Desde hace unos años, la programación del Bertha DocHouse en Londres, una sala dedicada exclusivamente a la proyección de documentales y actividades relacionadas con este género, presenta uno de los ciclos más interesantes que se celebran en la capital británica. Bertha DocHouse comenzó en octubre de 2002 como un programa semanal que proyectaba destacados documentales internacionales en cines de Londres. En 2010, se unió a la Fundación Bertha, y en marzo de 2015 se inauguró la sala Bertha DocHouse, un cine de 55 butacas ubicado en el Curzon Bloomsbury. La 4ª temporada de Documentales Italianos de Cinecittà presenta este fin de semana la proyección de tres películas italianas que han pasado por los festivales internacionales de documentales más importantes, y que se proyectan por primera vez en Londres. Las proyecciones se dividen entre el sábado 5 de julio, con Il castello indistruttibile (The castle) (Danny Biancardi, Virginia Nardelli, Stefano La Rosa, 2025) y GEN_ (Gianluca Matarese, 2025), y el domingo 6 de julio con Bestiari, Erbari, Lapidari (Massimo D’Anolfi, Martina Parenti, 2024) que debido a su larga duración de más de tres horas se proyecta con un descanso al final de la segunda parte. Estas proyecciones, que están acompañadas por una sesión de preguntas con los directores, nos sirven para repasar el buen estado del cine de no ficción italiano y es una buena actividad para quienes visiten la capital británica este fin de semana.
![]() |
Bestiari, Erbari, LapidariMassimo D'Anolfi, Martina Parenti | Italia, Suiza 2024 | ★★★★☆Mostra de Venecia '24: Fuera de competiciónIDFA '24: Premio Envision Mejor Dirección |
Presentada como una especie de docu-enciclopedia, este ambicioso proyecto de la pareja de directores formada por Massimo D'Anolfi (1974, Italia) y Martina Parenti (1972, Italia) explora la relación del ser humano con la naturaleza a través de los medios audiovisuales. Durante tres horas y media, divididas en tres segmentos de distintas temáticas y diferentes estilos, la película Bestiari, Erbari, Lapidari (Massimo D’Anolfi, Martina Parenti, 2024) ofrece una mirada a través de imágenes de archivo que provienen del Istituto Luce y de otras filmotecas y cinematecas europeas para plantear cómo ha evolucionado la relación del ser humano con el mundo que le rodea. Una propuesta inicial era dividirla en tres documentales que se proyectaran de forma independiente, pero se tomó la acertada decisión de mantenerlas unidas, a pesar de su metraje amplio, efectuando pausas entre cada una de las partes. El primer acto, Bestiari: El cine inventa nuevas jaulas, propone la idea principal del proyecto, que surgió en una visita a una clínica veterinaria en la que se lleva a cabo un tratamiento a unos cachorros de tigre, con una compleja operación que se muestra en pantalla. Es la parte que más se asemeja al estilo característico de los directores en películas como Guerra e Pace (2020), que analizaba la representación de la guerra en el cine. En este caso se plantea que una especie de protocine nació con la imagen de un animal, y que esta relación que ha mantenido el hombre con los animales ha sufrido también una evolución, pero se ha ido desarrollando al mismo tiempo que se producía la extinción de algunas especies debido a la acción humana. Desde las grabaciones del explorador Roald Amundsen, captando los primeros contactos del hombre con especies como el pingüino y las focas, los archivos tomados a finales del siglo XIX transmiten ya una acción depredadora por parte del ser humano. Buceando en filmotecas de Italia, Suiza, Francia o Noruega, este formato de metraje encontrado permite elaborar un relato que se centra en cómo la mirada del hombre ha cambiado respecto al mundo animal, haciéndose aparentemente más compasiva. Conectando con su película anterior, hay una reflexión sobre el uso de animales en los conflictos bélicos, y en las grabaciones antiguas tomadas en partidas de caza en África se establece un paralelismo con la misma palabra inglesa, "shooting", que significa grabar con la cámara pero también disparar con un arma, y que es una representación clara de la relación del ser humano con el mundo animal a través de la imagen cinematográfica. Hay momentos en este segmento que pueden ser difíciles de ver, como la experimentación con animales de laboratorio, pero en su forma de ensayo que a veces divaga en un sentido amplio de la palabra, ofrece una interesante reflexión sobre cómo ha evolucionado nuestra relación con la fauna.
