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17 septiembre, 2025

Festival de Toronto 2025: Parte 2 - Resistencias

Nuestra segunda parte dedicada a esta breve mirada al Festival de Toronto, recoge de nuevo algunas películas premiadas y series internacionales seleccionadas dentro de la sección Primetime. Pero aprovechando la esfera canadiense, este pasado fin de semana se ha celebrado la ceremonia de entrega de los premios Gémeaux, que reconocen la producción televisiva en lengua francófona en la provincia de Quebec, desafiando cada año la repercusión de la gala de los Emmy por coincidir en su convocatoria. Como es habitual en muchos países, los premios se entregaron repartidos en tres ceremonias celebradas a lo largo del fin de semana en Montreal, con la transmisión por televisión de la gala principal. La vencedora en la categoría de Serie Dramática fue la segunda temporada de Le temps des framboises (Tiempo de frambuesas) (Illico+, 2022-2025), ganando como Mejor Serie, Guión, Dirección, Actriz de reparto (Karine Lagueux) y Dirección artística. Se da la circunstancia de que Florence Longpré, creadora de la serie junto a Suzie Bouchard, recoge el premio de guión, aprovechando para reivindicar la compra de productos locales, el mismo año que ha conseguido un notable éxito con su serie Empathie (Crave, 2025), creada y protagonizada por ella, que no entraba en esta edición de los Gémeaux por estrenarse en abril. Así que el año próximo podría subir de nuevo a recoger más de un premio por una excelente serie que vimos en Séries Mania y competirá en el Serielizados Fest. En la categoría de lo que denominan Serie Anual, los premios principales fueron para Sorcières (Brujas) (TVA, 2023-2025), como Mejor Serie Dramática, Dirección,  Guión, Actriz principal (Céline Bonnier), Actor de reparto (Stéphane Gagnon), Actriz de reparto (Marie-Claude Guérin) y Peluquería. Aunque el equipo se está recuperando de la cancelación de la serie tras dos de las tres temporadas previstas. En la categoría de Comedia, la vencedora fue Qui a poussé Mélodie? (¿Quién empujó a Mélodie?) (Téle-Québec, 2025-), una historia de misterio que se proyectará en el Festival de La Fiction, recibiendo los premios a Mejor Comedia, Dirección, Sonido y Vestuario. Otras series que hemos comentado han destacado en los Prix Gémeaux, como Chef d'orchestre (ICI Tou.tv, 2025), que ganó como Mejor Serie Digital de Comedia y Guión, escrito por su director y protagonista Stéphane Lafleur; el drama juvenil T-Rex (Télé-Québec, 2024-), Mejor Serie Digital de Drama, Dirección y Actor novel (Tom-Éliot) y la encantadora Les méteórites (ICI Tou.tv, 2024), Mención Especial en Cinema Jove, reconocida por su repercusión en el extranjero. 

To the victory!

