
El Festival de Televisión de Montecarlo es el más antiguo dedicado al formato televisivo que se celebra en el mundo, fundado por el príncipe Rainiero III en 1961. Situado en la ciudad-estado de Mónaco, entrega cada año los prestigiosos premios Ninfa de Oro, que España recibió por primera vez en 1967 por el episodio El asfalto (1966) de Historias para no dormir (TVE, 1966-1982) y por última vez en 2018 por La casa de papel (Netflix, 2017-2021), aunque las series españolas han recibido otros galardones recientemente como La ley del mar (TVE, 2024), que logró el premio Cruz Roja. En esta edición, que se inauguró el pasado viernes, no habrá oportunidad de ser galardonados porque no hay ninguna producción española seleccionada. Desde los años ochenta, el festival se ha convertido en un mercado de televisión que ha tenido que competir en cierta manera con el MIPTV de Cannes, y una de las actividades más importantes es el denominado Business Content, que reúne a productores y distribuidores de televisión en uno de esos entornos de lujo que tanto le gustan a los productores. Con el apadrinamiento del príncipe Alberto II de Mónaco, que acude a las ceremonias de inauguración y clausura, entregando los premios especiales, el Festival de Televisión de Montecarlo ofrece algo más que el estreno de producciones de perfil más comercial que componen su programación, con destacados paneles de profesionales que reflexionan sobre el medio audiovisual.
Este año, los premios de honor reconocidos con una Ninfa de Plata son para el actor Pierre Arditi (1944, Francia) y la actriz Robin Wright (1966, Texas), que hoy mismo participa en una conversación con la productora Rola Bauer, quien hasta hace unos meses era directora de series internacionales de Amazon MGM Studios. El premio a la Mejor Promesa se entregó en la inauguración a la actriz Jaz Sinclair (1994, Texas), una de las protagonistas de Generación V (Prime Video, 2023-), y por primera vez se concede el Premio Digital, que ha querido reconocer a Lucas Adrien Hauchard (1996, Francia), conocido como Squeezie en su popular perfil de YouTube. Tratando de encontrar un equilibrio entre las producciones más comerciales que traen rostros populares a la Costa Azul con un compromiso social a través de títulos que abordan temas de actualidad, la programación del Festival de Montecarlo ofrece una variada selección un tanto irregular. La inauguración, por ejemplo, no fue un estreno mundial sino la serie norteamericana Watson (Movistar Plus+, 2024-), un procedimental de televisión por cable estrenado en numerosos países.
Entre los invitados de este fin de semana, han participado en un Fan Meeting Sopé Dìrísù y Narges Rashidi, protagonistas de Gangs of London (SkyShowtime, 2020-), y el productor Hugh Warren comentó la forma en que afrontan una cuarta temporada con numerosos cambios a partir de los acontecimientos que se producen en la tercera, con nuevos personajes y prometiendo que podemos "esperar lo inesperado", que es una forma de no decir nada. Siendo una serie en la que cada temporada cuenta con un showrunner y director diferentes, aún no se ha confirmado el director de la próxima. También se celebra hoy un encuentro entre Rola Bauer y el productor David W. Zucker, director creativo de la productora Scott Free, de Ridley Scott, quien hablará sobre sus últimas producciones: Ladrones de drogas (Apple tv+, 2025) y Alien: Planeta Tierra (Disney+, 2025). En nuestras crónicas del Festival de Televisión de Montecarlo, nos centramos en su programación oficial y las producciones seleccionadas en la sección de Documentales e Informativos, que ofrecen un panorama de realidad impactante en medio de un entorno de casinos y yates.
