Noruega se enfrenta a dos grandes contradicciones como país: por un lado, se presenta como líder en energía hidráulica y eléctrica, promoviendo la neutralidad climática para 2030 y reduciendo sus emisiones de carbono un 40% respecto a 1990, pero también es uno de los principales exportadores de petróleo y gas, cuyas extracciones provocan grandes efectos medioambientales en el Ártico. Por otro lado, es un país pacifista, donde se entrega el Premio Nobel de la Paz, pero también basa parte de su economía en la fabricación y venta de armas. Existe una cláusula bastante cínica que indica que no puede vender armas a países en guerra, lo que ha provocado algunas polémicas como la que se produjo en 2021 cuando el periódico Aftenposten publicó una noticia basada en documentos oficiales, según la cual entre 2014 y 2018 se exportaron armas a Emiratos Árabes Unidos a pesar de las sospechas de que éstas podían ser utilizadas para la guerra en Yemen. Teóricamente se trata de un negocio privado, pero en realidad el gobierno tiene inversiones en las principales empresas dedicadas a la fabricación de armamento. Atenta a la actualidad, Ammo (TV2, 2022) incluye al final del último episodio una referencia a la decisión tomada por el Parlamento noruego en octubre de 2022, la misma fecha en la que se estrenó la serie, de no exigir transparencia sobre el destino final de las exportaciones de armas a otros países.
 |
AMMOTemporada 1 | TV2 | 6x55' | ★★★★☆ Creada por Nicolai Cleve Broch | Dirigida por Erik Svensson |
Basada en una idea del actor Nicolai Cleve Broch, conocido por sus trabajos en series de éxito como Frikjent (Absuelto) (TV2, 2015-2016) y Beforeigners (Los visitantes) (SkyShowtime, 2019-2021), este thriller político aborda cuestiones morales en torno a la venta de armas que lleva a cabo Noruega, pero también se centra en la introducción de la Inteligencia Artificial y los drones autónomos en las zonas de conflicto. La historia está protagonizada por Bjørn Urdal (Nicolai Cleve Broch), un hombre de negocios que ha destruido su carrera tras haberse implicado en un caso de corrupción, y que tiene una nueva oportunidad cuando es contratado como jefe del departamento tecnológico de una gran empresa que se dedica a la fabricación y venta de armas. AGR está liderada por Ole (Bjørn Floberg), quien está dispuesto a casi todo para no perder un buen negocio, y que considera a sus empleados cercanos como una familia. Pero la contratación de Bjørn adquiere un aspecto inquietante cuando está relacionado con una controvertida intervención en Mali, en la que un dron vendido al ejército francés que teóricamente iba a ser solo de observación en una operación de rescate de dos secuestrados occidentales, actúa de forma demasiado autónoma.
La serie, que ha sido adquirida por Disney+, construye un interesante thriller en el que el protagonista está destinado a ser un chivo expiatorio y tiene algunos giros de guión notables y un ritmo constante, marcado por la dirección de Erik Svensson, responsable del notable drama bélico
Traicionados (2020). La trama central está acompañada por un drama familiar en torno a cómo un hombre marcado por la corrupción puede recuperarse de su imagen pública, y de qué forma afecta a su entorno, su esposa Mona (Rebekka Nystabakk) y su hijo Birk (Jørgen Cleve Broch), cuyos conflictos en el instituto están introducidos de una manera hábil, aunque hay algo de ingenuidad en pensar que a un adolescente noruego le preocupe si su padre vende armas a países en guerra. Hay otras subtramas que funcionan com menos eficacia como la que se refiere a un prototipo construido por Mona, que también se dedica a la ingeniería electrónica. El rodaje principal de la serie se iba a realizar en Lituania, pero finalmente se trasladó a Noruega, siendo España el segundo escenario más destacado: Fuerteventura recrea el desierto de Mali mientras que un encuentro en Barcelona se ha rodado en un hotel de Las Palmas de Gran Canaria, en el que se desarrolla buena parte del Episodio 2.
Ammo plantea cuestiones éticas que mantienen el interés, como el desarrollo tecnológico en las zonas en guerra y la posible autonomía de los armamentos inteligentes, introduciendo aspectos como la definición de "Man in the loop", la obligación de mantener una intervención humana en las decisiones de este tipo de armamentos. Y su trama principal parece inspirarse en el dron turco STM Kargu-2, que está considerado como el primero que realizó una intervención completamente autónoma en una persecución y ataque a un convoy logístico en Libia. Como se indica en el artículo
El gatillo, en manos de un algoritmo (Revista Ethic, 15/02/2022), la posibilidad de que la inteligencia artificial tome decisiones en zonas de guerra es ya una realidad.