Valentyn Vasyanovych

Ucrania, Lituania 2025 | Platform | 

Toronto '25: Mejor Película Platform


El director Valentyn Vasyanovych (1971, Ucrania) ha abordado el inevitable tema de la guerra de Ucrania en sus dos películas anteriores: Atlantis (2019), que ganó el premio Orizzonti del Festival de Venecia, y Reflection (2021), que también participó en la muestra veneciana. Ahora estrena en el Festival de Toronto su última mirada a las consecuencias del conflicto, consiguiendo el premio a la Mejor Película en la sección Platform. Pero él mismo afirma que, aunque hay una continuación temática con las anteriores, no tiene claro si To the victory! (Valentyn Vasyanovych, 2025) cierra una trilogía porque posiblemente vuelva a abordar la guerra en otros proyectos, opinando que va a ser el tema central de la cultura ucraniana durante muchos años, incluso después de que acabe. Precisamente la película imagina un futuro cercano con el conflicto concluido, una historia que transcurre en 2026 mientras las noticias alertan sobre la crisis de despoblación que está sufriendo Ucrania, debido a los muchos ciudadanos que salieron del país y ya no tienen intención de volver. Entre ellos se encuentran Sofia (Marianna Novikova) y Yustia (Nika Myslytska), esposa e hija de Valyk (Valentyn Vasyanovych), un director de cine que está preparando una película titulada To the victory! sobre la separación de una pareja debido al estallido de la guerra. Ellas se han marchado a Viena, donde se han establecido y han comenzado una nueva vida sin tener intención de regresar; la propia Sofia, después de leer el guión que ha escrito su marido antes de marcharse, afirma haber entendido que el final de la historia es inevitablemente el de la separación definitiva. En algunas escenas, como la conversación que mantiene Valyk con su hijo Yaryk (Hryhoriy Naumov), se introduce el equipo técnico de la película que ya está rodando, de forma que se establece una metanarrativa que aporta una mirada de autorreflexión sobre el propio director, a la manera del último cine personal de Jafar Panahi. To the victory! se mueve por tanto en un terreno ambiguo entre la ficción y la realidad de los personajes, mezclando secuencias en las que la cámara está presente como una segunda perspectiva que proporciona una mirada distanciada, con otras en las que parece que la acción es la que vive realmente el protagonista. El director, que interpreta una versión de sí mismo después de que el actor profesional que comenzó la película no pudiera terminarla por la agenda que establecía su participación en el ejército ucraniano, ha basado el guión en su experiencia, viviendo separado de su esposa y su hija, mientras él ha permanecido en Kiev como la mayor parte de los ucranianos aptos para la guerra. En muchas ocasiones no tenemos claro si lo que estamos viendo es la película dentro de la película o la historia real de los personajes, lo que puede provocar cierta confusión, pero también establece una sensación de irrealidad en la que la narrativa creada desde la imaginación se mezcla con la realidad, una atmósfera que expresa la incertidumbre del presente.

To the victory! se revela así como una mezcla de meditación personal y reflexión general sobre las consecuencias de un conflicto que ha cambiado definitivamente a Ucrania, separando y desestructurando familias, despoblando el territorio y estableciendo una especie de melancolía en torno a la soledad y el aislamiento. No hay soldados ni bombardeos en la película, pero la guerra está presente a través de la atmósfera de vacío que rodea a los personajes, un trauma psicológico que es difícil de superar. Y en los escenarios elegidos, como un cementerio en el que el padre de Valyk le pide que le incineren cuando muera, porque ya no espacio para enterrar más muertos, o unas avenidas vacías por las que su hijo aprende a conducir. Valentyn Vasyanovych utiliza los habituales planos estáticos de sus películas anteriores para mostrar conversaciones que abordan temas cotidianos sobre las relaciones personales, la amistad o la forma de continuar con el rodaje de su proyecto, tan aparentemente superficiales como impregnadas de una inquietud profunda que describe el panorama emocional que ha quedado en el país después de la guerra. En una videoconferencia durante la proyección de su película, su propia esposa participa preguntando a Valyk si cree más en la familia o en la autorrealización, estableciendo la confrontación entre los ucranianos que se fueron para sobrevivir pero ya no quieren volver, y los que decidieron permanecer en el país: "Si todos hubiéramos salido de Ucrania, no quedaría más que un territorio vacío", responde el director. De manera que estas escenas plantean preguntas y reflexiones que están latentes, incertidumbres sobre el presente y el futuro de un país como Ucrania: "He contestado preguntas en el guión que no sabría responder en la realidad", dice Valyk. Pero las estelas de la guerra sí están presentes, como cuando durante la grabación de una escena de su película, su amigo Vlad (Vladlen Odudenko) sufre una herida en la pierna debido a una mina que ha quedado enterrada en la playa. La perspectiva del director mantiene, sin embargo, una mirada irónica y humorística en el desarrollo de las escenas, ya sean las que representan a la película dentro de la película, o las que reflejan la supuesta realidad. Y ese es uno de los elementos más interesantes de su planteamiento, aunque se traten temas tan complejos como la soledad, el trauma y el suicidio. Valentyn Vasyanovych se ha mostrado crítico con la situación del cine en Ucrania antes de la guerra, debido a la "incompetente gestión de la industria cinematográfica". También plantea algunas reflexiones irónicas sobre el cine, como la manera de financiar películas como ésta y lo que quieren ver los inversores extranjeros en una producción ucraniana. Pero aunque juega con la narrativa dentro de sí misma, consigue distanciarse lo suficiente como para reflexionar sobre la posibilidad de utilizar el cine como una herramienta de supervivencia, mental y física. El título To the victory!, hace referencia a un brindis durante la 2ª Guerra Mundial que ahora ha regresado para formar parte, de nuevo, del futuro de un país con heridas que van más allá de la destrucción material. 