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© Nicklas Maupoix, Nicklas Elmrin / Viaplay ContentVanguardSuecia 2025 | 5x45' | Temporada completa | Sección Oficial Ficción | ★★★★☆ Creada por Alex HaridiDirigida por Goran KapetanovićMontecarlo '25: Ninfa de Oro Mejor Serie de Ficción, Mejor Actor (Jakob Oftebro)
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Desde su título original, Stenbeck, hasta el título internacional, Vanguard (SVT, 2025), parece claro que la figura del multimillonario Jan Stenbeck (1942, Suecia-2002, Francia) es principalmente local, reconocido como uno de los magnates de la comunicación en Suecia pero más desconocido en el ámbito internacional, aunque llegó a tener la idea de comprar una antigua base norteamericana en Vietnam para convertirla en una especie de ciudad parecida a Hong-Kong. Se cuenta de él que fue un hombre de negocios visionario pero agresivo con sus competidores, y se refleja en la miniserie que sus ataques de ira le llevaban a humillar y maltratar verbalmente a sus subordinados, recordándoles que no serían nada si no fuera por él. Jan Stenbeck fue un millonario con buenas ideas que desarrollaban otros, y algunos le comparan con Donald Trump, aunque nunca estuvo interesado en la política. Por lo que muestra esta historia que recorre su trayectoria desde 1975 hasta que murió de un infarto en 2002, se parece más a una especie de Silvio Berlusconi, porque fue principalmente el responsable de la televisión privada comercial TV3, desafiando la seriedad de la televisión pública. Frente a ésta, ofrecía en su programación concursos, telenovelas y azafatas con los pechos desnudos (las mamachicho suecas), pero ya se había enfrentado al sistema de telecomunicaciones monopolizado por el Estado, creando la primera compañía de telefonía inalámbrica, y utilizando los satélites que había comprado para su nuevo canal de televisión. En Suecia está considerado como el máximo representante de la transformación de la sociedad, desde la Social Democracia de los años setenta al liberalismo de los noventa. La serie comienza en el episodio The other country - 1975 (T1E1), cuando Jan Stenbeck (Jakob Oftebro) trabaja en Morgan & Stanley con una vida alejada de Suecia y el comienzo de una familia en Estados Unidos cuando conoce a Merril McCloud (Zoe Boyle). Pero la muerte de su hermano, que dirigía la empresa familiar Kinnevik, líder en la industria del acero, y un cambio en el testamento de su padre, le llevan a regresar a Suecia para hacerse cargo de la dirección de la empresa. La crisis del acero provoca la necesidad de una reestructuración de un negocio ya obsoleto, por lo que Jan Stenbeck propone un nuevo modelo de negocio basado en la telefonía móvil, lo que le lleva a enfrentarse, incluso en los juzgados, a sus hermanas Margaretha (Malin Crépin) y Elisabeth (Julia Marko).
La serie se centra sin embargo, más en la vida privada de Jan Stenbeck que en sus múltiples negocios, limitándose a los sectores de la telefonía y la televisión, para ofrecer sin embargo una representación del poder y la soledad, con una familia en Estados Unidos a la que apenas atiende, enfocado en sus empresas, y con una relación superficial con sus más estrechos colaboradores. En el episodio
Just one more bite - 1991 (T1E5), una entrevista en televisión, menos amable de lo que Stenbeck pensaba, le pregunta cómo lleva "
que sus empleados se inclinen ante usted. Es sorprendente cómo negociadores duros se convierten delante de usted en perritos falderos", le dice la presentadora. Pero quizás el episodio que mejor refleja la dinámica familiar de Jan Stenbeck es
What Svensson wants - 1986 (T1E4), en el que una importante visita de compradores italianos relacionados con el negocio artístico de Merril acaba en una violenta discusión de pareja. El creador Alex Haridi (1979, Suecia), jefe de guionistas en la comedia
Amor y anarquía (Netflix, 2020-2022) y creador del nordic noir
Sanningen (TV4, 2023-), desarrolla un drama familiar que tiene ecos de tragedia griega, con un protagonista que vive la soledad del éxito y los sacrificios para mantener el poder, pero que no es tratado de una forma condescendiente, sino reflejando su prepotencia y su personalidad decadente. Aunque no se refleja en la serie, en los últimos años de su vida Jan Stenbeck se apartó de la vida pública y se retiró a una granja en Luxemburgo. Los cinco episodios se sienten escasos para adentrarse en los principales rincones de su trayectoria profesional y personal, pero
Vanguard es un drama bien elaborado que se sostiene sobre todo en la interpretación del actor noruego Jakob Oftebro, que suele trabajar en producciones suecas, y que ha ganado dos años consecutivos el premio Gullruten de la televisión noruega por su trabajo en la serie
Kids in crime (Filmin, 2022-). A pesar de interpretar a un personaje antipático, Jakob Oftebro consigue extraer cierta humanidad de él, y se compromete con la serie incluso aumentando de peso para parecerse más al personaje, aunque en el último episodio hay una mayor labor de maquillaje. La serie está dirigida por Goran Kapetanović (1974, Bosnia), que ha dirigido recientemente las dos temporadas del true crime
Reza, obedece, mata (SkyShowtime, 2021-2025).