_________________________________________
En los últimos años se vienen produciendo en Noruega historias en torno a relaciones personales en las que generalmente los personajes masculinos tienen algún tipo de ideología extremista. Este enfoque conflictivo se muestra en
Todo lo que amas (Filmin, 2022), en la que la protagonista descubre que su novio está relacionado con grupos neonazis, aunque planteando una cierta ingenuidad sobre la posibilidad de que el amor pueda cambiar a las personas. Con un sentido del humor negro que la hace mucho más atractiva y ambigua,
Ida takes charge (Viaplay, 2022), se enfoca en una protagonista que comienza a pensar que el chico con el que está relacionada podría ser un asesino en potencia, de esos que se presentan en un instituto y comienzan a disparar. En
Vi lover et helvete (NRK, 2023-), también se plantea este tipo de relaciones que se revelan como incompatibles, porque mientras Ein (Aili K. Eira) es una joven sami que estudia en la universidad pero también es activista medioambiental y ayuda a su familia en el pastoreo de renos, su reciente novio Daniel (Sigurd Kornelius Lakseide) es un chico sin empleo que se ha ido convirtiendo en un negacionista del cambio climático, y que recibe una oferta de trabajo de una empresa privada que quiere reabrir una mina de carbón. La historia está escrita por Arina Lystad y Tom Marius Kittilsen, productor de uno de los mayores éxitos de la televisión noruega reciente, la serie de tres temporadas
Rådebank (NRK, 2020-2022) y del documental
Alt for Norge (Daniel Høglund, Jo Vemund Svendsen, 2022), que recientemente fue nominado a los premios
Gullruten 2023.
 |
Vi lover et helveteTemporada 1 | NRK | 6x40' | ★★★☆☆ Creada por Arina Lystad, Tom Marius Kittilsen | Dirigida por Rebecca Kjellmann |
Al igual que aquella serie sobre la cultura de los automóviles tuneados, Vi lover et helvete, se desarrolla en una localidad ficticia de la provincia de Finnmark, al Norte del país y fronteriza con Finlandia y Rusia, lo que ha marcado su personalidad, sobre todo por la convivencia entre tres lenguas: el noruego, el sami y el kvensk, una lengua finlandesa báltica. Aunque la cultura sami tiene algunas medidas de protección, lo cierto es que la ganadería de renos, que es una de sus actividades principales, se ha reducido considerablemente, limitándose en buena parte a esta zona del territorio. Por tanto, la serie propone algunas cuestiones interesantes sobre la convivencia entre los habitantes de origen indígena y la cultura occidental, mientras que se rompen algunos estereotipos a través del personaje de Ein, que compagina el pastoreo y el activismo climático con sus estudios en la Universidad. Pero lo que mejor hace es aproximarse también a la realidad de Daniel, el desempleo y la escasez de recursos, así como la manera en que las protestas contra la reapertura de la mina puede acabar con sus expectativas de futuro. Daniel también se dedica a organizar ataques informáticos contra algunas instituciones como una forma de protesta a la situación que vive su generación.
La muerte de un reno en una temporada en la que está prohibida su caza se convierte en un punto principal de conflicto entre Ein y Daniel, pero la serie tiene más dificultades en justificar por qué ambos se sienten tan atraídos a pesar de que en la práctica no tienen nada en común. De alguna manera, los momentos en los que están solos, sin el entorno que delimita sus personalidades, es cuando ambos comparten una relación más consistente, lo que permite que se aborden también cuestiones sobre la identidad y qué es lo que realmente la define. Para el espectador, resulta más fácil sentirse identificado con Ein, a pesar de que tras su estreno la producción recibió algunas críticas de grupos ecologistas sobre la forma en que retrata el activismo medioambiental, pero al menos la radicalización de Daniel se explica de forma eficaz, aunque se utilicen recursos algo manipuladores para ampliar la identificación con él, como el cuidado de una madre enferma. Vi lover et helvete funciona mejor cuando los protagonistas se toman como una alegoría de una sociedad polarizada en vez de como personajes con entidad propia, lo cual puede ser negativo para una ficción, pero en este caso cumple una funcionalidad mucho más certera sobre la división en el seno de la convivencia.