Laundry

Zamo Mkhwanazi

Sudáfrica, Suiza 2025 | Discovery | 


Los años sesenta fueron un momento importante para la denuncia internacional del apartheid en Sudáfrica: en 1960 se produjo la masacre de Sharpeville, que fue el origen del Día Internacional contra el Racismo, mientras el resto de países africanos comenzaban su liberación de los colonialismos europeos; en 1963, la cantante y activista Miriam Makeba realizó una declaración histórica en la sede de las Naciones Unidas en contra del apartheid; y en 1968, el activista por los derechos humanos Martin Luther King murió asesinado en los violentos Estados Unidos. Precisamente esa época y concretamente ese último año es en la que está situada la historia de Laundry (Zamo Mkhwanazi, 2025), primer largometraje de la directora que se inspira en una historia familiar cuando su abuelo materno regentó una lavandería popular, hasta que en 1954 los afrikáner se la arrebataron, perdiendo su sustento. Pero la realizadora construye una historia ambivalente que habla de las esperanzas de futuro y de la resistencia incluso a través de pactos controvertidos con las autoridades. La lavandería que pertenece a la familia del protagonista, el joven Khuthala (Ntobeko Sishi), es el único negocio en manos de personas de raza negra que ha conseguido permanecer abierto en el centro de Johannesburgo. Su padre Enoch (Siyabonga Shibe), un héroe de guerra, mantiene una colaboración misteriosa con uno de los políticos principales de la ciudad, lo que le permite disfrutar de una exención, y aún así recibe la visita de inspectores que siguen presionándole para que abandone el centro de la ciudad y abra un nuevo negocio en los barrios pobres. Aunque la familia depende económicamente de la lavandería, Khuthala y su hermana Ntombentle (Zekhethelo Zondi) tienen otros sueños de futuro. Khuthala es un joven músico que toca el saxofón y la guitarra, amante del jazz, y quiere viajar a Estados Unidos para desarrollar una carrera musical. Para ello, convence a un grupo liderado por la cantante Lilian Mkhize (Tracy September) para que le permita incorporarse a los ensayos y, tras algunos intentos fallidos, logra ser aceptado como parte de la formación. Hay una secuencia de seis minutos que muestra una improvisación de la banda durante una sesión de ensayos, que es absolutamente apabullante. Sin embargo, Enoch es encarcelado por enfrentarse a uno de los funcionarios blancos del ayuntamiento, y Khuthala debe asumir junto a su madre Magdalena (Bukamina Cebekhulu) la responsabilidad de mantener el negocio en marcha. La directora, que ha dedicado parte de su carrera a dirigir series de televisión como A place called home (SABC, 2006) y participó en la película colectiva South Africa Factory (2016), aborda los conflictos y las contradicciones del apartheid a través de la descripción de una familia que se enfrenta a sus propios desafíos, desde el resentimiento del silencio hasta las ambiciones casi inalcanzables. 