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© Mark Mainz / BBC / NetflixThe bombing of Pan Am 103Reino Unido 2025 | 6x45' | Temporada completa | Sección Oficial Ficción | ★★★☆☆ Creada por Jonathan LeeDirigida por Michael KeillorMontecarlo '25: Premio del Público
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A pesar de que han pasado casi 37 años desde que una explosión en el vuelo 103 de Pan Am durante el trayecto entre Londres a Nueva York acabara con la muerte de 270 personas, entre ellas 11 habitantes de la localidad escocesa de Lockerbie, donde cayeron los restos del avión destrozando una zona de viviendas, la investigación sobre la autoría aún no está cerrada. Aunque hubo una sentencia de cadena perpetua contra el agente de inteligencia libio Abdulbasset al-Megrahi, que fue conmutada en 2009 para que pudiera regresar a su país debido a un diagnóstico de cáncer, todavía está pendiente el juicio en Estados Unidos contra Masud, bajo custodia estadounidense desde 2022, acusado de haber fabricado la bomba. Pero el juicio que los familiares de las víctimas esperaban para este mes, ha sido retrasado hasta 2026 por cuestiones de salud, mientras otros familiares como el abogado Jim Swire siguen defendiendo que los condenados no son los verdaderos autores del atentado, como se reflejó en la miniserie Lockerbie: En búsqueda de la verdad (SkyShowtime, 2024), también estrenada este año. Esta teoría parece completamente descartada por Jonathan Lee (1981, Inglaterra), creador de esta nueva serie, en la que ni siquiera se hace referencia a Jim Swire a pesar de ser pretendidamente detallista en los hechos que cuenta. El relato comienza poco antes de la explosión pero no muestra directamente el impacto, sino que lo hace fuera de campo para reflejar después la magnitud de los restos caídos sobre las viviendas de Lockerbie. Los primeros agentes que se hacen cargo de la investigación son el sargento Ed McCusker (Connor Swindells) y el investigador superior John Orr (Peter Mullan), pero pronto parece claro que la policía escocesa tendrá que colaborar con el FBI, encabezado por el agente Dick Marquise (Patrick J. Adams), que participó realmente en la investigación y asesoró a los guionistas. The bombing of Pan Am 103 (Netflix, 2025) es una producción de la BBC que en el mercado internacional distribuye Netflix, aunque por el momento parece haber retrasado el estreno para distanciarse de la otra serie sobre el atentado. Pero realmente el enfoque de ambas es muy diferente, la primera centrada en el personaje de Jim Swire (Colin Firth) y con una mayor carga emocional, a veces un tanto forzada, y la segunda dedicada a seguir el paso de las investigaciones policiales, aunque introduciendo también el reflejo de las víctimas, a través de personajes como las voluntarias Moira Shearer (Phyllis Logan) y Elma Pringle (Cora Bissett), que ayudan a organizar los equipajes encontrados para devolverlos a las familias.
La serie está especialmente interesada en reflejar cómo la policía escocesa fue mucho más sensible a las necesidades emocionales de las familias, e incluso los norteamericanos encontraron mayor empatía en Escocia que en Estados Unidos: "Fui a Escocia lo antes que pude y encontré tanta franqueza y compasión, tanto interés por parte de los oficiales y la policía. Y todo eso me enseñó lo mal que nos ha tratado aquí el Departamento de Estado y el FBI", dice uno de los familiares en el Episodio 4 (T1E4). Pero también ofrece una perspectiva más humana en algunos personajes como el propio Dick Marquise, que termina aceptando que quizás debe fiarse más de la honestidad de las autoridades escocesas que de los secretismos de la CIA, y del investigador Tom Thurman (Eddie Marsan). Pero sobre todo a través de otro personaje real, Kathryn Turman (Merritt Weaver), un enlace del FBI con las víctimas que fundó después de esta tragedia la primera División de Servicios a las Víctimas de la agencia estadounidense. La línea de investigación en Malta encabezada por el agente Harry Bell (Tony Curran) es otra de las tramas paralelas de una historia que se desenvuelve con cierto rigor, pero con una notable falta de emoción. The bombing of Pan Am 103 tiene algunos problemas para estructurar toda la información que quiere presentar y, de hecho, no es hasta el Episodio 5 (T1E5) cuando se considera como principal sospechoso a Megrahim, comenzando el último episodio con un extraño montaje que avanza la historia hasta 1999, el año en que se celebró el juicio, para volver a retroceder hasta 1991. En este sentido, puede resultar algo dispersa y recargada en algunos momentos. Como ya comentamos en la reseña de la otra serie, aún sigue siendo mucho más interesante y clara la cronología que se describe en la excelente serie documental Lockerbie (SkyShowtime, 2023).
