1meran, 2024) se desarrolla también durante la explosión de la pornografía en esa década, aunque en este caso en Noruega. La serie está basada en los recuerdos de infancia de su creador, el guionista y director Bård Breien (1971, Noruega), responsable de largometrajes como El arte de pensar negativamente (2006) y Detective Downs (2013), y especialmente en el matrimonio formado por sus padres, la maestra de preescolar Anne-Lise Bang (Maria Bonnevie) y el editor de revistas Lars Bang (Trond Espen Seim), cuyas vidas cambiarán completamente cuando en un viaje a Copenhague él se siente atraído por las posibilidades que presenta el negocio incipiente de la pornografía. De manera que decide convertirse en editor de una revista de contenido pornográfico titulada Krim en Noruega, una actividad que comenzará siendo tan lucrativa que les permitirá tener una vida privilegiada. Pero al mismo tiempo, Anne-Lise hace todo lo posible por evitar que sus amigos y su familia tengan conocimiento de la actividad profesional de su marido en el mundo de la pornografía, sobre todo porque se involucra en organizaciones de lucha feminista que precisamente llevan a cabo campañas públicas en contra de la representación de la mujer en ese tipo de publicaciones, como el Frente de Mujeres, que jugó un papel fundamental en los años setenta y ochenta, organizando "hogueras de pornografía" frente a tiendas o locales de masajes (que ocultaban actividades de prostitución). En el Episodio 2, las protestas se hacen más intensas cuando la revista publica un concurso de culos femeninos, lo que coloca a Anne-Lise en una posición incómoda, sobre todo cuando descubre que Lars ha utilizado una fotografía de su culo para competir en el concurso. 

En medio de la eclosión de la pornografía en las décadas de los setenta y ochenta, el tema se convirtió en un asunto político en Noruega, incorporándose a las campañas electorales y en los noventa se elaboró una ley que prohibía la pornografía, lo que afecta especialmente al negocio de Lars y por tanto a la situación económica de la familia. La serie explora también la educación sexual de los dos hijos del matrimonio, que tienen acceso desde niños a las imágenes de cuerpos femeninos desnudos. Mientras que en la adolescencia Balder (Oliver Hjelle Erlandsen), el narrador y alter ego del director de la serie, siente una especial atracción por el mundo de la pornografía y colabora en el negocio, el hermano mayor Bjørnar (Niels Halstensen Skáber) muestra un notable desinterés que posteriormente se refleja en el desarrollo de las personalidades diferentes de ambos. El comienzo y final de cada episodio, sin embargo, se desarrolla cuando los dos hermanos ya son adultos, y se produce una reunión familiar con motivo del bautismo del hijo del menor. Los personajes están interpretados en esta época por dos actores que son hermanos en la vida real, Jakob Oftebro (Bjørnar), que ha recibido varios premios por su interpretación en la espléndida serie Kids in crime (Filmin, 2023) y el más joven Jonas Hoff Oftebro (Balder), a quien hemos visto en producciones como Ragnarok (Netflix, 2020-2023). La historia se desarrolla como una comedia dramática que muestra simpatía por sus personajes, una especie de recuerdo amable del director y guionista hacia una infancia que estaba rodeada de una atmósfera de erotismo y bajas pasiones. Con una buena recreación de la época, aunque sin grandes alardes de puesta en escena, predominando los espacios interiores, In the name of love describe una etapa cada vez más desenfrenada, centrándose especialmente en unos padres que se enfrentan de diferente manera a la dependencia económica de un negocio controvertido. Mientras Lars presenta cierta despreocupación, marcada también por algunos escarceos sexuales al margen del matrimonio, Anne-Lise trata de mantener la dignidad de su familia, aunque tenga que aceptar una profesión que está en contra de los valores éticos que propugnan sus pensamientos. 