Laundry ha sido rodada en los barrios de Roksburg y Benoni, al este de Johannesburgo, que debido a que se trata de zonas económicamente deprimidas, han recibido pocas inversiones para modernizarse y por tanto han mantenido buena parte de la fisonomía de las construcciones del pasado, especialmente de los años sesenta. Pero en el aspecto visual la directora ha querido ofrecer una textura colorista y vital, que se apoya en una excelente fotografía de Gabriel Lobos (1975, Suiza), quien ha trabajado en numerosos episodios de la serie Servant (Apple tv+, 2019-2023). La propia Zamo Mkhwanazi refuerza la expresividad de los rostros de sus protagonistas, a través de lo que ella denomina "la apreciación artística de la piel negra como lienzo". Hay una textura absolutamente hermosa en esos contrastes de colores primarios que se reproducen en el interior de la lavandería, que contrasta con el tono cálido del interior de la casa de Lilian, que ha mantenido una relación secreta con el padre de Khuthala, y el tono más frío que adquieren las oficinas del ayuntamiento a las que acude Enoch para demostrar su exención a la llamada Ley de Áreas de Grupos, que establecía que en determinadas zonas de la ciudad los africanos de raza negra no podían establecer sus negocios. Quizás este retrato de los afrikáner puede resultar algo estereotipado en cuanto a la crueldad y el abuso con el que tratan a las otras razas, pero de alguna manera refleja que todavía queda mucho camino por recorrer en la idealista armonía racial. Laundry se siente en ocasiones un drama algo convencional, sin demasiados riesgos, pero tiene en sus interpretaciones y en la fuerza visual sus principales virtudes. También ofrece una visión interesante sobre cómo la sombra de la corrupción y la traición que provocan sistemas totalitarios como el apartheid acaba contaminando incluso a las víctimas de éste, situándolas en una encrucijada compleja entre la supervivencia y la fidelidad a sus ideas. Lo que plantea un acercamiento al racismo y sus ramificaciones que acaba siendo realmente inquietante, a pesar de que la película también trata de establecer una cierta esperanza. Khuthala acaba experimentando una madurez que le obliga a sobrevivir a cualquier costo, mientras su hermana Ntombentle, a la que sus padres quieren internar en un colegio de monjas, no está dispuesta a resignarse a no ser escuchada, frente al mayor apoyo familiar que recibe Khuthala. Laundry es un sólido drama que sigue un camino narrativo tradicional, pero que construye una mirada inteligente hacia las fisuras que provoca el racismo, reflejando la supervivencia a través de la música como herramienta de resistencia, porque no ha podido ser arrebatada por el contagio de la llamada civilización occidental. 

Nuns vs. the Vatican

Lorena Luciano

Estados Unidos 2025 | TIFF Docs | 


Tras la muerte del Papa Francisco se han mencionado los esfuerzos de su pontificado por atacar los abusos sexuales en el seno de la iglesia católica, pero parecen escasos cuando se escuchan testimonios de víctimas que siguen teniendo que ocultar sus rostros por miedo a ser reconocidas por sus familias o deben enfrentarse a negaciones públicas de sus denuncias. El documental estrenado en Toronto Nuns vs. the Vatican (Lorena Luciana, 2025) incide en el continuado empeño de la jerarquía eclesiástica por considerar la investigación y el juicio contra los abusadores como un asunto interno, utilizando el privilegio de mantenerlos fuera de los ámbitos judiciales tradicionales. Lo que, según indica un experto, significa que sus acciones serán consideradas como un pecado, no como un delito. Uno de los sacerdotes jesuitas denunciados, el padre Marko Rupnik, ya fue excomulgado en 2020, pero la excomunión fue levantada un mes después, una decisión que solo pudo tomarse con la autorización del Papa Francisco. Esta aproximación a las denuncias de abusos sexuales cometidos contra jóvenes novicias de la iglesia de San Ignacio de Loyola está dirigido por Lorena Luciano, ganadora de dos premios Emmy por el documental Refugiados: Escapando del caos (Lorena Luciano, Filippo Piscopo, 2018) y producido por la actriz Mariska Hargitay, conocida por su papel protagonista en la serie Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales (Calle 13, 1999-2025), que este mismo año ha estrenado como directora en el Festival de Cannes su elogiado documental Mi mamá Jayne (2025), dedicado a su madre, la estrella de Hollywood Jayne Mansfield. Uno de los aspectos más relevantes de esta historia es la exclusión de las mujeres como víctimas de abusos sexuales, como señalaba Barbara Dorris durante su etapa como directora de la Red de Supervivientes de Abusos Cometidos por Sacerdotes (SNAP): "La mayor parte de los medios de comunicación han destacado los abusos contra hombres. La iglesia ha enmarcado estos casos como un asunto principalmente homosexual, borrando a las mujeres del debate y provocando por tanto que más de la mitad de las víctimas hayan desaparecido del discurso". Ella misma fue una superviviente de estos abusos y en la actualidad ejerce como activista, señalando que el problema para las jóvenes que sufren este tipo de ataques es que no es fácil salir de su entorno: "Ser católico es algo más que la religión. Es tu comunidad, tu parroquia. Es el lugar donde vas a la escuela. Donde socializas. Así que si te vas, te quedas sin nada". Otra de las participantes en el documental, Lucetta Scaraffia, fundadora de la revista Donne Chiesa Mondo, un suplemento del periódico L'Osservatore dedicado a las mujeres en el mundo eclesiástico, señala que las palabras del Papa Francisco durante una rueda de prensa sobre estar trabajando en la investigación de casos de abusos no eran ciertas, pero al menos señalaban que había una conciencia del problema dentro de la jerarquía. 