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Please enjoy our tragediesQatar 2025 | 25' | Cortometraje | Sección Oficial Documental | ★★★★☆ Escrita por SaiDirigida por Charlie Scrimgeour |
Mientras algunos conflictos reciben la atención principal, otros permanecen en un segundo plano, como los acontecimientos sucedidos en Birmania a partir del golpe de estado que provocó el ejército en febrero de 2021 y que cuatro años después, mantiene en el poder al Gobierno militar, que ha prometido celebrar dentro de un año unas elecciones que muchos no confían en que sean libres y justas. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha advertido que el ejército ha incrementado la violencia sobre la población civil, y la Asociación de Asistencia a Presos Políticos ha realizado un recuento de más de 6.000 personas asesinadas y 28.444 detenidos desde la toma de poder, calculándose que 20 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. Uno de los detenidos tras el golpe de estado fue el padre del artista conocido con el seudónimo Sai, que ha grabado su experiencia desde 2021, exiliándose en Gran Bretaña y Francia hasta verse obligado a regresar a su país. Please enjoy our tragedies (Al Jazeera, 2025) es un cortometraje documental dirigido por el británico Charlie Scrimgeour, que muestra las grabaciones realizadas por Sai mientras esperaba noticias de su padre y conseguía una visa de artista para exponer sus trabajos en Londres, donde presentó en 2022 la exposición Please enjoy our tragedies, que documenta a través de fotografías las últimas horas antes de huir de Birmania. Las instantáneas muestran a figuras humanas mirando a través de ventanas de espaldas, sin que veamos sus rostros, algo parecido a lo que hacen Sai y su esposa K en este documental, siempre manteniendo el anonimato detrás de una máscara.
Su padre, Linn Htut, fue ministro principal del estado de Shan en Birmania y miembro de la Liga Nacional para la Democracia de la ex-líder Aung San Suu Kyi, derrocada durante el golpe de Estado de febrero de 2021 y actualmente encarcelada. Linn Htut fue sentenciado a 16 años de prisión por cuatro cargos distintos de corrupción, mientras que la madre del artista se encuentra bajo vigilancia las 24 horas. Tras el periodo de seis meses de visado que Sai y su pareja obtuvieron, el gobierno británico les denegó una extensión y acabaron en Francia con otro visado temporal, lo que acumula tensión a la preocupación por la situación de su padre: "Ser apátrida, pensar constantemente en visas, pensar en mi padre, si tiene las medicinas o no dentro de la prisión, pensar constantemente en cuándo tengo que hacer la maleta... me provoca ansiedad". Aunque en Francia tiene problemas de comunicación debido al desconocimiento de la lengua, Sai también organiza una exposición ayudado por la Agencia de Artistas en el Exilio, pero al finalizar el permiso, la pareja debe regresar, esta vez viviendo en Tailandia. La razón con la que el ejército justificó el golpe de estado en 2021 fue el fraude electoral, pero en realidad no hay pruebas de que fuera así, como afirma K: "Como oficial de policía tuve mucho cuidado y se hizo un recuento meticuloso de los votos. Que utilicen esa excusa me provoca indignación". Estrenado dentro del programa Witness del canal de televisión Al Jazeera, con sede en Qatar, Please enjoy our tragedies es un importante recordatorio de los abusos y las represiones que se producen en segundo plano, que lanza este reclamo a las sociedades que miran las tragedias desde la distancia. Pero también es un poderoso documental que muestra cómo el arte puede convertirse en un instrumento para exponer al resto del mundo las realidades que no se ven.