Pero resulta más interesante cuando se acerca al personaje de Anne-Lise, interpretada con suficientes matices por la destacada actriz sueca Maria Bonnevie, a quien hemos visto en películas como Otra ronda (Thomas Vinterberg, 2020), sobre todo en el Episodio 6, cuando se enfrenta a sus peores temores precisamente en el momento en el que se ve obligada a volver a su trabajo como profesora debido a la prohibición del negocio de su marido. Esta contradicción entre la efervescencia de los movimientos feministas al mismo tiempo que se producía una explosión de consumo de material pornográfico, primero con las revistas y después con los VHS, es uno de los elementos destacables de una comedia agridulce que mantiene el interés porque sabe establecer un equilibrio entre el humor y la mirada reflexiva hacia una época compleja pero al mismo tiempo muy entusiasta. La trama que se sitúa en el presente ofrece muestras de las consecuencias que ha tenido el negocio en la familia, rota por una relación de Lars con una modelo danesa, y cómo la presencia de éste en la comunión perjudica la convivencia familiar. In the name of love es una de las series que fueron adquiridas en los países nórdicos por Prime Video tras la crisis económica de Viaplay, que en 2022 tenía hasta 70 producciones originales en diferentes etapas de desarrollo y producción, ahora distribuidas por diferentes plataformas. 

Bargain (Negociaciones)
★★★★☆
SkyShowtime, 11 de julio-1 de agosto
Corea del Sur, 2022 - 6x35'
Creada por Byeongyun Choi, Woo-Sung Jeon
Dirigida por Woo-Sung Jeon
Canneseries '23: Mejor Guión
Seriencamp '23: Critics Choice Award

Aunque con algo de retraso respecto a su estreno el otoño pasado en Paramount+, llega finalmente esta serie coreana que recibió el Premio de la Crítica en Seriencamp '23 y el de Mejor Guión en la edición de Canneseries '23. Se trata de un descenso a los infiernos prácticamente literal que tiene uno de los cliffhangers más sorprendentes que hemos visto en mucho tiempo al final del episodio Bargain (T1E1), que se desarrolla casi exclusivamente en una habitación de hotel en la que Park Joo-Young (Jeon Jong-Seo) se encuentra con Noh Hyung-soo (Jin Sun-kyu), quien ha pagado 1.000 dólares para perder su virginidad, aunque el encuentro deriva hacia otros asuntos menos complacientes. Porque el negocio al que hace referencia el título tiene menos que ver con la prostitución y más con la venta de órganos. Pero un acontecimiento imprevisto convertirá tanto a estos dos protagonistas como al resto de componentes de la mafia en supervivientes en medio de un entorno apocalíptico en el que la propia estructura de un edificio se convierte en una representación bastante lúcida de las diferencias sociales, en consonancia con muchas producciones coreanas en las que su formato de thriller envuelve en realidad una reflexión sobre las flaquezas de la sociedad contemporánea. Pero conforme se desarrolla la historia, Bargain (Negociaciones) (SkyShowtime, 2022) acaba cayendo en situaciones demasiado forzadas protagonizadas por estos personajes que se encuentran al límite. Desde el punto de vista visual, el director y co-creador de la serie Woo-Sung Jeon la plantea como un alarde técnico rodando cada episodio en planos secuencia de entre 5 y 15 minutos, pero editados como si se tratara de una única toma de 30 minutos, lo cual se hace más patente en la recta final. La intención es transmitir la tensión que experimentan los protagonistas, aunque no termina de sacarle partido a la propuesta, con escenas demasiado centradas en un personaje que ralentizan la acción, seguramente por la complejidad de rodar en un espacio cerrado y claustrofóbico. Sin embargo, utiliza con habilidad el tono de humor negro, que a veces roza la caricatura para retratar a sus personajes, y apuesta por la introducción de una temática que hace referencia directa a las perversidades del ser humano, como el tráfico de órganos y el abuso sexual.