Como suele suceder en estos casos, Nuns vs. the Vatican tiene su principal fortaleza, pero también sus momentos más duros, en los testimonios personales de víctimas de los abusos. Marko Rupnik es uno de los casos más claros de cómo el Vaticano suele gestionar este problema: ya se conocían casos de abusos sexuales practicados por el sacerdote jesuita en una iglesia de su Eslovenia natal, de la que fue expulsado. Pero eso no impidió que volviera a cometerlos cuando inició su estudio artístico de diseño de grandes murales en mosaico, con los que estableció un negocio que le aportó grandes beneficios económicos, gracias a los encargos que se realizaron por parte de iglesias de todo el mundo. Gloria Branciani y Mirijam Kovac (en la imagen) fueron las dos ex-monjas que denunciaron en 2024 al sacerdote Marko Rupnik, como rostros visibles de una serie de acusaciones de otras mujeres, algunas de ellas manteniendo el anonimato para evitar que sus familias conocieran el problema. Ambas son también los dos testimonios principales del documental: Gloria sufrió abusos en el estudio artístico del sacerdote mientras elaboraban los murales que después se han reproducido en muchas iglesias. De ahí que una de las peticiones principales de las víctimas haya sido la eliminación de estos murales como muestra de respeto, una orden que finalmente dio el actual Papa León XIV el pasado mes de junio, ordenando que los murales físicos de Marko Rupnik fueran tapados y sus imágenes eliminadas de la página web del Vaticano. Como suele ser habitual, las denunciantes se han enfrentado a los comentarios usuales sobre la posibilidad que tuvieron de abandonar el estudio o la iglesia, poniendo en duda su condición de víctimas. Pero una de las características principales de los abusadores católicos es la utilización de su estatus jerárquico respecto a la inocencia del espíritu idealista de las jóvenes: "Queríamos seguir a Dios juntas como hermanas religiosas. Él me decía que para crecer espiritualmente debía abrazar mi sensualidad. Al principio hablábamos de arte, de política, de literatura, pero poco a poco todo fue centrándose en la conexión física", afirma Gloria Branciani. El estreno de Nuns vs. the Vatican coincide con la publicación hace unos meses del libro Stupri Sacri (Violaciones sagradas) (2025) escrito por Laura Sgrò, abogada del Tribunal de Apelación del Estado de la Ciudad del Vaticano, que lleva el proceso de las denunciantes, también centrado en los casos de Gloria Branciani y Mirjam Kovac. Con una estructura cronológica, el documental sigue la evolución de las denuncias y emociona en el trasfondo de la rueda de prensa celebrada en 2024 en la que se expusieron los casos de las monjas, mostrando la solidaridad y la liberación emocional que supone para las víctimas hablar de su experiencia de manera pública. A partir de esa comparecencia, otras treinta ex-monjas han roto su silencio: "El abuso con mayúsculas supone al abuso de la conciencia. Ese que puede llegar a destruir a una persona", dice Gloria. 