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¿Poner fin a la guerra o forjar la paz?Alemania 2025 | 90' | Largometraje | Sección Oficial Documental | ★★★☆☆ Dirigida por Jobst Knigge, Susanne Utzt, Cristina Trebbi |
Parece más actual que nunca la reflexión sobre cómo la guerra es una consecuencia de la incapacidad para alcanzar la paz, lo que se plantea en este documental de la televisión pública alemana ZDF y el canal Arte que está disponible en España. Con entrevistas a líderes políticos que han estado implicados en conversaciones para alcanzar la paz, se refleja la importancia de unas negociaciones claras para no tener que buscar la solución posteriormente al estallido de un conflicto armado. A través de algunos de los enfrentamientos que permanecen abiertos o han conseguido alcanzar una frágil solución, este documental de formato televisivo plantea cuestiones como hasta qué punto son necesarios líderes comprometidos realmente con la paz para poder llegar a soluciones satisfactorias. Mirando cómo ha afrontado la administración norteamericana las últimas negociaciones en lugares de conflicto internacionales como Rusia-Ucrania o Israel-Palestina, parece claro que el objetivo no es alcanzar la paz, sino llegar a un acuerdo que de hecho establezca un vencedor y un vencido. Pero a lo largo de la película se plantean preguntas como: "¿Qué es realmente una victoria?". Una de las primeras intervenciones es la del ex-presidente colombiano Juan Manuel Santos, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2016 por sus negociaciones con las FARC. Aunque Colombia vuelve a estar sumida en la violencia política, los planteamientos iniciales de los encuentros con los guerrilleros mostraban una voluntad de alcanzar un acuerdo. Sergio Jaramillo, ex-Consejero Comisionado para la Paz de Colombia, afirma que: "Hay un error de inicio cuando se considera que las negociaciones se basan en la confianza. La confianza es una consecuencia de lo que haces, no un requisito previo. No se llega a un acuerdo de paz porque confíes en los otros, sino porque creas una estructura en la que tu comportamiento le dice a los otros que estás tomándotelo en serio". La salida de la cárcel de Nelson Mandela provocó incertidumbre sobre si en su discurso de toma de posesión en 1994 iba a promover un levantamiento popular o por el contrario buscaba una forma de negociación con quienes le habían encarcelado. El actual presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, fue líder sindical desde los años cincuenta y estuvo junto a Nelson Mandela en su discurso: "Cuando encontramos una solución a nuestro conflicto, que durante muchos años había preocupado al mundo, me convencí de que, en cualquier lugar, hay una solución para cada conflicto".
¿Poner fin a la guerra o forjar la paz? (ZDF/Arte, 2025) podría parecer algo superficial en sus planteamientos si no fuera porque precisamente es la conversación la que conduce a una solución. Shlomo Ben-Ami, ex-Ministro de Exteriores de Israel, comenta que: "Al final del día, depende de la personalidad de un líder cambiar la perspectiva de la negociación". Y el conflicto entre Israel y Palestina, que ocupa buena parte del documental, es una muestra de cómo la coordinación de dos líderes que parecían buscar la paz acabó acercando a los dos países, principalmente en los Acuerdos de Oslo de 1993, encabezados por Isaac Rabin y Yaser Arafat. Aunque finalmente no se logró un acuerdo duradero, que los dos participantes en este acercamiento acabaran asesinados es significativo sobre el poder de quienes querían mantener la guerra. Posteriormente, en la reunión entre Ehud Barak y Yaser Arafat en Camp David en 2000, bajo la mediación de Bill Clinton, la primera reunión en la que se habló de un Estado palestino, la situación fue diferente, como afirma Shlomo Ben-Ami: "Entendimos mal las negociaciones, porque Israel no tenía claro cuál era su objetivo, y Arafat no sabía realmente cuándo se levantaría para aceptar un acuerdo. Barak apenas se reunió en persona con Arafat. Para él, una reunión directa era un premio al buen comportamiento, no una necesidad de negociar". También se plantea la cuestión de la actitud en algunos encuentros, como en las reuniones para alcanzar un acuerdo en Afganistán. La activista Fatima Galiani fue una de las cuatro mujeres que participaron en las negociaciones de paz en Doha, pero afirma que no había voluntad real: "Cuando preguntamos si había un mediador, nos dijeron que no. Cuando habíamos conseguido sentar en la mesa a los talibanes, resulta que no había mediadores. ¿Entonces para qué sirven las Naciones Unidas?". El poeta israelí Eliaz Cohen considera que "estamos metidos en la victimización. Nos hemos convertido en campeones de la victimización". Él comparte amistad con el activista de derechos humanos palestino Khaled Abu Awwad, pero la situación actual plantea un futuro completamente diferente: "Me asusta la fantasía peligrosa que comparten demasiados israelíes y palestinos: Un buen día abres la ventana y puf, el otro ya no está. El mayor temor es que la próxima generación tenga la misma experiencia. Mis tres hijos combatieron el año pasado. Y nuestra responsabilidad es cambiar eso". Si bien puede parecer a veces demasiado simple, sin adentrarse en análisis más elaborados, este documental muestra cómo es posible entenderse si se tiene una voluntad real, y por tanto refleja que los conflictos actuales están motivados por deseos personales de venganza y castigo.