También le beneficia el formato de seis episodios de poco más de media hora de duración, lo que permite que las tramas se concentren en poco tiempo y consigue aportar un ritmo adecuado a este descenso al infierno. Es una propuesta sin duda entretenida, sorprendente a veces en su cuidado aspecto visual, con unos villanos especialmente logrados, aunque por momentos acabe siendo tan absurda como entretenida. Entre los personajes principales, destaca el carácter humorístico que aporta Geuk-ryul (Chang Ryul), quien está empeñado, a pesar del desastre que le rodea, en conseguir el riñón por el que ha pagado 100.000 dólares para lograr que su padre salga de la interminable lista de trasplantes en el hospital. A Guek-ryul le veremos casi todo el tramo final de la serie vistiendo unos calzoncillos rojos y unas chanclas, mientras trata asimismo de sobrevivir. Bargain (Negociación) es una serie que se disfruta mejor con todos los episodios disponibles, por lo que el habitual formato semanal de SkyShowtime no le beneficia, aunque se estrene la mitad de la serie (tres episodios) el primer día. Creada por Seung-Min Byun, la serie se inspira en el premiado cortometraje Bargain (Lee Chung-hyun, 2015), que también estaba rodado en un solo plano secuencia de 15 minutos, pero solo toma como base el primer encuentro entre una joven y un hombre en una habitación de hotel y las consecuencias de éste, introduciendo una trama completamente distinta posteriormente. Se podría decir que casi todos los personajes tienen una agenda propia que les permitirá alcanzar sus objetivos relacionados con el tráfico de personas, el robo y el abuso sexual. Introducir a este grupo variopinto en una situación límite permite abordar los aspectos más oscuros de la avaricia y la falta de moralidad, lo que hace que la serie tenga algo más de profundidad que un simple juego de perseguidos y perseguidores. Esta producción forma parte del acuerdo estratégico que firmaron Paramount Global y el gigante del entretenimiento coreano CJ ENM, que permitirá que muchas de sus producciones coreanas estén distribuidas por la compañía norteamericana en Estados Unidos, bien a través de sus plataformas o con acuerdos de segundas ventanas. Aunque el recurso más fácil es comparar ésta con series como El juego del calamar (Netflix, 2021) o la reciente The 8 show (Netflix, 2024), en realidad Bargain (Negociación) no tiene muchos elementos en común con ambas, porque de entrada no se sostiene en una especie de juego macabro diseñado para que participen unos concursantes. Casi se podría decir que está más cerca del subgénero survival horror, porque despliega un grupo de personajes que se entregan a la supervivencia con los recursos más oscuros y violentos del ser humano. 

El caso Cenicienta
 
★★★☆
SundanceTV, 13 de julio
Bélgica, 2023 - 8x45'
Creada por Bert Van Dael, Sanne Nuyens
Dirigida por Kaat Beels
Premios Ensor '24: Nominada Mejor Serie, Dirección, Interpretación secundaria (Anemone Valcke), Guión, Fotografía 

Hace unos años, la serie El jurado (SundanceTV, 2019) consiguió el premio al Mejor Guión en el festival Canneseries y siete galardones en la ceremonia de los premios Ensor, que reconocen cada año las mejores producciones cinematográficas y televisivas flamencas. El éxito internacional llevó a algunas adaptaciones en otros países como The twelve (Foxtel, 2021), una versión australiana protagonizada por Sam Neill que precisamente estrena en julio su segunda temporada. Pero en su país de origen, la idea original de Bert Van Dael y Sanne Nuyens, que también son los creadores de Hotel Beau Séjour (Netflix, 2016-), se ha convertido en una serie de antología en la que cada temporada se dedica a un caso diferente y un jurado distinto. La principal particularidad de estas historias es que, en paralelo con la construcción de una trama de investigación en la que unos acusados se enfrentan a la posibilidad de ser considerados culpables o inocentes, también se enfoca en las vidas privadas de los miembros del jurado, de manera que se propone una reflexión sobre la complejidad de juzgar a otros cuando al mismo tiempo tienen que enfrentarse a situaciones complicadas en sus propias vidas. En El caso Cenicienta (SundanceTV, 2023), los acusados son Julie Bergman (Lou Miller) y su padre Anton (Koen De Graeve), posibles responsables de la muerte de la madrastra de ella, Marianne Coen (Katrien De Ruysscher), la nueva pareja de Anton, quien fue encontrada a los pies de la escalera de un sótano, pero previamente había recibido un fuerte golpe. Julie se ha auto-inculpado como la responsable, pero la policía piensa que está encubriendo a su padre, y que al menos ambos han colaborado mutuamente para matar a Marianne. Durante la celebración del juicio, la abogada de Julie, Claire Verlinden (Inge Paulussen) y el abogado de Anton, Frank Dedoncker (Peter Van Den Begin) tratarán de demostrar que hay dudas razonables para considerar a sus respectivos defendidos como culpables. 

Pero como comentamos, una parte importante de la serie se enfoca en las relaciones personales de algunos de los miembros del jurado que deben decidir sobre la culpabilidad o inocencia de los acusados mientras se enfrentan a problemas en sus vidas privadas. En este sentido, el guión a veces parece que construye problemáticas demasiado extremas para cada uno de ellos: Nico Willems (Emilie De Roo) se enfrenta como madre al acoso escolar que sufre su hijo Kobe (Jul Goossens), quien ha compartido fotografías sexuales en las redes sociales; Catherine Degryse (Chris Nievelt) protagoniza una situación comprometida con su compañero de jurado Jacob Dreyer (Jobst Schnibbe); Simon Lootens (Bart Hollanders) tiene que cuidar de su novia Esther (Anemone Valcke), quien sufre una enfermedad que la mantiene en silla de ruedas y tiene ataques de ira contra él. Como en la primera temporada, la propuesta principal es que la experiencia personal de cada uno de los miembros del jurado condiciona la decisión que adopta frente a los acusados y su postura en torno a su culpabilidad o inocencia. Ellos mismos se enfrentan a situaciones en las que deben tomar decisiones personales importantes: ¿debe Catherine denunciar un comportamiento que ella considera una agresión sexual? ¿Puede Nico aceptar el comportamiento de su hijo porque él ahora es víctima de acoso escolar? ¿Es más fácil para Simon abandonar a su pareja Esther que sufrir los continuos reproches por ser demasiado condescendiente con ella? Lo que hace que la serie presente una mayor complejidad, situando al espectador en una posición en la que a su vez los comportamientos de los componentes del jurado también son analizados. 

En este sentido, a veces da la impresión de que el caso principal pierde fuerza en algunos momentos, pero contiene los suficientes giros de guión como para mantener el interés, sobre todo en el episodio Jonathan (T2E6) en el que se muestra al jurado la reconstrucción de los hechos que protagonizaron Anton y Julie por separado. Nominada a cinco premios Erson, entre ellos los de Mejor Serie, Dirección e Interpretación Secundaria para la actriz Anemone Valcke, quien interpreta a Esther, El caso Cenicienta tuvo pocas posibilidades frente a la excelente 1985 (Filmin, 2023), que acaparó diez galardones. El director de esta segunda temporada es Kaat Beels, quien ha sido responsable de algunas de las series más galardonadas de Bélgica, como Hotel Beau Séjour (Netflix, 2016-) y Lost luggage (2022), que en España se pudo ver en el Festival Serielizados. La resolución del caso ofrece un giro interesante al retratar por un lado la acusación principal y por otro la decisión del jurado, pero en esta ocasión, en vez de presentar primero el veredicto y posteriormente mostrar los hechos tal como ocurrieron, la segunda temporada resuelve el misterio antes de que el jurado revele su decisión, de manera que sitúa al espectador en una posición privilegiada que permite descifrar de qué forma el jurado se ha visto influido por sus experiencias personales. Es un planteamiento interesante para una serie que establece continuamente un paralelismo que enriquece su desarrollo.