Rise of the Raven

Hungría, Alemania, Austria 2024 | TV2, 10x60' | Temporada completa | Primetime | ★★ 

Creada por Balázs Lengyel, George Mihalka

Dirigida por Robert Dornhelm, Orsi Nagypal, Attila Szász, Balázs Lengyel


El pasado Fantasia Festival dedicó un homenaje al cineasta George Mihalka (1953, Hungría), con una larga trayectoria internacional que comenzó a destacar con el slasher San Valentín sangriento (1981), y cuyo último proyecto ha sido la producción de una serie histórica sobre la figura del legendario János Hunyadi, apodado "el Cuervo" por su animal heráldico, al que se considera el principal responsable de evitar que el Imperio Otomano invadiera la actual Europa a través del Reino de Hungría, en el siglo XV. Creada por Balázs Lengyel y George Mihalka, Rise of the raven (TV2, 2025) es una historia épica que está basada en los libros publicados por el reconocido historiador y escritor Bán Mór, que dedicó siete novelas a la figura del guerrero, aunque en España solo se ha publicado su libro Soldado de Dios 1456 (2015, Ed. Verbum). Producida por el canal de televisión húngaro TV2, en coproducción con Beta Films (Alemania) y el canal ORF (Austria), es una ambiciosa serie que trata de incluir en diez episodios un período histórico de tres décadas, por lo que a veces se siente tan apresurada como el drama histórico Rey y conquistador (HBO Max, 2025), pero consigue ser más espectacular en muchos momentos. El presupuesto de la serie ha sido de 56 millones de euros, que es aproximadamente el coste que tuvieron las primeras temporadas de Juego de tronos (HBO Max, 201-2019), aunque posteriormente fueron aumentando hasta los 76 millones, muy por debajo de los 170.000 millones de euros que costó la primera temporada de La casa del dragón (HBO Max, 2022-). Las referencias son inevitables porque hay una cierta similitud en la estructura narrativa, empezando por una secuencia de títulos que recuerda mucho a la de Juego de tronos, pero que está realmente bien producida. Las suspicacias sobre el hecho de que el Fondo Cinematográfico Húngaro aportara la mitad del presupuesto, lo que podría convertir la serie en una herramienta de propaganda política del gobierno de Viktor Orbán, comenzaron a disiparse cuando directores como Robert Dornhelm comentaron en medios de comunicación que abandonarían el proyecto si notaban que había algún tipo de influencia política. De hecho, los espectadores húngaros se sorprendieron cuando en el episodio Rey de reyes (T1E2) se incluyó una breve escena lésbica, que contravenía la homófoba Ley de Protección Infantil de 2021 dictada por el gobierno, que prohíbe la exposición pública de la homosexualidad. En la emisión repetida de la serie esta escena fue eliminada, junto a otras escenas de contenido sexual que, todo hay que decirlo, tienen una única mirada masculina (hay solo desnudos femeninos) y a veces resultan algo gratuitas. Como decíamos, la historia abarca desde la batalla de Balambóc en 1428 hasta el liderazgo de János Hunyadi (Gellért L. Kádár) el ejército cristiano en la victoria de Belgrado de 1456, pasando por otras decisivas batallas como la de Varna, en la que el Imperio Otomano liderado por Murad II (Murathan Muslu) y el sultán Mohamed II (Ulaşcan Kutlu) derrotó al ejército húngaro del rey Vladislao (Krisztián Csákvári) incapaz de decir unas palabras de ánimo a sus soldados, en el episodio El representante de Alá en la Tierra (T1E7). 