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Don't give upSudáfrica 2021 | 84' | Largometraje | Sección Oficial Ficción | ★★★☆☆
Escrita por Darrell James RoodtDirigida por Darrell James RoodtMontecarlo '25: Ninfa de Oro Mejor Creación
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Esta es una de esas producciones un tanto peculiares que suele incluir la programación del Festival de Montecarlo. Se trata de una película rodada originalmente hace 15 años, poco después de que el director consiguiera una nominación al Oscar como Mejor Película Extranjera por
Yesterday (Darrell James Roodt, 2004), centrada en una madre que se enfrenta al diagnóstico del VIH positivo, dentro de una sociedad sudafricana que seguía rechazando a quienes sufrían esta enfermedad. Pero por alguna razón,
Don't give up (Darrell James Roodt, 2021) se quedó sin estrenar, mientras el director continuó su trayectoria cinematográfica en proyectos más comerciales, generalmente thrillers y comedias, incluyendo películas como
Mandíbulas 6: El legado (Darrell Roodt, 2018). Posteriormente, en 2021 volvió a retomar el proyecto para añadirle un epílogo que cambia el final más dramático de la versión original, encontrando al personaje principal quince años después, todavía mendigando en la calle. Pero nuevamente la película ha permanecido inédita hasta ahora. Quizás una de las dificultades de la propuesta es su planteamiento como una historia sin diálogos y con intertítulos, una especie de homenaje al cine mudo del que detectamos como principal referencia la película clásica
El chico (Charles Chaplin, 1921). Pero en este caso la historia no es la de un vagabundo que acoge a un niño abandonado, sino la de una madre que vive en la calle con sus dos hijos, un planteamiento que nos recuerda también a la reciente película brasileña
A melhor mãe do mundo (Anna Muylaert, 2025), que pudimos ver en el Festival de Berlín. Deambulando por las calles de Johannesburgo, Faith (Leleti Khumalo) y sus hijos Lucky (Thobani Khubeka) y Siyabonga (Sibonelu Xulu) tratan de encontrar comida en los contenedores para permitirse al menos pagar el alquiler de un coche abandonado en el que duermen todas las noches. Esta situación refleja el grado de pobreza que provocó el apartheid y sus consecuencias, lo que se mostraba en las calles de la capital en 2006, cuando se realizó la película, recordando el director que "
resultaba evidente en cada esquina de Johannesburgo". Los informes recientes de Social Watch indican que el país sigue siendo uno de los que reflejan mayor desigualdad económica en el mundo, con una tasa de pobreza de más del 20% de la población.
Esta circunstancia está bien reflejada en Don't give up, especialmente cuando Faith debe buscar a alguien que pueda escribir un cartel para mostrarlo en un semáforo, porque ella no sabe escribir. Pero la historia acaba usando numerosos clichés de la representación de la pobreza, sin llegar a caer en ese cine miserabilista del que se acusó a una generación de directores latinoamericanos. Sin embargo, el uso de tópicos hace que los personajes no sean demasiado interesantes, sobre todo porque no conocemos realmente el trasfondo vital de la protagonista, con una comprometida interpretación de Leleti Khumalo, que ha trabajado con el director en otras películas como Sarafina! (1992) y Yesterday (2006). Faith sufre intentos de abusos sexuales, persecuciones de la policía y robos, haciendo su situación cada vez más complicada, hasta que decide dejar a sus hijos en un centro escolar que cuida de ellos mientras mendiga. Hay algunas escenas demasiado obvias, como cuando una conductora blanca le recrimina que mantenga a sus hijos en la calle, aunque la descripción del entorno de la mendicidad resulta convincente. Más discutible es la intención de elaborar una película muda con intertítulos, especialmente cuando la historia está demasiado cargada de diálogos, y por tanto excesivamente interrumpida por los intertítulos. Pero es interesante la decisión de no ofrecer una narrativa muda totalmente, sino usando los sonidos para crear una atmósfera urbana y hostil alrededor de los protagonistas. El pequeño epílogo, transcurridos 15 años después del final de la historia tal como se rodó en 2006, parece querer ofrecer cierta esperanza a la protagonista, a pesar de que la encontramos todavía rebuscando en las papeleras de una playa. Como refuerzo musical, el director Darrell Roodt (1962, Sudáfrica) introduce composiciones del músico Philip Glass y la canción "Don't give up" (1986), que interpretaron Peter Gabriel y Kate Bush en el álbum So (1986, Peter Gabriel Ltd.).
Alien: Planet Tierra se estrena el 13 de agosto en Disney+.
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Películas mencionadas:
El chico se puede ver en Acontra+, JustWatch Tv, Movistar Plus+ y Prime Video.
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