El segundo segmento, Erbari: La cura, se desarrolla en el Jardín Botánico de Padua, que está considerado el más antiguo del mundo, creado en el año 1545, en un período inmediatamente posterior a la Edad Media, de donde surge precisamente el interés por la catalogación de las especies que habitan nuestro planeta. Adoptando en este caso un estilo cercano al cine documental de observación de Frederick Wiseman, no hay en esta parte intervención de los directores, sino que se establece una mirada a los diferentes departamentos del jardín botánico, y a los herbarios de especies de plantas que se han estado recopilando desde el siglo XVI hasta nuestros días. La única intervención reflexiva se produce a través de una entrevista en la radio en la que se establecen algunas ideas relativas a la minúscula relevancia del ser humano en un planeta cuya biomasa está ocupada en un 99,7% por plantas, mientras que solo el 0,3% restante es de origen animal. Esto recuerda que la mirada que adoptamos ante el mundo que nos rodea es principalmente antropocéntrica, no objetiva, y que esto distorsiona precisamente cómo percibimos nuestro entorno. Uno de los departamentos se denomina "War Herbarium" y está dedicado a los especímenes recolectados por el joven oficial Bruno Ugolini durante las campañas militares de la Primera Guerra Mundial. El joven falleció en la guerra en 1917 pero su padre, el botánico Ugolino Ugolini, vendió este herbario a la Universidad de Padua en 1930, y actualmente se conserva en el Jardín Botánico. Y se menciona la dificultad de que el ser humano pueda extinguir la vida en el planeta, debido al poder de resistencia de las especies, recordando el Gingko biloba, una especie de árbol que sobrevivió a la bomba atómica lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945. Tres años después, volvió a brotar y permanece todavía como un símbolo de resiliencia.
Si en el documental se destaca el antropocentrismo de la representación de la fauna y la flora, el desarrollo de la película tiende a todo lo contrario, eliminando progresivamente la presencia humana en las imágenes. Esto resulta más claro en el tercer acto, Lapidari: Los fósiles del futuro, que se desarrolla en una cantera donde se extraen piedras y se manipulan para convertirlas en cemento, y en un taller en el que iremos descubriendo que tiene relación con los Stolpersteine, los bloques de cemento conmemorativos que recuerdan a las víctimas del holocausto junto a los edificios en los que vivieron. Si a lo largo de Bestiari, Erbari, Lapidari se ha establecido una relación con la memoria a través de los archivos físicos y cinematográficos, la conexión es más evidente en esta última parte, en la que se muestran los edificios destruidos durante la 2ª Guerra Mundial, estableciendo de nuevo una referencia a los conflictos bélicos como un reflejo de la especie humana y su amenaza no solo para otras especies sino para la propia. El estilo de este segmento se asemeja a las películas industriales que se enfocan en los procedimientos de ejecución laboral, mientras la película propone una reinvención de la representación de la realidad a lo largo de los años, desde una perspectiva reflexiva para establecer las relaciones entre los elementos que componen los planos de la imagen cinematográfica.