Rodada en escenarios naturales de Hungría y en un set medieval situado cerca de Budapest que se ha utilizado para series como The last Kingdom (Netflix, 2015-2022) y The witcher (Netflix, 2019-), las escenas de batalla lucen adecuadamente espectaculares y sucias, envueltas en lluvia y barro, con cámara en mano dentro de los enfrentamientos, bajo la dirección de Balázs Farkas, que ha trabajado en películas como Alien: Romulus (Fede Álvarez, 2024). Pero si en el aspecto técnico y épico no se le puede reprochar gran cosa a esta propuesta internacional, tiene más problemas para desarrollar a sus personajes, demasiado absorbidos por los acontecimientos históricos generales para conseguir un adecuado progreso individual que no se quede en la superficialidad. Hay algunos intentos interesantes en los primeros episodios, especialmente en Emperador de Oriente y Occidente (T1E3), cuando János Hunyadi es seducido por las riquezas de Filippo María Visconti, Duque de Milán (Francesco Acquaroli), quien trata de asegurarse la defensa de su ducado manteniendo al guerrero en su territorio a través de la seducción de su sobrina Giulietta Di Brienza (Elena Rusconi) mientras le oculta las cartas que le envía su esposa Isabel Szilágyi (Vivien Rujder), lo que coloca al protagonista en una interesante disyuntiva moral. El amplio período de tiempo en el que se desarrolla la historia y las rápidas sucesiones de la época no permiten que algunos personajes permanezcan más de tres episodios, como el rey Alberto de Habsburgo (Laurence Rupp), Isabel de Luxemburgo (Mariann Hermányi) o incluso Vlad Tapes (Gábor Nagypál), conocido como "El Empalador". Hay personajes interesantes como el de la princesa Mara Branković (Franciska Töröcsik), hija del déspota serbio Đurađ Branković (Rade Serbedzija) y gran amor de János Hunyadi, que se acaba convirtiendo en la mayor confidente del sultán Mohamed II. Hay que reconocerle a Rise of the Raven su ambición, con un espectacular episodio final, La voz del silencio todopoderoso (T1E10), que dura una hora y media y está casi exclusivamente centrado en el asedio de Belgrado. En contra de la tendencia habitual últimamente, la utilización de las lenguas autóctonas aportan autenticidad, con diálogos que incluyen turco, latín, checo, alemán, serbio, italiano y húngaro. También contribuye una excelente banda sonora de compositor Asher Goldschmidt (1978, Hungría), que ha utilizado instrumentos solistas como el duduk, la gadulka y el kaval, procedentes de Europa del Este, para crear una paleta sonora local que convive con la espectacularidad de los coros y la orquesta. Esta miniserie ofrece una representación contundente, al parecer relativamente fiel a los hechos históricos, con un irregular desarrollo de personajes pero logrando el grado de épica histórica que necesitaba el personaje. 

Reunion

Reino Unido 2024 | BBC, 4x55' | Temporada completa | Primetime | ★★ 

Creada y escrita por William Mager 

Dirigida por Luke Snellin

Séries Mania '25: Mejor Actor (Matthew Gurney)


Tras su paso por Séries Mania, donde consiguió el premio al Mejor Actor en la sección Panorama, esta miniserie de cuatro episodios inspirada en los thrillers de venganza de los años setenta, pero con una textura de western que aporta el tema principal, comienza cuando Daniel Brennan (Matthew Gurney) sale en libertad condicional después de diez años en prisión por asesinar a su mejor amigo, Ray Mokhtar (Ace Mahbaz). Su primera intención es reencontrarse con su hija Carly (Lara Peake), que ahora ya es una adolescente, y con la que no ha tenido contacto en los años que ha permanecido en la cárcel. Pero también pretende acudir a la reunión anual de ex-alumnos que organiza su antiguo colegio, Hawthorne Park, para llevar a cabo una venganza relacionada con sus años como alumno. La libertad de Daniel tiene efectos colaterales en Christine Mokhtar (Anne-Marie Duff), la viuda del hombre asesinado, y su hija Miri (Rose Ayling-Ellis), pero también afecta a la nueva relación de Christine con el empresario Stephen Renworth (Eddie Marsan), quien parece tener una actitud comprensiva y respetuosa pero por otro lado está empeñado en conseguir que Daniel Brennan rompa su libertad condicional y vuelva a la cárcel. En realidad, resulta algo previsible un personaje que desde el principio parece ocultar una conexión con el protagonista, aunque se mantiene en suspense hasta el Episodio 3 (T1E3), en el que se resuelve toda la trama principal. Con un planteamiento inicial que establece las relaciones entre los personajes de una manera emocional, Reunion (BBC, 2025) se construye más como un drama familiar que como un thriller, pero mantiene algunas preguntas sin responder en la primera mitad, como la verdadera razón por la que se produjo la muerte de Ray y si ésta fue un asesinato. Este argumento escrito por William Mager podría ser el de uno de esos dramas criminales habituales en la televisión pública británica, pero hay un elemento que lo diferencia: Daniel es sordo y por tanto las circunstancias que le rodean son particularmente complicadas. Se apuntan detalles interesantes como el hecho de que ha perdido práctica en el BSL (Lenguaje de Signos Británico) después de pasar una década rodeado de presos oyentes. Esta idea de la incomunicación de una persona sorda en un entorno hostil es uno de los elementos más interesantes de la historia, que se extiende además a la propia falta de comunicación que ha tenido con su hija. Y, alejándose del habitual retrato positivo de la comunidad, convierte en protagonista a un hombre que también es rechazado por la comunidad de sordos de Sheffield, donde se desarrolla la historia. 