Bestia
 
★★☆☆
Filmin, 23 de julio
Noruega, 2023 - 8x20'
Creada por Ernst De Geer, Mads Stegger
Dirigida por Ole Sebastian Kåss
Fagprisen '24: Nominada Montaje, Diseño de sonido

Uno de los éxitos internacionales más destacados de la televisión pública noruega fue el drama futbolístico Home ground (Filmin, 2018-2019), en el que una entrenadora se hacía cargo de un equipo de fútbol masculino. Pero a pesar de contar con excelentes críticas y buenas audiencias, y la intención de los productores de continuar la serie, los responsables de NRK decidieron cancelarla en su segunda temporada por motivos no demasiado aclarados. Esta nueva producción regresa a una historia que se desarrolla en el entorno del fútbol, centrada en esta ocasión en las tensiones y la competitividad que experimentan los jóvenes aspirantes a una carrera profesional como jugadores, presionados por los agentes cazatalentos y sus propios entrenadores. Posiblemente el hecho de que el jugador Erling Haaland, que actualmente juega en el Manchester City de Pep Guardiola, se convirtiera el año pasado en el sexto personaje con mayor presencia en los medios de comunicación noruegos puede haber propiciado el renovado interés en el fútbol. Bestia (Filmin, 2023-) tiene como protagonistas a dos jóvenes talentos que juegan en el equipo Sub16 de Rosenborg: Elias (Max Campbell) necesita conseguir un contrato profesional antes de que su familia decida mudarse a Trondheim, mientras que su amigo David (Martin Tønder) parece haber despertado el interés de uno de los agentes que ocasionalmente ojean a los jóvenes aspirantes. Cuando David incumple las normas saliendo de copas una noche antes de un importante partido, a Elias se le plantea el dilema de traicionar a su amigo poniéndolo en conocimiento del entrenador, lo que supondría que éste perdería una oportunidad importante, dejando el terreno libre para Elias a solo seis días del Campeonato Nacional. Las expectativas de éxito que transmiten los cazatalentos a los jóvenes jugadores determina la necesidad que tiene Elias de decidir si es capaz de sacrificar a su familia, traicionar a su amigo y renunciar a la ética para conseguir ser un profesional. 

La obsesión por el éxito se representa, quizás de una forma demasiado básica, en la relación del joven protagonista con su padre Thomas (Hans Petter Nilsen), que está desempleado y se refugia en la bebida, y al que su propio hijo considera un fracasado. También se desarrolla una trama romántica con Mina (Mariama Norah Ellingsen-Diagne) que no aporta demasiado al personaje, pero Bestia logra ser un drama adolescente solvente que plantea algunas cuestiones interesantes. Las estadísticas en Noruega indican que solo el 0,22% de los jóvenes aspirantes a ser jugadores de fútbol consiguen llegar a ser profesionales, lo que permite a la serie ofrecer una perspectiva muy certera sobre el grado de presión que sufren quienes sueñan con ese objetivo, alentados por la presencia constante en los medios de comunicación de los pocos casos de éxito. La historia está basada, de hecho, en el exitoso libro Bare spille ball (Solo juega al fútbol) (2018), la primera novela escrita por el exfutbolista Michael Stilson, que consiguió los principales premios como mejor libro juvenil y se convirtió en un best-seller en Noruega. La novela sigue a un joven aspirante que acaba jugando en la Bundesliga, por lo que la serie podría tener continuación en próximas temporadas. 

Bestia ha sido creada y escrita por el cineasta sueco Ernst De Geer y el danés Mads Stegger, ambos formados en la Escuela de Cine de Noruega, quienes crearon anteriormente la serie Nach (Discovery+, 2021-) y recientemente han logrado una importante repercusión con su primer largometraje Hipnosis (Ernst De Geer, 2023), que consiguió el premio al Mejor Actor (Herbert Nordrum) en el Festival de Karlovy Vary '23. La propuesta del director Ole Sebastian Kåss se apoya en un estilo dinámico que incorpora con acierto la utilización de los colores apagados y cierta tonalidad oscura para reflejar la psicología de los personajes, mientras la relación entre Elias y Mina tiene una tonalidad casi de ensueño, como una especie de liberación de las tensiones diarias. La serie funciona bien en las interrelaciones del equipo, en especial el sentido de comunidad que sin embargo acaba siendo dilapidada por las aspiraciones individuales de los jóvenes jugadores. Como curiosidad, esta producción consiguió en abril de 2023 un éxito destacado en Noruega, también impulsado por informaciones de la prensa rosa. Y es que la misma semana que se estrenaba la serie, se hacía pública oficialmente la relación entre el actor protagonista Max Campbell y Leah Isadora Behn, hija de la princesa Marta Luisa y nieta del rey Harald, aunque pocos meses después se separaron. 

Colin de cuentas (Temp. 2)
 ★★★★
Movistar+, 25 de julio-15 de agosto
Australia, 2024 - 8x27'
Creada por Patrick Brammall, Harriet Dyer
Dirigida por Trent O'Donnell, Robyn Butler, Wayne Hope, Madeleine Dyer
AACTA '24: Mejor Comedia 
Gotham TV '24: Mejor Comedia, Mejor Actriz de Comedia (Harriet Dyer)

El éxito casi inesperado de la primera temporada de esta serie acabó convirtiendo la alfombra roja de los premios Bafta TV en una muestra constante de estrellas de la televisión y el cine británicos que se declararon admiradores, desde Imelda Staunton hasta David Tennant, pasando por Jason Isaac. De hecho, uno de los principales referentes confesados de esta producción australiana es una comedia de pareja inglesa, la vitriólica Catastrophe (Channel 4, 2015-2019), con la que comparte ese tipo de relación en la que la pareja no necesariamente funciona todos los días, sino que tiene altibajos, inseguridades y dudas. Pero en la primera temporada, Colin de cuentas (Movistar+, 2022-) se permitió una cierta extravagancia a la hora de construir la comedia, desde la forma en que se conocen los dos protagonistas (basada en una experiencia real de ella en la que tropezó cuando se quedó mirando a un chico atractivo sin camiseta), hasta la introducción de algunos personajes francamente incómodos, como el profesor Lee (Darren Gilshenan), que sigue manteniendo sus dudosas actividades. La serie está creada por los actores Patrick Brammall y Harriet Dyer, casados en la vida real después de conocerse en el rodaje de la comedia No activity (Stan, 2015-2018), también escrita y protagonizada por él. Pero en esta segunda temporada Ashley (Harriet Dyer) y Gordon Crapp (Patrick Brammall), cuyo apellido ya fue objeto de numerosas bromas en la temporada anterior, están inmersos en su relación después de varias idas y venidas, y además tienen que resolver una decisión que tomaron respecto al perro que da título a la serie. En el episodio Bendiciones (T1E1) se vuelven a preguntar si no es la responsabilidad de cuidar a Colin (Buster) la que mantiene una relación en la que la diferencia de edad marca el paso de la Generación X a la Generación Y. No es un gran spoiler contar que el canino minusválido seguirá teniendo mucha importancia en esta segunda temporada. Pero se introduce una mayor mordacidad respecto a cuáles pueden ser las debilidades de una pareja que ni siquiera comparte amigos comunes, porque se mueven en dos ambientes completamente distintos. Cuando conocen al hermano de Gordon, Alistair (Justin Rosniak, uno de los protagonistas de Mr. Inbetween (Disney+, 2018-2021)) en el episodio Heavy (T2E3), que es el apodo que recibe en la familia, surgen cuestiones como el número de relaciones sexuales que ha tenido Gordon, conocido por un pasado bastante activo a este respecto. La primera temporada de Colin de cuentas logró el pasado mes de febrero el premio a la Mejor Comedia en los galardones de la Academia de Cine y Televisión de Australia (AACTA), el único de sus diez nominaciones, y este mes de junio los premios Gotham TV a la Mejor Serie de Comedia y Mejor Actriz de comedia