![]() |
Il castello indistruttibile (The castle)Danny Biancardi, Stefano La Rosa, Virginia Nardelli | Italia, Francia 2025 | ★★★★☆CPH:DOX '25: Competición Dox:Award |
A través de una mirada poética, pero conectada con la realidad de Palermo, los directores proponen un juego a un grupo de niños que utilizan una guardería en ruinas en su barrio Danisinni, para desarrollar su imaginación e inventar historias fantásticas, pero también envueltas en cierta cotidianidad de lo que viven a su alrededor. Cuando María escribe en una de las paredes del edificio ruinoso "casa nostra" se establece un juego de representación que al mismo tiempo que se presenta como una exploración lúdica, también está conectada con la violencia que se experimenta en algunas zonas de Sicilia controladas por las mafias. Cuentan los directores, nacidos también en Palermo, que su intención no era solo jugar con los niños, sino que éstos construyeran también la película a través de sus decisiones. Pero Il castello indistruttibile (Danny Biancardi, Stefano La Rosa, Virginia Nardelli, 2025), que compitió en el pasado festival CPH:DOX, tiene también una narrativa clara que estructura de una manera equilibrada las diferentes sensaciones que experimentan los protagonistas, tres niños de once años, Angelo, María y Rosy. Rodada durante un período de cuatro años, hay momentos de exploración hasta que asumen el espacio como propio, a pesar de que otros niños del barrio también participan en los juegos. Pero Angelo se siente más cercano a sus amigas que a los otros jóvenes que suelen jugar a organizar peleas y retarse mutuamente, como un reflejo de esa masculinidad que se impone en el barrio desde que son pequeños. Hay una escena de descubrimiento que surgió de forma improvisada cuando María y Rosy encuentran un espejo entre las ruinas de la guardería, y se establece un juego en el que miran sus reflejos y expresan sus inquietudes, mostrando en Angelo una especie de alienación respecto al resto de los jóvenes del barrio que solo se calma cuando puede jugar dentro de ese espacio que ellos asumen como propio. Surge entonces la intención de la comunidad de vecinos de restaurar la guardería que se convertirá de nuevo en un lugar de estudio y de juegos para compartir de forma colectiva, pero que arrebata a los niños protagonistas su propio espacio.
El castillo indestructible al que hace referencia el título original, mucho más elocuente que el título internacional, habla de los sueños y las fantasías de los mundos propios que construyen los niños, alejados de las noticias sobre asesinatos que se producen casi todos los días. Aunque el espíritu de crear un centro comunitario en el lugar donde se encuentra la guardería tiene también una intención colectiva de enfrentar el deterioro social del barrio, éste se confronta con ese lugar seguro que habían creado los niños. Pero el espíritu de la película propone que siempre hay castillos personales que consiguen mantener esa sensación de seguridad a través de la imaginación. Una de las decisiones interesantes de los tres directores es no convertir la historia solamente en un relato social que hable sobre las condiciones de abandono de algunos barrios de Palermo, sino crear más bien un espíritu lúdico que refleja la forma en que los niños inventan historias, aunque al mismo tiempo no dejen de ser un reflejo de las realidades que ellos mismos están viviendo, y en algunos casos una forma de confrontarlas cuando son demasiado perturbadoras. Il castello indistruttibile es finalmente una película sobre la imaginación y el miedo a crecer y convertirse en uno de esos adultos que tienen responsabilidades y problemas. Con la cámara manteniéndose cerca de los niños pero solo observando y esperando que las interacciones entre ellos las creen los propios protagonistas, a veces se detiene en momentos silenciosos que muestran el carácter más reflexivo de Angelo frente a la despreocupación de María y Rosy. La música del compositor Christian Gabel (1975, Suecia), conocido a través de su proyecto musical 1900, aporta también un componente onírico a esta hermosa película sobre la infancia.