Christine quiere conocer la razón por la que Daniel asesinó a su marido, pero éste parece poco receptivo a reunirse con ella y darle explicaciones, y está más obsesionado con llevar a cabo un tipo de venganza que de alguna manera también es su forma de responder al continuo rechazo de su círculo. Una de las características principales de Reunion es que utiliza en buena parte de las relaciones entre los personajes el lenguaje de signos, un poco a la manera de la película española Sorda (Eva Libertad, 2025), no solo en la forma en que se comunica Daniel, sino también Miri, la hija de Christine. La actriz que la interpreta, Rose Ayling-Ellis, ha protagonizado recientemente el irregular thriller Code of silence (ITV, 2025), en el que también el lenguaje de signos es importante. La historia aporta una aproximación interesante a cómo la comunidad de sordos reduce aún más el círculo de relaciones de Daniel, y su rechazo por tanto tiene un mayor impacto en su vida, hasta el punto que acaba aislándose en una tienda de campaña a las afueras de la ciudad junto a Carly. El creador de la serie, William Mager, comparte con su protagonista el hecho de ser sordo y de haber nacido en Sheffield, por lo que tiene una manera muy cercana de aproximarse al personaje. La utilización del lenguaje de signos en buena parte de las escenas aporta una textura particular a la serie, por un lado envolviéndola en un silencio que quizás es demasiado roto por la permanente presencia de una banda sonora que pretende establecer una atmósfera de inquietud, pero también dotándola de un ritmo diferente. Afortunadamente, se recurre a los subtítulos en detrimento de la habitual "traducción simultánea" de los personajes oyentes. Sin embargo, el director Luke Snellin (1986, Inglaterra), quien dirigió la segunda temporada de la excelente comedia Feel good (Netflix, 2020-2021) y algunos episodios de Siempre el mismo día (Netflix, 2024), no termina de encontrar el equilibrio adecuado para evitar que este ritmo acabe siendo demasiado lánguido durante buena parte de las escenas, lo que perjudica al conjunto de la serie. La presencia en el reparto de actores consagrados como Eddie Marsan, espléndido protagonista de la miniserie El ladrón, su esposa y la canoa (Filmin, 2022) y Anne-Marie Duff, una de las hermanas de Bad sisters (Hermanas hasta la muerte) (Apple tv+,  2022-) aporta solidez a la serie, aunque sus personajes sean los más previsibles. Sin embargo, la historia está impulsada por una excelente interpretación muy gestual del actor Matthew Gurney a través de un personaje marcado por su pasado y por el sentimiento de incomunicación: "¿Sabes lo peor de ser sordo? Es cuando intentas decirle algo a la gente y no quieren escuchar. Así que aprendes a callar. Lo entierras todo dentro. Y el dolor crece, te recorre el cuerpo como un veneno", dice Daniel en el Episodio 4 (T1E4). Reunion comienza como un thriller de venganza que se va acercando progresivamente a un drama familiar y social sobre la incomunicación, siendo valiente en la utilización del lenguaje de signos, lo que le aporta un ritmo y una atmósfera particular. 

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Películas mencionadas (disponibles en la fecha de publicación):

Atlantis se puede ver en Filmin.
Refugiados: Escapando del caos y Mi mamá Jayne se pueden ver en HBO Max. 
San Valentín sangriento se puede ver en Filmin y SkyShowtime. 
Alien: Romulus se puede ver en Disney+. 
Sorda se puede ver en Movistar Plus+. 

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