Las pequeñas dudas distorsionan una relación que siempre se encuentra con obstáculos o con malos entendidos, pero al mismo tiempo la construye y la fortalece a través de estas grietas de confianza que finalmente sirven como armazón para mantenerla en estado de efervescencia. Y dentro de su sentido del humor ácido nos introduce en los entresijos de la convivencia, desde cómo interpretar que tu pareja se masturbe viendo porno hasta cuáles pueden ser las consecuencias de tirarse un pedo en la cama. Como Catastrophe, también en Colin de cuentas hay muchos diálogos largos que se intercambian la pareja protagonista, y esa es una de sus principales fortalezas, porque los dos guionistas saben mantener la tensión constante, ser punzantes y hasta algo irreverentes, ayudados por el hecho de que Harriet Dyer y Patrick Brammall, al que también podemos ver en Evil (Syfy, 2019-2024), han adoptado perfectamente el tono necesario de sus personajes. Pero quizás el episodio más interesante es el que los separa, Waterfall (T2E5), una especie de Jo, ¡qué noche! (Martin Scorsese, 1985) que juega con los puntos de vista: primero vemos el de Gordon y después el de Ashley, en el que la serie recupera esos momentos extravagantes que destacaban en la temporada anterior, especialmente en el segmento protagonizado por Harriet Dyer, una actriz de notables recursos como pudimos ver en la película de terror Killing ground (Damien Power, 2016). La segunda temporada también define más claramente la reticencia al compromiso que tiene Ashley, quizás por la propia relación algo extraña de su madre Lynelle (Helen Thomson) con el profesor Lee. Desde luego, los referentes familiares de los protagonistas no son efectivamente modélicos: Lynelle decide fundar una asociación llamada Women Against Women Against Men (Mujeres contra Mujeres contra los Hombres), mientras que la visita de ambos a la familia Crapp en el episodio Yass King (T1E6), dirigido por Madeleine Dyer, hermana de Harriet Dyer, se desarrolla de una forma poco amistosa y con un desenlace inesperado. De alguna manera, los pequeños pasos que Ashley y Gordon dan a lo largo de esta temporada parecen señalarles el camino de la separación, con un lógico y embarazoso final, de manera que la pregunta principal que lanza la serie es si puede sobrevivir una relación a las continuas muestras de desconfianza que provienen de la falta de comunicación, los pequeños secretos, la diferencia generacional y la escasa conexión con los amigos y con sus respectivas familias. O las relaciones se mantienen precisamente porque van sorteando obstáculos que las hacen más sólidas. 


Hipnosis se estrena en cines el 9 de agosto. 
Crossing se estrena en cines el 4 de octubre. 
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Películas mencionadas:

Kingmaker 
se puede ver en Kocowa.
Broker, Solo nos queda bailar, Joyland, Hierve y Jo, ¡Qué noche! se pueden ver en Filmin. 
Memories of murder (Crónica de un asesino en serie) se puede ver en Filmin y Prime Video. 
Parásito se puede ver en Filmin y Movistar+. 
La batalla del dragón se puede ver en Prime Video. 
Avatar: El sentido del agua se puede ver en Disney+. 
Frenético y Redada asesina se pueden ver en Movistar+.
Atracción fatal se puede ver en Movistar+ y Netflix. 
La peor persona del mundo y Drive my car se pueden ver en RTVE Play. 
Costa Brava, Líbano se puede ver en Filmin y Netflix.
Nadie sabe se puede ver en Acontra+, Filmin y Movistar+.
Still walking se puede ver en Acontra+ y Movistar+.
Los asesinos de la luna se puede ver en Apple tv+. 
El arte de pensar negativamente y Detective Downs se pueden ver en Netflix. 
Otra ronda se puede ver en Filmin, Max y Movistar+.


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