![]() |
GEN_Massimo D'Anolfi, Martina Parenti | Italia, Francia, Suiza 2024 | ★★★★☆Sundance '25: Sección World CinemaTesalónica '25: Mermaid Award (Película LGBTIQ+) |
En el Hospital Niguarda de Milán, el Dr. Maurizio Bini dirige el departamento de Diagnóstico y Terapia de Esterilidad y Criopreservación desde el año 1995, pero buena parte de su labor se dedica también a las terapias hormonales y las cirugías de reasignación de género. Centrándose principalmente en la consulta del especialista cuando acuden sus pacientes, el documental GEN_ (Maurizio Matarrese, 2025), estrenado en el Festival de Sundance y premiado en Tesalónica, presenta un espacio de seguridad en el que no hay discursos sin fundamento, desinformación o frases hechas, sino empatía, comprensión y una clara vocación de mostrar los caminos que tiene la ciencia para conseguir la felicidad de diversas formas: asegurar la fertilidad o reafirmar los géneros. La película comienza, sin embargo, en un bucólico paisaje boscoso a las afueras de Milán en el que Maurizio Bini se dedica a buscar hongos, la práctica a la que le gustaría dedicar su tiempo cuando se jubile, como él mismo dice a una de las doctoras. Esa serenidad del bosque se traslada al espacio de su consulta, que sin embargo a veces se ve interrumpida por los sonidos de las taladradoras en una obra de construcción cercana, que afecta incluso a la práctica de las cirugías más delicadas. Ese ruido de fondo representa de alguna manera el ruido constante al que se enfrenta la ciencia dedicada a esta especialidad: mientras Maurizio Bini se dirige al hospital, la radio transmite un fragmento de un discurso de Giorgia Meloni sobre la maternidad en su concepto más heteronormativo, negando la posibilidad de otras formas de fertilidad. A lo largo de las consultas, el doctor se enfrenta a las contradicciones de los continuos cambios legislativos que establecen nuevas limitaciones: "Es absurdo que hayas esperado tanto tiempo y ahora la ley haya cambiado. Los médicos no somos legisladores. Muchas veces se toman decisiones entre lo que es justo y lo que es legal. Y en tu caso es injusto que la ley haya cambiado", le dice a una paciente que está en el límite de los 46 años que ahora establece la ley italiana para poder someterse a una PMA (Procreación Médica Asistida), después de haber sufrido tres abortos naturales. En un formato observacional que recuerda al documental Notre corps (Claire Simon, 2023), la cámara se sitúa a cierta distancia, enfocándose en los rostros pero dejando espacio para cierta intimidad entre médico y pacientes. Se muestran historias breves y numerosas a lo largo de la película que no pretenden profundizar en ninguna de ellas sino ofrecer la diversidad de facetas que pueden tener las prácticas médicas que se dedican a las identidades presentes y futuras.
GEN_ no plantea discursos éticos sino que presenta historias personales, y establece la necesidad de que la ciencia les proporcione respuestas. Un bloque del documental está enfocado en jóvenes menores de edad que acuden con sus padres a la consulta para una reasignación de sexo, una tendencia sobre la que Maurizio Bini tiene una teoría: "La consulta de menores es reciente, porque las familias se han vuelto más afectivas. Los padres quieren que sus hijos se sientan bien emocionalmente. Las generaciones normativas anteriores no tenían ningún interés en la felicidad de sus hijos". Hay una evidente intención, no obstante, de presentar las consultas de personas transgénero dentro del contexto del resto de consultas sobre fertilidad, donación de esperma o procreación asistida, presentando la normalidad de estas necesidades que sin embargo son fundamentales para el desarrollo de las personas. La consulta del Dr. Bini se presenta como un lugar que se aísla del ruido que lo rodea, que establece dentro de la legalidad los caminos adecuados para llegar a la felicidad, el objetivo que parece querer alcanzar el especialista. Y presenta solo historias positivas, evitando los conflictos, o presentándolos en su vertiente más amable, como cuando Maurizio Bini llama por teléfono a una madre reacia a que su hijo se someta a una reasignación de género. Pero tampoco ofrece una visión parcial y demasiado complaciente, reflejando las dificultades a las que se enfrentan los médicos a través del testimonio de una doctora y su experiencia con "una madre muy agresiva, con su hijo y conmigo, diciendo que promovíamos este tipo de tratamientos porque estábamos financiados por farmacéuticas. Que vendíamos enfermedades psiquiátricas. Diciendo delante de su hijo que lo que necesitaba era un psiquiatra, no un doctor". La realidad de una sociedad cambiante que se enfrenta a la obligación de responder a las necesidades relacionadas con la identidad de género se muestra en este relevante documental que presenta la diversidad como una normalidad, frente a las políticas de negación y de invisibilidad que no la elimina, sino que solo la oculta. La resistencia de los especialistas médicos a las tendencias que tratan de regresar a una perspectiva binaria se representa en el trabajo diario y en la profesionalidad, una reivindicación cada vez más necesaria de la autonomía y la pertenencia única de los cuerpos.
______________________________________
Películas mencionadas:
Guerra e pace se puede ver en TrueStory.
Notre corps se puede ver en Mubi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario