El cine que se hace en Corea continúa con buenas muestras de vitalidad, aunque por aquí los distribuidores prefieran seguir dejando inéditas algunos excelentes ejemplos de cine de género.
Jee-woon Kim es uno de esos directores que, sin llegar al reconocimiento internacional de Joon-ho Bong (The host) o Kim-ki Duk (El arco), se encuentra en la lista de los realizadores más destacados de Corea (del Sur claro, porque en el Norte están demasiado preocupados en el desarrollo nuclear como para distraerse con el cine). De Jee-woon Kim hemos visto interesantes muestras de cine de terror (uno de los segmentos de 3, Extremes 2 (2002) y A Tale of two sisters (2003)) y de gánsters (A bittersweet life (2005)) y es un autor que se caracteriza por su capacidad para alcanzar grandes éxitos de taquilla al tiempo que convence a la crítica gracias a su inteligente uso de la cámara y su perfecto sentido del ritmo.

En The good, the bad, the weird (2008), se enfrenta a un nuevo cambio de género adentrándose ahora en el llamado Far Eastern cinema (Cine del Lejano Este), que toma como referencia los clásicos del género del Oeste para reubicarlos en Oriente durante los convulsos años 30 (aquí en Manchuria, territorio entre China y Rusia con frontera con el Norte de Corea que se disputaron durante mucho tiempo todos los que pasaban por allí). Evidentemente, la película se inspira en El bueno, el feo y el malo (1966), utilizando su punto de partida y su trama principal, pero sin ser exactamente un remake de aquélla. Porque la película de Jee-woon Kim tiene personalidad propia, una forma de tomarse a guasa el género y un aire de cine espectacular que la distancian de otros títulos.

Mención aparte merece la heterogénea y alocada banda sonora de Dalpalan (DJ de música electrónica) y Jang Yeong-gyu, a veces hortera a más no poder, en ocasiones certera y en general de una desvergüenza que resulta hipnótica. Magnífica en definitiva (ese comienzo, esos primeros minutos...).


Frente a la escasa originalidad de un cine de Hollywood que solo sabe reeditar secuelas trasnochadas para tratar de recuperar el favor del público, con algunas productoras notables como The Weinstein Company casi en la bancarrota, el cine hecho en Corea del Sur nos ofrece una alentadora confirmación de que se puede seguir haciendo cine comercial con buenas dosis de calidad sin caer en el adormecimiento banal.
Jajaja, ¡qué buen pinta la de "El malo, el feo y el raro"!!! A ver si la podemos ver por aquí.
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