_________________________________________
Tras el notable éxito de sus dos temporadas anteriores, que en España ha estrenado Filmin, el final de la historia protagonizada por cuatro destacados altos ejecutivos de las finanzas noruegas llega a su desenlace con una temporada que a veces tiene problemas para mantener el interés, pero que es un acertado reflejo cada vez más surrealista sobre la cultura del dinero. Tras una segunda temporada en cuyo rodaje hubo que hacer restricciones debido a la pandemia en determinados lugares como Londres, donde se desarrolla parte de la historia, cuya escenas finalmente se rodaron en Oslo, esta tercera entrega se amplía a lujosos escenarios en el extranjero como Marruecos, Londres, Marbella y Málaga. En el Gran Hotel Miramar de Málaga se celebra precisamente una de las fiestas-orgía que suelen organizar los protagonistas, en el episodio Overraskelse (Sorpresa) (T3E3). La temporada comienza casi como si quisiera homenajear a Breaking bad (Netflix, 2008-2013), con un flashforward que sitúa a los personajes en una situación comprometida mientras Jeppe Schøitt (Jon Øigarden) como narrador lanza una diatriba cínica sobre lo poco que le importan el cambio climático y Gretta Thunberg, que podría convertirse en "una marca maravillosa, con una línea de productos aprobados por Greta Thunberg", mientras suena de fondo "Everybody wants to rule the world" (1985) de Tears for Fears. La banda sonora de la serie es uno de sus elementos más interesantes, a pesar de una cierta obsesión con la canción "You want it darker" (2016) de Leonard Cohen, que se utiliza varias veces a lo largo de esta temporada.
 |
ExitTemporada 3 | NRK | 8x40' | ★★★☆☆ Creada por Petter Testmann-Koch, Lars Gautneb | Dirigida por Øystein Karlsen, Gísli Örn Garðarsson |
El hecho de que el primer episodio lleve el título de Lázaro" (T3E1) es una pista bastante clara de lo que va a suceder, pero el recorrido de Jeppe, Henrik (Tobias Santelmann) y Adam (Simon J. Berger) continúa siendo tan excesivo como en las temporadas anteriores. "Cuando ganas tus primeros 100 millones antes de los 30 años, necesitas siempre algo más", afirma uno de ellos. El dinero se convierte de esta forma en una adicción, una de tantas a las que están entregados los personajes, como el sexo y las drogas, una forma de construir una burbuja en la que las preocupaciones quedan al margen. Pero lo que comenzó en la segunda temporada como una mirada más cercana a la visión femenina a través de la liberación de dos mujeres, se desarrolla mejor a lo largo de esta última. Hermine (Agnes Kittelsen) trata de conseguir una independencia necesaria para no tener que depender con Adam, mientras que Celine (Ine Marie Wilmann) parece incapaz de vivir sin el dinero de William (Pål Sverre Hagen). Que Exit (Filmin, 2019-2023) concluya esta tercera temporada es una buena decisión porque cuando se han mostrado distintas formas de diversión extrema y relaciones hipócritas a veces se hace repetitiva, especialmente cuando las diversiones de los protagonistas se parecen a una versión de Resacón en Las Vegas (Christophe Beck, 2009), como en el mencionado viaje a España.
No resulta difícil adivinar de qué manera las vidas excesivas de estos ejecutivos pueden tener un final no especialmente feliz, pero el guión al menos consigue que sus destinos tengan diferentes perspectivas, aunque una subtrama relacionada con una emigrante parece algo inconsistente y forzada. De alguna manera, se podría decir que la tercera temporada de Exit se convierte en una parodia de la propia serie, especialmente a partir del muy gore episodio Rett i fella (Justo en la trampa) (T3E7), que parece sacado de una novela de Jo Nesbø. El popular escritor noruego, que participó hace unos días en el Festival de Novela Negra de Valencia y acaba de publicar en España Eclipse (2023, Ed. Reservoir Dogs), la última novela protagonizada por Harry Hole, está muy ligado a la serie, porque sirvió como asesor de guión (trabajó como bróker y fue un famoso cantante antes de publicar su primer libro), escribió e interpretó una canción para la segunda temporada y ha fundado una productora junto al director Øystein Karlsen. La historia funciona bien cuando se acerca a la actualidad, como en el retorcido empleo de las leyes de regulación noruegas para evadir impuestos a través de la inversión en energía eólica. Como afirmaban sus creadores, el 70% de lo que se cuenta en la serie está basado en testimonios de personas reales, lo que dibuja esa perturbadora descripción de las altas finanzas en la que se sostiene el programa. Incluso acaba siendo involuntariamente anacrónica, como cuando aparece product placement de Flyr, una compañía aérea que ha quebrado en enero de este mismo año, propiedad de uno de los 200 millonarios que hay en Noruega. La tercera temporada de Exit es la menos provocativa de todas pero también es la más sórdida, aunque el desenlace resulta demasiado moralista. Que la última escena no esté protagonizada por ninguno de los protagonistas deja claro el punto de vista, remarcado por la extraordinaria voz del cantante Sivert Høyem interpretando "Prisoner of the road", una canción compuesta en 2010 para concienciar sobre los casi 44 millones de refugiados y desplazados del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario